Infierno en California: Un desastre atizado por el capitalismo

18 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

En la madrugada del 9 de octubre, ardieron incendios por todo el norte de California. Han sido los más mortales en la historia de California. Hasta el 14 de octubre se había confirmado 38 muertos y cientos de desaparecidos. Hay cadáveres que quedan por identificarse, “solo quedan cenizas y huesos”, como dijo un funcionario del condado de Sonoma. A veces sólo podían identificar a una víctima por el número de serie grabado en una articulación artificial u otro aparato médico en el cadáver. Dirigen de casa en casa en las zonas afectadas a los perros entrenados para encontrar cadáveres por el olor.

Las condiciones extremas —como los vientos secos del este que alcanzaron 127 kilómetros por hora y los terrenos sumamente inflamables— hicieron que los incendios crecieran rápidamente. Las llamas que a veces alcanzaban 30 metros de altura se brincaron una autopista de seis carriles. Cada tres segundos se consumió el área de una cancha de fútbol. La gente solo tenía minutos para escaparse de las llamas.

Para el 13 de octubre, los incendios habían consumido más de 775 kilómetros cuadrados — un área más grande que la ciudad de Dallas; 5.700 estructuras destruidas; unas 90.000 personas desplazadas, muchas prohibidas a regresar. El mayor distrito escolar del condado de Sonoma ha estado cerrado toda la semana y no está claro cuándo abrirá de nuevo. Evacuaron a los pacientes de por lo menos dos hospitales.

El viernes el humo de los incendios del norte de la bahía cubrieron al Área de la Bahía de San Francisco, registrándose el ambiente más sucio jamás detectado en la ciudad. En San Francisco, a 80 kilómetros de los incendios, mucha gente tenía puestas máscaras para filtrar el aire.

Para la mañana del sábado, apenas una parte de los incendios estaba contenida. El viernes por la noche ordenaron la evacuación de más de 3.000 personas más. Las autoridades temen que los incendios se extiendan durante el fin de semana ya que se pronostican fuertes vientos.

Los incendios forestales son ocurrencias naturales del medio ambiente del oeste de Estados Unidos, y se han dado desde antes de que los seres humanos llegaran para vivir en estas tierras. Pero lo que estamos presenciando con estos incendios es una catástrofe humana gravemente intensificada por el sistema capitalista, tanto por su manera de tratar a la gente como su manera de tratar el medio ambiente.

Los condados de Napa y Sonoma, el foco de los incendios, son famosos por ser el centro de las bodegas de vino, y en las últimas semanas se ha comentado mucho como los incendios están afectando a la producción de los famosos marcos de vino. Pero la prensa dice muy poco sobre los inmigrantes que trabajan en las cosechas o en la industria de servicio en los alrededores. El Instituto de Política Migratoria (Migration Policy Institute) informa que el condado de Napa cuenta con 33.000 inmigrantes, que responden por el 23% de la población del condado. Aproximadamente tres cuartas partes de los trabajadores agrícolas y la tercera parte de los empleados de la industria de la hospitalidad son inmigrantes. Se calcula que en los condados Napa y Sonoma hay unos 30.000 inmigrantes sin documentos.

Cuando empezaron los incendios, muchos inmigrantes, temerosos de ser deportados, evitaban ir a los albergues y dormían a la intemperie. La supervisora del condado de Sonoma le dijo al periódico Sacramento Bee que ella había visitado un área donde los inmigrantes se reunieron después del incendio. “Vi docenas de familias. Están traumatizadas. Perdieron sus hogares. Hace frío. Pero tienen temor de que ICE (los agentes federales de la Migra) los buscaría si acuden a los albergues”.

La desalmada política migratoria y las diatribas anti-inmigrantes desde la cúpula del gobierno sembraron el terror que obligó a la gente a dormir en las calles y la hace temerosos de buscar ayuda. Apenas una semana antes de los incendios, ICE detuvo a 498 inmigrantes en redadas que se enfocaron en ciudades y condados que se habían declarado santuarios para los indocumentados. El 6 de octubre, pocos días antes de que empezaran los incendios, Thomas Homan, director de ICE, anunció que se iba a centrarse específicamente en California, y prometió “llevar a cabo arrestos en los vecindarios y sitios de trabajo” en el estado.

Se difundieron muchos rumores de que la Migra estaba llevando a cabo redadas en los albergues. Parece que no fue cierto. Sin embargo, ICE se tardó cuatro días en anunciar que no llevaría a cabo redadas en las zonas afectadas por los incendios.

Encima de todo eso, el gobierno federal prohíbe que se proporcione ningún tipo de ayuda para auxiliar a los trabajadores indocumentados.

El cambio climático, el desarrollo no planeado, y los incendios

¿Cuáles son algunas de las causas de los incendios y su intensidad?

California atravesó cinco años de sequía extrema que mató a muchos árboles y dejó al bosque lleno de árboles muertos, convirtiéndolo en un polvorín. Con este pasado invierno terminó la sequía con enormes aguaceros que resultaron en una explosión del crecimiento de plantas, incluyendo yerbas. A eso lo siguió un verano sumamente seco con altísimas temperaturas que rompieron récords y las plantas se secaron, agregando al polvorín y al peligro de incendios.

El New York Times informó que los investigadores han dicho que desde 1979 el cambio climático ha sido responsable por más de la mitad de la sequía de los bosques en el Oeste de Estados Unidos. Los terrenos resecos pueden contribuir al tamaño y duración de los incendios, dijo un profesor de la ciencia de incendios de la Universidad de California en Berkeley.

Un artículo de la Union of Concerned Scientists (Gremio de Científicos Preocupados) resumió los datos que vinculan el cambio climático y los incendios: “Se calcula se va a alargar la temporada de incendios forestales (la temporada de mayor probabilidad de incendios forestales) en Estados Unidos…. Además, es probable que los incendios forestales mismos sean más intensos”.

Otro factor que ha atizado el impacto de los incendios es la construcción de viviendas que se han extendido hasta las zonas donde el bosque y las zonas urbanas chocan. En las últimas décadas, la construcción en estas zonas ha crecido rápidamente — el 60% de las viviendas construidas entre 1990 y 2000 se construyó en esas zonas.

Fountain Grove, una subdivisión en una cumbre de Santa Rosa donde muchas de las casas valen más de $1 millón, fue muy dañada por los incendios. En 1964, un incendió barrió esta zona, pero en ese entonces no había casas. “Los planes formulados en los años dese entonces han planteado con frecuencia la posibilidad de muerte y desastre si otro incendio se diera a lo largo de la misma trayectoria”, dice el editorial del periódico el Santa Rosa Press Democrat. Se pasaron por alto esas advertencias.

Bajo el capitalismo, son las ganancias y la competencia anárquica que impulsan la construcción de la vivienda (y todo lo demás). Por eso es que, a pesar de tanto daño y pérdida de vidas debido a los incendios durante muchos años, según una revista científica, “En Estados Unidos especialmente, todavía no ha cobrado fuerza, en la práctica, la planificación que incluya el peligro de incendios forestales”.

Mientras escribimos esto, los incendios siguen vivos, y siguen en peligro miles de personas y residencias. Muchas personas han hecho muchos sacrificios para ayudar a los más necesitados. Los desastres destacan lo que en realidad es importante: la vida de la gente sobre la propiedad. Pero este sistema no funciona así. En vez, vemos un sistema que no valora a la gente sino a la propiedad y las ganancias.

Esto no es lo mejor de lo que es capaz la humanidad. Necesitamos una revolución que crea un sistema radicalmente diferente y mejor que sirva los intereses de la humanidad.

 

 

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