Espías y cachiporras

Convención Republicana:
Policía de Filadelfia reprime protestas

Obrero Revolucionario #1065, 6 de agosto, 2000

Las autoridades se prepararon para la Convención Nacional del Partido Republicano en Filadelfia con espionaje y represión. A las "fuerzas del orden" de la ciudad se sumaron dependencias estatales y federales para crear un clima de temor... pero se les veía el temor por la furia que causó en los barrios pobres de la ciudad la golpiza que le dio la policía a Thomas Jones.

Todita la clase dominante tenía clavadas en la mente las protestas que trastornaron la reunión cumbre de la Organización Mundial de Comercio en Seattle, paralizaron la ciudad, se robaron las primeras planas y mandaron un manifiesto de rebeldía por todo el mundo.

El subcomisionado de la policía de Filadelfia, Robert Mitchell, comentó: "Después de Seattle, la situación cambió". Un capitán de Los Angeles le dijo a la prensa: "Patrullar estos programas es sumamente difícil y no existe una forma perfecta de hacerlo. Hemos captado que la comunidad de protesta es mucho más móvil que en el pasado, mucho más conocedora".

Las convenciones de los republicanos y los demócratas son la función de gala del circo electoral de la clase dominante, en que promueve a sus líderes y su visión del futuro: un futuro que solo ofrece a los oprimidos más cárceles, brutalidad policial, recortes laborales, pobreza y sufrimiento.

George W. Bush se ha puesto un manto beatífico en la campaña repitiendo frases como "conservatismo con compasión", "inclusión" y "que ni un solo niño se quede atrás". Dicen que las convenciones son parte del proceso democrático que expresa la voz del pueblo. Pero la realidad-y la mano de hierro-de la democracia burguesa se vio claramente en los preparativos oficiales para la convención de los republicanos.

En vísperas de la llegada de los delegados, millones vieron la salvaje paliza que le dio la policía a un hombre negro. Un policía resumió la situación a la perfección cuando se mandó a hacer una camiseta que al frente tenía una placa policial y atrás una foto de la paliza con las palabras "Welcome America".

Miles de reporteros se destacaron a Filadelfia para mostrarle al mundo cómo funciona la democracia en el país de la "libertad de expresión". O sea, los republicanos tenían permiso para reunirse en todos los centros públicos de la ciudad, pero la oposición solo recibió permiso para protestar en un lote cerrado. Fue necesario entablar demandas y poner mucha presión para conseguir unos cuantos permisos para manifestaciones.

Cuando el grupo comunitario Kensington Welfare Rights puso un "pueblo de carpas" llamado Bushville para "que por todo el mundo se sepa que en Estados Unidos hay pobreza", la policía llegó en cuestión de minutos y lo dispersó.

*****

Para coordinar el espionaje y la represión, se formó un "comité ejecutivo" de 16 representantes del FBI, el Servicio Secreto, el Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de fuego, etc.

Antes de la convención, trataron de obtener la mayor información posible sobre las protestas, ficharon a ciertos individuos y se prepararon para efectuar arrestos de mil personas o más. Alistaron una cárcel abandonada y cárceles en los suburbios.

Cuando el grupo Kensington Welfare Rights anunció que haría una marcha, con o sin permiso, y que muchas familias sin techo iban a llevar a sus niños, la alcaldía amenazó con arrestar a los niños y ordenó en un memorando que se prepararan lugares para mil niños detenidos en protestas. El memorando llegó a manos del grupo.

Fichan individuos y grupos

La policía trató de identificar a los líderes antes de la convención para arrestarlos y aislarlos. El subcomisionado Robert Mitchell le dijo a la prensa: "Cuando llevan la situación al nivel de desorden público, la cosa cambia y se necesita que seamos sumamente firmes... pero cuando uno responde con firmeza a algo que ha empezado, lo importante es agarrar a la gente clave, a la dirección".

Para agarrar a la "gente clave", así como para sembrar temor, la policía y el FBI pusieron en marcha el aparato de espionaje abierta y descaradamente. A principios de julio un grupo de activistas informó que unos hombres se pusieron a filmar una reunión, pero la policía negó que estuviera espiando hasta que se comprobó que un auto de vigilancia era de la policía. Otros activistas encontraron micrófonos en su casa.

Las autoridades hicieron lo mismo en Seattle antes de la reunión de la OMC y en Washington, D.C., antes de la reunión del Fondo Monetario Internacional, y la policía de Filadelfia mandó "observadores" a dichas ciudades. En Nueva York, la policía de Filadelfia fotografió a unas 20 personas en una marcha pro derechos del inmigrante el 1º de mayo, a pesar de estar prohibido por orden judicial. Sin duda esas fotos figuran en la "lista negra" de la convención.

