Los crímenes yanquis en la guerra de Corea

La masacre de No Gun Ri

Obrero Revolucionario #1029, 7 de noviembre, 1999

"Los soldados yanquis jugaron con nuestras vidas como muchachos que matan moscas por puro deporte".

Chun Choon Ja, quien presenció
la masacre de No Gun Ri en 1950
a los 12 años

"Simplemente los aniquilamos".

Norman Tinkler, ametrallador del ejército yanqui

A finales de julio de 1950, la Primera División de la Caballería de Estados Unidos desocupó los pueblos del condado de Yongdong, Corea, y cometió una masacre. En ese momento, el Ejército Popular de Corea avanzaba pujante desde la República Popular Democrática en el norte; después de apenas un mes de guerra, las tropas yanquis se batían en retirada.

La Primera División acababa de llegar de Japón, pero en sus filas reinaba ya caos y pánico. El 26 de julio, 600 soldados se atrincheraron en la aldea de No Gun Ri. Una columna de centenares de refugiados-mujeres, ancianos y niños, vestidos de blanco (el vestido tradicional campesino)-se acercaba por un camino de tierra. Les ordenaron detenerse en los carriles del tren y el mando ordenó un bombardeo aéreo que mató a 100.

Después acorralaron a los sobrevivientes en un túnel debajo de un puente. Tras consultar al alto mando, posicionaron las ametralladoras y les dispararon durante tres días. Acribillaban a los que huían o salían a buscar agua y mataron a centenares. Los indefensos campesinos se protegían con cadáveres y las madres cubrían a sus hijos con la esperanza de salvarlos de las balas, según la sobreviviente Chung Koo-ho, cuya madre murió el segundo día del ataque.

El 29 de julio, los yanquis abandonaron sus posiciones ante el avance del Ejército Popular de Corea. Tres semanas después, el periódico revolucionario Cho Sun In Min Bo informó que el Ejército Popular encontró ahí "400 muertos: ancianos, jóvenes y niños".

Dicha atrocidad se cometió en el marco de una guerra injusta, la guerra de Corea (1950 a 1953), para conquistar a Corea y amenazar a la revolución maoísta que triunfó en China en 1949. El ejército de Estados Unidos y sus aliados de la ONU lanzaron ataques contra el Ejército Popular de Corea y voluntarios del Ejército Popular de Liberación de China por toda la península coreana, pero finalmente las fuerzas revolucionarias les asestaron una derrota histórica: derrotaron a Estados Unidos, que en ese momento se proclamaba la superpotencia atómica del mundo.

Tapan el crimen durante medio siglo

La masacre de No Gun Ri no se mencionó en la prensa ni en los libros de historia durante medio siglo y los sobrevivientes han vivido bajo la dictadura militar impuesta por Estados Unidos. Pero hace poco 30 sobrevivientes y familiares acusaron a la Primera División de Caballería y pidieron indemnización del gobierno de Corea del Sur. ¿La respuesta del Pentágono?: ¡que no se ha comprobado que esa división estuviera en esa zona ni que abriera fuego contra civiles!

La petición de los sobrevivientes hizo noticia y el 30 de septiembre la agencia noticiera Associated Press documentó la masacre con el testimonio de 12 veteranos del ejército que estuvieron presentes. Eugene Hesselman afirmó que un capitán le dijo: "Al carajo todos, vamos a barrerlos". El ex coronel Robert M. Carroll, que era un teniente de 25 años cuando ocurrió la masacre, dijo que abrieron fuego contra los refugiados: "Recibimos órdenes de no dejar pasar a ningún civil, ningún soldado, a nadie".

Después del reportaje de AP, el vocero del Pentágono Kenneth Bacon confirmó la posición oficial: que no tienen ninguna prueba de una masacre de civiles.

Tapan el genocidio yanqui

El Pentágono sigue negando la masacre de No Gun Ri porque quiere ocultar sus crímenes de guerra y sus brutales métodos contra el pueblo coreano. A principios de la guerra de Corea, los yanquis sufrieron derrota tras otra, y el alto mando calificó a todo coreano como parte de la fuerza enemiga que había que barrer. ¿Por qué decidió atacar a la población civil? Porque el pueblo apoyaba a los ejércitos revolucionarios y millones de coreanos estaban resueltos a liberar su país de la ocupación extranjera.

