UC Berkeley:
Victoria en la lucha
por los estudios étnicos

Obrero Revolucionario #1006, 16 de mayo, 1999

"Lo que todos hemos aprendido hoy, y lo que el canciller Berdahl hubiera debido aprender, es que no se debe subestimar el poder del pueblo. Esta victoria demuestra lo que podemos lograr cuando nos unimos. Por eso ganamos. Es una sola batalla, y no toda la guerra. Tenemos que seguir luchando".

Cynthia, en huelga de hambre, Berkeley

"Esta lucha ha sido la mejor clase que he tomado en Berkeley. Y si las autoridades piensan que pueden pasar por alto lo que ha pasado aquí, entraremos en huelga de hambre de nuevo".

Allison, en huelga de hambre, Berkeley

"¡Ganamos! ¡Todos juntos ganamos!"

Luis, en huelga de hambre, Berkeley

Universidad de California en Berkeley, 7 de mayo, 8 p.m., octavo día de huelga de hambre de seis universitarios por el programa de estudios étnicos: Coreando "¿Qué ganamos? ¡Estudios étnicos! ¿Cuándo? ¡Ya!", el equipo de negociación del Frente de Liberación Tercer Mundo (TWLF, por sus siglas en inglés) salió de una reunión de todo un día con el canciller Robert Berdahl. Unos pocos días antes, Berdahl no quiso reunirse con los estudiantes; dijo que no se sometería a "negociaciones callejeras" ni a la "anarquía". Pero ahora, un miembro del TWLF anunció que el canciller había aceptado casi todas las demandas del TWLF; entre las demandas figuran: la contratación de ocho nuevos catedráticos de estudios étnicos en los próximos cinco años; $500.000 para la creación de un Centro para el Estudio de la Raza y el Género; un presupuesto de reclutamiento para el Departamento de Estudios Etnicos; un fondo para el programa; la creación de un Centro Multicultural; y permiso para pintar un mural sobre estudios étnicos. Además, no acusarán ni castigarán a la gran mayoría de los 130 estudiantes arrestados durante las protestas (aunque no retirarán las acusaciones contra ocho estudiantes, cuya defensa sigue siendo una meta importante del movimiento).

"Es una sola victoria y la lucha tiene que continuar", Mario, uno de los que entraron en huelga de hambre, les dijo a los centenares de estudiantes reunidos frente a la oficina del canciller. "En este país hay muchos problemas que tenemos que confrontar. Esta lucha nos ha afectado a todos nosotros. Ahora tenemos más experiencia y podemos seguir movilizándonos para cambiar la situación. Es un comienzo. Seguiremos luchando y el año que viene volveremos a trastornar el mundo".

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A medianoche del 4 de mayo, empezó el quinto día de la huelga de hambre. Los seis participantes y más de cien partidarios se quedaron las 24 horas del día a la entrada de la oficina del canciller y prometieron no irse hasta que la universidad accediera a sus demandas. A las 3 a.m., más de 70 policías atacaron el campamento que montó el TWLF a la entrada de la oficina del canciller. Llegaron policías de motín de otros planteles de la Universidad de California y agentes del departamento de policía de Berkeley y del condado de Alameda.

"Era como una intervención militar. La policía rodeó el campamento y montó barreras metálicas. Formamos un círculo y nos sentamos; se nos acercaron en equipo de motín y empezaron a arrestarnos uno por uno", nos dijo un estudiante. "Por nuestra parte, seguíamos coreando, batiendo palmas, cantando y gritando.... incluso cuando nos arrastraban a los camiones. Otros estudiantes se sentaron frente a los camiones para que no nos llevaran".

"Queremos educarnos para no terminar como ustedes", una manifestante les gritó a los agentes. Otro coreó: "¡Vivan los estudios étnicos!" Cinco estudiantes de la Universidad Stanford fueron arrestados; una gritó: "¡Los estudiantes de Stanford los apoyamos! ¡Sigan firmes!"

Uno de los arrestados nos habló de la brutalidad de la chota: "Me aplicaron una llave muy dolorosa; me clavaron los dedos en el músculo de la mandíbula aquí, detrás de la oreja. No sé cómo se llama, pero es una forma de tortura. Todavía me duele mucho la mandíbula. A los que se sentaron frente a los camiones les dieron cachiporrazos. Realizamos una protesta no violenta pero ellos respondieron con suma violencia".

