El escándalo de Rampart en el juzgado

Parte 1: Cómo limpiar la imagen del LAPD

Obrero Revolucionario #1079, 20 de noviembre, 2000, en rwor.org

¡Qué barbaridad! Tras más de un año de titulares sobre las inmundas fechorías del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD)--asesinato, violación, narcotráfico, asaltos a bancos, agresión, confesiones coaccionadas--y tras un montón de noticias sobre informes falsificados, perjurio y el "código de silencio" desde los agentes hasta el mismo jefe de policía para encubrir sus crímenes, ¡todo indica que los cuatro policías del LAPD acusados a raíz del "escándalo Rampart" saldrán impunes!

En realidad, era de esperarse, pues en el juicio todos son policías o pro policías, y están de acuerdo en exonerar a los agentes y limpiar la imagen del LAPD, para que siga cumpliendo su trabajo de aplastar y reprimir al pueblo. La neta: el juicio ha sido una farsa de principio a fin. Los acusados son policías. Sus abogados se especializan en la defensa de policías y uno fue policía. Los fiscales trabajan de la mano con la policía. ¿Quiénes recopilaron las pruebas e hicieron las investigaciones pertinentes? Policías. Casi todos los testigos son policías. Y la jueza es pro policía y es casada con un ex fiscal especializado en encausar a pandilleros. ¿A poco esos policías y sus allegados le darán en la torre a otros policías?

Al cierre de esta edición, el jurado está en el tercer día de deliberaciones. Es posible que vote por la justicia y declare culpable a unos de los policías a pesar de las presiones de los abogados de ambas partes, la jueza, etc. (que han hecho hasta lo imposible para que los absuelva). Sin embargo, como solo los acusaron de delitos menores, lo más probable es que no pasen ni un día en la cárcel. Independientemente de lo que decida el jurado, es evidente que la clase dominante está empeñada en ponerle fin al escándalo Rampart.

Corrupción y brutalidad policial salen a la luz

El escándalo de la División Rampart del LAPD estalló hace más de un año cuando el agente Rafael Pérez de la unidad antipandilla CRASH de Rampart se declaró culpable de robarse drogas de los casilleros donde guardan evidencia para venderlas. A cambio de una sentencia menor, empezó a cantar sobre las fechorías de CRASH. Incriminó a docenas de agentes que, amparados por sus supervisores, cometieron delitos y salvajismos. Sus escalofriantes relatos pusieron al descubierto que CRASH libra una guerra sistemática contra el pueblo, sobre todo los jóvenes, del barrio Pico-Union (donde queda la División Rampart).

Tras meses de indignación popular y luchas intestinas de la clase dominante, entablaron unas cuantas acusaciones contra los sargentos Brian Liddy y Edward Ortiz, y los agentes Paul Harper y Michael Buchanan. Pérez los acusó de "conspiración y obstrucción de justicia, perjurio y falsificar informes". El Los Angeles Times informó que Ortiz "capitaneó" los crímenes de los demás agentes de CRASH. ¿Qué hicieron esos policías de CRASH? Veamos unos ejemplos:

• Conspiraron para zampar a Raúl Muñoz y César Natividad a la cárcel; falsificaron evidencia para que aparentara que estos atropellaron a Liddy y Buchanan con su camioneta al huir de la policía.

• Detuvieron a Allan Lobos y le hicieron agarrar una pistola (que supuestamente se usó para cometer un delito) para que sus huellas quedaran en ella. Falsificaron el informe: dijeron que encontraron la pistola escondida en el aro de la llanta de un coche cerca de donde Lobos se escondió durante una redada contra un grupo de jóvenes.

• Arrestaron a Nabil Hassan por tener una pistola cargada: registraron su coche sin permiso y cargaron la pistola, la cual estaba en la cajuela.

Si bien las acusaciones contra Muñoz, Natividad, Lobos y Hassan, además de casi 100 personas más, se anularon a raíz de las declaraciones de Pérez sobre declaraciones falsas y pruebas inventadas, eso ha servido para subrayar los constantes atropellos que sufren los que viven bajo la bota de la policía de Rampart. Y, ¿qué de las otras miles y miles de personas condenadas injustamente? Unos 70 policías están involucrados en el escándalo. ¿Por qué solo acusan a cinco (el quinto es el ex compañero de Pérez, Nino Durden)? ¿Por qué no acusan a nadie por el homicidio de Juan Saldaña, a quien el sargento Ortiz y sus compinches dejaron desangrarse mientras se ponían de acuerdo para encubrir sus desmanes. ¿Y la terrible paliza a Ismael Jiménez, quién quedó malherido y vomitó sangre en la delegación Rampart? ¿Y la violación de Tina R., a quien dos policías la pararon, amenazaron con arrestarla y la llevaron a un hotel para violarla?

