Yugoslavia: La paz de las aves de rapiņa

Obrero Revolucionario #1010, 13 de junio, 1999

Después de 72 días de ataques aéreos, la federación yugoslava finalmente aceptó las demandas de la OTAN. El 3 de junio, el parlamento yugoslavo aprobó un acuerdo presentado al presidente Slobodan Milosevic por las potencias imperialistas aliadas. No es un plan de "paz" sino de una ocupación militar sin término fijo. Ahora unos 50.000 soldados de la OTAN ocuparán Kosovo.

El acuerdo dicta que Kosovo seguirá siendo parte de Yugoslavia (y de la República de Serbia), y las fuerzas yugoslavas vigilarán los puestos fronterizos. Pero una fuerza invasora internacional controlará la provincia. Al cierre de esta edición, las fuerzas yugoslavas no han empezado su retirada y la OTAN sigue bombardeando.

Este acuerdo de ninguna manera beneficia a los pueblos de la región ni del mundo.

La lógica gangsteril de la OTAN

En una de las películas de El padrino, un director de cine tiene la osadía de decirle "no" al capo. Luego el director se despierta horrorizado: cubierto de sangre y con la cabeza de su valioso caballo de carreras.

Estados Unidos acaba de utilizar esos mismos métodos gangsteriles en los Balcanes. Le hizo a la clase dominante yugoslava "una oferta que no podía rechazar". Cuando esta tuvo la osadía de no acceder a sus demandas en las negociaciones de Rambouillet, Francia, el invierno pasado, Estados Unidos y la OTAN respondieron como la bola de gángsters mundiales que son: sembrando destrucción y muerte.

Con todo descaro, le dieron duro a un país pobre que no corrió a obedecer sus órdenes. Anunciaron que ellos van a dictar el futuro de Yugoslavia y pisotearon su soberanía nacional.

Durante más de 70 días han atacado a Yugoslavia desde el aire. Los más de 12.000 ataques mataron a miles de personas y destruyeron sistemáticamente la infraestructura civil y militar del país. Bombardearon puentes, hospitales, carreteras, refinerías, centrales eléctricas y muchos barrios y pueblos. Sus bombas y misiles incluso cayeron en países vecinos, como Albania y Bulgaria. Bombardearon la embajada china en Belgrado y despertaron una poderosa ola de protestas antiimperialistas en China.

Esta guerra representó un acuerdo común de las principales potencias mundiales de poner a un lado sus intereses geopolíticos individuales para imponer su voluntad al resto del mundo a la fuerza. Por medio de la guerra, Estados Unidos ha "afinado" las relaciones entre las potencias imperialistas y se ha declarado la "superpotencia" única y predominante del sistema capitalista mundial.

La guerra también fue el "estreno" de la Alemania reunificada como potencia imperialista militar. Las fuerzas armadas alemanas participaron en un conflicto en el extranjero por primera vez desde su derrota en la II Guerra Mundial. Hasta a Rusia, que no es miembro de la OTAN, le asignaron un papel secundario en las negociaciones y la ocupación de Kosovo.

Nada de eso beneficiará a los pueblos del mundo, y hay que desenmascarar y atacar el acuerdo.

Ahora viene la ocupación

La OTAN pintó el ataque contra Yugoslavia como una "misión humanitaria". Los albano-kosovares (y simpatizantes) esperaban que la OTAN los protegería de la represión de las fuerzas nacionalistas serbias. Pero ahora se encontrarán ante una nueva fuerza de ocupación sumamente despiadada.

Los detalles del acuerdo entre la OTAN y el gobierno yugoslavo demuestran lo poco que tomaron en cuenta los intereses y preocupaciones de los albano-kosovares. De hecho, ahora los imperialistas se están concentrando en contener a los albano-kosovares y en obligarlos a aceptar un acuerdo que no los beneficiará.

En las negociaciones de Rambouillet, la OTAN propuso establecer un gobierno autónomo en Kosovo, desarmar las fuerzas independentistas albanesas y realizar un referendo a los tres años sobre la independencia.

El nuevo acuerdo firmado en Belgrado reduce la influencia de los albano-kosovares en el futuro de Kosovo. Ningún albano-kosovar participó en las negociaciones. El acuerdo no menciona la formación de un gobierno local ni el referendo sobre el futuro de la provincia. Pero sí habla de desarmar al Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).

El 4 de junio el Wall Street Journal informó: "Ahora el mayor problema de seguridad para la OTAN es la guerrilla del ELK, sus aliados extraoficiales en esta guerra. El acuerdo requiere la desmilitarización del ELK, pero no será nada fácil quitarles sus armas pesadas y atraerlos al camino pacífico".

Incluso antes de que Yugoslavia aceptara las demandas de la OTAN, un general estadounidense especuló en Albania que los helicópteros Apache podrían servir para atacar a la guerrilla del ELK después de la retirada de las fuerzas yugoslavas.

Ahora los generales de la OTAN y de Yugoslavia están trazando planes para una rápida intervención de las fuerzas de ocupación, de modo que no haya un "vacío" en que el ELK pueda establecer zonas de control y los albano-kosovares puedan formar gobiernos propios.

El Wall Street Journal indica que las fuerzas de ocupación de la OTAN podrían bloquear las elecciones en Kosovo hasta que financien y entrenen fuerzas políticas leales.

Todo esto le sonará raro a los que han oído las muchas declaraciones de los voceros de la OTAN de que fue a los Balcanes a "ayudar" a los albano-kosovares. Pero la meta de Estados Unidos y la OTAN ha sido impedir la desestabilización de la región, y especialmente impedir que se forje un movimiento de albaneses de Kosovo y Macedonia dispuesto a unir esas zonas con Albania. Estados Unidos teme que tal movimiento trastornará los planes que ha trazado en Asia central y el Oriente Medio, provocando una guerra civil en Macedonia y jalando a Grecia y Turquía a una guerra regional que no concuerda con los intereses imperialistas. Washington se opuso a la represión de los albano-kosovares por el gobierno de Milosevic precisamente porque temía que fomentara movimientos separatistas en Kosovo y Macedonia.

Es decir, desde el comienzo Estados Unidos ha querido contener (no "proteger") a los albaneses. Ahora su plan es "contenerlos" dentro de un Kosovo dominado por Serbia y "estabilizado" a punta de fusil por una fuerza de ocupación extranjera.

Después de someter a Yugoslavia, la OTAN tiene dos metas: primero, regresar los albano-kosovares a Kosovo (especialmente de Macedonia) y, segundo, hacerles aceptar el nuevo arreglo. Pero es poco probable que los albano-kosovares y las fuerzas del ELK-que quieren la independencia-estén de acuerdo.

Ya se oye mucha cháchara sobre la "reconstrucción" de Kosovo. Pero es otro disfraz "humanitario" para un plan de control imperialista. El Wall Street Journal informó: "Los diplomáticos occidentales advierten que si el Occidente no establece rápidamente una fuerza policial, una sociedad civil y una economía viable en Kosovo después de que termine la guerra aérea, surgirá un vacío que llenarán el crimen organizado y el Ejército de Liberación de Kosovo".

Se están preparando nuevos crímenes en los Balcanes. La meta de la ocupación de Kosovo es proteger los intereses de los imperialistas. Aquí y por todo el mundo hay que condenar esta ocupación y desenmascarar el sufrimiento que llevará a los pueblos de la región.


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