No escojas entre opresores; entierra al sistema

Obrero Revolucionario #1064, 30 de julio, 2000

El circo electoral ha empezado en serio. La primera gran función se presenta en Filadelfia con la Convención Nacional del Partido Republicano. El mes entrante, la carpa se traslada a Los Angeles para la Convención Nacional de los demócratas.

En vez de inaugurar el circo con el usual redoble de tambor, George W. Bush lo inauguró con la cruel ejecución del preso revolucionario Shaka Sankofa, a pesar de claras pruebas de que no era culpable del delito que le imputaron.

En vísperas de la convención, la policía de Filadelfia le dio una bárbara golpiza a Thomas Jones en el norte de la ciudad.

¡Bienvenidos a la temporada política oficial!

Veremos todo un ritual de discursos, encuestas y votos, pero las decisiones centrales ya están tomadas.

A los dos candidatos, George W. Bush y Al Gore, los escogieron hace tiempo en los salones privados donde la clase dominante toma sus decisiones: donde los que manejan el poder apuestan por sus favoritos y los que manejan el dinero aflojan millones.

El curso político básico del futuro gobierno también está esencialmente trazado, como se ve en el hecho de que los dos candidatos presidenciales tienen diferencias mínimas.

Hay que ver bien lo que representan esas fuerzas políticas y lo que se proponen. Hay que ver las convenciones con los ojos de los niños de las decrépitas escuelas de los ghettos; de los presos enterrados en cárceles atestadas; de los que cruzan la frontera arriesgando la vida para buscar trabajo de este lado; de los que recogen cosechas envenenadas o se encorvan en talleres. Hay que ver a estos candidatos y programas con los ojos de nuestras hermanas y hermanos de todo el planeta que luchan por subsistir y por la libertad.

Desde ese punto de vista, las convenciones, los debates, las fotos, los anuncios y todo el pinche proceso electoral no nos ofrecen absolutamente NADA.

A los oprimidos el circo electoral no les ofrece la menor esperanza y a la nueva generación no le ofrece nada para el futuro. A los millones que están hartos de una sociedad que baila al son del dinero, dispuesta a sofocar todo sentimiento de compasión, comunidad o solidaridad, no les ofrece el menor cambio.

Nuestros opresores promueven a sus futuros líderes, disfrazando la desalmada maquinaria de explotación con mentiras de compasión y oportunidad para todos. Pero los dos candidatos ofrecen un camino que seguirá estrangulando a millones por todo el mundo.

Es crucial que algo radicalmente diferente salga a confrontar y desenmascarar ese perverso circo político. El sistema ha movilizado a la policía y al FBI para parar las protestas, pero la gente consciente se está movilizando para poner los puntos sobre las íes.

Bush: Perfecto para el sistema

¿Habrá algo más alucinante que una convención de los republicanos?

Los delegados se reúnen, orondos y arrogantes, a besar la bandera, aplaudir la avaricia y alabar los "valores tradicionales".

De pronto este año le bajan un poco el volumen a su rollo para no asustar a los pusilánimes, pero su especialidad es venderle la política de la clase dominante a los sectores más conservadores de la sociedad y torcer la realidad para apelar al interés y al privilegio propio. En boca de ellos:

los recortes de servicios sociales son "menos impuestos para ustedes";

la destrucción de las escuelas públicas es "escuelas particulares más baratas para ustedes";

el desmantelamiento del sistema de seguridad social (pensiones y prestaciones de incapacidad) es "más ganancias de la bolsa de valores para ustedes";

la fiebre de construcción de cárceles y de ejecuciones es "limpiar las calles para ustedes".

Es un despliegue descarado de la política más reaccionaria y cruda. ¿Y qué mejor representante de esa posición política que George W. Bush, el hijo de papi del jefe de la CIA, magnate petrolero y actualmente el mayor verdugo del país, que ahora busca una plataforma mundial. El multihomicida Bush es el candidato perfecto para este sistema asesino.

¿Dónde está la diferencia?

Los partidos políticos oficiales discrepan sobre cuál es la mejor forma de solidificar el país para que sea el núcleo estable y productivo del sistema mundial. Esas discrepancias se ventilan en "guerras culturales" y en discusiones de "raza y diversidad". Pero las diferencias son mínimas. Veamos lo parecidas que son las propuestas de Bush y las medidas del equipo de Clinton-Gore.

Bush propone recortar montones de servicios sociales, pero el equipo de Gore se le adelantó y ya lo hizo; por ejemplo, eliminó el welfare para cientos de miles de madres solteras.

Bush propone privatizar y estratificar más el sistema de servicios de salud. Gore ha propuesto un plan de salud más conservador que el de Bush padre en 1992.

Bush propone más cárceles, más policías, más mano dura. Durante el gobierno de Clinton y Gore la cantidad de presos del país se duplicó de uno a dos millones, con una mayor concentración de negros y latinos.

