En memoria a Robert F. Williams:
Una voz en pro de la autodefensa armada y la liberación negra

Obrero Revolucionario #883, 24 de noviembre 1996

"El cambio social en algo tan fundamental como la opresión racista implica violencia. Aquí no puede haber progreso sin violencia y trastorno, porque es una lucha de supervivencia para un lado y de liberación para el otro. Los que detentan el poder siempre defienden su posición y privilegios sin piedad ni misericordia. Eso no es una regla abstracta para que la mediten los estadounidenses. Es una verdad que se reveló en el nacimiento de esta nación y que se ha seguido revelando muchas veces más en nuestra historia".

Robert F. Williams en Negroes With Guns, publicado en 1962

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Robert F. Williams murió el 15 de octubre en Grand Rapids, Michigan. Lo que más lo dio a conocer fue su militante dirección del movimiento de derechos civiles en el Sur, donde organizó a los negros a armarse para defenderse del Ku Klux Klan. Williams no nadó con la corriente de "no violencia" y forjó un camino militante en la lucha para terminar la segregación, un camino que tuvo fuerte impacto en el movimiento de liberación negra de los años 60.

Robert Williams nació en Monroe, Carolina del Norte, en 1925; de niño oía de sus abuelos historias de los tiempos de la esclavitud, que ellos vivieron. Durante la II Guerra Mundial, fue maquinista. Cuando tenía 16 años dirigió una huelga. Se trasladó a Michigan, donde trabajó en la industria automotriz y luchó en el motín de Detroit de 1943, cuando chusmas de blancos mataron a docenas de negros en la calle. En 1947, Williams se casó con Mabel Ola Robinson, también dedicada a la justicia social y la liberación de los negros; formaron una unión de amor y respeto que duró toda su vida.

Robert Williams puso su huella en la historia cuando regresó a Monroe en 1955, después de salir de los Marines. Fue elegido presidente de la rama del condado de la NAACP (Asociación para el Fomento del Avance de la Gente de Color) y se puso a reclutar miembros entre jornaleros, campesinos, trabajadoras domésticas y desempleados. En su libro Negroes With Guns, Williams escribe: "Resultó ser un capítulo único en toda la NAACP debido a su composición de clase obrera y a que su dirección no era de clase media. De suma importancia era que teníamos una fuerte representación de veteranos vueltos de la guerra que eran muy militantes y no se asustaban fácilmente. Empezamos una lucha en Monroe y en el condado para integrar los servicios públicos; teníamos el apoyo de un grupo de blancos de la iglesia Unitaria". Monroe era la sede regional del sureste del KKK, pero eso no frenó a Williams de organizar la lucha contra la segregación.

En Monroe, a los niños negros no se les permitía bañarse en la alberca pública. Como consecuencia, varios niños negros se habían ahogado nadando en ríos y quebradas. En 1957, Williams le propuso a la alcaldía que abriera la alberca un día a la semana para los negros. La respuesta fue que sería "muy costoso" porque "habría que vaciarla y lavarla cada vez" que los niños negros la usaran. Williams llevó a un grupo de niños negros a la alberca para meterse a la fuerza. Después de eso, empezó a recibir amenazas de muerte. La respuesta de Robert Williams repercutió por todo el Sur: empezó a organizar escuadrones armados de negros para defenderse.

El KKK hacía concentraciones de miles, que después se subían a sus carros y se desbocaban por la comunidad negra, con sábanas y capuchas. Disparaban al aire y sembraban terror. Williams decidió que era necesario armarse: "Compramos unas armas en tiendas y después una iglesia del Norte recaudó dinero y nos consiguió mejores rifles. El Klan descubrió que estábamos armando y vigilando nuestra comunidad". Después, Williams fue a Nueva York y habló en la Mezquita No. 7 de Malcolm X para recaudar fondos para armas. La autodefensa armada dio resultado. La noche del 7 de octubre de 1957, el Klan llegó a alborotar como de costumbre en Newton, el sector negro de Monroe, y se encontró con grupos de hombres negros armados. Presos del pánico, los klanistas huyeron en todas direcciones y ahí acabaron sus recorridos por Newton.

