Fujimori: Los peligros de un títere yanqui

Obrero Revolucionario #1072, 1 de octubre, 2000

Artículo del Comité de Apoyo a la Revolución en el Perú:

El 16 de septiembre, el presidente peruano, Alberto Fujimori, anunció inesperadamente que va a dejar la presidencia y convocar elecciones, a las cuales no presentará su candidatura. También anunció que se "desactivará" el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).

El anuncio se hizo tras la transmisión de un video del director del SIN, Vladimiro Montesinos, pagándole $15.000 a un congresista para que se pasara al partido de Fujimori. Desde mayo 19 congresistas se han pasado al partido de Fujimori. Hasta la fecha no se sabe quién entregó el video a los medios; lo que sí se sabe es que Montesinos está bien conectado con la CIA y hay que preguntar: ¿quién filma al hombre fuerte de la CIA en Perú? Indudablemente bajo cuerda hay toda clase de intrigas, pactos y traiciones. Fujimori y Montesinos son de esos títeres que el imperialismo yanqui pone en el poder, con golpes de estado si es necesario, y luego manda a volar cuando ya no los necesita. ¡Ser lacayo del imperialismo estadounidense tiene sus problemas!

Al cierre de esta edición (24 de septiembre), la prensa peruana inform a que Panamá le dio asilo a Montesinos.

¿Qué está pasando en Perú y qué será de su pueblo?

La economía y el pueblo peruano están en las garras de una bestia: el imperialismo yanqui. La miseria y el sufrimiento han generado una poderosa alternativa revolucionaria: la guerra popular que el Partido Comunista del Perú inició en mayo de 1980. Fujimori ganó fama por combatir la revolución para que los capitalistas del mundo, especialmente de Estados Unidos, exploten al país más y mejor. Sin embargo, ahora el gobierno se derrumba por inestabilidad, y la revolución sigue avanzando.

La prensa se fascina con el video de Montesinos, pero no habla de los verdaderos crímenes y la barbarie del gobierno al servicio de sus amos yanquis. En 1992, con Montesinos tras bastidores, Fujimori lanzó un autogolpe para combatir, con más impunidad, más saña y más colaboración de asesores estadounidenses, la guerra popular maoísta. Esa intensa campaña llevó a la captura del Presidente Gonzalo, del PCP, a quien presentaron en una jaula con un uniforme rayado ante la prensa internacional. El plan era humillarlo, pero en vez, el Presidente Gonzalo lanzó un desafiante discurso que recorrió el mundo; describió la captura como "un recodo en el camino". El gobierno proclamó la derrota de la guerra popular, pero el PCP la ha defendido y continuado. Junto con gente por todo el mundo, ha denunciado los crímenes del gobierno, defendido la vida del Presidente Gonzalo y reclamado que ponga fin a su aislamiento.

Hoy en Lima, en las manifestaciones se ven muñecos de Fujimori y Montesinos en jaulas con uniformes rayados.

El gobierno de Fujimori es conocido por todo el mundo por "desaparecer" a activistas, efectuar arrestos en masa, realizar juicios que recuerdan la Inquisición con jueces encapuchados, apoyar y perdonar escuadrones de la muerte, y detener a abogados de presos políticos y periodistas que informan sobre la lucha popular.

Por muchos años Fujimori y Montesinos fueron ideales para el trabajo de títeres. Cumplieron con todo lo que les pidió Estados Unidos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, con el resultado de que los grandes capitalistas del mundo y un puñado de peruanos acumularon grandes riquezas a expensas del pueblo. En la década que ha durado el gobierno de Fujimori, la gente que vive en la pobreza se duplicó. El 85% de los trabajadores están subempleados; cada año mueren 36.000 niños a causa de enfermedades y pobreza; el 25% de los niños menores de cinco años sufre de desnutrición y raquitismo; el 90% del campesinado vive en pobreza crítica, sin tierra, y los que tienen terrenos, no reciben los préstamos que necesitan para cultivarlos.

