Al borde del abismo del fascismo…
¿Qué se hará si Trump despide a Mueller?

18 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Durante la semana pasada, una investigación de Robert Mueller, el “fiscal especial” encargado de examinar los vínculos de la campaña de Trump con agentes rusos, se estaba acercando a trompicones a Trump. Trump ha lanzado una ráfaga de ataques en respuesta. Ha amenazado repetidamente con despedir a Mueller y Rod Rosenstein, el funcionario del Departamento de Justicia que lo nombró.

Una bifurcación en el camino

El régimen fascista de Trump y Pence se enfrenta a desafíos inmensos e intensos, a nivel global y nacional. El conflicto sobre la investigación de Mueller se intensifica al mismo tiempo que el régimen ha lanzado ataques contra Siria. A principios de abril comenzó “juegos de guerra” en Corea. Trump ha armado un “gabinete de guerra”, sumando a su círculo íntimo al belicista fascista John Bolton, el fascista cristiano Mike Pompeo y la torturadora Gina Haspel. Como dijo Andy Zee en el lanzamiento de la nueva convocatoria de Refuse Fascism (Rechazar el fascismo): “Estamos acercándonos a una encrucijada”.

Urge reconocer que los ataques y amenazas de Trump respecto a la investigación de Mueller representan un gran paso hacia la consolidación del fascismo. Como escribió Revolución, “El fascismo es cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerza una dictadura abierta, la que gobierna por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como ‘enemigos’, ‘indeseables’ o ‘peligros para la sociedad’”.

Los ataques de Trump contra Mueller tienen como objetivo establecer la capacidad de él y su régimen para triturar e no hacer caso de la ley. Tienen el fin de eliminar y aplastar a la oposición, incluso cuando está en la clase dominante.

Para consolidar el fascismo, el régimen de Trump y Pence necesita atacar y hacer añicos las normas, leyes e instituciones que cohesionan la democracia burguesa en Estados Unidos. Incluso en los “tiempos normales” cuando las masas tienen algunos derechos democráticos, existen en el contexto de una dictadura de clase total de los capitalistas imperialistas, en la que los imperialistas establecen los términos y el monopolio estatal del uso de la fuerza impone esos términos. Pero no es una cosa sin importancia para las masas que un sector de los imperialistas capitalistas instituya el fascismo, así haciendo mucho más difícil la batalla por un futuro diferente.

La necesidad de triturar esas normas es un motivo central por el cual Trump sigue atacando a la prensa y designando a fascistas cristianos a puestos como jueces federales. También continúa atacando y degradando a sectores de la clase dominante que se oponen a su programa y sus esfuerzos por establecer una autoridad del ejecutivo (la presidencia) sin trabas. Sus ataques a la investigación de Mueller constituyen un intento de destrozar la “separación de poderes” constitucional que ha sido un principio central de Estados Unidos desde su fundación.

Bob Avakian, en su artículo “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”, hizo esta observación importante y muy relevante sobre el fascismo y sus intentos de consolidar el poder:

Aparte de atacar a los que se oponen cabalmente al fascismo y al sistema capitalista imperialista, para usar una analogía, atacan con saña la República de Weimar (la república de Weimar fue la república democrático-burguesa fundada al final de la I Guerra Mundial y abolida con el ascenso al poder de Hitler y los nazis en la década de 1930)....

Atacar al equivalente de la República de Weimar (al Partido Demócrata, los “liberales”, etc., y tildarlos de traidores) es parte de la estrategia de callar y suprimir, con la fuerza del estado si es necesario, a todo grupo o sector de la sociedad, e incluso de la clase dominante, que presente un obstáculo al proyecto que los fascistas cristianos, y fuerzas de esa tendencia general, proponen implantar en Estados Unidos (y, de hecho, en el mundo entero). Por un buen tiempo (desde la época de la guerra fría hasta la época de la “guerra contra el terrorismo”), esas fuerzas han atacado sistemáticamente a liberales, a políticos liberales de la clase dominante (además de comunistas, anarquistas y otros radicales) y los han tildado de traidores. [La negrita estaba en el original, hemos añadido la cursiva].

Trump no solo está demoliendo estas normas; actúa para establecer normas fascistas en su lugar. Si intenta despedir a Mueller, urge que las personas salgan a las calles y permanezcan allí en protesta. No será suficiente desahogar nuestra ira y oposición una vez, para luego volver a casa. El régimen fascista absorbería la protesta y seguiría imponiendo más represión sobre la oposición — en la clase dominante y ampliamente en la sociedad.

Este es un reto que la gente tiene que asumir. Un intento de parte de Trump de ponerle fin o paralizar la investigación de Mueller debe ser un momento en que masas de personas expresen, en las calles, la determinación de no avanzar más en el camino hacia el fascismo. Debemos protestar y perseverar en mantener esa protesta mientras crecen el número de manifestantes y su determinación.