El caso del beso

En 1958, Robert Williams dirigió la lucha para salvar a dos niños negros presos por besar a una niña blanca de nueve años. El 28 de octubre, dos niños negros, James Hanover (siete años) y David "Fuzzy" Simpson (nueve años), jugaron con unos niños y niñas blancos. Después, una niña le dijo a su mamá que un niño negro la besó, y se armó la gorda en Monroe. El padre de la niña y sus vecinos sacaron sus escopetas y se fueron a buscar a los niños y sus padres. Esa noche, arrestaron a James Hanover y Fuzzy, los acusaron de violación, y unos pocos días después un juez de una corte juvenil los declaró culpables y los mandó por tiempo indefinido a una correccional. Les dijeron que de pronto podrían salir al cumplir 21 años. Los niños no tuvieron abogado.

Robert Williams llamó al conocido abogado de derechos civiles negro Conrad Lynn, quien viajó de Nueva York. A las madres de los niños no les permitieron verlos durante varias semanas. Entonces Joyce Egginton, una periodista inglesa, consiguió permiso para verlos y llevó a las madres. Egginton metió una cámara de contrabando y fotografió a las madres abrazando a sus niños. Cuando el artículo y las fotos de Egginton recorrieron Europa y Asia, se formó un comité para defender a los niños en Europa. Hubo inmensas manifestaciones en París, Roma y Viena; en Rotterdam apedrearon la embajada estadounidense. Eso era una gran vergüenza internacional para el gobierno. En febrero, la corte les propuso a las madres que firmaran una admisión de culpa y que soltaría a los niños. Las madres dijeron que no. Dos días después, soltaron a James Hanover y Fuzzy sin condiciones ni explicación.

"A violencia con violencia"

"El militante afroamericano es `militante' porque defiende su persona, su familia, su casa y su dignidad. El no introduce la violencia en un sistema social racista: la violencia ya está ahí, siempre ha estado ahí. Precisamente esa violencia no confrontada es lo que permite que se perpetúe un sistema social racista. Cuando alguien dice que se opone a que los negros `recurran a la violencia', lo que quiere decir es que se opone a que los negros se defiendan y confronten el monopolio exclusivo de la violencia que practican los racistas blancos".

Robert F. Williams en Negroes With Guns

Otras luchas de Monroe recontraconvencieron a Williams de que los negros no encontrarán justicia en este sistema. En un caso, un hombre blanco, Louis Medlin, agredió y trató de violar a Mary Ruth Reed, una joven negra con ocho meses de embarazo. Cuando un jurado exoneró a Medlin, Williams dijo que se sentía culpable por haber persuadido a la comunidad de no vengarse y de esperar que el sistema judicial hiciera justicia. Dijo: "El juzgado estaba lleno de mujeres negras y cuando lo declararon inocente, todas voltearon a verme y me dijeron: `¿Y ahora qué vas a hacer? Abriste las compuertas contra nosotras. Ahora esa gente sabe que nos puede hacer lo que le dé la gana y que no habrá castigo de la ley; o sea, estamos expuestas y tú eres responsable'. Yo les dije que en una sociedad civilizada la ley es un freno para que los fuertes no se aprovechen de los débiles, pero que el Sur no era una sociedad civilizada.... Dije que en el futuro nosotros mismos defenderíamos a nuestras mujeres y niños, nuestros hogares y nuestra persona con armas. Que responderíamos a violencia con violencia".

Al día siguiente, el director de la NAACP, Roy Wilkins, llamó a Williams y le preguntó si efectivamente había dicho eso. Williams le contestó: "Sí, y pienso repetirlo en varios programas de radio y TV en los próximos días". Unas pocas horas más tarde, Williams repitió sus palabras ante la prensa. Al día siguiente, Wilkins lo suspendió seis meses de la NAACP.

