Entrevista de Michael Slate al cineasta Civia Tamarkin:

Los ataques al aborto y un “Cuento de la criada” de la vida real

19 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Lo siguientes son pasajes de una entrevista el 28 de julio de 2017 en The Michael Slate Show en la radioemisora KPFK, con la directora de cine Civia Tamarkin, cuya nueva película, Birthright: A War Story, (Derecho de nacimiento: Una historia de guerra) acaba de lanzarse. La página web para la película (birthrightfilm.com) la describe así: “Un largometraje documental que examina la realidad en que encarcelan a las mujeres, las asaltan físicamente, y hasta ponen en peligro sus vidas, al apretar las garras un movimiento radical sobre Estados Unidos. La película cuenta la historia de mujeres que se han convertido en daños colaterales en la campaña agresiva para tomar control de los servicios de salud reproductiva y permitir que estados, cortes y doctrinas religiosas decidan si una mujer tenga un hijo, y cuándo y cómo lo tenga…”.

The Michael Slate Show se transmite cada viernes a las 10 am Tiempo Pacífico en KPFK 90.7 FM, una estación angelina de la Red Pacifica. También se transmite en vivo y es posible escuchar o bajar programas archivados.

Revolución/revcom.us presenta entrevistas de The Michael Slate Show para familiarizar a nuestros lectores con las opiniones de figuras importantes del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, los deportes y la política. Las opiniones expresadas por los entrevistados son, por supuesto, las suyas; y ellos no son responsables de las opiniones publicadas en otras partes por Revolución/revcom.us.

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Michael Slate: ¿Qué es lo que te impulsó a hacer esta película?

Civia Tamarkin: Bueno, siempre me han interesado temas de la justicia criminal, temas de la justicia social. Cubrí casos de abuso infantil, casos del tráfico de niños, por lo que, en términos de derechos y abusos individuales, este no es tan diferente al tipo de cosas que he cubierto. Pero lo que me obligó a hacer esto fue el fallo sobre Hobby Lobby en junio de 2014, cuando la Suprema Corte falló que un patrón individual puede negar el acceso a la cobertura anticonceptiva en la póliza de seguranza médica de los empleados a base de las creencias religiosas personales del patrón. Ese fallo me sacudió. Soy una persona de los años sesenta. Yo era una de los cientos de miles de mujeres que se lanzaron a las calles en los fines de los sesenta y principios de los setenta, para asegurar la protección de nuestros derechos a la privacidad, y me alegró mucho la aprobación de Roe v. Wade. Al igual que muchas otras personas, yo suponía que ese derecho ya era seguro y que ya no era un asunto por el que se tenía que mortificarse mucho. Cuando vi que de repente calificaron a la anticoncepción de un “abortivo”, como le llaman los opositores, que equiparaba la anticoncepción con el aborto, simplemente me sacó de onda. No pude entender cómo pasó eso. No pude entender esta transgresión de la privacidad de la mujer, su autonomía corporal. Por lo que, me propuse a investigar cómo habíamos llegado al punto de semejante erosión de los derechos individuales; pues eso se hizo el catalizador.

Michael Slate: Pues, uno ve a todas estas mujeres y todas sus experiencias horribles y lo que ellas describen, y da coraje a uno, le hace llorar. Uno sale de ahí con un conocimiento bastante profundo y urgente de que algo anda muy mal ahí. Háblanos del título del filme, especialmente la segunda parte, Una historia de guerra.

Civia Tamarkin: Creo que desde el momento en que se dictó Roe v. Wade, hubo una declaración de guerra de parte de la oposición, y durante los últimos 40 años y pico, se ha dado una erosión insidiosa de todos estos derechos y una estrategia de batalla, de los dos lados. Llamémosla una “guerra”. La decisión fue asediada desde el comienzo, y la oposición se puso, muy astuta y estratégicamente, a trazar un plan. Infiltraron al Partido Republicano. Formaron alianzas. Hicieron acuerdos en muchos casos, pactos que hacían una pareja extraña, por decirlo así. Pues, es muy insólito ver a la derecha religiosa cortejando a Donald Trump. Sin embargo, elaboraron estrategias para lograr su objetivo. Entrenaron un cuerpo juvenil de soldados rasos. Desde el comienzo tenían un plan de erosión, de invasión. No hay duda de que es una guerra. Fue una declaración de guerra y son convencidos de que están ganando, de seguro.

Michael Slate: Una cosa que me impactó mucho fue que hasta el proceso de hacer la película ilustra que esta es una historia de guerra. ¿Qué se requería para hacerla?

