Declaración de Carl Dix, desde Charlottesville, Virginia

12 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Unos grupos de supremacistas blancos con banderas de la Confederación y pancartas nacionalistas blancas han estado merodeando por Charlottesville durante todo el día. Lanzaron ataques físicos a la gente, y uno de ellos incluso embistió con su coche a una multitud, mató a una persona e hirió a varios otros. La respuesta de Trump a estos horrores: denuncia el odio, la intolerancia y la violencia “de muchos lados” y decir que tenemos que amar a nuestro país, a nuestro Dios, nuestra bandera y nuestra historia.

Esto tiene dos filos. No se trata de odio “de muchos lados”, sino se trata de unos nacionalistas blancos que glorifican el legado de la opresión del pueblo negro en Estados Unidos y manifiestan su determinación de continuar e intensificar esta opresión.

El amor por el país, la bandera y la historia de Estados Unidos es parte de lo que se está utilizando para forjar a estos supremacistas blancos reaccionarios en tropas de choque para imponer el fascismo en Estados Unidos. Los supremacistas blancos organizaron su mitin para impedir que se sacara de un parque público una estatua a Robert E. Lee, el comandante de un ejército que combatió para mantener en pie la esclavitud. Y estos nacionalistas blancos abrazaron décadas de segregación y terror de las turbas de linchamiento que imponían la subyugación del pueblo negro después del fin de la esclavitud. Este mitin también celebró a Hitler y toda clase de veneno antijudío. No se debe amar esta historia, sino que hay que reconocerla por lo que es: una historia de opresión despiadada. Hay que rechazarla y al sistema que la engendró. Esta historia, así como la realidad de hoy día, incluidas las amenazas dementes de Trump con descargar fuego y furia sobre Corea del Norte tal como que este mundo nunca ha visto, revelan la necesidad de una revolución real, un cambio fundamental real que haga nacer un sistema completamente diferente. Y ahora mismo estos fascistas, desde Trump hasta la escoria supremacista blanca que merodea en las calles de Charlottesville, están maniobrando rápidamente para consolidar a martillazos este régimen. Hay que PARARLO, y nos toca a nosotros PARARLO.

Lo que está pasando en Charlottesville es una consecuencia directa del régimen fascista de Trump y Pence. Y constituye los contornos de una nueva guerra civil en Estados Unidos. Estos fascistas van en serio. Y debemos despertarnos y enfrentarlos con una resistencia igualmente seria.

Además, tenemos que avanzar de la resistencia a la movilización para poner fin a la pesadilla del régimen de Trump y Pence. Ahora mismo, estos fascistas, desde Trump hacia abajo, están maniobrando muy rápido para consolidar su régimen fascista, y hay que PARARLO. La organización Rechazar el Fascismo ha llamado a la gente a salir a las calles y las plazas públicas y ciudades y pueblos de todo Estados Unidos a partir del 4 de noviembre y a permanecer en las calles día tras día y noche tras noche hasta que se cumpla la DEMANDA: Esta pesadilla tiene que terminar: ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! Para que esto ocurra, todos tienen que estar presentes en las conferencias regionales del 19 de agosto para hacer el trabajo de organización y movilización para hacerlo.

Más allá de eso, es preciso bregar en serio con toda la historia de Estados Unidos y lo que ha hecho en Estados Unidos y en todo el mundo... el sistema que ha requerido y facilitado todo esto... y la revolucionaria visión y estrategia, desarrollada por Bob Avakian, para una sociedad completamente diferente, y mucho mejor.

 

 

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