Por qué no sólo es insuficiente sino peligroso confiar en el proceso político… y por qué el régimen de Trump y Pence en su conjunto tiene que largarse:

Sobre el nombramiento del fiscal especial para investigar la campaña de Trump

23 de mayo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El Departamento de Justicia ha nombrado a un fiscal especial para investigar los posibles lazos entre la campaña presidencial de Trump y Rusia. El nombramiento ha sido recibido con expectativas por millones de personas indignadas por las políticas reaccionarias del régimen de Trump y Pence — y con alivio por algunos de los de arriba. Los medios de comunicación y los políticos demócratas y republicanos han descrito al fiscal especial, el ex jefe del FBI Robert Mueller, como una persona “que está por encima de las riñas” que seguirá a donde quiera que la evidencia conduzca, y no cederá ante la presión partidista.

Los medios de comunicación y los políticos le dicen a la gente que confíe en las instituciones que, según ellos, destaparán las fechorías y los delitos. Y esto puede llevar a la gente a cifrar sus esperanzas en que este fiscal especial apriete las riendas al régimen de Trump y Pence.

Pero la realidad de la situación es mucho más grave — y lo que se necesita para deshacerse de Trump y de este régimen fascista de horrores es algo de un calibre completo nuevo: un movimiento de millones de personas para expulsar a este régimen.

Trump redobla sus esfuerzos y envía un mensaje a su base a que se prepare para luchar

Trump ha reaccionado a la conversación sobre las investigaciones del Congreso y el nombramiento del fiscal especial con vitriolo, desprecio y determinación fascista de que el barco no se hundirá. Ha acusado a sus enemigos de llevar a cabo una cacería de brujas para hacer caer una presidencia que fue elegida limpiamente y que desde el primer día ha provocado la ira de “unas élites que no están al corriente”.

En su discurso ante la ceremonia de graduación de la Academia de la Guardia Costera, Trump les dijo a los cadetes: frente a la adversidad, “hay que afianzarse y luchar, luchar, luchar”. Les dice a sus partidarios que se preparen para una pelea hasta el final. Esta es la orientación que ha guiado a este movimiento fascista durante décadas. Ahora que está en el poder, es la orientación de aferrarse y seguir adelante para implementar su agenda y, al hacerlo, quitar los obstáculos. Como declaró el vicepresidente Mike Pence cuando ya se había nombrado todo el nuevo gabinete fascista: “Ahora es nuestro tiempo”.

Con tan solo cuatro meses en el poder, el programa fascista del régimen ya ha hecho enormes daños y plantea graves amenazas a la humanidad y al planeta: la terrorización y la cruel detención y deportación de los inmigrantes; las órdenes de amordazamiento impuestas a los trabajadores de la salud y de planificación familiar en otros países que reciben fondos de Estados Unidos, órdenes que impiden que les ofrezcan información sobre el aborto a las mujeres; la supresión de la investigación sobre el cambio climático y una política energética loca por combustibles fósiles.

Y el régimen de Trump y Pence ha dejado muy en claro que no se dejará coartar por precedentes jurídicos, restricciones constitucionales o normas procesales. El reciente despido del director del FBI James Comey —el incidente que desencadenó la actual tormenta política— es una ilustración.

El fiscal especial ni remotamente empieza a solucionar el verdadero problema: Que el fascismo está en el poder

Si reconocemos la verdadera, fascista, naturaleza de este régimen, podemos empezar a ver cómo y por qué la investigación por Mueller ni remotamente empieza a solucionar el problema (y pese a todo el carácter “especial” de la investigación, Trump todavía conserva la autoridad y facultad legal de despedir al fiscal especial).

Aunque la investigación por Mueller comenzara a señalar algunos actos indebidos criminales... aunque otras investigaciones del Congreso plantearan aún más la cuestión de un juicio político... aunque los demócratas se movilizaran para realizar un escrutinio más profundo y más amplio del régimen — la pura verdad sigue siendo que este régimen está decidido a implementar su programa fascista.

Rudy Giuliani, el ex alcalde de Nueva York y un partidario cercano y temprano de Trump, expresó el sentido de la misión de este régimen al decir: “No habrá elecciones siguientes. Esta es nuestra última oportunidad para salvar a este gran país”. Eso es un sentimiento al que le hacen eco otros que se encuentran en la camarilla de Trump.

Para repetir, estos fascistas avanzan inexorables. Pero no han consolidado el poder plenamente. Así que existe una ventana de oportunidad para actuar contra este régimen. Pero eso podría cerrarse rápidamente.

El régimen podría actuar rápidamente contra sus “enemigos” y reprimir la resistencia, suspender el estado de derecho e imponer leyes aún más draconianas. Podría fabricar un “incidente” que sirva de pretexto para “poner mano dura” — como hicieron los nazis en 1933. Un incendio destruyó el Reichstag (un edificio parecido al Capitolio en Estados Unidos). Los nazis les echaron la culpa a los comunistas, pero es probable que ellos mismos prendieran el fuego y pretextaran el incidente para afianzar su control sobre el poder.