Bush propone una política exterior agresiva. La Casa Blanca demócrata acaba de aprobar $1 billón de dólares para el ejército de Colombia; se jacta de firmar el tratado NAFTA/TLC, que le clavó más las garras a México; ha desarrollado todos los instrumentos del imperialismo (como la Organización Mundial de Comercio, las Naciones Unidas y el Banco Mundial); ha espoleado la "privatización" y la "eliminación de las barreras al comercio" (léase: más libre explotación para el capital estadounidense); ha financiado una versión del sistema de defensa espacial que propuso Ronald Reagan; ha continuado el embargo de Cuba y de Irak, y ha bombardeado a Afganistán, Sudán y Yugoslavia.

Bush propone restringir el aborto. La posición de Clinton-Gore y los demócratas es que el aborto sea "legal pero poco común", y en la práctica han limitado los servicios de aborto para millones de mujeres, especialmente las jóvenes, pobres y del campo. Durante su gobierno, se ha asesinado a médicos y bombardeado clínicas con toda impunidad.

Ni siquiera en la protección del ambiente, que supuestamente es la causa consentida de Gore, hay mayores diferencias entre los candidatos pues Gore siempre ha puesto las ganancias en primer lugar, por ejemplo, respecto a la tala de bosques vírgenes y a las restricciones a la emisión industrial de gases que calientan la atmósfera.

Los dos candidatos están perfectamente de acuerdo en que la "nueva economía"debe ir de la mano con un nuevo pacto social que elimina la seguridad laboral, enriquece a las capas superiores y empobrece a grandes sectores de las capas inferiores, y ofrece nuevos cachivaches electrónicos como prueba de que el futuro será mejor.

Con tanta unidad en lo fundamental, el debate electoral ha sido superficial y peculiar. Cuando el mes pasado Bush afirmó que ninguno de los 135 presos que ha ejecutado era inocente, Gore repostó que apoya la pena de muerte aunque ejecuten a inocentes... inmediatamente después de la ejecución de Shaka Sankofa.

Los dos candidatos son servidores leales de la clase dominante y del sistema. Es más, este año, los dos son "hijos afortunados"de la clase dominante: han vivido toda la vida dentro de los círculos de riqueza y del gobierno, y los han preparado desde niños para representar al sistema.

No importa quién gane las elecciones en noviembre, la clase dominante tendrá a uno de sus muchachos en la Casa Blanca.

Es el sistema

"¿Quién diablos quiere el derecho, el dizque derecho, de determinar cuál grupo de opresores y explotadores nos va a oprimir y explotar?

"No queremos ese derecho--¡no vale ni mierda! Queremos el derecho de acabar con ser oprimidosy explotados--de acabar con la farsa de la democracia y la realidad de la dictadura".

Bob Avakian, Presidente del PCR

"Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas, religiones, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los que abogan por reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por fuerza de determinadas clases dominantes. Y para vencer la resistencia de esas clases, solo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, las fuerzas que pueden--y, por su situación social, deben--constituir la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo, y educar y organizar a esas fuerzas para la lucha".

V.I. Lenin, líder de la Revolución Rusa

Todo el sistema electoral responde a las necesidades del sistema capitalista, no solo los candidatos. El pilar de esta democracia burguesa es una Constitución escrita hace 200 años para proteger la propiedad, la esclavitud y el acaparamiento de tierras de los "padres de la patria". Ha evolucionado y formado un aparato moderno para proteger la propiedad moderna, la esclavitud moderna y el acaparamiento de tierras en todo el mundo. Es el sistema preferido de los descendientes políticos de los "padres de la patria" y les ha sido muy útil.

Hay gente, como Ralph Nader, que propone limpiar el sistema actual sin tumbarlo, es decir, meterse en el sistema político y reformarlo desde adentro. Creen que si se cambian los métodos de financiar el proceso electoral, llegaremos a una "verdadera democracia" y podremos hacer que las corporaciones tengan "responsabilidad social". Eso es pura fantasía; es como "tomarse la píldora azul" y nunca tratar de escapar (o de entender) la Matrix.

Las elecciones nunca serán un medio para cambiar la devastadora conducta de las corporaciones estadounidenses por todo el mundo. No son para eso. Los imperialistas modernos (que saquean a millones, matan al que se les atraviese en el camino y someten a países enteros) no van a dar la vuelta cada cuatro años e invitar a las masas populares a tomar decisiones fundamentales para el sistema. Si el voto cambiara la situación, o siquiera elevara la conciencia política, lo declararían ilegal.

Entrar a una casilla electoral no nos da poder, así como entrar a una patrulla no nos hace policías.

Así que durante esta campaña electoral, invitamos a trabajar con el Partido Comunista Revolucionario y el grupo juvenil, la BJCR, para desenmascarar la farsa política de la clase dominante, salvar la vida de Mumia Abu-Jamal, y atacar la brutalidad policial y todas las otras injusticias del sistema.

Para resolver el intolerable sufrimiento de millones se necesita una revolución: un levantamiento consciente, radical, incontenible, masivo, del fondo de la sociedad humana que dé a luz una nueva vida liberada. Nada más resolverá los problemas del pueblo... y no hay otra cosa por la que más valga la pena vivir, trazar planes, luchar o morir.

Parte 2


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