Se han cometido centenares y miles de atropellos como esos en Pico-Union, y en toda la ciudad de Los Angeles. Todos los días, hostigan a un chingo de gente por la pinta o el color de la piel. La policía se roba dinero de los vendedores ambulantes, y destruye sus productos y sus posibilidades de ganarse la vida. Obliga a gente a ser soplones o a hacer ademanes de pandilleros y les saca la foto para meterlos en una bronca. Por cosas de esas muchísima gente está en el bote.

Erwin Chemerinsky, profesor de derecho y destacado luchador por reformas en el departamento de policía, examinó la investigación del LAPD sobre el escándalo Rampart. Concluyó que ni el LAPD ni nadie de las autoridades ha respondido a una serie de interrogantes elementales: "¿Cuántos agentes de la unidad CRASH de Rampart se involucraron en actividades ilegales? ¿Cuántos agentes de CRASH y la División Rampart demostraron complicidad con silencio? En la estructura de mando del departamento, ¿quiénes tenían conocimiento de las actividades ilegales de los agentes de Rampart? ¿Otras unidades CRASH o unidades especiales de otras divisiones se involucraron en actividades ilegales?".

No se han respondido a esos interrogantes ni a miles de interrogantes candentes que se desprenden del escándalo Rampart. Por el contrario, las autoridades quieren absolver a los policías y echarle tierra al escándalo.

Traman absolver a los agentes

Examinemos las bases que sentaron para absolver a los agentes:

Deslegitimaron a Pérez: el juicio estaba programado para octubre y se pensaba que Pérez sería el "testigo estrella" contra los cuatro agentes, pero de repente los investigadores del LAPD revelaron que la ex novia de Pérez, Sonia Flores, lo acusaba de cuatro homicidios; dijo que enterró tres de ellos en un lugar de Tijuana donde los narcotraficantes y la policía corrupta de México entierran a sus víctimas. Luego Flores retiró sus acusaciones y dijo que las hizo por despecho.

Aquí hay gato encerrado. Primero, Flores lleva mucho tiempo trabajando de la mano con la policía. Declaró contra cinco personas acusadas de una balacera de pandillas en 1996, a quienes zamparon a la cárcel por muchos años. Pérez estaba a cargo de la investigación y al parecer le mostró fotos a Flores de antemano para que las pudiera "identificar". Además, se sospecha que él mismo baleó a la víctima porque era narcotraficante rival de él y sus compinches de CRASH.

Los investigadores del LAPD entrevistaron a Flores desde febrero y es muy posible que la espolearan a acusar a Pérez, pero esperaron hasta vísperas del juicio para darlo a conocer y deslegitimar a Pérez. Como todo eso ocurrió apenas dos semanas antes del juicio, los fiscales no tuvieron tiempo para investigar la verdad de las acusaciones. Querían recuperar la credibilidad de Pérez como testigo, pero los abogados de los agentes advirtieron que le iban a preguntar sobre los homicidios. En dado caso, Pérez ejercería su derecho de no autoinculparse, es decir, no daría testimonio, y lo más probable era que la jueza anulara el juicio.

Así que la fiscalía no mandó comparecer a Pérez. En su lugar, montó un desfile de supervisores de la policía que pusieron a dormir a todos con testimonios muy aburridos sobre el reglamento del departamento, los trámites para tomar vacaciones (dizque para comprobar que el agente Buchanan estaba de vacaciones el día que supuestamente fue testigo de que sus compinches de CRASH arrestaron a un hombre por posesión de una pistola cargada), etc. Luego mandó comparecer a una serie de agentes que trabajaban con los acusados, quienes "no se acordaban" de nada en absoluto sobre las pruebas inventadas. ¿Acaso no pretendían ayudar a los acusados?

La fiscalía solo mandó comparecer a una de las víctimas de pruebas inventadas, Raúl Muñoz, quien tuvo que viajar desde El Salvador porque lo deportaron después de cumplir su condena injusta. Los fiscales se quedaron de brazos cruzados cuando los abogados de los agentes calumniaron a Muñoz y sus amigos, tildándolos de pandilleros, mentirosos y matones. Y para colmo, en los argumentos finales, los dejaron echar un rollote, que "todos dormimos tranquilos gracias a los esfuerzos heroicos" de la policía", ¡bla, bla, bla!

