Carta de algunos lectores:

Más forcejeo sobre la película Pantera Negra

18 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Escribimos esta carta para contribuir a más discusión y forcejeo sobre esta película muy importante, que ha tenido un impacto importante, y la cual muchas personas han visto, y sobre la cual muchas personas están conversando y debatiendo.

Si usted aún no ha leído la reseña que hizo Noche Díaz, deje de leer esta carta y léala primero. La presente carta es una reflexión sobre el análisis de la película que hizo esa reseña.

En última instancia, estamos de acuerdo con la manera en que Noche Díaz critica a los cineastas tanto por su presentación de la supuesta revolución y la juventud revolucionaria (como las personifica el personaje Killmonger) como su posición clara a favor de la reforma y en contra de la deseabilidad de la revolución —— y se llegara a eso, al lado de la contrarrevolución. Pero hay tres temas en las cuales queremos adentrarnos un poco más.

Primero, creemos que los escritores y el director estaban forcejeando seria y honestamente con el dilema moral de la reforma versus la revolución. Una pregunta importante en este momento es por qué, como lo dice Noche Díaz, “dieron un tropezón tan feo”. Esta es una pregunta estratégica importante para la revolución y es algo que hay que explorar más a fondo.

Segundo, creemos que es importante explorar más a fondo el personaje de Erik Killmonger — tanto por qué los cineastas lo representaron en la manera en que lo hicieron, como el impacto objetivo de este carácter sobre el público, que incluye todos los sectores del pueblo negro y de otra gente también.

Tercero, en nuestros forcejeos con esto, no estamos seguros de que sea correcto describir a esta película como “gas venenoso” de modo terminante con relación a las intenciones de los cineastas y al impacto objetivo de la película sobre las personas que la vean. Una cosa es demostrar hacia dónde lleva la lógica de la película (como lo hace Noche Díaz), pero al mismo tiempo es importante aplicar un método, al evaluar una obra de arte multifacética (y en general), que evite “aplanar” las contradicciones y, en este caso, juzgar a una película a base de lo que quizás represente en última instancia.

Para dar una sinopsis muy breve de la narrativa central de la película: Pantera negra ocurre en el contexto de Wakanda, una nación africana ficticia con un recurso natural de fantasía, el vibranium, que le ha permitido desarrollar una tecnología avanzada sin ser conquistada y permanecer oculta del resto del mundo, y por lo tanto esquivar las fuerzas coloniales en el mundo que habían saqueado a África durante siglos. La película retrata a este país africano ficticio con mucha hermosura e imaginación, dando vida a su lenguaje, vestimento, cultura y tradiciones. Debido a su creatividad y calidad artística, en combinación con un superhéroe negro, un reparto en su gran mayoría negro, y su representación de mujeres como inteligentes, fuertes y valientes, la película ha sido aclamada por críticos y se ha convertido en un fenómeno cultural.

Los dos personajes centrales del filme son T’Challa, el nuevo rey de Wakanda y la Pantera Negra; y Erik Killmonger, que nació y creció en Oakland, California, cuyo padre era N’Jobu, un originario de Wakanda al cual lo habían mandado a Estados Unidos para mantenerlos informados de la situación ahí. Vamos a suponer que usted ha visto la película o leído la reseña de Díaz para entender por qué Killmonger se convirtió en el enemigo de los gobernantes de Wakanda y cómo esto impulsó su vida. Es ese elemento de la trama, la contradicción entre Killmonger y los gobernantes de Wakanda, particularmente T’Challa, la Pantera Negra, que impulsa la película y mediante el cual se desarrolla la batalla moral entre la reforma y la revolución.

Un argumento clave de la película que se batalla en varias dimensiones se centra en dos dilemas morales.