Civia Tamarkin: Fue muy difícil convencer a las personas a salir en la cámara porque hay tanto temor. Para las mujeres hay tanta estigmatización del aborto, hasta de la anticoncepción en muchos casos, según su comunidad religiosa. Pero lo que quedó muy claro fue que, desde los fines de los setenta y los ochenta, esto ha sido un ataque terrorista doméstico. Han asesinado a proveedores médicos. Han bombardeado a clínicas. Han hecho amenazas de muerte. Continúan. De hecho, leí un informe reciente de que los ataques y las amenazas se han aumentado de manera exponencial desde que Donald Trump asumió sus cargos hace siete meses. Por lo que era muy difícil convencer a mujeres victimizadas a salir grabadas porque les da pena y temen las repercusiones en su comunidad, pero, lo que tiene aún más significado, era difícil convencer a proveedores y clínicos a salir en la cámara porque temen al ostracismo. Temían que perjudicara sus afiliaciones profesionales con hospitales, afiliaciones profesionales en su comunidad. Pues, era un reto muy, muy serio porque tantas personas se sienten asediadas.

Michael Slate: En un par de momentos en la película, así como en algunas escritas tuyas sobre ella, comparan la batalla por los derechos al aborto con la Guerra de Secesión. También hay referencias a la serie televisa y el libro, El cuento de la criada. Algo realmente resalta para las personas que sean tantito sensibles y entiendan tantito este desastre que pasa — de que el hecho de que la mujer no tiene control sobre el propio cuerpo equivale a la esclavitud. Es muy grueso entender eso porque en realidad dicen a las mujeres, “Que vayas al diablo. No eres ni siquiera un ciudadano de segundo. No eres ni un ser humano”. Para mí, simplemente es inaceptable.

Civia Tamarkin: Bueno, el objetivo era el de presentar el tema como una violación de derechos humanos. Creo que durante las últimas cuatro décadas, todos se han obsesionado solamente con el procedimiento médico del aborto. Se ha ocultado el tema mayor de que se trata del derecho de una mujer a la integridad corporal, a la autonomía corporal y a los derechos humanos. Si se informara de violaciones de ese tipo que ocurrían en otros países, provocaría una gran indignación. Hablamos de la mutilación genital femenina, hablamos de la ley sharia, hablamos de todas las restricciones que se imponen a las mujeres, pero, las mujeres estadounidenses deben darse cuenta de que están en un territorio de peligro aquí; de que esto está ocurriendo aquí. Es interesante; la comparación con El cuento de la criadaes coincidente.

   

Claro, la serie se lanzó justo antes del estreno de nuestro largometraje, pero yo siempre sabía de El cuento de la criada. Leí el libro en los años ochenta cuando se publicó por primera vez. De hecho, habíamos considerado usar en la película un clip de la película de 1990 con Natasha Richardson, pero el costo era inasequible. Pues, yo siempre veía eso. El punto central, por supuesto, es que hay un movimiento religioso radical que trata de borrar la distinción entre la iglesia y el estado, gobernar como una teocracia e imponer una doctrina religiosa. Hay un gobierno que tiene ganas de prohibir la anticoncepción y prohibir el aborto. Por lo que, el gobierno está obligando de facto a las mujeres a convertirse en parideras, igual que el argumento de esta novela distópica El cuento de la criada.

Michael Slate: Qué chocante que hayan dado al feto el estatus de un pleno ser humano mientras denigran a la mujer a algo menos de un ser humano. Algo que es importante para que la gente entienda es cuando la película presenta una serie de mujeres que han sufrido cosas terribles que de hecho ilustran lo que pasa cuando uno no tiene el control sobre el propio cuerpo en relación a la salud, el cuidado de salud del tipo que se necesita y todo eso. Han mandado a mujeres a la cárcel, las han acusado, han hecho terribles cosas a estas mujeres. Y todo se hace, hasta cierto punto, bajo una carpeta que lo mantiene callado y desapercibido.

Civia Tamarkin: Sí, y esta es parte de una estrategia para crear un conjunto de jurisprudencia, suficientes leyes para establecer el estatus de persona para el feto, porque ciertas facciones al interior del movimiento antiaborto dicen, “No tenemos que preocuparnos por revocar Roe v. Wade. Si podemos establecer el estatus de persona para el feto, de ahí se podría juzgar cualquier daño al feto según los estatutos criminales, como el homicidio”. Por lo que, en efecto pone en segundo lugar la autonomía y la integridad corporal de una mujer. Es una premisa muy sencilla. No se puede tener dos seres protegidos constitucionalmente dentro de un solo cuerpo. Por lo tanto, según la ideología del movimiento opositor, las mujeres son las que van a sufrir, seguramente. Lo interesante en eso es que no existe ningún otro ejemplo en el derecho, ciertamente, en que se puede obligar a un individuo a someterse a procedimientos médicos, a una influencia externa sobre sus órganos del cuerpo. Hay precedentes que establecen que no pueden obligar a uno a donar órganos. No pueden obligar a uno a someterse a la extracción quirúrgica de un brazo o una pierna o cualquier parte del cuerpo. Pues sin embargo, parece que todos los precedentes desaparecen cuando se trata de los órganos reproductivos de la mujer.

 

 

 

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