“Me cuesta imaginar lo que sentían Eric Garner, Michael Brown, Trayvon Martin, Tamir Rice y Charleena Lyles”.

Un cerdo policía de Las Vegas amenaza con “volarle la tapa de los malditos sesos” a Michael Bennett, un jugador de la Liga Nacional de Fútbol Americano que se niega a ponerse de pie durante el himno nacional estadounidense

20 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

“Me cuesta imaginar lo que sentían Eric Garner, Michael Brown, Trayvon Martin, Tamir Rice y Charleena Lyles”.

A Michael Bennett, un jugador de la NFL que se niega a ponerse de pie para el himno nacional, lo amenazó un cerdo policía en Las Vegas con “volarle la tapa de los malditos sesos”.

A continuación está una carta publicada en las redes sociales por Michael Bennett, jugador de los Seahawks de Seattle en la NFL. Bennett se ha negado a ponerse de pie para el himno nacional en protesta por la brutalidad policial y los asesinatos de personas negras. Un cerdo de Las Vegas le amenazó la vida. (Vea el video de TMZ en www.tmz.com/videos/0_2i42pk8o/).

Estimado Mundo,

El sábado 26 de agosto de 2017 estuve en Las Vegas para asistir a la pelea de Mayweather-McGregor en mi día libre. Después de la pelea mientras regresaba a mi hotel varios cientos de personas escuchamos lo que sonaba como disparos de arma. Al igual que muchas de las personas en la zona huí del sonido, buscando seguridad. Los agentes de policía de Las Vegas me señalaron y me apuntaron con sus armas por no haber hecho nada más que simplemente ser un hombre negro en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Un oficial de policía me ordenó que me pusiera al suelo. Cuando estaba en el suelo, cumpliendo con sus órdenes de que no me moviera, colocó su pistola cerca de mi cabeza y me advirtió que si me moviera, él iba a “volarme la tapa de los malditos sesos”. Aterrorizado y confundido por lo que estaba ocurriendo, un segundo oficial se acercó y empujó con fuerza su rodilla en mi espalda por lo que me era difícil respirar. Luego me pusieron las esposas con tanta fuerza que mis dedos quedaron entumecidos.

El uso excesivo de la fuerza por parte de los oficiales era insoportable. Me sentí indefenso mientras yacía en el suelo esposado con la amenaza concreta de que me asesinaran. Todo lo que podía pensar era “Voy a morir por ningún motivo excepto que soy negro y el color de mi piel es de alguna manera una amenaza”. Mi vida pasó por mis ojos mientras pensaba en mis hijas. ¿Alguna vez volvería a jugar con ellas? ¿O ver los hijos de ellas? ¿O poder besar a mi esposa otra vez y decirle que la amo?

Seguí preguntando a los oficiales, “¿Qué hice?” y recordándoles que tenía derechos que era su deber respetar. Los oficiales ignoraron mis súplicas y en lugar me dijeron que me callara y luego me llevaron al asiento de atrás de una patrulla cercana donde me senté por lo que me pareció una eternidad hasta que al parecer se dieron cuenta de que no era un rufián, un criminal común y corriente o un hombre negro cualquiera, sino Michael Bennett un famoso jugador de fútbol profesional. Después de confirmar mi identidad, finalmente me dejaron libre sin ninguna justificación legítima por la conducta abusiva de los oficiales.

Siempre he mantenido una fuerte convicción que protestar o defender la justicia es simplemente, lo correcto. Este hecho es inequívocamente, sin lugar a dudas, el motivo por el cual antes de cada partido me siento durante el himno nacional —  porque la igualdad no vive en este país y no importa cuánto dinero ganes, qué título profesional tengas, o cuánto dones, cuándo te ven como un “Nigger”, te van a tratar de esa manera.

El sistema me falló. Me cuesta imaginar lo que sentían Eric Garner, Michael Brown, Trayvon Martin, Tamir Rice y Charleena Lyles.

He retenido al abogado de derechos civiles de Oakland, John Burris, para investigar y explorar todas mis opciones legales, inclusive la presentación de una demanda de derechos civiles por la violación de mis derechos constitucionales.

Sinceramente,

Michael Bennett

A Bennett le llamó recientemente un “activista disfrazado de jugador de fútbol” un artículo en The Undefeated. (Vea theundefeated.com/features/seahawks-michael-bennett-is-an-activist-disguised-as-a-football-player/). (Vea también “El jugador profesional de fútbol norteamericano Michael Bennett se niega a ser cómplice de Israel”, 14 de febrero de 2017, y “Michael Bennett, NFL football player, supports the women’s strike on International Women’s Day”, en inglés [Michael Bennett, jugador de fútbol de la NFL, apoya a la huelga de mujeres en el Día Internacional de la Mujer], ambos en Voces de conciencia y resistencia en tiempos de Trump y Pence, @ revcom.us).

Su hermano, Martellus Bennett, que juega para los Packers de Green Bay, respondió a la carta de Michael: “Me alegro de que tu voz sea una de las que se escucha. Eres de lo más auténticos que hay, bueno, al menos como solían haber. Les animo a que continúes contando tu historia y las historias de aquellos antes que tú. Te quiero mucho”.

Colin Kaepernick, quien dirigió la protesta del himno nacional en la NFL, tuiteó: “Esta violación que le sucedió a mi hermano Michael Bennett es repugnante e injusta. Respaldo a Michael y respaldo al pueblo”.

Después de que se publicó la carta de Michael Bennett, todas las redes deportivas la han puesto en primer plano, y ha sido un tema importante de conversación hoy en el mundo del deporte.

Keyshawn Johnson, ex jugador de la NFL, dijo en ESPN que le ha pasado lo mismo.

Domonique Foxworth, quien jugó en la NFL y escribe para The Undefeated, habló en la red deportiva ESPN sobre la policía, diciendo que su experiencia le demuestra que no se trata de “manzanas buenas, manzanas podridas”. (Vea, en inglés, “If It’s Just A Few ‘Bad Apples,’ Then How Do You Explain THIS?” [Si se trata de sólo unas pocas “manzanas podridas”, entonces, ¿cómo explicar ESTO?] periódico Revolución, 5 de septiembre de 2017).

Dijo: “No me sorprende que esto haya sucedido.” Mencionó lo de Charlottesville y que “este tipo de odio existe”. Dijo que “la idea de que haya manzanas podridas — no me siento cómodo con usar eso como una explicación. Los problemas que tenemos en relación con la raza son omnipresentes, arraigados en la forma en que muchos de nosotros pensamos. Cuando esas cosas [el asesinato policial de personas negras] siguen ocurriendo, en cierto momento tenemos que aceptar que algo anda mal con nuestra cultura y no sólo señalar a los oficiales y decir que ese oficial es malo o la gente [los neonazis y los del KKK] que marchó en Charlottesville es mala y yo soy bueno. ¡No! Este es un problema que sigue existiendo en nuestra sociedad y que permitimos que continúe, impregne e influya en las decisiones que tomamos”.

 

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