Perú: El camino de la liberación

Estrategia y metas de la revolución

Obrero Revolucionario #893, 9 de febrero, 1997

La clase dominante de Perú, sus padrinos yanquis y la prensa que controlan, dicen que el Partido Comunista del Perú es una organización "terrorista" y que los maoístas cometen toda clase de crímenes. Al mismo tiempo, ignoran, tergiversan y mienten descaradamente sobre su estrategia y programa. El enemigo odia profundamente al PCP; es un odio que se basa en la realidad de que la guerra popular es una justa lucha de los oprimidos que se propone tumbar al estado reaccionario y romper el yugo imperialista.

El Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA), al cual la prensa le está dedicando mucha atención, tiene una estrategia y objetivos diferentes que los del PCP. El MRTA surgió de la "izquierda" legal y se propuso plantear una alternativa tanto a la lucha puramente parlamentaria como a la guerra popular. Inició su lucha armada en 1984 en oposición a la guerra popular, que ya llevaba cuatro años y encaraba el genocidio del gobierno. Su estrategia: es parecida a la de las fuerzas revisionistas de El Salvador y Nicaragua, usar la lucha armada para presionar y conseguir pactos con la clase dominante, y no para arrancar completamente el sistema de opresión y explotación. El MRTA no sigue la línea maoísta de la guerra popular, la construcción de bases de apoyo en el campo y el rompimiento total con las fuerzas de la reacción nacionales e internacionales. Más bien, se ha dedicado a "acciones espectaculares" como la de la residencia del embajador japonés, y a buscar alianzas con partidos de la clase dominante.

La atención que la prensa le está dando a Perú plantea este interrogante: ¿cómo pueden las masas peruanas liberarse y acabar con la pobreza e injusticia que las agobia? Con este artículo queremos dar a nuestros lectores una idea básica de las metas y la estrategia de la guerra popular que el Partido Comunista del Perú viene librando por casi 17 años.

Las metas de la guerra popular

El PCP inició la guerra popular el 17 de mayo de 1980; está llevando a cabo lo que el gran revolucionario Mao Tsetung llamó la "revolución de nueva democracia".

En 1986, el PCP declaró: "Hace seis años el Partido Comunista tomó las armas para llevar adelante la revolución democrática que derrumbe la explotación y opresión del imperialismo (principalmente yanqui), del capitalismo burocrático y de la semifeudalidad subsistente a fin de conquistar el Poder para el proletariado y el pueblo, dentro del contexto de la revolución mundial y sirviéndola". ("Desarrollar la guerra popular sirviendo a la revolución mundial", disponible del Comité de Apoyo a la Revolución en el Perú, también publicada en Un Mundo Que Ganar, No. 8, 1987.)

La revolución se propone tumbar las "tres montañas" que oprimen al pueblo: el imperialismo, especialmente el estadounidense, que domina al país, distorsiona su economía, sirve al capital extranjero y le chupa la sangre a las masas; la semifeudalidad en el campo, que perpetúa el atraso, le niega tierra a la mayoría del campesinado, lo oprime salvajemente y le niega todos los derechos democráticos; y el capitalismo burocrático, la principal forma de capitalismo en Perú, que está truncado y sometido al imperialismo.

Solo la toma del poder nacional por medio de la guerra popular liberará a los oprimidos y les permitirá quitarse de encima las tres montañas y romper el yugo que las sujeta. Heriberto Ocasio, el vocero nacional del Comité de Apoyo a la Revolución en el Perú (CARP), ha explicado: "Desde el comienzo de la revolución, el PCP ha enarbolado la consigna `salvo el Poder todo es ilusión'. Se ha basado en la verdad fundamental que Mao Tsetung expuso así: `La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra'. Además, ha declarado que esta guerra tiene que ser una guerra de las masas, una guerra popular".

Después de tumbar las tres montañas, el PCP se propone establecer una República Popular de Nueva Democracia y dirigir a las masas hacia el socialismo y, junto con el proletariado internacional, hacia la meta final del comunismo.

Dirección proletaria

El PCP ha dirigido la guerra popular a pesar de una salvaje guerra contrarrevolucionaria del gobierno con el apoyo de Estados Unidos. ¿Qué le permite al PCP superar el genocidio y perseverar en la lucha justa del pueblo? La ideología y el punto de vista del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo (MLM).