Armas en la alberca

Preocupado por los jóvenes negros que crecían en un país racista, Williams dijo: "Nuestros niños crecen sin zapatos y con una dirección que no pueden obtener en las escuelas segregadas. Una vez hubo una amenaza en Monroe de guerra de pandillas de adolescentes negros. Se disipó cuando los adolescentes resolvieron sus dificultades al entender el problema. Es apenas natural que los jóvenes negros estén imbuidos del deseo de hacer algo. Frustrados por los adultos menos activos, ese deseo se puede proyectar en una mala dirección. El vigor de la juventud se debe canalizar hacia acciones militantes constructivas. Es sentido común poner a estos jóvenes negros a pelear constructivamente contra la injusticia racial en vez de pelear entre sí. El peligro no respeta el color; es mejor sangrar por una causa justa que sangrar por la mera emoción de ver sangre. La rebelión se fermenta en la juventud moderna. Es mejor que se gaste contra sus verdaderos enemigos que contra compañeros de escuela que ni siquiera pueden explicar las razones de sus peligrosas confrontaciones".

En 1961, Williams organizó a la juventud de Monroe para luchar por integrar la alberca. Estacionaron piquetes a la puerta y la alberca se cerró. Williams sufrió varios atentados y un día, cuando iba en su carro para la alberca, otro carro se le echó encima y lo echó a la cuneta. Williams describe lo que pasó a continuación:

"La multitud empezó a gritar. Decían que un n*gger atropelló a un blanco. Se referían a mí. Gritaban: `¡Maten a los n*ggers!' `¡Maten a los n*ggers!' `¡Echenle gasolina a los n*ggers!' `¡Quemen a los n*ggers!'. Estábamos sentados en el carro. El hombre del otro carro se baj ó con un bate de béisbol y venía hacia nosotros diciendo: `N*gger, ¿por qué me atropellaste?'. Yo no dije nada. Nos quedamos sentados, mirándolo. Llegó a nuestro carro, a un batazo de distancia, pero yo seguía sin decir nada y sin moverme. Lo que él no sabía era que estábamos armados.... Tenía dos pistolas y un rifle en el carro. Cuando echó el bate para atrás para golpearnos, puse un .45 del ejército en la ventana y le apunté directo a la cara sin decir palabra. El miró la pistola y no dijo nada. Empezó a retroceder.... La chusma se puso a tirarnos piedras. Yo abrí la puerta, puse un pie en el suelo y me paré en la puerta con una carabina italiana".

Cuando un policía agarró a Williams y le ordenó entregar el arma: "Le di un golpe en la cara, lo empujé de un golpe, le puse la carabina en la cara y le dije que no nos íbamos a rendir a una chusma, que no nos íbamos a dejar linchar. El otro policía, que corrió por el otro lado del carro, empezó a desenfundar su revólver para dispararme por la espalda. No sabía que teníamos más de un arma. Uno de los estudiantes (de 17 años) le puso un .45 en la cara y le dijo que si desenfundaba su pistola lo mataba. El policía volvió a enfundar, retrocedió del carro y se cayó en la cuneta".

Había de 3000 a 4000 blancos en la alberca. Las autoridades, incluso el alcalde, estaban ahí. La policía le ordenó a Williams y compañeros que entregaran las armas, pero no lo hicieron. Mabel Williams, que estaba al lado de su esposo durante la confrontación, recuerda: "Sabía que no podíamos contar con la protección de la policía.... Yo pensaba que si tenía que morir, me iba a llevar a unos cuantos. Oí que el jefe de policía le decía a mi esposo: `Si le dispara a uno de estos blancos, lo mato'. Así que yo empuñé mi revólver y resolví que si le hacía algo a Robert, yo lo mataba...". Finalmente, la policía tuvo que dispersar la chusma racista y sacar de ahí a Williams y sus compañeros.

Se va de Monroe

En 1961, grupos de jóvenes blancos y negros de todo el país llamados los "Freedom Riders" llegaron al Sur para contribuir a la lucha de derechos civiles. Cuando llegaron a Monroe, Williams no quiso aceptar su juramento de no violencia, pero pidió apoyo para ellos. En agosto, los Freedom Riders piquetearon el juzgado de Monroe; a los pocos días los atacaron chusmas racistas blancas para sacarlos de la ciudad. Escribe Williams:

"Al principio, las víctimas eran Freedom Riders y los estudiantes no violentos de Monroe, pero en poco tiempo la chusma se volcó por toda la ciudad y se puso a atacar a los negros en general. Se estaban preparando para un ataque contra nuestra comunidad.... Los blancos manejaban por las calles de nuestra comunidad, gritando, disparando y tirando cosas. Muchos negros empezaron a armarse, a prestarse armas y munición, y a formar guardias nocturnas para defender la comunidad de la chusma que se estaba preparando en la ciudad". Williams recibía montones de llamadas; le informaban de palizas, le preguntaban qué hacer, se ofrecían de voluntarios para defender la comunidad.