El primero es: ¿Wakanda, con su civilización avanzada y sus vastos recursos (entre ellos, la capacidad de curar a las personas), debe asumir la responsabilidad de ayudar a las personas más allá de sus fronteras, o se justifica la decisión de Wakanda de protegerse ocultándose del resto del mundo debido a la horrible historia de esclavitud, colonización, y la explotación y opresión implacables en África a manos de las potencias coloniales e imperiales? Hubo algo de disentimiento entre los de la élite de Wakanda, algunos de los cuales sí querían usar sus poderes para ayudar a los demás (compartiendo la tecnología que habían desarrollado que daba algunos superpoderes a unos individuos). En una de las primeras escenas, vemos que uno de los personajes, Nakia, trabaja clandestinamente en una nación africana no identificada, rescatando a mujeres jóvenes secuestradas y esclavizadas. De hecho, durante toda la película T’Challa (que desde temprano en la película asumió el papel de un joven heredero del trono de Wakanda y del título de Pantera Negra) forcejea con este dilema moral.

El segundo dilema moral, relacionado con lo anterior y también independiente de este, que se convierte en el tema principal de la película y el que claramente resuena en las masas populares que han visto la película, se trata de la reforma versus la revolución, como lo explica la reseña de Noche Díaz con profundidad y percepción. Mediante el carácter de Killmonger, se desarrolla aún más ese dilema: ¿Es la responsabilidad de Wakanda utilizar sus recursos para armar a los oprimidos por todo el mundo y poner fin a la opresión de todos los que viven bajo la bota de sus opresores? La posición básica de Killmonger es que es incorrecto que Wakanda no haga nada, así permitiendo que continúe la opresión del pueblo por todo el mundo. (El punto de vista de Killmonger sobre lo que constituye la revolución es algo que esta carta retomará más adelante. En esencia, tiene una visión vengativa en la que los oprimidos se alzan para convertirse en los nuevos opresores, la que está en agudo contraste con una revolución real con el objetivo de emancipar a la humanidad). Si bien el argumento de la película tiene que ver con Wakanda en contra del resto del mundo, deja bien claro (como señala Noche Díaz) que este dilema moral básico de la reforma vs la revolución “explícitamente expresa y trata la opresión de los negros en Estados Unidos, y qué se debe hacer al respecto”. En esto hay dos temas básicos según entendemos: uno, el filme forcejea con el legado y el veredicto en torno al Partido Pantera Negra de los años 1960 (sobre el cual no nos vamos a adentrarnos aquí); y dos, forcejea con las contradicciones y punto de vista de los jóvenes negros en Estados Unidos y las implicaciones para hacer la revolución (concentrado en el personaje de Killmonger —— lo que exploraremos más a fondo aquí). Relacionado con ambos temas, también les da una advertencia implícita a los influyentes en la clase dominante, pero más directamente, creemos, a las clases medias y altas del pueblo negro, de que, si no ponen atención a lo que está ocurriendo entre “los de abajo”, es posible que éstos hagan añicos al mundo entero al levantarse contra la opresión en formas que encarna el personaje de Killmonger.

En el transcurso de la película, T’Challa y la élite de Wakanda deciden que Wakanda saldrá de su escondite, romperá con sus políticas aislacionistas, y dedicará sus recursos a intentar hacer reformas para ayudar al mundo. En una de las últimas escenas, T’Challa y Nakia regresan a Oakland, a la cancha de básquetbol y el multifamiliar donde Killmonger creció. Wakanda había comprado todo el terreno en la zona y está en proceso de construir vivienda y centros de recursos para los residentes de la zona. Un niñito se acerca a T’Challa y le pregunta, “¿Quién es usted?”. Por supuesto, él es la Pantera Negra, y creemos que en esta escena los cineastas están dando de entender que ese es el camino (programas de desayuno, clínicas de salud, etc.) en que se hubieran continuado las Panteras Negras de los 1960s, mientras que sus ideas sobre la revolución los llevaría, al final, hasta donde terminó Killmonger. Creemos que esto se puede deducir razonablemente de esta escena y de toda la trayectoria de la película, aun siendo posible que los cineastas les tengan un gran respeto a las Panteras Negras, incluidas  su ideología más militante y acciones de defensa propia.

Esto aborda el núcleo de una pregunta urgente y estratégica para la revolución: ¿Por qué, en torno a este tema moral básico de revolución vs. reforma, los cineastas dieron un tropezón tan feo, como lo plantea Noche Díaz?