El 4 de julio, cuando un grupo de jóvenes (entre los cuales había militantes) estaba viendo los fuegos artificiales, la policía de la Universidad de Pensilvania los paró y los entregó a agentes de "inteligencia". Los detuvieron 24 horas y los interrogaron sobre la convención, les preguntaron si conocían a un tal "Lucky" y qué pensaban de la respuesta de la policía en Seattle. También les hicieron preguntas sobre el grupo de teatro de títeres Spiral Q, que hace grandes títeres para las manifestaciones.

Dos semanas más tarde, la policía clausuró el local del grupo de teatro. El 21 de julio, Matthew Hart, el director, llegó por la mañana y encontró la puerta abierta. Al otro lado de la calle, tres hombres miraban con cámaras, binóculos y radios. Cuando les preguntó quiénes eran, contestaron: "Somos de Seattle". A las pocas horas llegaron agentes del departamento de licencias a inspeccionar el local. Cuando Hart les preguntó si tenían orden judicial, contestaron: "No se necesita". En el local había miembros de Kensington Welfare Rights Union y de Asian- Americans United haciendo pancartas de protesta, como "34 millones de personas viven en la pobreza en Estados Unidos". Los agentes escarbaron aquí y allá durante cuatro horas, anunciaron que el local tenía una serie de violaciones y clausuraron todo el edificio de siete pisos. La alcaldía dijo que la noche anterior se cayó un trozo de concreto del techo y le pegó a un radiopatrulla, y que esa era la causa de la inspección.

El FBI participó de lleno en los preparativos para la convención. La emisora National Public Radio entrevistó el 1º de julio a Tom Harrington, jefe del grupo del FBI asignado a la convención. Dijo: "Es como un juego de ajedrez. Ellos nos observan y estudian nuestras tácticas, y creo que vamos a estar preparados. Se está reuniendo mucha información de inteligencia".

El FBI espió durante meses. En abril, organizó una reunión de agentes de Nueva York, Pensilvania y New Jersey llamada "Libertad Robada", descrita como un "ejercicio para prepararse para terrorismo u otras actividades durante la Convención Nacional Republicana". El centro de comando era una sala de banquetes de un hotel Holiday Inn con técnicos de computadoras, un equipo de abogados para procesar órdenes de registro y un equipo de prensa para "informar" a las organizaciones de noticias. Robert S. Conforti, jefe de la oficina del FBI de Filadelfia, dijo: "Llevamos año y medio haciendo planes para la convención.... A medida que se acerca, las reuniones son más frecuentes. Mandamos gente a Washington, D.C., y a Seattle".

En la entrevista citada arriba, Tom Harrington hizo una amenaza muy específica de parte del FBI. Dijo que a los que protestaran con "violencia" los iban a acusar de delitos federales, como trastornar el comercio interestatal o violar los derechos civiles de los delegados, o en sus palabras: "Potencialmente una conspiración para negarles el derecho de reunirse y el derecho de presentar al gobierno federal una petición por su candidato". ¡Curiosamente, no dijo nada sobre conspiraciones del gobierno para negar a la ciudadanía el derecho de reunirse y el derecho de protestar contra la convención!

*****

Cuando los republicanos fueron a Filadelfia a ungir al multihomicida George Bush como candidato presidencial, el gobierno demócrata de la ciudad los recibió con los brazos abiertos. El alcalde dijo que los grupos de protesta eran "idiotas" y le comentó a la revista George: "...unos van a venir a causar problemas, a hacer un espectáculo, pero la respuesta va a ser fuerte".

La respuesta de los grupos de protesta a las autoridades fue firme y resuelta. Se echaron a la calle, con o sin permiso, y llevaron niños a pesar de las amenazas. Cuando la policía tumbó el "pueblo de carpas" Bushville, lo armaron en otro lote. El grupo de teatro Spiral Q reanudó actividades a las pocas horas del cierre de su local, y mucha gente fue a diseñar monigotes y pancartas para las protestas. Crearon equipos de "contrainteligencia" para filmar a los tiras, identificar las placas de carros de la policía e informar a la prensa. Organizaron el Centro de Prensa Independiente para divulgar información sobre las protestas, cosa que no hace la prensa grande. Formaron equipos de cientos de abogados para observar la conducta de la policía y defender a los detenidos. Para ridiculizar al sistema, organizaron contingentes de "Billonarios por Bush o Gore" y "Vigilias en pro del welfare para las corporaciones".

Miles fueron a Filadelfia a luchar contra el sinnúmero de injusticias que el pueblo sufre a diario; hicieron marchas para parar la ejecución de Mumia Abu-Jamal; organizaron visitas a fábricas abandonadas, barrios pobres y oficinas de welfare para mostrar a los visitantes cómo vive la gente de la ciudad.

La Convención Nacional del Partido Republicano llevó el circo a Filadelfia, una ciudad famosa por la brutalidad policial y la represión de los negros. Pero en las calles de la ciudad se vio rebeldía y lucha por un mundo diferente.


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(Por ahora el OR/RW Online no se comunica por correo electrónico.)