La natrualeza de la bestia

El juicio de Abner Louima

Obrero Revolucionario #1007, 23 de mayo, 1999

El sistema capitalista de este imperio en decadencia causa dolor y comete violencia constantemente y sin pensarlo dos veces. Aplasta y hace añicos la vida de millones de seres humanos. En las "líneas del frente" de esta batalla, protegiendo la propiedad privada y las relaciones sociales capitalistas, está la policía: la personificación de lo peor de este sistema. Aquí empieza la historia de Abner Louima.

Lo que le hicieron a Abner Louima

En un tribunal federal de Nueva York están juzgando a cinco agentes por atacar salvajemente a Abner Louima y luego taparlo. Por fin Louima pudo contar lo que le hicieron esa noche.

El viernes 8 de agosto de 1997, Louima fue al Club Rendez-Vous en el barrio Flatbush de Brooklyn (Nueva York) con su hermano menor Julius, su primo Jay y dos amigos, después de trabajar de las 2 p.m. a las 11 p.m. (Louima era guardia de seguridad en una planta de aguas residuales de Brooklyn.) Fueron a ver a los Phantoms, un conjunto musical haitiano. Cuando terminó la música, empezó la pesadilla.

Al salir del club, empezó una pelea entre dos mujeres. Llegaron de 12 a 15 agentes y se armó la gorda. Kewing Sanon, un vendedor que trabaja con el conjunto, dijo: "Los agentes empezaron a atacar". Louima salió del club antes de las 4 a.m. a buscar su carro y cuando regresó vio a un hombre cubierto de sangre que gritaba que un policía lo había golpeado. Louima dijo: "Me enfurecí; tenía sangre en la cara. Dije: `Incluso si van a arrestarlo, por qué tienen que golpearlo así. Tiene derechos'". En eso, alguien le dijo que se callara; le dieron un cachiporrazo en la cabeza y lo tumbaron al suelo. Luego lo alzaron y lo volvieron a tirar al suelo, lo esposaron y lo metieron en una patrulla. Al ver lo que pasaba, la multitud se puso a gritar: "¡Abus! ¡Abus!" (que significa "abuso" en criollo). En el juicio, el primo de Louima dijo: "Me molestó mucho porque él estaba conmigo y no hizo nada para provocar a la policía".

Lo metieron en una patrulla con dos agentes de la delegación 70: Thomas Wiese y Charles Schwarz. Otros dos agentes los siguieron: Justin Volpe y Thomas Bruder. Louima dijo: "Abrieron las dos puertas de la patrulla. Un agente se me acercó y me dijo que nadie le pone la mano encima". Luego el agente Volpe le dijo: "Pinche nigger, voy a enseñarte a respetar a los agentes". Le dieron una paliza con las manos esposadas a la espalda. Lo volvieron a meter en la patrulla de Wiese y Schwarz y salieron para la delegación. Poco después, volvieron a parar el carro y le dieron otra paliza.

Llegaron a la delegación 70 a las 4:30 a.m. Adentro, un agente le bajó los pantalones y lo llevaron al baño. Louima describió lo que le hicieron después: "Oí a alguien acercarse desde atrás, volví la cabeza y vi al agente Volpe. Cerró la puerta y lo vi agarrar algo que estaba cerca de la basura. Me dijo que me iba a hacer algo, y que si gritaba o hacía ruido, me mataría".

Continuó:

P: ¿Dónde estaba en el baño?

R: Con la cara cerca del inodoro.... Entonces [Volpe] me dio una patada en la ingle.

P: ¿Qué pasó cuando le dio la patada?

R: Grité. Me metió el pie en la boca.... Los dos agentes se pusieron a golpearme, a darme puñetazos.... El chofer me arrastró por las esposas y el agente Volpe me metió el objeto en el recto, lo sacó y me lo metió en la boca; dijo que era mi mierda.

A Louima lo metieron en una celda con los pantalones caídos, y cubierto de sangre y excremento.

A las 6:25 a.m., llegó una ambulancia. Pero tardó una hora y media en llevarlo al hospital. Inmediatamente los agentes se pusieron a tapar el crimen. Louima dijo que antes de meterlo a la ambulancia, lo limpiaron y le sacaron una foto: "Me quitó el chaleco que tenía puesto, lo tiró a la basura y dijo: `Esperen'. Puso una parte del chaleco en el costado para que me viera mejor y luego sacó la foto". Luego Volpe lo agarró por el mentón "y me dijo que si alguna vez contaba lo que me había pasado, me mataría a mí y a toda mi familia. Dijo que sabía la dirección y que no lo decía en broma".