Noche Díaz critica el punto de vista de clase de los cineastas: “Pero lo que se expresa en la película es la visión y las aspiraciones características de sectores de la clase media negra y la burguesía negra, junto con su temor a las masas básicas de gente negra, su potencial destructivo, y el trastorno que resultaría de su levantamiento. El temor de que, si esto se desatara, solamente podría terminar en un baño de sangre de venganza, con un nuevo reino despótico sobre el pueblo”.

Cabe repetir, creemos que su descripción del punto de vista de clase de los cineastas es cierta, en última instancia, pero también creemos que los cineastas estaban forcejeando con este punto de vista, en relación con ellos mismos y con sectores de la clase media negra y la burguesía negra. Debemos examinar más a fondo nuestro enfoque de esto.

Creemos que la dinámica que los cineastas no entendieron o a la cual no quisieron hacerle frente se aborda en el siguiente análisis de Bob Avakian, líder de una revolución real y el arquitecto de un nuevo marco de emancipación humana:

Cuando uno ve la gran brecha que con frecuencia y hasta en general existe entre las condiciones y el sufrimiento de las masas y lo que se puede hacer para remediarlos, cuando se enfrenta eso una y otra vez, todos sienten un claro impulso que se expresa en términos morales: ¿cómo se puede cruzar de brazos ante ese sufrimiento?...

Pero en última instancia la moral depende del punto de vista de clase y de cómo se entiende la realidad, lo que, en la sociedad de clases, fundamentalmente y en última instancia, expresa un punto de vista de clase determinado. Hay una moral que no corresponde al reformismo ni se propone solamente atenuar la situación y sufrimiento de las masas ni aliviar algunos, y solamente algunos, de sus efectos. Esta moral se propone eliminar y abolir las causas del sufrimiento; esta moral corresponde a la conciencia revolucionaria de que, mientras siga en pie el sistema capitalista imperialista, no podemos eliminar el sufrimiento de las masas y, de hecho, empeorará.

— “Reforma o revolución — Cuestiones de orientación, cuestiones de moral”, Suplemento al Capítulo 1 de Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian

A veces las personas de buenas intenciones quieren que se alivie el sufrimiento de las masas — pero al mismo tiempo no quieren la revolución. Creemos que el director y guionista, Ryan Coogler, sinceramente se inquieta por las masas de los oprimidos. Si no fuera así, su película Fruitvale Station, sobre la vida de Oscar Grant y su asesinato a manos de la policía, no hubiera sido tan impactante y conmovedora como lo es; tampoco él hubiera podido crear el personaje Killmonger en algunas de las maneras en que lo hizo, y con un gran afecto (al cual abordaremos más adelante). Es posible que uno reconozca la opresión, que vea horribles injusticias, y que anhele sinceramente “un mundo mejor”, pero si la manera “cómo se entiende [esa] realidad” no se fundamenta en un conocimiento científico de, como dice BA, “las causas del sufrimiento” y el reconocimiento de que, “mientras siga en pie el sistema capitalista imperialista… de hecho, empeorará”, pues hay una base para que las personas se engañen de que el único camino sea el de la reforma, y cuando las masas sí se levanten, para posiblemente oponérseles con la contrarrevolución. [Hemos añadido énfasis en cursiva a la cita.]

¿Las personas con un punto de vista de la clase media o la pequeña burguesía (lo que también es el punto de vista de la mayoría de las personas de las masas básicas) pueden romper con ese punto de vista y unirse con la necesidad de una revolución real? Sí, pero por más sinceramente que se mortifiquen por el sufrimiento de las masas, si se aferran a rechazar un entendimiento materialista científico de la realidad, terminarán en un camino incorrecto. Esta es una batalla epistemológica la que hay que librar muy ferozmente por sus propios méritos.

Una vez que las personas lleguemos a entender las cosas más clara y científicamente, pues nos encontraremos en un punto donde, como Bob Avakian lo ha descrito, se encuentran la epistemología y la moral. En EL NUEVO COMUNISMO, Bob Avakian lo aborda:

He señalado… que hay un punto donde la epistemología y la moral se encuentran.  ¿Qué quiere decir eso? Que, al llegar a comprender ciertas cosas, se presenta la pregunta: ¿Qué hace uno con lo que ha llegado a comprender? ¿Lo sigue, o se aleja de ello, o lo adultera, lo diluye y lo transforma en otra cosa? Estos son los puntos donde se encuentran la epistemología y la moral. Y esto no ocurre en una sola ocasión; ocurre repetidamente en la vida y de manera continua, para todos. Los retos se plantean repetidamente. Al ir aprendiendo de la vida y el mundo, ¿qué hace uno con lo que va aprendiendo?

EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino a la verdadera emancipación

Esto es el reto que hay que plantearles a los cineastas, artistas e intelectuales como Coogler (y, por supuesto, más general y ampliamente entre las masas) con el fin de ganarlos, mediante la lucha, al lado de la revolución.

Así que, la pregunta es: ¿Los cineastas “dieron un tropezón feo” porque les faltaba un entendimiento científico de la realidad y por tanto no reconocieron que la opresión y el sufrimiento de las masas de gente están arraigados en el funcionamiento del sistema de capitalismo-imperialismo (y ellos no han hecho el trabajo para conseguir dicho entendimiento científico), o entienden esto en cierto nivel pero se han negado a hacer frente a las implicaciones de entenderlo — que la revolución es la única solución? (No vamos a analizar esto en detalla aquí porque Noche Díaz lo hizo en su reseña, pero ¿qué carajo estaban pensando al presentar a un agente de la CIA como un héroe de la película? ¡¿Qué revela esto sobre su punto de vista?!) Estas son el tipo de preguntas las que hay que discutir y plantearles a los cineastas; y, lo que es más relevante, sí creemos que la película planteó estas preguntas y es nuestra responsabilidad como líderes comunistas revolucionarios resumirlas de la película y luchar con otras personas sobre ellas.

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Creemos que es importante explorar más a fondo el personaje de Killmonger ― tanto la manera en que lo representaron los cineastas cómo el impacto objetivo que este personaje tiene en el público, en todos los sectores de pueblo negro, así como el pueblo en general.

Sobre este punto, no estamos seguros de estar completamente de acuerdo con la manera en que Díaz interpreta el personaje Killmonger, ni de qué era la intención de los cineastas en su representación del personaje. Pensamos que crearon este personaje muy conscientemente; Killmonger concentra la ira y la angustia históricas, la rabia y la desesperanza por conseguir alguna justicia en este sistema, y al mismo tiempo concentra la idea de que la única manera de luchar contra el sistema es convertirse en algo parecido al sistema. Killmonger se había alistado en las Fuerzas Especiales militares estadounidenses y había matado a gente por todo el mundo con tal de aprender a “combatir a su manera”, como lo calificaríamos. Esto significa combatir de una manera que corresponde a su visión de la “revolución”, que utilizaría la tecnología de Wakanda para iniciar una insurrección global de los oprimidos con el fin de conquistar imperios y convertirse en los nuevos conquistadores. En cierto punto, Killmonger declara, “El sol nunca se pondrá sobre el imperio de Wakanda”. Según este concepto distorsionado de la revolución, los oprimidos se levantan sólo para convertirse en los nuevos opresores. Y la forma en que Killmonger combatía, matando a personas cercanas a él así como a cualquier otra persona que lo estorbara, es un reflejo del principio de “el fin justifica los medios”.

Aquí sí tenemos que intervenir y retar a los cineastas, que por sí solos no podrían ver más allá del marco de la reforma burguesa ni imaginar un levantamiento revolucionario real. Sí da ganas a gritarles, si van a contraponer la reforma y la revolución, ¡por lo menos sean honestos al representar cómo sería una revolución real! Los que siguen la dirección de Bob Avakian luchan por una revolución cuyo objetivo es la emancipación de la humanidad — la revolución más radical en la historia humana, que busca nada menos que superar todas formas de opresión y explotación en el mundo entero, una sociedad donde la humanidad pudiera florecer de verdad. Es más, combatiremos “a nuestra manera”, lo que significa a maneras que corresponden a los objetivos y principios de una revolución así de emancipadora. Al describir el carácter de semejante revolución, Bob Avakian ha señalado que una revolución sería posible: “cuando se dé un cambio cualitativo en la situación objetiva, cuando hayan surgido una situación revolucionaria y un pueblo revolucionario de millones y millones de personas”. Y, respecto al carácter de esa revolución, continúa:

