Jamil Abdullah Al-Amin está en las garras del sistema

Obrero Revolucionario #1049, 9 de abril, 2000

El 20 de marzo, una bola de agentes del FBI y policías del condado rural de Lownes (Alabama) capturó a Jamil Abdullah Al-Amin, un clérigo musulmán y conocido activista político de los años 60. A este hombre negro lo cazaron con perros policiales, de la misma manera que cazaban a los esclavos fugitivos en el Sur en la época de la esclavitud.

A Al-Amin lo han acusado de matar a un sheriff de Atlanta, Georgia, y de herir a otro. El fiscal del condado Fulton (Atlanta) seguramente pedirá la pena de muerte. Al-Amin se declaró inocente ante un tribunal federal en Alabama. Al salir del palacio de justicia, con grilletes en las piernas y rodeado de guardias armados, dijo: "Es una conspiración gubernamental".

Hay muchas razones para desconfiar de las afirmaciones y acusaciones oficiales en el caso de Al-Amin.

J.L. Chester, abogado de Al-Amin y activista de derechos civiles, dijo: "Afirma que no baleó a nadie, que no tenía arma. Huyó de Atlanta para salvarse porque llevan muchos años tratando de matarlo". Chester agregó que atacaron a Al-Amin "porque es un hombre negro que viene luchando contra el sistema desde que tenía 16 años".

Al-Amin, que ahora tiene 56 años, ha estado en las miras de las autoridades toda la vida y nada indica que eso haya cambiado.

En los años 60, cuando recibió el nombre de H. Rap Brown, era un líder muy militante de la lucha de liberación negra, partidario de la autodefensa armada y defensor de las rebeliones urbanas. El gobierno le cayó encima con el programa de contrainteligencia COINTELPRO del FBI. El Congreso promulgó la tristemente célebre "Enmienda Rap Brown" para impedir que él y otros activistas radicales movilizaran resistencia al sistema. Pasó tres años en la cárcel por su militancia.

En la cárcel, abrazó la religión musulmana y se distanció de la política revolucionaria, pero de todos modos el gobierno lo ha seguido hostigando y atacando en Atlanta, Georgia, donde vive.

Un líder sin miedo en los años 60

H. Rap Brown era estudiante universitario de una familia de la clase obrera de Luisiana. A mediados de los años 60, abandonó sus estudios para participar de lleno en la lucha de derechos civiles. Trabajó brevemente con un programa de servicio social pero se dio cuenta de que el propósito de tales programas era desviar a los militantes. Llegó a ser un líder de la organización sureña de derechos civiles más militante-el Student Non-Violent Coordinating Committee (SNCC, o Comité Coordinador Estudiantil No Violento)-y participó en las campañas para eliminar el sistema de segregación conocido como Jim Crow. Rap y Stokely Carmichael, otro líder de SNCC, eran partidarios de la radicalización del movimiento, del antiimperialismo y del Poder Negro; seguían la consigna "por todos los medios necesarios".

Rap, con su militante estilo y potente voz, llegó a ser un símbolo del ímpetu revolucionario que cobraba fuerza en la comunidad negra. Hablaba sin pelos en la lengua. Sostenía que los oprimidos tienen el derecho de usar los métodos-militantes y hasta armados-necesarios para defenderse y liberarse. Criticaba fuertemente a los dirigentes del movimiento que restringían la lucha de los negros a los métodos y metas aceptables a la clase dominante, como Martin Luther King, Jr.

Cuando muchos jóvenes activistas abandonaron la no violencia como principio absoluto, recibieron muchas críticas. Rap contestó a esos ataques; señaló que los negros luchaban contra un sistema que los ha oprimido desde hace siglos con violencia y que en ese momento libraba una guerra sumamente violenta contra el pueblo vietnamita.

Burlándose de la hipocresía de los defensores del sistema que condenaban la violencia de los oprimidos, decía que "La violencia es tan americana como el pastel de cerezas". Esa famosa cita aparece en casi todos los artículos actuales sobre su arresto, como si esa declaración política verídica fuera prueba de que es culpable de matar a un policía en Atlanta 30 años más tarde.