Aunque Estados Unidos le puso maquillaje democrático a la dictadura de Fujimori, las elecciones, el Congreso y los tribunales han estado firmemente en manos de Fujimori y Montesinos. Eso se vio claramente cuando Fujimori descartó sus propias leyes para postularse a la presidencia por tercera vez consecutiva, y los hampones del SIN atacaron a otros candidatos, cerraron canales de TV y amedrentaron a los periodistas. Por eso el candidato Alejandro Toledo retiró su candidatura.

Si bien los conflictos entre Fujimori y Toledo son peleas entre lacayos de Estados Unidos, las masas aprovecharon la situación para expresar su odio y repudio al gobierno. Boicotearon las elecciones, se volcaron a las calles por todo el país y confrontaron a la policía en violentas protestas que rebasaron los planes de la oposición burguesa. Por ejemplo, en Lima quemaron radiopatrullas, tiraron bombas incendiarias al palacio presidencial, incendiaron tres edificios gubernamentales y quemaron el Banco Nacional.

A lo largo de su gobierno, Fujimori y Montesinos han contado con el asesoramiento y apoyo público de Estados Unidos. El zar de la droga, el general Barry McCaffrey, ha alabado al gobierno de Fujimori como firme aliado en la "guerra contra la droga" (el pretexto para intervenciones en Latinoamérica). McCaffrey se ha reunido con Montesinos aunque conoce perfectamente sus relaciones con el narcotráfico internacional. (Véase más sobre Montesinos en el recuadro.)

Sin embargo, la indignación y las protestas contra el fraude electoral de julio inquietaron a Estados Unidos. La máscara democrática está muy raída, y eso genera inestabilidad, que puede afectar sus intereses en Latinoamérica.

Hace poco también se acusó a Montesinos y unos militares de tráfico de armas. Se dice que las armas, procedentes de Jordania eran para el ejército peruano pero que las mandaron a la guerrilla colombiana.... precisamente cuando Estados Unidos está enviando una gran cantidad de armas al gobierno colombiano. Esta podría ser otra de las razones que llevó a Estados Unidos a pensar en un cambio de títeres en Perú.

Desde las elecciones de julio Estados Unidos, por medio de la OEA, ha presionado a Fujimori a trabajar con la oposición para restaurar la fachada de democracia. Ahora, Washington está organizando una transición "ordenada" de Fujimori a otro gobierno títere. Las víspera del inesperado anuncio, el embajador estadounidense en Perú, John Hamilton, le "aconsejó" a Fujimori que "tomara medidas claras y enérgicas para que el público volviera a tener confianza en los servicios de inteligencia". La secretaria de Estado, Madeline Albright, también se reunió con Fujimori antes del anuncio. Después de haberlo apoyado incondicionalmente por una década, Estados Unidos se está alejando de Montesinos y de este escándalo. Inmediatamente después de conocerse el video, la OEA ordenó que el gobierno tomara "medidas rápidas y severas para suspender las funciones públicas de todos los acusados".

Tras el anuncio de Fujimori, miles salieron a celebrar en las calles con cartelones de Fujimori con SE BUSCA en la frente.

No está claro cómo se desenvolverá la situación en Perú. Fujimori sigue en el poder y, a la fecha, cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas. La clase dominante y sus amos de Estados Unidos quieren estabilizar la situación. Fujimori dice que las elecciones se celebrarán en marzo, pero la oposición las quiere antes. También existe el peligro de otro golpe de estado.

Los imperialistas yanquis dicen que lo que el pueblo peruano necesita es elecciones "limpias", pero quienquiera que reemplace a Fujimori va a ser un representante de las clases explotadoras y va a estar al servicio de los imperialistas. Hará todo lo posible por preservar el sistema actual y eso significará más miseria y más sufrimiento para el pueblo.

El Partido Comunista del Perú dice:

"...¿qué implican las elecciones? ¿necesita el pueblo concurrir a las ánforas? ¿le conviene al pueblo votar? Viendo la propia experiencia peruana, ¿qué transformación revolucionaria ha conquistado el pueblo mediante votaciones electoreras o en actividades parlamentarias?; toda conquista ha sido arrancada en los hechos por la lucha popular".


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