Y cuando se realice esa revolución, cuando se cree un nuevo poder estatal revolucionario, no solamente existiría un nuevo ejército, sino que ese nuevo ejército se guiaría por principios muy diferentes. Habría una cultura en tal ejército, pero sin duda no sería (como en el himno de la infantería de la marina imperialista): “Desde las salas de Moctezuma a las orillas de Trípoli” — ¡eso simplemente no va a ser lo que guía el nuevo aparato estatal! … Los principales de lo que estamos hablando aquí, y la razón por la cual estamos saliendo para ganar a las personas a ser emancipadores de la humanidad, es que de hecho éstas van a ser la columna vertebral del nuevo estado.

Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian , 2:15

Por lo que hemos leído, muchos de los que han visto la película, incluidos muchos críticos cineastas, están apreciando a Killmonger y reconociéndolo como el héroe en vez del villano del filme y el “verdadero revolucionario” (aunque esto último se debate), en vez de T’Challa, el personaje de la Pantera Negra. Creemos que esto se debe al programa de venganza de Killmonger (que, en esencia, dice, “ellos ya han dominado mucho tiempo, ahora nos toca”), aunque refleja el de los opresores, se basa claramente en la experiencia de los oprimidos y la justicia de su rebelión contra sus opresores.

No creemos que Ryan Coogler, el director y uno de los guionistas, simplemente usara el personaje de Killmonger para hacer una advertencia preventiva a los que detentan el poder. Creemos que tiene sentimientos en conflicto sobre cómo ver a la juventud negra, especialmente a los que están acorralados en los barrios infernales en Estados Unidos. Pues sí, su representación de Killmonger y más generalmente de lo que Killmonger encarna son un disparo de advertencia, por decirlo así, para los que detentan el poder respecto el polvorín sobre que están sentados; asimismo, estamos seguros de que también sirve de cuento admonitorio para las clases medias y altas del pueblo negro que saben de la opresión de las masas y no hacen nada. Sin embargo, a base de lo que sabemos de Coogler, hay razones por creer que él mismo se angustia, no sólo porque el sistema no tiene ningún futuro para los jóvenes negros (ni para el pueblo negro en general), sino que les ha infligido tanta opresión y tanto salvajismo durante décadas. Creemos que se le dificulta ver más allá de la desesperanza de la situación y que también que se angustia sobre adónde podría llevar esta desesperanza. Creemos que forcejea precisamente con esto en la película. No creemos que su humanización de Killmonger (en varias maneras en la película) sea nada más que un instrumento sofisticado y cínico con tal de traficar bajita la mano el mensaje de que la revolución, aunque parezca algo atractivo, es un callejón sin salida.

Al final de la película, Killmonger se niega a abandonar su oposición al sistema (o, como lo describe Noche Díaz, se niega a denunciar la revolución) cuando rechaza la oferta de T’Challa de permitir que viva, porque obviamente eso sería bajo los términos que T’Challa pusiera. La respuesta desafiante de Killmonger a T’Challa era: “Entiérrame en el océano con mis ancestros que se arrojaron de los barcos, porque sabían que era mejor la muerte que la esclavitud”. No creemos que esto era una maniobra cínica de Coogler para decir a las masas, abandonen toda esperanza de la revolución, que sus únicas opciones son rendirse ante el sistema o morir. No creemos que esta haya sido la única intención de Coogler (aunque eso podría ser una posible interpretación), ni tampoco creemos que esto sea el impacto objetivo que tiene sobre las masas del pueblo negro y la gente más ampliamente. Pero, honestamente, no sabemos de ciencia cierta, pero en algunas cosas que estamos leyendo sobre las respuestas a la película, esta no es la impresión que nos da. Para cualquier persona que viera la película y que tenga siquiera un poco de corazón, creemos que posiblemente esta escena iba con la intención de legitimar el odio de Killmonger contra la opresión histórica del pueblo negro y para mantener abierta la cuestión de la revolución. Aunque no fuera la intención de los cineastas, creemos que esto es el impacto objetivo que tiene sobre muchos del público. No estamos seguros de que fuera la intención del guion o fuera el resultado de la actuación conmovedora e impactante de Michael B. Jordan, pero sí creemos que esto es el impacto objetivo. Pero en todo caso, crearon el personaje de Killmonger con un núcleo emocional e intelectual con la intención de que se lo admirara y que se forcejeara con él en varias dimensiones. Finalmente, ha creado mucha controversia y debate sobre cómo entender a Killmonger.