El régimen de Trump y Pence no se opone a hacer algo como esto. O podría dar un paso hacia la guerra, imponer “medidas de emergencia” en nombre de la “seguridad” y decir que son temporales, luego restaurarlas y extenderlas, y básicamente eviscerar y/o eliminar los derechos democráticos formales.

Cada día que este régimen permanece en el poder, causa más daño. Y cuanto más tiempo permanezca en el poder e institucionalice su dominio, tanto más podrá atacar y erosionar las libertades civiles y el derecho de votar, aprobar nuevas leyes, fortalecer su capacidad para llevar a cabo la represión y socavar la capacidad de la gente de protestar y oponer resistencia.

Hay que expulsar a este régimen del poder antes de que se haga muy tarde.

Trump y Pence: Ellos y todo el régimen tienen que largarse

La investigación por Mueller se centrará en la campaña presidencial de 2016, tanto en la intromisión rusa como en cualquier posible confabulación con Rusia por los agentes de Trump. Es concebible que se señale e involucre a Trump. Pero la investigación del fiscal especial no irá contra el régimen fascista gobernante en su conjunto que se ha montado desde las elecciones.

Si Trump se largara, eso podría ser algo bueno, pero no lo será si el resto del régimen queda intacto. Esto no es lo que la humanidad necesita. No deberíamos luchar por eso. Nos encontramos frente a una camarilla fascista coherente.

¿Es Mike Pence mejor debido a su “experiencia en el gobierno?” No. No nos hace falta un fascista más competente. Y Pence es más que simplemente un secuaz que conoce las costumbres y los pasillos del poder. Como explica la carta de Andy Zee, Pence ahora es el jefe político de un poderoso movimiento fascista cristiano que está penetrando toda la sociedad estadounidense.

¿Quién es el peor, Trump o Pence? ¡Ambos son peores! Y está el procurador general Jeff Sessions, un elemento crítico de la camarilla fascista que se propone reescribir las leyes e intensificar la ofensiva legal-policial-penal contra los negros y latinos y los inmigrantes. Está Betsy DeVos, un fascista cristiano devoto con planes para destruir y cristianizar el sistema educativo. Hay otros agentes también. Este proyecto, y su agenda, llevan décadas en preparación. Cuenta con respaldo en los más altos niveles de la sociedad; en diferentes formas está conectado con una amplia base social de masas para el fascismo; y está vinculado con las redes fascistas en las fuerzas armadas. (Vea Bob Avakian, La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual).

La camarilla fascista, que hoy está en el poder, está trabajando sin tregua hacia la transformación fascista de la sociedad estadounidense. Hay que detener a este régimen, y tenemos un tiempo limitado para hacerlo.

Por el bien de la humanidad, debemos expulsar al régimen en su conjunto

Se le dice a la gente que el fiscal especial y su investigación aliviará sus preocupaciones sobre el régimen de Trump — y que deje que haga su trabajo.

En realidad lo que se necesita es mucho más difícil... pero mucho más realista. Lo que se requiere de aquellos que no pueden soportar el odio regado por este régimen —su xenofobia, su racismo, su misoginia, su desprecio por la verdad y los hechos, y adonde está llevando a la sociedad— es que dejen de quedarse de brazos cruzados y suban al escenario para cambiar la historia. Que nos opongamos resistencia a los crímenes y ultrajes de este régimen y que millones se organicen y movilicen para actuar a fin de expulsar a un régimen que está maniobrando para establecer un orden fascista y que tiene los dedos en el disparador de las armas nucleares.

En cuanto a los demócratas. Tienen sus diferencias con los republicanos. Movilizarán cierta oposición. Pero no harán lo que en lo fundamental hace falta: llevar a millones de personas a las calles para echar a este régimen. ¿Por qué los demócratas no movilizarán a su amplia base de apoyo en las calles para hacerle frente a este régimen y a sus partidarios — para expulsar a este régimen? Porque la movilización de las personas progresistas y a los que han sido oprimidos por el sistema encierra el peligro de desestabilizar a la sociedad y hacer que el sistema se deshilache — y esto es algo que no permitirán. No lo permitirán porque el Partido Demócrata es un partido de la clase dominante.

Cuando Barack Obama les dijo a Donald Trump y a Estados Unidos, después de la victoria de Trump, que la contienda entre los dos partidos era como un “juego intramural”, que “todos estamos en el mismo equipo”, —reveló algo muy básico. El Partido Demócrata está más interesado en conservar el sistema capitalista-imperialista y el dominio de la clase capitalista-imperialista que los intereses del pueblo. (Para ver un análisis, lea La pirámide del poder y la lucha por cambiar de base el mundo).

En esta crisis política actual, el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo cobra mayor urgencia:

Debemos ORGANIZARNOS: trabajar con toda nuestra creatividad y determinación hacia el momento en que sea posible movilizar a millones de personas para inundar las calles de las ciudades y los pueblos día tras día y noche tras noche, declarando ilegítimo al régimen entero — Exigiendo, Sin Parar, Hasta que el Régimen de Trump y Pence Sea Expulsado del Poder.

Si ocurriera esto, se transformaría dramáticamente todo el paisaje político, cada facción al interior de la estructura del poder establecido se vería obligada a responder — y todo eso podría llevar a una situación en que este régimen fascista sea sacado de funciones.

 

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