2.000 personas llenan la Iglesia Riverside con motivo del Día de San Patricio en Nueva York

“Irish Stand” / “La postura irlandesa” alza la voz contra la amenaza fascista que representa Trump para la humanidad

3 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Poco después de las elecciones estadounidenses, el senador irlandés Aodhán Ó Ríordáin, pronunció un poderoso discurso en el Seanad (la legislatura irlandesa) en que denunció a Donald Trump como un fascista. Enfatizó: “No uso la palabra fascista a la ligera. ¿Qué otra cosa se llamaría a alguien que amenaza con encarcelar a sus oponentes? ¿Qué otra cosa se llamaría a alguien que amenaza con no permitir que personas de cierta fe entren en su país? ¿Qué se diría, o qué llamaría a alguien que amenaza con deportar a 10 millones de personas, o qué se diría sobre alguien que dice que los medios de comunicación están amañados, que el sistema judicial está amañado, que el sistema político está amañado, y luego gana unas elecciones?” De ahí denunció a los líderes políticos irlandeses que enfatizaron la importancia del comercio y los intereses económicos entre Irlanda y Estados Unidos más que la amenaza fascista a la humanidad que representa la presidencia de Trump. Millones de personas vieron su discurso. (Vea el clip en inglés de su discurso en  "Voices of Conscience and Resistance in the Time of Trump/Pence.")

La respuesta profunda que recibió, incluso de un amplio sector de irlandeses-americanos, alimentó un evento muy poderoso que tuvo lugar en la Ciudad de Nueva York en la Iglesia Riverside con motivo del Día de San Patricio. Casi 2.000 personas llenaron la iglesia para un evento llamado Irish Stand / La postura irlandesa. Reunió a líderes de diferentes grupos religiosos —un imán de Queens, Nueva York; una lideresa de Voces Judías por la Paz; el ministro cristiano de la Iglesia de Riverside— así como destacados escritores, músicos y funcionarios electos irlandeses (y una carta del alcalde Bill de Blasio), y un grupo diverso de activistas y oradores, alzaron la voz contra la intolerancia, la xenofobia y el odio anti-musulmán azuzados por el régimen de Trump, y para recaudar fondos para la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).

El imán Shamsi Ali detalló la oleada de crímenes de odio e intolerancia dirigida a los musulmanes y a los inmigrantes desde la campaña de Donald Trump y las elecciones. A personas surasiáticas y árabes se les han apuñalado y asesinado a tiros, golpeado, acosado y satanizado. Un representante de Make the Road [Se Hace Camino], un grupo pro justicia social con un base en latinos y otros inmigrantes, leyó una carta conmovedora de unos inmigrantes indocumentados en Irlanda dirigida a los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos que expresó su dolor compartido de perder las celebraciones, los funerales y la mera compañía de sus familias. El constante temor de la deportación — de botas derrumbándole la puerta o de un intolerante conductor de autobús que les denuncie, y de verse obligado a soportar abusos en el trabajo sin recurso legal.

Uno de los temas más importantes de la noche fue la necesidad de que las personas que no están directamente bajo ataque en este momento defiendan a las que sí. Una y otra vez, los oradores irlandeses e irlandeses-americanos hablaron de la desesperación y el hambre que obligaron a sus padres, abuelos o bisabuelos a emigrar de Irlanda y cómo, una vez en las costas estadounidenses, sufrieron una discriminación brutal por su forma de hablar, por ser diferentes. Condenaron la hipocresía desalmada y la crueldad de aquellos irlandeses que han estado dispuestos a comprar su aceptación en la sociedad estadounidense uniéndose a los esfuerzos para erigir un muro de intolerancia y racismo contra los negros, musulmanes, latinos y otros. Un cómico irlandés-americano confesó sentirse un poco avergonzado cada año por el “orgullo blanco que mancha” la mayoría de las celebraciones del Día de San Patricio, un fuerte contraste con la moralidad y la postura que se forjaron en la iglesia esa noche.