En el hospital, los agentes dijeron que Louima se lastimó en un club de gays, o sea, como resultado de relaciones homosexuales violentas. Cuando sus familiares fueron a la delegación a preguntar qué le pasó, les dijeron: "Estaba peleando. Se hirió y salió caminando de la delegación. Lo llevamos al hospital". Más tarde, Louima le describió a una enfermera haitiana lo que le hicieron. Ella habló con otra enfermera haitiana, Magalie Laurent, quien lo contó a la Oficina de Asuntos Internos (IAB) del DPNY. Dijo: "Me di cuenta de que no me tomaban en serio. Quedó claro cuando no fueron a la delegación para examinar el lugar del crimen". La IAB solo le asignó un número al caso al día siguiente, cuando la familia de Louima volvió a llamar.

Al comienzo las autoridades lograron tapar el incidente, pero a los cuatro días la noticia se destapó y encendió la ciudad. Miles y miles de personas se echaron a la calle. Incluso el alcalde Rudolph Giuliani, gran defensor de la brutalidad policial, tuvo que fingir indignación. Formaron comisiones, anunciaron reformas y arrestaron a unos agentes. Giuliani puso en claro que su plan era esperar que la tormenta se calmara y regresar a la "normalidad". Pero lo que le pasó a Abner Louima, y lo que eso dice sobre el tratamiento "rutinario" que da el DPNY, no ha permitido el regreso a la normalidad.

La defensa de la policía

Han acusado a cinco agentes: Justin Volpe, Thomas Bruder, Charles Schwarz, Michael Bellomo y Thomas Wiese. Cuatro pidieron que los juzgaran aparte de Volpe, pero el juez dijo que no. Schwarz dice que no estuvo en el baño con Louima; el abogado de Volpe dice que Louima no identificó a Volpe; el abogado de Bruder dice que solo acusaron a Bruder porque trabajaba con Volpe, etc., etc. Están tratando de lavarse las manos, pero la realidad es que en una delegación llena de agentes, le dieron una paliza a un negro, lo desnudaron, lo violaron con un palo y lo dejaron en una celda cubierto de sangre.

Solo están juzgando a estos agentes por una razón: Abner Louima sobrevivió para contar lo que le pasó. De haber muerto esa noche, sería otro caso más de "muerte de un preso".

Pero ahora están torturando a Abner Louima de nuevo; esta vez el torturador es Marvin Kornberg, abogado de Volpe, quien dice que se hirió a causa de relaciones sexuales consensuales: un hombre que ha tenido cuatro operaciones para repararle la vejiga y el recto. Las preguntas de Kornberg son muy parecidas a las que tiene que aguantar una mujer violada.

Las acusaciones y lo que está en juego

Inicialmente acusaron a los agentes de agresión y abuso sexual, lo que conlleva una sentencia máxima de 15 a 25 años. Pero en febrero de 1998, les entablaron otras acusaciones federales: conspiración para negar derechos civiles, interferir con la justicia, conspiración para interferir con la justicia y negar derechos civiles. A Volpe y Bellomo también los acusaron de atacar a otro hombre esa noche: Patrick Antoine. Las acusaciones federales conllevan sentencias máximas de cadena perpetua en el caso de Volpe y Schwarz, y otros 10 años en el caso de los demás.

Más tarde también acusaron de conspirar para interferir con la justicia a Bruder, Schwarz y Wiese porque trataron de tapar el papel de Schwarz afirmando que no estuvo en el baño.

Hasta la fecha un agente ha dado testimonio contra sus compañeros, algo muy raro dado que siempre se protegen.

Lo que le pasó a Abner Louima fue tan infame que las autoridades necesitan que la ciudadanía confíe en que el sistema judicial va a "corregirlo". Pero se encuentran entre la espada y la pared. No importa qué hagan, el ataque a Louima muestra lo podrido que es este sistema y un veredicto injusto puede prender la ciudad.

De una cosa no cabe duda: la brutalidad con que trataron a Abner Louima es extrema, y es un ejemplo claro de lo que hace la policía. El hecho de que Amadou Diallo, Kenneth Banks, Yvette Kessler, William Whitfield y un sinnúmero más han muerto a manos de la policía después del ataque a Abner Louima demuestra lo fundamental que es el problema. Este monstruoso sistema sobrevive por medio de la violencia reaccionaria, pero lo hace temblar la posibilidad de un levantamiento popular.


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