Cuando estallaron grandes rebeliones en ciudades por todo el país a finales de los años 60, Rap Brown las defendió y dijo que eran una justa y potente forma de resistencia. Nunca se cansó de hablar en universidades y barrios negros, movilizar al pueblo y exhortarlo a redoblar y a concientizar la lucha. Ante las rebeliones urbanas decía: "Burn, Baby, Burn!" (¡Que arda!).

La lucha de liberación negra fue el mayor desafío interno al sistema capitalista/imperialista estadounidense del siglo 20, y este le cayó encima con todo a sus dirigentes, como H. Rap Brown.

En secreto el FBI lanzó su programa COINTELPRO para trastornar las organizaciones radicales y "neutralizar" a los dirigentes de costa a costa. A Rap lo perseguían, lo hostigaban, lo espiaban, lo arrestaban y le aplicaban operaciones clandestinas.

Un memorando del FBI recomendó preparar cartas anónimas para crear enemistades entre Rap y Stokely Carmichael. El FBI también propuso crear enemistades entre SNCC y el Partido Pantera Negra de California. La meta de la policía política era impedir que las fuerzas revolucionarias nacionalistas se unieran fomentando divisiones, desconfianza y hasta violencia. Rap, que era partidario de la unidad de las fuerzas revolucionarias negras, aceptó ser miembro honorario del Partido Pantera Negra en 1968. Esos esfuerzos para unificar el movimiento fracasaron debido a la intensa campaña clandestina del FBI.

En 1967, H. Rap Brown habló en la comunidad negra de Cambridge, Maryland; dijo: "Los negros construimos este país, y si este país no cambia vamos a quemarlo hasta sus cimientos". Estalló una rebelión, durante la cual Rap fue herido en la frente con una escopeta y se quemaron varios edificios. A Rap lo acusaron de incitar un motín e incendios.

Cuando Martin Luther King, Jr. murió asesinado en abril de 1968, estallaron más de cien rebeliones por todo el país. Seis días después el Congreso aprobó la notoria "Enmienda Rap Brown", que prohibió viajar de un estado a otro con el fin de "incitar" una rebelión. La meta era clara: suprimir y criminalizar las ideas y actividades militantes de H. Rap Brown y otros militantes del movimiento de liberación negra.

A Rap lo acusaron de "conspiración" y lo juzgaron en Nueva Orleans. Un observador del juicio escribió: "El palacio de justicia estaba rodeado de soldados de la Guardia Nacional. Cada día uno tenía que pasar por entre los soldados para entrar al juzgado. Cada noche Rap Brown hablaba a multitudes de 10.000 negros. La ciudad estaba virtualmente bajo sitio".

Rap Brown pasó a la clandestinidad. Lo buscaron por todo el país y salió en la lista de los 10 criminales "más buscados" del FBI. En 1971, lo capturaron durante una acción en Nueva York contra con una taberna conocida por vínculos a la policía y por distribuir narcóticos en la comunidad negra. Rap pasó varios años en la cárcel, donde se hizo musulmán y cambió de nombre a Jamil Abdullah Al-Amin. Tras salir de la cárcel en 1976, fue a vivir en Atlanta, en el barrio negro pobre de West End Park, donde abrió una tienda, dirigió una congregación musulmana y trató de mejorar la vida de la comunidad.

Al-Amin dejó de considerarse revolucionario, pero nunca se arrepintió de sus actividades políticas. Pero la policía política no lo olvidó ni dejó en paz. Como ha dicho Bob Avakian, Presidente del PCR: "Los que gobiernan este sistema son completamente inmisericordiosos".

Pruebas de que el gobierno lo fichó

Han salido a flote pruebas de que el gobierno ha tenido a Al-Amin en las miras. El periódico Atlanta Journal-Constitution informó que durante cinco años de la década pasada, el FBI, ATF y la policía de Atlanta llevaron a cabo una investigación de Al-Amin y sus colegas: el FBI envió informantes a sueldo a infiltrar su mezquita; la Unidad de Inteligencia del Departamento de Policía reunió información sobre unas 130 personas, entre ellas muchos miembros de la mezquita, y espió especialmente a ocho hombres que consideraba sus "socios más íntimos". También espiaron a grupos musulmanes de Nueva York.

