La injusticia yanqui y la libertad
de los 11 independentistas

Obrero Revolucionario #1023, 26 de septiembre, 1999

El viernes 10 de septiembre, 11 presos políticos puertorriqueños salieron de prisiones federales de Indiana, California, Connecticut, Oklahoma e Illinois. Los 11 son: Alejandrina Torres, Alberto Rodríguez, Edwin Cortez, Ricardo Jiménez, Luis Rosa, Elizam Escobar, Dylcia Pagán, Ida Luz Rodríguez, Alicia Rodríguez, Carmen Valentín y Adolfo Matos. A los independentistas los recibieron con celebraciones en las puertas de las prisiones, así como en Nueva York, Chicago y Puerto Rico.

Son hombres y mujeres a los que han mantenido presos injustamente durante muchos años. Los acusaron de militar en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y los Macheteros, organizaciones revolucionarias armadas y clandestinas que atacaron símbolos del dominio estadounidense en los años 70 y 80. A muchos los acusaron de "conspiración sediciosa"; mejor dicho, de levantarse juntos contra el gobierno estadounidense para liberar a su país, expulsar a las fuerzas de ocupación yanquis y poner fin a la explotación económica y cultural.

O sea que no fueron culpables de ningún crimen, sino de empuñar las armas y luchar por la liberación.

Once independentistas aceptaron la oferta de la administración Clinton y salieron libres, pero otros siguen en las mazmorras yanquis. Uno de ellos, Oscar López Rivera (un reconocido líder de las FALN), rechazó la oferta de clemencia. Todavía no hemos visto una declaración de López Rivera al respecto.

A otros tres independentistas-Carlos Alberto Torres, Antonio Camacho Negrón y José Solís Jordán-no les ofrecieron clemencia. Se informa que en una audiencia previa de libertad condicional Carlos Alberto Torres se negó a renunciar a la violencia, y que Antonio Camacho rechazó la autoridad de los supervisores de libertad condicional. A José Solís Jordán lo sentenciaron a cuatro años de cárcel en julio de 1999. Juan Segarra Palmer aceptó las condiciones de la clemencia, pero tendrá que pasar otros cinco años en la cárcel.

Es sumamente injusto que ellos tengan que pasar un día más en la prisión; por tanto continúa la lucha por su libertad.

La oferta colonialista de la Casa Blanca

Los presos políticos y prisioneros de guerra puertorriqueños han sufrido toda clase de vejámenes: unidades de deprivación sensorial, aislamiento, amenazas, negación de servicios médicos y otras formas de violencia y castigo oficiales. Las condiciones de su libertad están repletas de más injusticias.

La Casa Blanca admite que a los independentistas los sentenciaron injustamente a largos años de cárcel. Sin embargo, no los puso en libertad sin condiciones y por el contrario les impuso condiciones injustas y exigencias políticas.

Por ejemplo, cada uno tuvo que renunciar en una declaración escrita a la violencia y prometer que no tendrá armas. Además, se les exigió renunciar a su derecho político de "promover" la violencia, aunque sea para acabar con el colonialismo en Puerto Rico.

Además, el gobierno ha dicho que seguirá de cerca (y en muchos casos por el resto de la vida) las acciones, declaraciones y contactos de los independentistas liberados. A los tres días de su salida tuvieron que presentarse ante un supervisor de libertad condicional y entregarle, por escrito, los detalles de sus actividades y contactos. Eso también es un asunto muy político, pues exige que acepten públicamente la soberanía del gobierno estadounidense con respecto a ellos y a Puerto Rico.

Las autoridades federales se encargarán de los pormenores de la libertad condicional, con la amenaza de que cualquier actividad que no aprueben podría ser motivo para volver a meterlos a la cárcel (a unos a cadena perpetua). Unos han dicho que desde ahora en adelante siempre tendrán al lado a un amigo para que sea testigo por si acaso el gobierno les tiende una trampa.

Específicamente, se les prohíbe asociarse con otros condenados de "delitos graves" sin pedir permiso. El gobierno ha metido a la cárcel una y otra vez a los luchadores de liberación puertorriqueños por acciones armadas, por desobediencia civil y por no cooperar con el servicio militar. Por tanto, les prohíbe participar en reuniones del movimiento independentista. Un aspecto personal muy indignante es que dos hermanas, Alicia y Luz Rodríguez, no podrán verse. Luis Rosa tuvo que pedir permiso para visitar a su hermano Félix en Chicago. Al salir Juan Segarra, es posible que se le prohíba ver a su esposa, pues a ella también la condenaron de un "delito grave".

