1996: La Neta sobre las elecciones

Obrero Revolucionario #871, 1 de septiembre, 1996

Para muchos, la política oficial de hoy es como una aplanadora que está abriendo un camino al infierno: más lana para los ricos y menos para los pobres, más censura y espionaje, cárceles en vez de escuelas, quitarle la comida a los niños pobres para pagar la deuda del gobierno. Y como si este último año no fuera lo suficientemente extremo, bien parece que el sistema ahora va a arremeter contra la seguridad social y medicare.

Se necesita un caso muy agudo de "negación" para imaginar que Bill y Hillary Clinton protegen al pueblo de los ataques de la derecha, especialmente después de que él firmó la abolición de Aid for Dependent Children (ADC). El mismo Clinton admitió que esa nueva ley tiene cosas injustas, como cortarle los beneficios a los inmigrantes legales y dejar que los estados les recorten los cupones de comida a los niños. Pero sus paniaguados luego van y dicen que es necesario volver a poner a los demócratas en la Casa Blanca para que sean ellos (y no los republicanos) los que supervisen esos programas. La comentarista liberal Katha Pollitt escribió en la revista The Nation: "¡Ahora supuestamente debemos votar por los demócratas para que puedan desbaratar sus propios votos!"

Noticia, noticia, noticia: ningún político de alto nivel va a suspender la guerra contra el pueblo y anunciar una época de compasión y justicia social.

Así que, ¨cómo puede el pueblo voltear la tortilla? ¨Cómo se puede derrotar un establecimiento político que a todas luces está unido en un plan extremo y cruel?

La necesidad clara y básica de este momento es un movimiento amplio, diverso y resuelto de resistencia contra los viles programas que está empeñada en aplicar la clase dominante.

Tal movimiento de resistencia no solo es necesario; también es posible si nos atrevemos a aprehender el momento.

El hecho de que este otoño es la estación política oficial del sistema hace imperativo que se oigan las voces de resistencia, y les abre una oportunidad. Por más que el sistema anime a participar, millones se sienten excluidos por la falta de alternativa oficial: Dole vs. Dole Lite. Crece la sensación de que los candidatos y las elecciones no traerán un cambio.

Katha Pollitt no habló solo en nombre propio cuando dijo en The Nation cuánto le enfurece ver a congresistas que apoyó votar en favor de brutales recortes de welfare. Después de que Clinton firmó la nueva ley de welfare, ella escribió: "Abogar no puede parar esto porque abogar es hablar en nombre de otros, en vez de que ellos actúen en nombre propio. Enormes manifestaciones por todo el país, con huelgas de S.E.I.U. y A.F.S.C.M.E., plantones en las oficinas de las oficinas de welfare y un campamento de 100.000 personas sin techo en la capital podrían haber afectado el debate. Un boletín de prensa de [la defensora liberal de niños] Marian Wright Edelman ya no puede tener efecto. Es más, la prensa ni siquiera publicó su último boletín, por elocuente que era".

Millones, textualmente, sienten la urgencia de oponerse a la política oficial de los últimos años y quieren hacer oír su voz. Sabemos que muchos de ellos de todas formas votarán, aunque después les dé vergüenza admitirlo. Pero gente de toda clase tiene una necesidad sentida de participar en algo que realmente pueda cambiar el panorama político...algo que confronte al sistema con una verdadera "sorpresa de octubre" y prenda un faro de resistencia.

Cómo se da el cambio

A fin de organizar nuestra resistencia más fuertemente, es importante explorar ciertas realidades del proceso político y entender más a fondo cómo se dan los cambios. La mitología oficial dice que las elecciones son el motor del cambio en este país. Pero la verdad es que los cambios y transformaciones importantes de la historia, y de la historia de este país, nunca se han hecho por medio de elecciones.

Por ejemplo, en los inicios de la república había muchos conflictos sobre la esclavitud. Pero para poder entrar en las elecciones nacionales los candidatos políticos (incluso Abraham Lincoln) tenían que jurar que no iban a abolir la esclavitud ni cambiar radicalmente la sociedad.

Para acabar con la esclavitud se necesitó una enorme lucha de millones...incluyendo revueltas y resistencia de los esclavos, quienes no podían votar. A la larga, esa lucha devino en una guerra civil en que los ejércitos del Norte (con casi 200.000 ex esclavos) aplastaron las fuerzas armadas de la esclavitud y tumbaron el sistema social del Sur. Las elecciones tuvieron muy poco que ver con eso.