EL MLM les permite a los militantes del PCP y a los combatientes "llevar la vida en la punta de los dedos", como dicen ellos mismos: dispuestos a entregar la vida por la guerra popular y la revolución mundial. El MLM le ha permitido al PCP hacer un análisis concreto de los problemas y las soluciones de la sociedad peruana, apoyarse en la fuerza de las masas y forjar una estrategia militar para desenvolver una guerra prolongada contra un enemigo superior en tamaño y armamento, y avanzar hacia la conquista del poder.

Para librar una guerra popular y construir una nueva sociedad, se necesita la dirección de un partido comunista. Como ha dicho el PCP: "Sin un Partido revolucionario de nuevo tipo, marxista-leninista-maoísta no hay revolución para el proletariado y el pueblo". ("Desarrollar la guerra popular sirviendo a la revolución mundial".)

El Programa del PCP establece que el Partido Comunista es "la vanguardia organizada del proletariado del Perú, el cual es parte del proletariado internacional" y que se propone "servir al pueblo y a la revolución mundial". El PCP participa en el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI).

El PCP dirige al ejército popular siguiendo el principio establecido por Mao de que "El Partido manda al fusil, y jamás permitiremos que el fusil mande al Partido".

El PCP dirige el frente único de las clases revolucionarias. El núcleo del frente único es la alianza obrero-campesina, y esa es la base para forjar alianzas con otras fuerzas de las capas medias, que en un país oprimido como Perú incluye sectores antiimperialistas de la burguesía nacional, así como estudiantes, maestros, periodistas, intelectuales y otros que se han unido a la revolución. Abogados progresistas también han defendido a los revolucionarios.

Estrategia militar

El PCP dice que "la violencia revolucionaria o la revolución violenta, es la única forma de conquistar el Poder y transformar el mundo". Eso se basa en un principio fundamental de Mao: la toma del poder por medio de la guerra revolucionaria de las masas es el primer paso indispensable para transformar la sociedad. Los imperialistas y sus testaferros jamás abandonarán el poder pacíficamente ni dejarán de oprimir al pueblo. Por eso las masas tienen que alzarse en armas y derrotar a las clases dominantes.

La aplicación de esos principios a un país oprimido como Perú significa que hay que librar una guerra popular prolongada. El PCP inició la lucha armada en el campo, donde el poder estatal es más débil. La guerra popular prolongada les permite a las fuerzas revolucionarias, apoyadas en las masas, pasar de la debilidad a la fuerza, aprovechando las debilidades del enemigo y evitando choques decisivos mientras el poderío del enemigo sea superior. Como dijo Mao, toda la lógica militar quiere decir que "ustedes combaten a su manera y nosotros combatimos a nuestra manera". Para el proletariado eso significa que tiene que forjar estrategia y tácticas militares que pongan de relieve sus ventajas, principalmente la iniciativa y el entusiasmo de las masas revolucionarias.

El Comité del MRI (CoMRI) ha señalado: "En un sentido fundamental, una vez iniciada la guerra revolucionaria dirigida por el proletariado, debe continuar hasta que una de las partes contendientes haya sido derrotada. La guerra no puede desarrollarse y detenerse a voluntad como una mera táctica de presión para arrancar concesiones del Estado reaccionario. Los métodos y fines de la guerra dirigida por los marxista-leninista-maoístas son fundamentalmente diferentes de las de la guerra de las otras clases, y aunque esas otras clases libren una guerra contra el Estado reaccionario, ella no puede jamás apuntar a la destrucción total del Estado reaccionario ni al establecimiento del dominio de las masas".

El PCP tomó ese camino en 1980 sabiendo que pasaba a la guerra y que no la podría concluir hasta que un lado o el otro fuera derrotado. Desde ese entonces, ha avanzado mediante vueltas y revueltas, forjando planes y estableciendo objetivos según las condiciones concretas.

Bases de apoyo revolucionarias

En "Desarrollar la guerra popular...", el PCP dice: "En síntesis, el vórtice de la guerra entre el Ejército Guerrillero Popular y las Fuerzas Armadas y Policiales reaccionarias es el problema del Nuevo Estado, el Nuevo Poder, el crear, mantener y desarrollar los Comités Populares, las bases de apoyo y avanzar más y más en la formación de la República Popular de Nueva Democracia, Nuevo Estado...".

Con las bases de apoyo la revolución le va arrebatando terreno y poder político al viejo sistema. Por medio de la revolución agraria en las bases de apoyo, se va tumbando el poder de los reaccionarios y se reparte la tierra de los terratenientes al campesinado.

