Sundiata Acoli: Combatiente por la liberación de Nueva Afrika

Obrero Revolucionario #942, 1 de febrero, 1998

El 2 de mayo de 1973, la policía estatal de New Jersey embosó en una autopista a un carro en el que viajaban tres revolucionarios negros. Estalló un tiroteo que dejó muertos a un revolucionario, Zayd Shakur, y a un policía. A Sundiata Acoli y Assata Shakur los condenaron de homicidio en una farsa de juicio y los han sometido a muchos años de crueldad.

Sundiata Acoli lleva casi 25 años en las mazmorras más siniestras del país. Es uno de los presos políticos de Estados Unidos que más tiempo ha pasado en la cárcel. Hoy, con más de 60 años, es un revolucionario firme y consecuente, dedicado a la liberación del pueblo negro. Se describe como combatiente del Movimiento de Independencia de Nueva Afrika: "Decimos `de Nueva Afrika', en vez de negros, para diferenciar que somos un pueblo africano trasplantado a la fuerza a una nueva tierra, a Norteamérica, donde nos hemos forjado en una `nueva nación afrikana'".

Del campo de Texas
a la lucha de liberación

Sundiata Acoli se crió en un pequeño pueblo de Texas en los años 30 y 40. De niño trabajó en el campo. En 1956 se graduó de la universidad en matemáticas y lo contrató NASA como programador de computadoras en California. Luego se mudó a Nueva York, donde trabajó 13 años en computadoras.

Se metió en la política cuando leyó un artículo sobre el asesinato de tres militantes de derechos civiles en Misisipí en el verano de 1964. Cuando los medios especulaban que eso iba a desbandar la lucha contra la discriminación, Sundiata se ofreció de voluntario, compró un boleto y se fue a Misisipí. En el otoño regresó a Nueva York, pero nunca abandonó su compromiso con la lucha de liberación.

Sundiata escribió: "No me parecía una fuente de orgullo nada más subsistir en este sistema; muchos de mis compañeros y compañeras no podían subsistir. Me di cuenta de las sutiles presiones que me empujaban a plegarme a los valores de la sociedad blanca y a abandonar más y más el ser negro. Me encantaba ser negro; me encantaban la mentalidad y las costumbres de los negros. Busqué una organización dedicada a aliviar el sufrimiento de los negros".

Esa organización fue el Partido Pantera Negra (PPN) y Sundiata Acoli entró tan pronto como se abrió un capítulo en Nueva York. Años después describía las contribuciones del PPN: fomentar y organizar la autodefensa armada, y trazar vínculos entre el movimiento nacionalista revolucionario y las masas con mucha creatividad.

Acoli creía que la mujer debía desempeñar un papel importante en el PPN. Escribió: "En esos años, en medio de un gran debate nacional sobre la liberación de la mujer, la mayoría de las organizaciones nacionalistas negras decían que el papel de la mujer era quedarse en casa y apoyar al hombre negro".

Poco después de ingresar al PPN, Acoli y otros dirigentes del capítulo de Nueva York (los 21 Panteras) fueron a parar a la cárcel en una trampa del infame programa COINTELPRO del FBI.

Escribió: "En el verano de 1968, David Brothers fundó la rama del PPN de Brooklyn, y unos pocos meses más tarde Lumumba Shakur fundó la rama de Harlem. Ingresé a la rama de Harlem en el otoño de 1968 y era el encargado de las finanzas hasta que me arrestaron el 2 de abril de 1969. El ataque a los 21 Panteras fue la primera salva del ataque nacional contra el PPN. Empezando en el este, los departamentos de policía llevaron a cabo redadas al estilo militar contra las oficinas o casas del PPN en Filadelfia, Chicago, Newark, Omaha, Denver, New Haven, San Diego, Los Angeles y otras ciudades; asesinaron a varios Panteras y arrestaron a otros" (De "A Brief History of the Black Panther Party--Its Place in the Black Liberation Movement"/Una breve historia del Partido Pantera Negra y su contribución al movimiento de liberación negra).