Un día, una pareja blanca entró a la airada comunidad negra y, para protegerlos, Williams los dejó entrar a su casa.

Esa noche, Robert y Mabel se fueron de Monroe. Después, a Robert y a Mae Mallory, una compañera suya, los acusaron de secuestrar a los blancos que Robert dejó entrar a su casa. El FBI se puso a cazarlos por todo el país. En Monroe, las autoridades se desbocaron: "La policía aprovechó mi desaparición como excusa para invadir la comunidad, destruir casas, atacar a mucha gente que no estaba en la guardia de defensa, interrogar toda la noche a mis compañeros y confiscar armas, armas que poseíamos legalmente".

Defensor desde el exilio

Robert y Mabel Williams se fueron a vivir a Cuba cinco años. Ahí organizaron una emisora, "Radio Free Dixie", en pro de la autodefensa armada y la liberación negra. Williams siguió publicando The Crusader, una circular que empezó en 1959.

La posición de autodefensa armada de Williams siguió teniendo mucha influencia en la lucha de liberación negra. Gracias a su ejemplo se formaron grupos en el Sur como Deacons for Defense en 1965. Su influencia también se sintió en grupos como el Student Non-Violent Coordinating Committee (SNCC) y el Partido Pantera Negra.

Williams dijo: "Cuando los racistas me hicieron exilar, sin querer me lanzaron a un campo de batalla más grande.... Nuestra lucha se identificará más con la lucha de nuestros hermanos de Africa y la lucha de los oprimidos de Asia y Latinoamérica. A su vez, su lucha se identificará más con la nuestra".

En 1963, Williams le pidió a Mao Tsetung, líder de la revolución china, que hablara sobre la opresión de los negros en Estados Unidos. En respuesta, Mao hizo una declaración de apoyo a la causa de la liberación afroamericana. En 1966, Williams y su familia se fueron a vivir a China, donde vivieron durante el apogeo de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Williams recorrió China, visitó comunas y fábricas y observó la construcción de una sociedad socialista de verdad.

Robert Williams no era comunista; era un nacionalista revolucionario militante y desde esa perspectiva apoyó las luchas contra el imperialismo. Como presidente internacional del Movimiento de Acción Revolucionaria (RAM) y presidente electo en el exilio de la República de Nueva Africa, recorrió Africa y Asia. Durante la guerra de Vietnam fue a Vietnam del Norte, se reunió con Ho Chi Minh y difundió por radio propaganda contra la guerra a los soldados negros que estaban en Vietnam del Sur.

En 1969, Robert Williams regresó a Estados Unidos y se instaló en Baldwin, Michigan. Durante varios años luchó para que no lo mandaran a Carolina del Norte a ser juzgado de secuestro. Finalmente, en 1976 anularon esas acusaciones.

Robert Williams nunca claudicó la meta de liberar a los negros de la opresión imperialista. Hasta su muerte, siguió metido en luchas locales contra la brutalidad policial, la discriminación en la educación y demás.

A su muerte, centenares de personas lo recordaron en programas conmemorativos en Detroit y Nueva York. Muchos que lo conocieron y lucharon hombro a hombro con él expresaron cuánto los inspiró e influenció.

El PCR, por medio del vocero Carl Dix, dio la siguiente declaración: "Robert F. Williams dedicó su vida a luchar contra la opresión de los negros y por su liberación.... Un profundo estudio de su legado nos enseñará muchas lecciones. Podemos aprender de su espíritu de determinación. Podemos aprender de la forma innovadora en que organizó la lucha contra los opresores.... Hoy, sigue en pie la explotación y opresión del imperialismo a los negros, y otros, aquí y en todo el mundo. Este no es el momento de sentarnos a ver si el sistema finalmente se va a portar bien con el pueblo. Ha hecho suficiente daño aquí y en todo el mundo para demostrar que, por naturaleza, jamás puede actuar en beneficio del pueblo".


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