A los 83 estudiantes arrestados los llevaron a la cárcel de Santa Rita, a unos 95 km de Berkeley. Arrestaron a cinco de los seis ayunadores y no les dieron nada para tomar en las celdas, lo que es un peligro para la salud. Los tuvieron presos de 10 a 15 horas, y los acusaron de "entrada ilegal" y "alojamiento ilegal". Después de restablecer el "control" de la universidad, la policía confiscó las tiendas y otras pertenencias de los estudiantes, hizo añicos un rosal que plantaron y tiró sus velas y flores en un basurero.

"No nos quebrarán"

Esa misma mañana, cuando los demás estudiantes llegaron a la universidad, vieron por todas partes afiches del TWLF con fotos de la brutalidad de los arrestos. Abajo decía en grandes letras de molde: "No nos quebrarán". Un volante, con una foto en que dos agentes maltratan a un estudiante, decía: "Mientras dormían... Berdahl envió su equipo de negociación".

"No importa qué acusaciones lance el canciller ni qué tácticas utilicen para amedrentarnos, la lucha continuará. Seguiremos pidiendo ayuda de la comunidad, de los estudiantes y del profesorado. Seguiremos luchando en todas las esferas necesarias hasta que el Departamento de Estudios Etnicos esté seguro, hoy y en el futuro, para nosotros y para nuestros hijos", dijo Sara, una vocera del TWLF, en una rueda de prensa contra el ataque.

June Jordan, poeta y profesora de Estudios Afroamericanos, dijo que los estudiantes están luchando contra una "limpieza étnica": "Les prometo que no van echar al pueblo del currículo de esta universidad con su programa de limpieza.... Les juro que no van a hacer sufrir más a los seis ayunadores sin que me interponga físicamente".

Al mediodía, más de 700 estudiantes asistieron a un mitin de protesta y una cantidad parecida se reunió en la tarde frente a la oficina del canciller. Esa noche más de 300 estudiantes (tres veces más que la noche del ataque) volvieron a montar el campamento y acamparon ahí toda la noche.

Uno de los arrestados nos dijo: "Es verdad que nos tuvieron mucho tiempo esposados y que no nos permitieron ir al baño. Pero a pesar de eso, todos seguimos fuertes y unidos por una buena causa. Cuando salimos estábamos muy cansados y muchos se preguntaban si podían regresar a la lucha, por lo ardua que fue la noche. Pero cuando llegamos a la universidad y vimos que se había cuadruplicado el apoyo, nos dimos cuenta de que valía la pena y le entramos de nuevo a la lucha".

Mario, uno de los estudiantes en huelga de hambre, nos dijo: "Lo único que lograron con los arrestos fue politizar más a los estudiantes. La mayoría de mis compañeros de celda eran estudiantes de primer año. De los 14 presos, tres eran estudiantes de posgrado y yo del tercer año, pero los demás eran de primer año. A un estudiante era la segunda vez que lo arrestaban esa misma semana. Al comienzo estaba muy paranoide. Pero ahora, después de dos arrestos, está dispuesto a volver a la cárcel si nos atacan de nuevo. Lo único que lograron es atizar las llamas. Anoche vino al campamento un nuevo grupo de estudiantes dispuestos a ir a parar a la cárcel. Muchos estudiantes están más comprometidos que nunca".

Las dos caras de Berdahl

"¿Diversidad universitaria? ¡Solo vemos hipocresía!".

Canto de los manifestantes

Durante toda la semana, aumentó la hipocresía oficial. El canciller dijo que es partidario de los programas de estudios étnicos y de la diversidad en Berkeley. Pero ha llevado a cabo grandes recortes del presupuesto del departamento, por los cuales han tenido que cancelar el 15% (o sea, siete de 48) clases para la primavera de 1999. Además, por otro recorte de $300.000 programado para el próximo año escolar, se calcula que tendrán que cancelar del 56 al 66% de las clases.