Sundiata escribió: "Me arrestaron el 2 de abril de 1969. Fui uno de los 21 Panteras acusados de un ridículo complot para dinamitar almacenes de Nueva York y el Jardín Botánico. Aunque el proceso judicial duró dos años y el juicio ocho meses (el juicio penal más largo de la historia de Nueva York), el jurado solo deliberó 56 minutos y absolvió a todos los acusados. En el juicio se presentaron agentes policiales que fueron a clases de educación política en mi apartamento. A pesar de que unos compañeros de trabajo recaudaron fondos para mi fianza, y de que otros acusados salieron bajo fianza, a mí me lo negaron, y pasé todo el juicio en la cárcel".

Después del juicio, el FBI siguió con sus fechorías. "La mayoría regresamos a la comunidad y al PPN, pero los ataques de COINTELPRO dejaron estragos: el PPN estaba minado por dentro y por fuera. Las rivalidades, divisiones, intrigas y paranoia eran tan profundas que muchos militantes terminaron yéndose o fueron corridos. Unos continuaron luchando en otros frentes y otros simplemente se alejaron de la lucha".

Sundiata estaba de acuerdo con Assata Shakur y otros que pensaban que la mejor manera de seguir luchando era con pequeños "núcleos" armados clandestinos; así es como nació el Ejército de Liberación Negra.

El día que emboscaron a Sundiata, Assata Shakur y Zayd Malik Shakur en New Jersey, Sundiata logró escaparse. Lo capturaron a los dos días. Sundiata escribió: "Cuando me capturaron, me cortaron las piernas de los pantalones y, a gritos y berridos, me arrastraron por el bosque y me golpearon en la cabeza con una escopeta. Se calmaron un poco cuando se dieron cuenta de que en la carretera había un grupo de personas que los observaban".

En la cárcel no le dieron tratamiento médico y no le permitieron ver a nadie fuera de su abogado. Dejaban prendidas las luces de su celda las 24 horas del día y le daban muy poco de comer. Los carceleros no dejaban de hostigarlo y amenazarlo.

El juicio fue una farsa. El juez declaró que era un revolucionario de hueso colorado y lo sentenció a cadena perpetua, más 30 años. Nunca se presentó prueba alguna de que mató al agente.

Tras las rejas

El sistema no ha podido quebrantarlo ni hacer que renuncie a su compromiso a la liberación de los negros. Lo ha tenido aislado mucho tiempo.

Al poco tiempo de llegar a la prisión Trenton State, abrieron un pabellón para presos de "orientación política" donde metieron a Sundiata y otros 50 detenidos. La celda era más pequeña de lo que se recomienda para un perro. Se enfermó de tuberculosis. Cinco años después lo trasladaron al penal de Marion, Illinois, que se especializa en castigar y aislar a los presos políticos.

En Marion los tenían en las celdas hasta 23 horas al día y a veces los encadenaban al catre. El agua que les daban para tomar era de un vertedero tóxico y a muchos les salieron ronchas y tumores.

El 2 de noviembre de 1979, a Assata Shakur la liberó de la cárcel una unidad multinacional y pasó al exilio en Cuba.

Inmediatamente le pusieron nuevas restricciones a Sundiata, que duraron ocho años. Escribió: "Unicamente permitían visitarme a familiares y abogados, no amigos ni compañeros. Por las largas distancias, solo veía una vez al año o, a veces, cada tres años. A mis hijos los regañaban por no sentarse callados en la sala de espera, y amenazaban con no dejarlos verme. Una vez confiscaron una cobija de la hermana de mi hija, haciéndolas llorar a las dos. Solo permitían 24 horas de visitas al mes. Una vez mi mamá viajó 3200 kilómetros sin saber que ya había tenido 16 horas de visita ese mes. La hicieron llorar cuando suspendieron la visita a las ocho horas. Otra vez, el preso Leonard Peltier descubrió a unos agentes del FBI que estaban escuchando la conversación que tenía con la asistente legal Anne Else".

Debido al trabajo de sus partidarios, que desenmascararon los horrores de Marion, trasladaron a Sundiata a la cárcel de Leavenworth.