Actuar en pro de los intereses de la humanidad

Distintas fuerzas en la clase dominante se están chocando fuertemente sobre cómo proceder en esta situación. El senador demócrata Schumer, al dirigirse a Trump, dijo: “Por el bien de nuestro país, le suplicamos. No mete a este país en una crisis constitucional, ya sea al despedir a Mueller, Rosenstein o impedir de otra forma esta investigación. El estado de derecho es primordial en este país. Ningún hombre, ni siquiera el presidente, está por encima de eso”. Algunos republicanos de alto rango asimismo han advertido contra las amenazas de Trump de poner fin a la investigación de Mueller. El senador Lindsey Graham, por lo general un aliado de Trump, dijo que si Trump decidiera despedir a Mueller, “eso sería el comienzo del fin de su presidencia”.

Mientras tanto, Steve Bannon, de regreso de Europa donde estaba animando a los supremacistas blancos por allí, se ha estado codeando con otros fascistas, incluidos representantes del Congreso y personal de la Casa Blanca, tramando, según informes, un plan para proteger a Trump y poner fin a la investigación de Mueller por medio de despedir a Rosenstein y detener la “cooperación” de Trump con Mueller.

Suplicar a los fascistas, lo que promueve Schumer, no servirá. De hecho, solo puede causar un gran daño, fomentando ilusiones de que de alguna manera se pueda confiar en el Partido Demócrata para detener la consolidación fascista, y desmovilizando a la gente para que no libre la lucha necesaria para impedir que el fascismo consolide su control del poder. Pero millones de personas que estén actuando en esta crisis en pro de los intereses de la humanidad, no de “nuestro país” como dice Schumer, es de hecho la única manera en que muchísimas personas que buscan dirección de Schumer y otros demócratas puedan formar parte de un movimiento que en realidad descarrile el monstruoso ferrocarril fascista. Y eso es lo que la humanidad, y el planeta, necesitan con urgencia.

Revolución continuará analizando esta situación de desarrollo rápido y alta volatilidad.

Puntos de Orientación

  • Toda medida del régimen de Trump y Pence para terminar o suprimir la investigación de Mueller representaría una mayor demolición de las normas democráticas burguesas que han cohesionado Estados Unidos, y su sustitución por normas abiertamente fascistas. Significaría un gran salto en la centralización del poder ejecutivo por parte del régimen fascista de Trump y Pence. Rompería deliberadamente con los procedimientos establecidos según los cuales la clase dominante enfrenta y lidia con las disputas en sus propias filas, y con otras fuerzas e instituciones burguesas con las cuales mantiene algunas restricciones al poder del presidente. Significaría que el régimen fascista de Trump y Pence está derribando aún más los obstáculos a su programa dentro de la estructura de poder imperialista, y dándole el ejemplo a otros que se atreverían a oponerse.
  • Este conflicto podría detonar una crisis constitucional dentro del sistema. Una crisis constitucional en este caso significa que las fuerzas opuestas no puedan resolver sus profundas diferencias según las normas, procedimientos e instituciones establecidos de la sociedad estadounidense. El Partido Demócrata es un partido gobernante del sistema imperialista cuya dirigencia no está de acuerdo con Trump sobre la mejor manera de servir a ese sistema. No se puede confiar en ellos para hacer frente al avance de Trump hacia el fascismo. Un movimiento masivo en las calles que persista en su oposición a las acciones de Trump contra Mueller, y de hecho persista en luchar para expulsar a todo el régimen fascista de Trump y Pence, es la única manera que algo positivo por la humanidad podría resultar de esta situación.
  • Si el régimen de Trump y Pence intenta paralizar la investigación de Mueller, la gente debe responder con protestas masivas; salir a la calle y permanecer allí, nuestra cantidad y determinación aumentando.
  • Los conflictos que comienzan como una cosa, bajo los términos establecidos por el sistema, no siempre terminan así. Algo que comienza como un conflicto importante en la cima puede crear oportunidades importantes para desarrollar una oposición masiva en las calles al régimen fascista. Puede contribuir a lograr grandes avances en liderar y organizar a millones de personas para expulsar al régimen de Trump y Pence. Un conflicto importante en la cima puede conducir a oportunidades importantes para avanzar el movimiento para la revolución.
  • Adéntrese en las obras de Bob Avakian, en particular la película de su discurso ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista! ¡Un mundo mejor ES posible! (en inglés) para comprender más profundamente las fuerzas motrices y lo que está en juego en este conflicto, y qué se debe hacer para enfrentarlo y detenerlo. Los comunistas revolucionarios y todos aquellos que anhelan un futuro mejor fuera de las restricciones del imperialismo deben aprovecharse de este momento para divulgar ampliamente esta película y otras obras de BA.

 

 

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