O veamos el ejemplo de las leyes de segregación Jim Crow en el Sur. Antes de los años 50, los negros vivían estrictamente segregados en el Sur: con escuelas separadas e inferiores, y baños y entradas separadas en los edificios oficiales. Las parejas mixtas estaban prohibidas. Los negros tenían que decirle "sir" y "ma'm" a todos los blancos, pero los niños blancos podían llamar por su nombre y tutear a cualquier negro. Para defender ese sistema de opresión estaban los linchamientos del Klan y los linchamientos legales de los sherifes.

Las leyes Jim Crow no se abolieron con votos. Terminaron porque ciertos cambios en la economía y la situación mundial debilitaron ese sistema de opresión...¡y porque las masas negras lucharon para destruirlo!

La agricultura sureña se mecanizó en los años 40 y 50, y millones de peones y arrendatarios negros dejaron los polvorientos pueblos agrícolas del Sur rumbo a las ciudades del norte.

En esos mismos años, los viejos sistemas coloniales europeos se estaban resquebrajando en Africa y el imperialismo yanqui quería meter la mano en los nuevos gobiernos que se estaban creando. La segregación Jim Crow era un desprestigio internacional para Estados Unidos: era difícil presentarse como "amigo del Africa descolonizada" cuando todo mundo sabía que los negros de Misisipí no podían presentarse a puestos públicos ni ser jurados...¡y que los podían linchar por no bajarse de la acera cuando pasaba un blanco!

La segregación Jim Crow se destruyó cuando, en los años 50 y 60, los negros se alzaron, hicieron plantones y boicots en cafeterías y estaciones de autobuses, dijeron basta ya de "impuestos de capacitación para votar" y "pruebas de alfabetización" cargadas que les robaban sus derechos políticos. Las cárceles del Sur se desbordaron y muchas ciudades empezaron a arder con rebeliones negras, a medida que el movimiento de derechos civiles dio paso al movimiento de liberación negra.

El sistema se vio obligado a dar grandes concesiones debido a la intensa lucha del pueblo. Además, el sistema estaba inclinado a dar ciertas concesiones porque la vieja base semifeudal de las leyes Jim Crow se había erosionado en el mundo agrícola del Sur. El pueblo quería liberación y al mismo tiempo los opresores, por su propio propósito, vieron que era necesario buscar nuevas formas de controlar a los negros que no fueran tan patente y crasamente injustas.

Lo que impuso el cambio fue la lucha, no el voto.

Otro ejemplo: las mujeres no ganaron el derecho al aborto por medio de las elecciones. No hubo una ola de candidatos burgueses al Congreso o a la presidencia que arrollaron a Washington con su apoyo al derecho al aborto. Así no fue como se legalizó. Lo legalizó una renuente Suprema Corte cuando millones de mujeres estaban entrando en la fuerza de trabajo...y rebelándose contra el sistema. Solo después de que el sistema legalizó el aborto, un sector de sus políticos declaró abiertamente apoyo a este derecho.

Veamos un ejemplo más reciente y menos significativo. Esta es la verdad: lo que le puso a George Bush esa cara de "condenado" fue la Rebelión de Los Angeles de 1992, pues ahí poderosos sectores de la clase dominante decidieron que era hora de cambiar la cara del presidente. En ese caso, incluso el mismo cambio de presidentes del sistema tuvo más que ver con los levantamientos callejeros que con las campañas de inscripción de votantes.

La realidad es clara: en este sistema social nunca se ha dado ningún cambio positivo o liberador por medio de elecciones. ¨Cómo se da el cambio? Se da por medio de la lucha: uniendo gente de diferentes puntos de vista para hacer lo que hay que hacer por el pueblo, desenmascarando con creatividad a los que abusan del pueblo, forjando diversas formas de resistencia. Los cambios más radicales ocurren cuando la crisis de la sociedad es tan profunda, y la lucha la organización y la conciencia del pueblo están a tal punto, que es posible una revolución cabal: cuando se conquista el poder y se tumban y extirpan las viejas instituciones, y puede nacer algo verdaderamente liberador. Por eso, resumimos la historia y los hechos cuando decimos: "Las elecciones no cambian nada, lo que se necesitará es una guerra revolucionaria".

Votar no es una fuente de poder

Otro vistazo a la historia: Jesse Jackson consiguió millones de votos e inscribió a millones de votantes cuando se postuló para presidente, y como resultado, Dukakis y Clinton lo mandaron al diablo. Los sindicatos y los demócratas negros llevan décadas haciendo campañas de inscripciones de votantes, y hoy se están pisoteando más que nunca en los últimos 60 años los intereses de los oprimidos.

El hecho es que al sistema, y a sus líderes políticos, no los controlan fundamentalmente ni los influencian significativamente los deseos de los votantes. Es al revés: en la temporada de elecciones se enseña a la población a aceptar y apoyar las políticas que piensa imponer la clase dominante. Por ejemplo, después de la carrera de 1992, el público de repente, supuestamente, apoyó grandes recortes de servicios sociales para reducir el déficit presupuestal.