Firme

"La historia ha comprobado que este gobierno desencadenará sus fuerzas armadas y policiales contra cualquier grupo comprometido a liberar a los africanos. La organización negra que luche por la `libertad' y que no tome medidas de autodefensa, lo hace por su cuenta y riesgo".

Sundiata Acoli, "A Brief History of the Black Panther Party", 1995

En 1994, después de 21 años en las mazmorras, Sundiata tenía el derecho de salir bajo libetad condicional, pero la venganza de las autoridades continuó. En una deliberación que apenas duró 20 minutos, rechazaron su petición; para colmo, ni siquiera lo dejaron asistir a la audiencia: tuvo que escuchar por teléfono desde la cárcel.

Según los reglamentos, Sundiata era un candidato ideal para la libertad condicional. Cumplió cursos universitarios, tiene profesión y ofertas de empleo. Como ha dicho Mumia Abu-Jamal, si fuera un "criminal común", hubiera salido hace 10 años.

Pero como sigue siendo firme partidario de la lucha de liberación negra, ¡no lo dejan salir en libertad condicional y le informaron que tendrá que esperar otros 20 años para solicitarla de nuevo! La decisión de la junta fue patentemente política: explicó que no se le ha castigado lo suficiente y que no se ha "rehabilitado". Mencionó las muchas cartas que piden su libertad y que lo describen como un prisionero de guerra de Nueva Afrika y que ha hecho importantes aportes a la teoría y práctica del Movimiento Independentista de Nueva Afrika.

En una palabra, dijeron que no lo van a poner en libertad porque es un líder revolucionario inquebrantable.

En agosto, Mumia señaló que en la audiencia de libertad condicional para Sundiata las autoridades utilizaron el apoyo exterior a los presos políticos como justificación para negar su libertad. Dijo: "Es una maniobra política que se propone restarles apoyo popular y aislarlos más de sus partidarios".

Sundiata ahora está en el penal federal de máxima seguridad de Allenwood, Pensilvania. En enero de 1997, sus abogados apelaron la decisión del jurado de libertad condicional. Como consecuencia, se llevaron a cabo una serie de audiencias pero el gobierno está actuando con pies de plomo.

Sundiata Acoli ha dedicado toda la vida a la liberación de los negros. Ha apoyado a otros presos políticos, como el Presidente Gonzalo, jefe del Partido Comunista del Perú. También ha escrito análisis de gran valor sobre el legado del PPN, ha denunciado la criminalización de la juventud negra y ha dado su apoyo al Movimiento Independentista de Nueva Afrika.

En el caso de Sundiata Acoli se puede ver que en Estados Unidos los mayores criminales manejan el gobierno y que los héroes del pueblo son perseguidos.

"Por todos lados están reprimiendo cruelmente a los presos. Abundan las unidades y complejos de máxima seguridad, hay arrestos en masa, construyen más y más crueles prisiones, se aplica más la pena de muerte, hay más policías, más guardias y predomina la mentalidad de encerrarlos y tirar las llaves. El sindicato de los carceleros es tan poderoso como el de los policías, los cuales costean y financian las campañas electoreras de politiqueros que hablan del `orden público' hacen campaña por leyes y reglamentos más represivos. La crueldad con que tratan a los presos no tiene límites, especialmente debido a que la mayoría son negros, latinos u otra gente de color....

"Si Attica fue la cima de la unidad y conciencia del movimiento de presos, hoy la situación de los presos, su conciencia, solidaridad y lucha, están en su punto más bajo. La verdadera lección de Attica es que fue un faro que nos hace recordar nuestros logros y cómo los conquistamos. Hoy las cárceles están repletas de presos más jóvenes, que no tienen la misma conciencia política pero son rebeldes, que cayeron en la trampa de la falsa `guerra contra la droga', que en realidad es una guerra contra la gente de color. Ya cambiamos las prisiones una vez; podemos hacerlo de nuevo y avanzar más esta vez. Pero para lograr eso tenemos que concientizar a una nueva generación de presos, a la comunidad y a los abogados que nos apoyan".

Sundiata Acoli,
"El significado de Attica
a los 25 años"


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