En las bases de apoyo se plasma el frente único en Comités Populares que siguen la norma de los tres tercios: un tercio miembros del Partido (representantes del proletariado); un segundo tercio de campesinos pobres y un tercio de campesinos medios y fuerzas progresistas.

Las bases de apoyo son indispensables para librar la guerra popular prolongada. Las masas campesinas están organizadas en milicias de base y ayudan al ejército con alimento, ropa, albergue, reconocimiento y hospedaje. El ejército revolucionario también participa en la producción.

El Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) ha señalado: "Mao estableció que la política de conquistar bases de apoyo y establecer sistemáticamente el Poder político era clave para desencadenar a las masas y desarrollar el poder armado del pueblo y la expansión en oleadas de su Poder político".

Vueltas y revueltas
de la guerra popular

Para principios de esta década, ya se habían establecido cientos de Comités Populares en el campo. Las fuerzas del PCP le estaban asestando duros golpes al enemigo de una punta del país a la otra. Además, el PCP había impulsado el trabajo en las ciudades, preparándose para la toma del poder nacional en cuanto se presentaran las condiciones.

Pero la revolución proletaria jamás sigue un camino recto a la victoria. Ante la posibilidad de que la revolución triunfara, el gobierno peruano y el estadounidense aceleraron su contrarrevolución, con la estrategia de guerra de baja intensidad. En abril de 1992, Fujimori lanzó un autogolpe y desencadenó un reino de terror. Las operaciones de espionaje manejadas por los yanquis lograron capturar al Presidente Gonzalo y otros dirigentes del PCP el 12 de septiembre de 1992. Ese fue un duro golpe contra la revolución, un "recodo en el camino" al poder.

En 1993 surgió una línea desde dentro del PCP que pide negociaciones para concluir la guerra popular. Fujimori dice que la solicitud lo hizo el Presidente Gonzalo, quien permanece aislado en un calabozo. El Comité Central del PCP ha denunciado esa línea; ha señalado que es una desviación fundamental que se opone a toda la línea y el programa desarrollados por el PCP, entre ellas los aportes del Presidente Gonzalo. El CC ha pedido que la militancia se reafirme en la base de unidad partidaria y preste atención a esta lucha de dos líneas. Al mismo tiempo, sigue dirigiendo a las masas en la guerra popular.

En marzo de 1995, el CoMRI declaró: "El CoMRI saluda al Comité Central del Partido Comunista del Perú por su firme, vigorosa y correcta oposición a la línea oportunista de derecha que, de llegar a imponerse, constituiría una derrota a la guerra popular y un serio revés a todo el movimiento comunista internacional. El Comité Central ha seguido llevando adelante audaz y valerosamente la guerra popular en medio de las difíciles condiciones surgidas de la captura del Presidente Gonzalo y otros golpes que el Partido ha sufrido. La dificultad más grande que enfrenta hoy el Partido es la propia línea oportunista de derecha y las acciones de aquellos que la plantean.

"Es el deber internacionalista de todo nuestro Movimiento, y del Comité en tanto centro político embrionario del MRI, contribuir en todo lo posible a esta lucha de dos líneas contra la línea oportunista de derecha de buscar negociar un acuerdo de paz, apoyar al Comité Central del PCP a llevar a cabo esta lucha sobre la base más fuerte y con la mayor efectividad, ayudar a fortalecer la dirección y la línea marxista-leninista-maoísta que guía la guerra popular en el Perú y, sobre esa base, seguir avanzándola a través de todas las vueltas y revueltas, hasta lograr el objetivo de la toma del Poder a nivel nacional y la gran meta del comunismo a través del mundo".

La declaración del CoMRI también pidió redoblar la lucha para comunicarse con el Presidente Gonzalo y agregó: "Es importante continuar esforzándose para determinar cuáles son los puntos de vista actuales del Presidente Gonzalo. Sin embargo, la cuestión central es la línea y no el autor".

El MRI lanzó un llamamiento de una campaña internacional, "Agrupémonos todos en la defensa de nuestra bandera roja que ondea en el Perú", y pidió "brindar el mayor apoyo posible al PCP y a la guerra popular que sigue dirigiendo". Todos los que apoyan la revolución en Perú, todos los que apoyan al movimiento revolucionario mundial, todos los que quieren romper el yugo opresor en cualquier parte del mundo, tienen que enarbolar de todo corazón este llamamiento.


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