Arrestados en la Convención Demócrata

Obrero Revolucionario #1070, 17 de septiembre, 2000

Durante la semana de la Convención Nacional del Partido Demócrata en Los Angeles, la clase dominante aplicó la táctica de ventaja numérica y fuerza bruta para impedir protestas en la calle. La primera noche, en medio del discurso de Clinton, la policía atacó el concierto de Rage Against the Machine y Ozomatli; arremetió con caballos, disparó balas de goma y roció gas lacrimógeno. A diferencia de Filadelfia y Seattle, la chota de Los Angeles no recurrió tanto a medidas preventivas o arrestos en masa. Sin embargo, a fines de semana, tenía presos a casi 200 manifestantes. El Los Angeles Daily Journal informa que 135 fueron acusados de un delito menor y 59 de delito grave; de estos solo quedan cinco acusados de delito grave al cierre de esta edición. A los otros les rebajaron o les anularon los cargos.

Los cargos van de lo ridículo a lo indignante. El martes, la policía le ordenó pasar con el semáforo en rojo a un pelotón de 71 ciclistas de Critical Mass, ¡y después los arrestó por pasarse en rojo! Como para echarle sal a la herida, al día siguiente el alcalde pasó con un pelotón de ciclistas el "Día de ir en bicicleta al trabajo" por el mismo cruce. El 1º de septiembre el Los Angeles Times informó que retiraron las acusaciones contra todos los ciclistas "por el bien de la justicia".

En la protesta de People for the Ethical Treatment of Animals y otros grupos pro derechos de los animales arrestaron a 45 personas y las acusaron del delito grave de "vandalismo" supuestamente por patear la puerta de una peletería. En una audiencia preliminar se declaró sin fundamento el arresto de 43. A uno no lo soltaron porque tenía una orden de arresto y el otro se quedó por solidaridad y dijo que no saldría hasta que todos salieran.

Hubo arrestos en protestas contra Gore por sus lazos con la compañía Occidental Petroleum de California, que está destruyendo las tierras ancestrales de los u’wa de Colombia; contra la brutalidad policial y frente a la delegación de policía Rampart. También arrestaron a cuatro chavos al azar entre los cientos de manifestantes que iban apiñados en el subterráneo después de una protesta frente a la cárcel del condado.

Varios informes de prensa señalan que la noche del concierto de Rage arrestaron a 10 personas. Tres días después arrestaron a un chavo por supuestamente "perforar" la cerca de alambre frente al Staples Center.

Rumbo a la manifestación contra la brutalidad policial, ¡arrestaron a un artista por el disfraz que llevaba!, que era de "Puercus Erectus", un visitante sucio y decrépito del futuro en que su especie, "Policius Brutalisis", está extinta.

Más tarde, la policía detuvo a tres chavos frente al Centro de Convergencia en Pico Union por cruzar en medio de la calle y pidió refuerzos. De repente llegó una cantidad de radiopatrullas que hizo pensar que iban a tomar el centro por asalto. Los vecinos (proletarios inmigrantes) salieron a la calle, a los balcones y a los techos a condenar a la policía, que dijo que le tiraron piedras y botellas. Los policías retrocedieron y soltaron a los tres chavos, pero luego agarraron a uno de los vecinos y lo acusaron de "agredir a un policía", un delito grave. Muchas personas, de todas las capas sociales y de diversos movimientos, contribuyeron para recaudar los miles de dólares para su fianza.

Muchos de los arrestados rehusaron colaborar con las autoridades: 50 no dieron el nombre ni datos personales. Ya en la cárcel unos iniciaron una huelga de hambre y establecieron contacto con los presos comunes sobre una base de respeto e interés mutuos.

Tanto activistas como simpatizantes de la comunidad establecieron un campamento de solidaridad frente a la cárcel, donde también se inició una huelga de hambre. Todos los días realizaron ruedas de prensa y marchars nocturnas, y prometieron quedarse hasta que todos los presos salieran libres.

Dentro de la cárcel, tanto los activistas como los presos comunes golpeaban las ventanas para hacerse oír, a pesar del gran riesgo que eso implica. Unas activistas sacaron esta declaración:

"Saludos, hermanas y hermanos. Somos 22 mujeres que expresan su solidaridad desde el pabellón 231-C de la cárcel del condado de Los Angeles: 19 estamos en huelga de hambre. Somos de aquí y de otras partes del país; nos sentimos bien y animadas por lo que estamos haciendo.

"Estamos aquí porque luchamos por la justicia. La vida `común y corriente’ de este sistema capitalista lleva al genocidio y al ecocidio, y tenemos que oponernos por medios no violentos. El verdadero crimen es meter a la cárcel a activistas pacifistas, mientras los criminales de las corporaciones, los politiqueros corruptos y la salvaje policía racista gozan de impunidad. No nos dejaremos intimidar ni callar, a pesar de las severas medidas represivas.

"En las protestas contra la convención y cuando nos metieron presas, hemos sido testigos de agresión policial no provocada, tratamiento injusto y amenazas de parte de guardias. Sin embargo, lo que hemos vivido ni se compara a lo que tienen que vivir las presas comunes, casi todas de color. Sufren como consecuencia de la injusta ley de `tres strikes y fuera’, acusaciones falsas, maltrato, falta de abogados competentes, pobreza y muchos otros obstáculos que les impiden reintegrarse a la sociedad. Rechazamos categóricamente que nuestras compañeras presas comunes sean `las criminales’ y rechazamos las maniobras del sistema para dividirnos. Desde que llegamos, a las presas comunes las encerraron todo el tiempo en las celdas, les negaron tratamiento médico y derechos. Por eso, 19 hemos iniciado una huelga de hambre contra las condiciones infrahumanas en las que viven nuestras hermanas todos los días y como manifestación de solidaridad con todas las víctimas del maltrato de este sistema de injusticia".

Las autoridades ya no querían a estos activistas en la cárcel y a la semana dejaron salir a 120. El martes 22 de agosto, el último activista salió de la cárcel.

Días antes, tuvimos la oportunidad de ir a una de las marchas nocturnas y conversar con un chavo que salió de la cárcel ese mismo día. Lo arrestaron en la protesta contra la brutalidad policial. Tiene 19 años y viajó a California de un estado central. Nos dijo: "Me arrestaron el miércoles durante la protesta contra la brutalidad policial. Ibamos hacia el Staples Center cuando nos detuvimos en un cruce porque las calles son nuestras, ¿entienden? Las calles son nuestras y no queríamos ir a una jaula donde nos podían callar, carajo. Decidimos que nos íbamos a tomar las calles y hacernos oír. En eso llegó la chota y empezó a darnos cachiporrazos; a mí me rodearon unos 15 y me dieron una paliza.

"Pero, ¿saben qué? Trataron de humillarme con la paliza que me dieron, me dijeron: `¡Te dimos una paliza: seguro aprendiste algo y no vas a regresar a Los Angeles!’. Pero lo volvería a hacer; regresaría todos los días si fuera necesario, porque le he dedicado la vida a esto. Aprecio mucho a mis hermanos y hermanas que están aquí. Todos me dijeron que me esperaba esto si venía, pero hice lo que tenía que hacer, me siento muy orgulloso de lo que he hecho y lo volvería a hacer".