Es una gran ironía que estos luchadores gozaban de más libertad de palabra y asociación dentro de la cárcel de lo que tendrán afuera. Adolfo Matos dijo: "Ahora mi cárcel tiene barras invisibles y mis palabras son las de un pájaro enjaulado".

Una justa lucha contra el imperialismo yanqui

Tras la liberación de estos presos, los medios lanzaron una gran campaña de desinformación sobre la situación en Puerto Rico y las actividades de las fuerzas revolucionarias. Una y otra vez tildaron de "terroristas" a los presos y repitieron la falsedad de que el pueblo puertorriqueño es el beneficiario de la dominación yanqui.

Dicen que las autoridades estadounidenses han instalado un "proceso democrático" en la isla que le permite al pueblo determinar su propio futuro. Hasta dicen que las elecciones y "consultas" (plebiscitos) demuestran que el sueño de la independencia se ha desvanecido.

Pero estos plebiscitos se han llevado a cabo bajo la dominación extranjera. Las autoridades han infiltrado y desbaratado las fuerzas independentistas, y arrestado y asesinado a sus militantes; ahora los amordazan con las reglas de libertad condicional. Además, han distorsionado la economía de la isla para que esté al servicio de las corporaciones estadounidenses.

Desde sus comienzos, el movimiento revolucionario puertorriqueño ha condenado las elecciones coloniales. No hay ningún "proceso democrático", sino una dictadura colonial impuesta por los imperialistas yanquis. Las elecciones y plebiscitos no son nada más que una manera de legitimar esa dominación. Todas las opciones planteadas en el último plebiscito (estadidad, mancomunidad o pseudo "independencia" colonial) la continúan.

En el último año se ha redoblado la lucha del pueblo puertorriqueño, con un paro general y una batalla contra el bombardeo de la isla de Vieques. Hay un profundo odio popular ante la imposición de valores y costumbres estadounidenses en la isla, y del inglés como principal idioma en las escuelas, instituciones públicas, carreteras y comunidades.

Armas yanquis en Puerto Rico

En última instancia, el control de Puerto Rico se basa en una ocupación militar. Estados Unidos le arrebató la isla a España con una invasión armada, y ha reprimido con la fuerza de las armas a los levantamientos populares. Una y otra vez ha arrestado a centenares, y a veces a miles, de combatientes.

Estados Unidos ha construido una serie de bases militares en las hermosas montañas y playas de la isla: zonas para prácticas de tiro, almacenes de armamentos, puestos de espionaje electrónico y centros de mando para fuerzas invasoras. Hace unos meses, la Marina mató a un puertorriqueño, David Sanes Rodríguez, en Vieques durante sus preparativos para bombardear Yugoslavia. Han convertido la isla en una plataforma de lanzamiento para invasiones de otros países.

¿Se puede imaginar una demanda más hipócrita que el pueblo puertorriqueño renuncie a la violencia "en teoría y en la práctica"? ¿Cuándo han renunciado a la violencia contra el pueblo puertorriqueño los imperialistas yanquis?

El camino de la liberación en Puerto Rico ha sido largo y difícil. Quedan por resolverse importantes cuestiones de estrategia política y militar, teórica y prácticamente.

Aquí en Estados Unidos, una tarea sumamente importante es apoyar la lucha de liberación en Puerto Rico, luchar por la liberación sin condiciones de los demás presos políticos y oponernos a los ataques a los luchadores de liberación fuera de las cárceles.

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"El Partido Comunista Revolucionario,EU se ha comprometido a hacer todos los sacrificios necesarios para tumbar al imperialismo estadounidense aquí en las entrañas de la bestia y a construir una sociedad revolucionaria en el territorio norteamericano. Como parte de esa lucha, apoyamos firmemente la liberación de Puerto Rico y trabajaremos en aras de esa causa entre los oprimidos y progresistas aquí".

Mensaje del PCR,EU con motivo del 100 aniversario
de la invasión estadounidense de Puerto Rico, julio de 1998


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