El canciller dice que es una persona "razonable", pero desde el comienzo no ha querido negociar directamente con los estudiantes. Además, canceló las negociaciones con los profesores cuando estos (y los estudiantes) no aceptaron una propuesta lo suficientemente rápido. Ha tratado de sembrar divisiones entre los profesores y los estudiantes. Un volante oficial decía--sin fundamento--que los profesores habían aceptado la propuesta del canciller y criticado a los estudiantes. Ling-chi Wang, decana del Departamento de Estudios Etnicos, criticó el volante; dijo que era un "vil sabotaje político cuyo propósito es enemistar a los profesores y los estudiantes".

El canciller dijo que le "preocupa mucho el bienestar y seguridad de los estudiantes". Pero la policía universitaria atacó salvajemente a los ayunadores y no les dio nada de tomar durante muchas horas. El 6 de mayo llevaron a Allison al hospital con arritmia cardíaca. Los manifestantes dijeron que eso se debía a la continua presión policial. Por ejemplo, la policía universitaria les proyecta focos brillantes cuando tratan de dormir, y les abre las tiendas y amenaza con arrestarlos.

La víspera del ataque, el canciller se quejó de que los estudiantes lo estaban "coaccionando". Dijo: "No permitiré que la coacción, la intimidación o la amenaza de violencia cambie el proceso".

"Podemos luchar"

Hablamos con tres de los ayunadores durante el sexto día de huelga de hambre. Frente a California Hall, las protestas crecían y había mucho entusiasmo. La víspera la policía no se acercó al campamento. Varias clases se reunieron en el césped frente al edificio en solidaridad. Miembros de TWLF platicaban con los estudiantes y maestros sobre la lucha. Luis y Mario, en huelga de hambre, hablaban con un grupo de estudiantes de prepa.

Todos los ayunadores nos dijeron que lo más importante no son sus actividades individuales sino el movimiento. Mario dijo: "La lucha está creciendo, y el apoyo y el amor que hemos recibido de tantas personas nos nutre y nos ayuda a seguir luchando. Queremos mostrar lo que está haciendo la universidad. Pero el propósito de la huelga de hambre es hacer cumplir nuestras demandas".

Mario es estudiante de ingeniería química. Quiere estudiar medicina para luego servir a la comunidad. Tiene un plan de estudio tan difícil que no sabe si siquiera podrá tomar una clase de estudios étnicos. Pero explicó que los estudios étnicos enriquecen a la sociedad: "No es cuestión personal, de si yo podré tomar una clase. Soy un estudioso de estudios étnicos. Siempre voy a querer entender la cultura y la historia de otros pueblos, especialmente ahora. Toda la protesta es un curso de estudios étnicos. Está participando gente de tantas culturas y estamos aprendiendo mucho unos de otros. De los programas de estudios étnicos salen los especialistas que escriben los libros que voy a leer, incluso si no estoy tomando una clase. Y que otros van a leer también, como estos estudiantes y maestros de prepa.

"No debemos limitarnos a estudiar química, inglés y la historia europea; tenemos que estudiar la historia de todos los pueblos. Tampoco es cuestión de que cada uno solo aprenda su propia historia. Soy chicano, pero creo que es importante aprender, por ejemplo, la historia y luchas de los asiáticos". A Mario le indignó que el canciller comparara los estudios étnicos con los demás departamentos y dijera que hay que tratarlos a todos igual: "No se puede comparar los estudios étnicos con otros departamentos. Le dije al canciller que yo no entraría en huelga de hambre en defensa de la ingeniería química, aunque sea mi departamento. Esta lucha es por seres humanos y por el futuro".

También habló de su visión de los estudios étnicos y de su trabajo con los estudiantes de prepa: "No se puede limitar a la esfera intelectual. También tiene que ser algo práctico. Muchos trabajamos con los chavos. Rafa, otro compañero, trabaja con la prepa Pittsburgh High, y yo con la academia Oakland Charter. Les enseño matemáticas y ciencias, pero eso no es todo. También soy asesor. Platico con ellos para que sepan por qué estamos luchando. Tenemos que trazar vínculos con los jóvenes, integrarnos con ellos. De esa manera los politizamos, pero en el proceso también nos politizamos nosotros".