Nada de lo anterior va para declarar que los cineastas tengan o apoyen un punto de vista más liberador sobre una revolución real.

Claramente, los cineastas son mucho más cómodos con algún cuento de hadas de la reforma. Eso se ve muy claramente en las últimas escenas de la película, en las que Wakanda sale de su escondite, se suma a la “comunidad” mundial, y empieza a repartir caridad a los oprimidos. Pero esto no fue el corazón emocional de la conclusión de la película — definitivamente fue la derrota y luego la muerte de Killmonger. Interpretamos que esto dice, se justifica la rebelión, pero rebelarse en la manera en que lo intentó Killmonger es un callejón sin salida — pero creemos que posiblemente los cineastas dejaban abierta esta cuestión de la revolución como algo con qué forcejear.

Al contraponer T’Challa, el rey de Wakanda y la Pantera Negra, a Killmonger, y al escoger el lado de una burguesía benévola en vez de Killmonger y lo que su personaje representa, esta película (sin importar si esto fuera la intención o no de los cineastas) plantea directamente una cuestión muy estratégica para la revolución: “¿Las masas son capaces de gobernar?” Claramente la película responde que ¡No! Dos puntos acerca de esto: Uno, ¿cuándo fue la última vez que siquiera se ha planteado esta cuestión en la cultura tan ampliamente entre las masas?; y, dos, relacionado con esto, tenemos que reconocer que esto es una oportunidad para luchar con los cineastas (así como con otros artistas e intelectuales) y las masas en general en torno a esta cuestión estratégica.

Se trata lo que significa preparar a las masas para ser capaces de gobernar, y cómo hacerlo, en “Sobre la estrategia para la revolución”:

Luchar contra el poder, y transformar el pueblo, para la revolución es una parte clave de nuestro enfoque estratégico, que proporciona una forma para que el partido pueda unirse con la gente y proporcione el liderazgo para que la gente se cambie a sí misma a medida que participa en la lucha para cambiar el mundo... para levantar la cabeza y ampliar su visión, a reconocer qué clase de mundo es posible, cuáles son sus verdaderos intereses y quiénes son sus verdaderos amigos y sus verdaderos enemigos, a medida que se levanta en contra de este sistema... para asumir un punto de vista revolucionario y los valores y la moral revolucionarios mientras se unen con otros para resistir a los crímenes de este sistema y construir y acumular la base para la lucha revolucionaria final y sin cuartel para deshacerse de este sistema y hacer nacer una forma completamente nueva de organizar la sociedad, una forma totalmente nueva de ser... para ser los emancipadores de la humanidad.

Para que todo esto suceda y para que la revolución tenga una verdadera oportunidad de triunfar, la dirección es esencial. Y existe tal dirección. Pero también hay mucho trabajo por hacer.

Una declaración del Partido Comunista Revolucionario: “Sobre la estrategia para la revolución”

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Como señala Noche Díaz, millones y millones de personas han visto esta película, y entre los negros, “lo dieron la bienvenida como un soplo de aire fresco”. Sí creemos que es necesario criticar, como lo hizo Noche Díaz, lo que es “venenoso” en la película. Sin embargo, opinamos que, incluso con todos los problemas graves que tiene la película, ha abierto “aire” o espacio para adentrarse en estas cuestiones, forcejear con ellas  y luchar tajantemente en torno a ellas con individuos y bloques de personas — comparando y contrastando diferentes enfoques, diferentes cosmovisiones, diferentes epistemologías, y adónde llevarán. Además, ya que creemos que los propios cineastas están forcejeando con algunas de las cuestiones planteadas arriba, creemos que no es correcto calificar esta película de “gas venenoso” de modo terminante, con relación a la intención de los cineastas y especialmente al impacto objetivo de la película en el público.

 

 

 

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