La jueza: la jueza Jacqueline Conner se mostró claramente a favor de los acusados. Por ejemplo, dijo que si Pérez declaraba, permitiría que los abogados de los agentes presentaran pruebas de que Pérez reprobó cinco exámenes de detector de mentiras. (Normalmente se prohíbe presentar esos exámenes en calidad de prueba.) Asimismo, prohibió que la fiscalía mandara comparecer a cinco jóvenes que presenciaron las fechorías de los cuatro agentes. Resulta que al LAPD "se le olvidó" dar los nombres de las jóvenes a la fiscalía hasta apenas dos semanas antes del juicio. Según la ley, hay que proporcionar dichos datos con 30 días de anticipación; así que los abogados de los agentes reclamaron (no obstante el hecho de que la tardanza se debió al mismo LAPD) y la jueza prohibió su testimonio (en vez de postergar el juicio un par de semanas para que los abogados de los agentes se prepararan).

Además, la jueza permitió que los abogados de los agentes presentaran argumentos antes de elegir al jurado. Durante la fase de elegir al jurado, generalmente se busca determinar si serán "imparciales" y se les pregunta si saben algo del caso o de los personajes que podría influir en su decisión. Sin embargo, la jueza Conner permitió que los abogados de los agentes dieran a conocer los pormenores del caso e inclusive que afirmaran que Pérez era culpable de unos cuatro homicidios, etc., para que los jurados tuvieran simpatía hacia los agentes acusados.

La jueza permitió que los jurados hicieran preguntas en el curso del juicio, y las planteó a los abogados y testigos. Varios jurados cuestionaron la memoria tan pobre de los policías que daban testimonio contra los acusados, a la vez que se sorprendieron por la memoria tan aguda de uno de los acusados que se acordaba de todos los pormenores de un incidente de hace cuatro años, hasta cómo vestía el joven que arrestó y zampó a la cárcel. Está claro que los jurados no se tragaron todos los cuentos de los policías.

El problema no es que la jueza hizo algo muy extradordinario en un juicio, donde la rutina no favorece al pueblo. Normalmente no les permiten a los jurados hacer preguntas. Pero en este caso las preguntas le dieron a los abogados de los agentes la oportunidad de contestar las dudas del jurado, y a la jueza le permitió moldear sus instrucciones para procurar que los absolviera.

La defensa: los abogados de los agentes han defendido a policías a lo largo de su carrera y uno de ellos trabajó como policía del LAPD por doce años. Son muy hábiles para pintar a la policía como "hombres rectos" que "arriesgan la vida todos los días por nosotros".

Los fiscales: el fiscal general Gil Garcetti nombró a los fiscales justo una semana antes de iniciarse el juicio. Además, el fiscal a cargo de la investigación Rampart se retiró inesperadamente una semana antes del juicio por "motivos de salud". Los fiscales recibieron todas las pruebas de los investigadores del LAPD, y muchas llegaron la víspera del juicio.

Pero independientemente de la decisión de la clase dominante de poner fin al escándalo, existe un problema fundamental: los fiscales y la policía trabajan de la mano en la guerra contra el pueblo. La policía arresta a la gente y da "pruebas", y los fiscales la zampan al bote. Desde hace muchos años, los fiscales saben que los policías de Rampart inventan pruebas y mienten para que se condene a "pandilleros", pero no hacen nada porque eso les conviene. Y eso se reconoce hasta en la prensa. ¿A poco un fiscal va a joder a los mismos policías que le permiten ganar en los tribunales? De hecho, un estudio de la mala conducta policial comprueba que desde 1995 hasta la fecha, la fiscalía se ha negado a entablar acusaciones contra policías en el 92% de los casos. Y en cuanto a quejas por fuerza excesiva, ¡no ha entablado acusaciones en el 99% de los casos!

El LAPD llevó a cabo la investigación de los crímenes de la División Rampart, o sea, de sus propios agentes. Decidió cuáles pruebas entregarle a la fiscalía... y cuándo entregarlas. Además, el LAPD anunció las acusaciones contra Pérez poco antes del juicio, aunque se enteró de ellas un año atrás. No debe sorprenderle a nadie si los agentes salen impunes.

El OR seguirá informando sobre el escándalo Rampart.


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