En 1992, la clase dominante puso a Clinton en la Casa Blanca, el candidato del "CAMBIO". Muchos votaron por él pensando que podría traer "cambios" y abrir "espacios" para ideas y movimientos progresistas. Vale la pena preguntarse: ¨trajeron algún cambio positivo esos votos por Clinton? ¨No han perdido el trabajo más trabajadores y no han "reducido" a más oficinistas? ¨No patrullan los policías las calles de los ghettos y matan como un ejército de ocupación? ¨No han aumentado las fuerzas armadas de la frontera y redoblado su persecución de los inmigrantes? ¨Ha aflojado en absoluto el yugo machista que sujeta a las mujeres en esta sociedad? ¨No sigue entrando desproporcionadamente a Estados Unidos una fabulosa riqueza creada por gente que vive en una horrible pobreza en todo el mundo? ¨No ha aumentado esa dominación con el apoyo de Clinton a los tratados NAFTA/TLC y GATT?

Ambos partidos afirman que "esta es una época de vacas flacas" y que "se acabó el gran gobierno". Con eso quieren decir que el sistema ya no va a cumplir los "contratos sociales" que hizo con varios sectores: trabajos sindicalizados estables, salarios para vivir, prestaciones sociales e incluso mecanismos básicos de bienestar social como welfare, medicaid, seguridad social y cupones de comida. Las únicas garantías que el gobierno ofrece hoy son más cárceles para los que no marcan el paso. Exige que el pueblo olvide sus esperanzas, que viva con miedo e inseguridad.

La causa de los ataques en que están emperrados los políticos no es que los votantes pidan crueldad y dureza. Es al revés: como el sistema está resuelto a imponer esos recortes, ha movilizado, financiado y desatado fuerzas (por medio de una combinación de mentiras y estímulo de sus prejuicios) para crear apoyo político a sus programas.

Esta guerra contra el pueblo surgió debido a las necesidades actuales de la clase capitalista monopolista que controla este sistema. Una variedad de cambios (entre ellos el colapso de la Unión Soviética, la restructuración de la economía mundial, el aumento de la deuda del gobierno, etc.) está llevando a la estructura de poder a "apretarse los pantalones" a la fuerza.

El ABC del poder

Hay organizadores de votantes que dicen: "El hecho de que nos ignoren demuestra que tenemos que meternos más en el proceso electoral a nivel local". Esto se traga completamente la mentira oficial de que los votantes tienen poder en esta sociedad. Por lo tanto, dice el cuento, si uno tiene votantes por su causa, tiene poder.

En los últimos dos siglos, los que dominan este país mataron a millones de indios, esclavizaron a millones de africanos, mandaron ejércitos a atacar luchas obreras, aplastaron a miles de pequeños campesinos y lanzaron a millones a la quiebra. Invaden países del extranjero casi todos los años. Con su estructura de poder controlan, maltratan y matan al pueblo día tras día. Todo eso lo hacen para conservar su poder y riqueza. ¨Así que no es extraño pensar que esa misma gente de repente dé media vuelta y le entregue el poder al pueblo cada cuarto noviembre?

Entrar a una casilla electoral no da poder, igual que subirse al asiento de atrás de una radiopatrulla no hace que uno sea policía. Si en realidad las elecciones le dieran el más mínimo poder al pueblo, el sistema las prohibiría.

Bob Avakian, Presidente del PCR, resume esto así: "Muchos dirán: ¨cómo es posible que el sistema político de un país democrático como Estados Unidos `sirva para mantener el dominio de la burguesía sobre el proletariado' cuando todos tienen el derecho de elegir a los dirigentes políticos mediante elecciones? La respuesta es que en tales sociedades las elecciones y el `proceso democrático' en su conjunto son un engaño; son una pantalla y más aún un instrumento por medio del cual la clase dominante, explotadora y opresora lleva a cabo la dominación de los explotados y oprimidos. Para decirlo en una oración: las elecciones son controladas por la burguesía; no son de ningún modo el medio por el cual se toman las decisiones básicas; y se efectúan con el propósito primario de legitimar el sistema, la política y las acciones de la clase dominante--dándoles la fachada de un `mandato popular'--y de canalizar, confinar y controlar la actividad política de las masas populares". (Democracia: ¨Es lo mejor que podemos lograr? p. 14, Extractos en español del libro de Bob Avakian)

This article is posted in English and Spanish on Revolutionary Worker Online
rwor.org
To contact RW Online or subscribe to the Revolutionary Worker/Obrero Revolucionario, write: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654, Phone 773-227-4066, Fax 773-227-4497.
The RW Online does not currently communicate via email.