Trump riega veneno racista, allana el camino para la limpieza étnica

4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

A fines de diciembre, el New York Times informó que en una reunión en junio con miembros de su gabinete y personal, un Donald Trump enfurecido se encolerizó quejándose que el gobierno federal no ha limitado toda la inmigración y llevado a cabo la deportación de inmigrantes con suficiente empeño.

En los primeros meses de la presidencia de Trump, unos 15.000 haitianos recibieron visas para venir a Estados Unidos, en parte porque Haití todavía se está recuperando de un terremoto y una epidemia subsiguiente de cólera que devastó el país a partir de 2017. El Times informó que Trump desdeñó a estos haitianos diciendo que “todos tienen el SIDA”. Sus insultos calumniosos y racistas continuaron contra los nigerianos que habían viajado legalmente a Estados Unidos, a menudo con visas familiares. Dijo que nunca “volverían a sus chozas” en África. También se quejó de las 2.500 personas de Afganistán, describiendo ese país como un “refugio terrorista”.

Puras necedades, carajo. Consideremos unos hechos. Durante siglos, Estados Unidos ha infligido un enorme sufrimiento y explotación al pueblo de Haití. (Vea el artículo “1915-1934: La invasión, la ocupación y el dominio yanqui de Haití”). Después del devastador terremoto de 2010, una operación de las Naciones Unidas para “mantener la paz” en la que Estados Unidos desempeñó un papel clave introdujo en Haití el primer brote de cólera de su historia. Unas 10.000 personas murieron y otras 800.000 se enfermaron. Estados Unidos ha saqueado Nigeria por su petróleo y ha transformado gran parte de su delta otrora fértil en un infierno ambiental de árboles moribundos, derrames e incendios de petróleo. Estados Unidos invadió a Afganistán en 2001 y ha ocupado partes del país desde entonces. Más de 100.000 afganis han muerto en esa guerra, millones expulsados de sus hogares. ¡Y Trump tiene el maldito descaro de llamar a los afganis “terroristas”!

Después de que salió la noticia en el Times, el personal de Trump afirmó que Trump no había usado las palabras “SIDA” o “chozas”. Pero el propio Trump no lo ha negado. Y el Times no se retractó de su informe original, lo que luego salió en muchos periódicos y sitios web. Independientemente de si Trump dijera esas palabras exactas o no, no hay duda de que el lenguaje de Trump es el de la supremacía blanca y “Estados Unidos Ante Todo”; no hay duda de que los ataques despiadados e implacables contra los inmigrantes, especialmente los inmigrantes que no son blancos, o cuyo primer idioma no es el inglés, o que son musulmanes, han estado en el centro del programa de Trump de “hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”.

Las diatribas racistas de Trump no son simplemente los desvaríos de una persona perturbada y odiosa. Expresan un programa fascista concreta de “limpieza étnica”: expulsar de Estados Unidos a miles, hasta millones, de inmigrantes “indeseables”, principalmente los no blancos, e impedir que entren otros. Incitan a la rabiosa turba de racistas que es su base, y ayudan a movilizarlos para apoyar los ataques del gobierno contra los inmigrantes y organizar ataques y violencia “no oficiales”.

Tiene que oponerse a estos ataques gente de todas las nacionalidades, no solo inmigrantes o gente de la nacionalidad específica afectada por un ataque en particular. Hay que derrotar estos ataques.

Del Llamamiento de Rechazar el Fascismo: “El fascismo tiene rumbo e impulso. Criminaliza el disentimiento pieza por pieza. Aporrea la verdad. Sataniza y singulariza a un grupo tras otro, en una trayectoria que lleva a horrores reales. Todo esto ya ha empezado bajo el Régimen de Trump. La historia ha demostrado que hay que parar el fascismo antes de que sea tarde”.  

 

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