Una oradora de Voces Judías por la Paz polemizó en contra de la noción de que cada grupo de la sociedad debiera sentarse de brazos cruzados y sólo preocuparse por proteger a los suyos. Invocando el horrendo crimen del Holocausto, enfatizó que “Nunca más” debe significar “¡Nunca más para nadie!”. Una productora filipina-americana de cine, Marissa Aroy, recordó la horrenda inhumanidad que encontraron los primeros inmigrantes filipinos en Estados Unidos, que ellos —como los negros— no podían casarse fuera de su raza. Su voz se quebró al contar que ella, una hija de una pareja de raza mixta, nació sólo seis años después de que anularon las leyes anti-mestizaje y que se enamoró y se casó con un hombre irlandés hace sólo unos años. Al reconocer lo profundamente que esto ha importado en su vida, pero también el hecho de que para tantos inmigrantes aún no tienen ese derecho, ella insistió, “¿No es hermoso ser capaz de amar y ser amado?... ¿Es un lujo? ¡No! ¡Es un derecho!” Junto con los discursos y lecturas, se presentaron canciones y poemas interpretados por músicos de varias partes del mundo, aportando otro nivel de espíritu internacionalista a la noche.

Que una gran diversidad de oradores se haya unido y que se existiera tanto sed de oír esta postura presentada por una amplia gama de personas —muchas de ellas, pero no todas, siendo irlandesas— demuestra algo muy importante acerca de cuán profundamente la gente siente la inmoralidad de los atroces ataques de Trump contra los inmigrantes y musulmanes. También se celebró y se forjó una moralidad muy poderosa que valora la diversidad y la humanidad de personas de diferentes partes del mundo y diferentes creencias religiosas en oposición directa al temor, odio e intolerancia azuzados por el régimen de Trump. Y se expresaron tanto la sed para entender como el temor, y se plantearon preguntas acerca de por qué está sucediendo esto y lo que debe hacerse para detenerlo.

Al mismo tiempo, fue llamativo que a pesar de ser inspirados por el poderoso discurso que Aodhán Ó Ríordáin dio en enero —el que no sólo denunció a Trump como un fascista, sino que desglosó varias dimensiones clave de lo que eso significa—, sólo dos de las decenas de oradores mencionaron esa palabra durante toda la noche. Y esos dos no abundaron en su uso de esa palabra, sino que se centraron en aspectos particulares de los ataques de Trump a la gente. Varios oradores hicieron hincapié en la necesidad de seguir protestando, y un representante de la NYCLU (la Unión de Nueva York por las Libertades Civiles) hizo hincapié en su compromiso de luchar en los tribunales contra los ataques contra los inmigrantes y de protestar por los ataques contra Planned Parenthood / Planificación Familiar — todo lo cual es crítico pero todavía no reconoce el punto indicado en el Llamamiento a la Acción de RefuseFascism.org de que: “Debemos reconocer que el carácter del fascismo abarca la capacidad de absorber actos separados de resistencia al mismo tiempo que desequilibra constantemente a la oposición al impulsar velozmente su programa. El régimen de Trump y Pence lanzará repetidamente nuevas medidas altamente represivas para finalmente suprimir toda resistencia y rehacer la ley… A MENOS QUE SEAN EXPULSADOS DEL PODER”.

Además, si bien se presentaron agudas denuncias contra los horrores que enfrentaron los inmigrantes irlandeses cuando llegaron por primera vez a Estados Unidos y cómo es similar a lo que los inmigrantes árabes, latinoamericanos y musulmanes enfrentan hoy en día, también se promovió mucha mitología sobre “el verdadero carácter de Estados Unidos” como una tierra de “libertad e igualdad para todos”. Si bien es importante que las personas que sinceramente creen así en relación a Estados Unidos se opongan a Trump y su abierta promoción de la descarada supremacía blanca e intolerancia, al mismo tiempo no es la verdad. La verdad es que Estados Unidos nunca tenía grandeza, siempre ha sido una tierra de supremacía blanca y explotación brutal no sólo de la gente dentro de Estados Unidos sino en todo el mundo. Si bien captar esta verdad no debe ser una línea divisoria en la lucha contra el régimen de Trump y Pence, es importante que un creciente número de personas lo reconozca y entienda. Reconocer esta verdad no niega, sino que en realidad nos permite comprender aún más profundamente, el salto y peligro cualitativos que representan Trump y Pence, precisamente porque se basan en una historia y cimientos genocidas.

Estas deficiencias de la noche no cambian el hecho de que en su carácter abrumadoramente principal fue una muy positiva noche y postura adoptada por miles de personas, directamente en contra del papel que están jugando muchos irlandeses-americanos como parte del régimen fascista de Trump y Pence (entre ellos, Mike Pence, Sean Spicer y Paul Ryan). Pero sí señalan áreas en que la comprensión de la gente tiene que profundizarse y transformarse — rápidamente.

 

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