Las actividades del FBI las llevó a cabo la "unidad para combatir el terrorismo", el sucesor del programa COINTELPRO. La policía de Atlanta dijo que llevaba a cabo investigaciones de homicidios, pero nunca entabló acusaciones contra Al-Amin.

El Atlanta Journal-Constitution informó: "Jamil Abdullah Al-Amin dice que el gobierno quiere fregarlo. Durante por lo menos cinco años de la década pasada, tenía razón".En 1995, un enorme operativo de agentes de la unidad antiterrorista del FBI de Atlanta y del Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego lo arrestó dizque por balear a un hombre en el pie. Después el hombre herido anunció que la policía lo presionó a acusar a Al-Amin.

Un caso sospechoso desde el principio

Las actuales acusaciones contra Al-Amin empezaron el 31 de mayo de 1999, cuando "manejaba negro" en el condado Cobb de Georgia, conocido por todo el país por su abierto racismo. La policía lo paró y le dijo que el carro (que compró legalmente unos meses antes) era robado. Cuando sacó la billetera para mostrarles la identificación, el agente vio una placa. Al-Amin tiene placa de "policía auxiliar" honorario del pueblo de White Hall, Alabama, donde tiene fuertes lazos desde los días del movimiento de derechos civiles. Es una placa ceremonial que dan a los que ayudan a celebrar desfiles o partidos de fútbol.

Pero la policía del condado Cobb lo acusó de manejar sin prueba de seguro, recibir bienes robados y hacerse pasar por policía: todo completamente ridículo.

El 16 de marzo, se anunció que buscaban a Al-Amin. Supuestamente dos sheriffs fueron a su casa en West End Park para entregarle un comparendo y no lo encontraron, pero les abrieron fuego; los sheriffs dispararon diez balas y en el tiroteo los dos resultaron heridos. Uno murió más tarde.

La policía anunció que encontró un rastro de sangre fresca del lugar de los hechos a una casa abandonada a una manzana. La policía se lanzó en persecución de Al-Amin y anunció que tenía una herida de bala en el estómago.

Cuatro días más tarde lo capturaron en Alabama. No estaba herido y no podía haber dejado el rastro de sangre. En un dos por tres, un vocero de la policía de Atlanta cambió la versión oficial. Ahora dicen que la sangre no tenía nada que ver con el incidente, que no terminaba en la casa abandonada sino que empezaba ahí, y así sucesivamente.

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Los medios ridiculizan la idea de que la persecución y el arresto de Al-Amin sean parte de una conspiración gubernamental, como él ha dicho. Muchos columnistas y funcionarios del gobierno han señalado que eso no podría pasar en el "Nuevo Sur", porque en Atlanta muchos líderes son negros, incluso el alcalde y el jefe de policía.

Pero tener caras negras en el ayuntamiento no ha acabado con la opresión de los negros y demás pobres del Sur. Han abolido oficialmente las leyes Jim Crow, pero la discriminación y explotación contra los negros siguen, en nuevas y viejas formas. Que unos líderes negros ahora sean los representantes del sistema en el gobierno no ha acabado con el empobrecimiento de zonas rurales y barrios urbanos, con los sistemas escolares "separados pero iguales", con la brutalidad policial, ni con la explotación en la industria textil, las fábricas y el campo.

Los vecinos de West End Park condenan el maltrato que sufren a diario a manos de la policía. Un buen ejemplo de eso fueron las redadas que lanzó la policía el 16 de marzo. Los voceros de la policía dijeron que creían que a Al-Amin lo amparaban en el barrio, lo que reconoce el respeto y apoyo que tiene en Atlanta y en zonas rurales de Alabama. El ataque al barrio West End Park tuvo un doble propósito: cazar a Al-Amin y castigar a la comunidad. Rodearon el barrio y cien agentes con perros policiales fueron de casa en casa, con helicópteros sobrevolando la zona.

Desde el 16 de marzo, mucha gente ha declarado apoyo a Al-Amin y condenado la campaña de los medios para demonizarlo a él y al movimiento de liberación negra. Líderes musulmanes de Atlanta pidieron que los medios no "acusaran, juzgaran ni condenaran al imán Jamil Abdullah Al-Amin".

Se ha establecido un fondo de defensa y varios abogados han acudido a su defensa.

Seguiremos informando sobre este importante caso.


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