En un artículo de la revista Nation (25 de octubre), el historiador Bruce Cumings dice que al final de la II Guerra Mundial en Corea existía un fuerte movimiento rural contra los invasores japoneses. Cuando el imperialismo japonés se derrumbó en agosto de 1945, el Comité Popular del condado de Yongdong tomó el poder. Así pasó en muchas zonas del país.

De inmediato, las fuerzas yanquis ocuparon el sur de Corea: dieron armas a los odiados vendepatrias y lacayos del colonialismo japonés, y mandaron "equipos de asuntos civiles" a arrebatarle el poder al pueblo. De 1945 a 1949, se libró una guerra de guerrillas contra los nuevos invasores. La policía cazó y ejecutó a muchos comunistas.

En junio de 1950, estalló la guerra entre Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea, que había liberado el norte del país. Cuando las tropas yanquis se replegaron ante el avance de las fuerzas populares, los guerrilleros de Yongdong, en el corazón de la zona ocupada, liberaron su condado. Un corresponsal del New York Times informó que 300 guerrilleros atacaron a las fuerzas yanquis en retirada que pasaban por Yongdong.

A finales de julio, la línea del frente estaba cerca de Yongdong y los oficiales yanquis dieron la orden de matar civiles. AP informa que el día de la masacre de No Gun Ri: "El Octavo Ejército transmitió órdenes por radio a todo el frente de batalla: `No se permitirá que ningún refugiado-repetimos, ningún refugiado-cruce la línea de batalla en ningún momento'". Dos días antes, el mando de la Primera División de Caballería dio una orden más explícita: "No se permitirá que los refugiados crucen la línea de batalla. Cada quien debe obrar como mejor le parezca en el caso de mujeres y niños". Asimismo, el general de división William B. Kean ordenó a la División 25 de Infantería "considerar como fuerzas enemigas a los civiles de la zona y tomar las medidas necesarias". Sus oficiales corrieron la voz: "Los civiles son fuerzas hostiles y hay que matarlos".

El bombardeo a los refugiados de No Gun Ri no fue un incidente aislado. Según AP: "Documentos de la Fuerza Aérea de julio y agosto de 1950 indican que hubo numerosos bombardeos de grupos de `gente vestida de blanco'".

El ejército yanqui temía la conciencia antiimperialista y la organización revolucionaria del pueblo coreano. Por eso, la masacre de civiles fue algo común, muy difundido y autorizado por el alto mando, tal como lo ha sido en toda guerra de conquista del imperialismo yanqui: el genocidio de los pueblos indígenas de Estados Unidos, la invasión de Filipinas en 1898, la invasión de Vietnam en 1965... y últimamente el bombardeo aéreo contra el pueblo de Yugoslavia.

Según el historiador Bruce Cumings, la masacre de No Gun Ri no fue la primera en el condado de Yongdong: cuando los combatientes del Ejército Popular entraron a la zona les informaron de un operativo yanqui que expulsó a 2000 civiles a las montañas, donde murieron en bombardeos aéreos, y donde violaron y fusilaron a varias mujeres. Cumings también menciona un memorando secreto dirigido al general de división Clark Ruffner sobre la creación de "escuadrones de la muerte" para cazar y ejecutar a líderes guerrilleros. Veinte años después en Vietnam, la CIA aplicó esa misma táctica en el Operativo Phoenix.

En agosto de 1950, el general de división Hobart R. Gay ordenó el bombardeo de un puente del río Naktong que mató a centenares de refugiados, pero su informe no mencionó la muerte de civiles. Asimismo, los ingenieros de la Compañía A dedicaron dos días a colocar 3000 kilos de explosivos en otro puente. Los detonaron a las 7 de la mañana. El ex sargento Carroll F. Kinsman de Gautier, Misisipí, cuenta que "[el puente] saltó y se volcó; estaba lleno de refugiados". En el informe oficial se registra un solo comentario: "Excelentes resultados".

Desde 1950 el Pentágono ha tratado de tapar los crímenes de la guerra de Corea, pero el pueblo de Yongdong no los olvida. Quiere que el mundo conozca lo monstruoso que es el imperialismo yanqui, y reclama justicia para los muertos y los sobrevivientes.


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