Luis tiene tres hijas que han estado a su lado durante casi toda la huelga de hambre. Dijo que le preocupa en qué clase de sociedad tendrán que vivir y si tendrán la oportunidad de estudiar su historia y cultura: "Estudio sociología, pero entiendo que los estudios étnicos son muy importantes. He tomado varias clases de Estudios Chicanos y ahí por fin me enteré de que tengo una historia y una cultura, y de que debo estar orgulloso de ellas.

"He estado preso varias veces. Nunca por un delito grave, sino por mi aspecto o mis tatuajes, o porque piensan que mis compañeros chicanos son pandilleros. Nada más por la onda que tenemos. Estoy aquí por las experiencias que he tenido durante toda la vida. Que me decían que para mí hay ciertas cosas fuera de lo posible, que tengo que aprender inglés y dejar atrás el español, que debo estudiar carpintería y ni siquiera pensar en estudiar en la universidad. Esas cosas me han moldeado y me han traído a donde estoy hoy: con la necesidad de decirle a la universidad y mostrarles a mis hijas: `Soy más de lo que me dicen. Quieren quitarme mi historia y mi cultura. Ni modo. Puedo luchar. Y lo que es más importante, nosotros podemos luchar'".

Cynthia estudia historia y está en el último año. Pone la lucha por los estudios étnicos en un contexto más amplio: "Lo que está pasando en este país es que estamos retrocediendo y nos están quitando todo lo que ganamos en las luchas tan encarnizadas de los años 60 y en el movimiento de derechos civiles. Los ataques a los estudios étnicos son parte de ese proceso. Estos programas siempre han sido fruto de la lucha y siempre han sido muy polémicos. El pueblo siempre ha tenido que defenderlos. No se pueden tomar como algo dado". Cynthia nos habló de su respuesta a los comentarios del canciller: "El canciller Berdahl dijo que los estudios étnicos son menos legítimos porque son producto de la lucha. En realidad es todo lo contrario. Toda la historia de los movimientos que crearon los programas de estudios étnicos, el hecho de que tanta gente ha estado dispuesta a dedicar su tiempo y su vida a esta lucha, todo esto les da más legitimidad.

"Estoy estudiando historia en vez de estudios étnicos porque cuando llegué a la universidad me contaminó la misma corriente de elitismo intelectual y falta de respeto que se ve hoy. Solo más tarde me di cuenta de los orígenes de esa idea, de quiénes me la metieron en la cabeza y de que no es correcta. En ese momento ya no podía cambiar mi plan de estudios. No queremos estar en una universidad que no cuente con un programa de estudios étnicos, especialmente en California, donde los blancos ni siquiera son la mayoría de la población".

"Comprometerse es
estar en peligro"

"Nos echaron por una noche pero se equivocaron, porque ahora el movimiento es mucho más poderoso".

Uno de los estudiantes arrestados

Después del ataque policial, el movimiento ha cobrado más fuerza. Otras tres personas entraron en huelga de hambre: un catedrático de Estudios Chicanos, un profesor de estudios étnicos y una chilena de 73 años de Berkeley. Diez profesores firmaron una promesa de que si la policía vuelve a arrestar a los estudiantes, tendrá que arrestarlos a ellos también. En un mitin, el profesor Ron Takaki citó al escritor afroamericano James Baldwin, quien dijo: "Actuar es comprometerse, y comprometerse es estar en peligro". Takaki agregó: "Si el canciller manda a la policía para arrestarlos, tendrá que arrestarme a mí también".

Los manifestantes de Berkeley han recibido apoyo de otras universidades. En Brown y Columbia, muchos se han puesto los brazaletes amarillos del TWLF. El 7 de mayo, hubo un mitin de solidaridad en la Universidad Stanford.

Además, han recibido apoyo de muchas organizaciones comunitarias, sindicales y de derechos civiles; estudiantes de prepa; sindicatos como AFSCME (trabajadores gubernamentales), UAW (que representa a los estudiantes de posgrado), los carteros de Oakland, UFW (trabajadores del campo), los trabajadores médicos, la Asociación de Enfermeros de California, y más. Recibieron una declaración de apoyo firmada por 50 organizaciones nacionales de derechos civiles.

Los estudiantes se mantuvieron resueltos hasta que las autoridades universitarias accedieron a sus demandas; uno dijo: "Este será el legado que dejaremos en la universidad". Esta victoria es una victoria para todos los que están luchando por la igualdad en todas partes.


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