Un preso sobre:
Las estatuas a la Confederación y “la hipocresía y el odio en que se fundó Estados Unidos, pero que lo define hasta hoy día”

2 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El Club Revolución, Chicago, recibió en nuestro centro organizativo la siguiente carta de un preso:

A “La Revolución” y a todos los que se solidarizan con nuestra causa justa y moral. Les escribo desde detrás de las barreras restrictivas de un campo de concentración estadounidense, una del sinfín de voces a las que las calla, las aterroriza, las aísla y las oprime el sistema criminal de injusticia.

Ver la hipocresía en ambos partidos políticos me saca de quicio, no tengo ni palabras para el asco que me da. Sin embargo, anoche el derecho dijo algo que me dio coraje y me llamó la atención. Un comentarista del noticiero Fox que trataba el tema de quitar las estatuas de la confederación, tuvo el descaro de actuar como si la Izquierda infringiera los derechos y las libertades de esos elitistas blancos. Ese hombre afirmó que la confederación es parte de la historia estadounidense que merece la remembranza, y que hacemos mal al definir la vida de los antepasados racistas estadounidenses según sus “peores momentos únicos”. Pero, ¡¿¡no son esos los mismos estándares los que el Derecho impone a los ciudadanos estadounidenses, hasta la fecha!?! Como un “criminal” condenado, ¿no me definen a mí según mi “peor momento único”?...

El derecho y su sistema criminal de injustica nos definen según nuestra “Historia Criminal”, nos declara “Enemigos del estado”, y nos apuntan en registros opresivos, e ingresan nuestra vida entera en bases de datos criminales para usar en juicios futuros para mejor justificar por qué nos esconden en estos campos de tortura a los que los llaman “Instituciones Correccionales”, para apaciguar a la sociedad. Tapan las incontables atrocidades que cometen al interior de estas mazmorras a diaria induciendo temores falsos en la mente de las personas, haciéndoles creer que somos el ogro irredimible al que hay que temer, que no merece ninguna segunda oportunidad. Mientras nuestros padres, nuestros hijos, nuestros hermanos y hermanas son vendidos y esclavizados por el mismo sistema fundado en la fachada de derechos y libertades, que supuestamente abolió la esclavitud y que supuestamente está para “proteger y servir” a nosotros,… tenemos que aguantar la humillación de estatuas de la confederación que glorifican la esclavitud y legitiman a aquellos elitistas racistas blancos que abrazan el mal en las formas de la intolerancia y el odio.

Según ese estándar que los Estados Unidos de Opresión establece para el mundo, Alemania se justificaría si erigieran estatuas de Adolfo Hitler como “monumentos históricos”. Ningún ser humano decente en su sano juicio justificaría ni apoyaría la glorificación de ese tirano genocida, ¡pero estados unidos y su sistema de terror continúan luchando para defender a sus propios monstruos históricos! Esto resume la hipocresía y el odio que no sólo eran el fundamento de este país sino que lo siguen definiendo hasta el día de hoy. Para esta razón y muchas más, a mí me da vergüenza haber nacido “estadounidense”… ciudadano de un país que ha descartado a mí, y a todo un sector de su población, como indeseable e imperdonable.

¡Abajo la tiranía!

¡Abajo el odio!

¡Abajo el capitalismo!

 

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