Del artículo

La verdad sobre la dominación estadounidense de México

Raymond Lotta

Obrero Revolucionario #1092, 25 de febrero, 2001, en rwor.org

Discurso de febrero de 1994 de Raymond Lotta, economista político maoísta.

El imperialismo yanqui ha penetrado hasta el tuétano a México. Económicamente lo penetran sus transnacionales y bancos. Estas transnacionales y bancos ejercen un gran poder en los sectores cruciales de la economía. Dónde vivir y dónde trabajar en México en gran parte lo determinan las decisiones y prioridades de las inversiones de empresas como General Motors, Ford y la IBM. Miren no más el desarrollo industrial y la emigración de la población en el norte de México, donde las empresas de automóviles y de electrónica han establecido fábricas de alta tecnología y maquiladoras. Pero no se trata únicamente de penetración económica.

El imperialismo yanqui también penetra el Estado mexicano. Da ayuda y asistencia económica; da entrenamiento, aparatos y servicios para las fuerzas militares mexicanas; además los altos ministros del gobierno se han formado en Estados Unidos (gran parte de los ministros y asesores claves de Salinas de Gortari son graduados de las principales universidades estadounidenses). Los grupos de negocios y principales bancos de México están estrechamente asociados y conectados con el Estado mexicano y con el capital yanqui.

Ahora bien, cuando hablo de la dominación imperialista no quiero decir simplemente que las empresas de Estados Unidos están dentro de México. También quiero decir que México está dentro de la economía imperialista mundial. México está integrado en el sistema capitalista mundial: un sistema basado en la explotación y la opresión; un sistema en el cual un puñado de países ricos dominan las naciones oprimidas del tercer mundo. Los países ricos tienen el 15% de la población del mundo, pero consumen el 80% de los recursos productivos y sus clases dominantes controlan el 80% de los ingresos mundiales. ¿Por qué? Pues porque el papel y la posición de las naciones oprimidas en la economía mundial lo define la desigualdad que existe en las relaciones de poder y en la estructura mundial de producción, comercio y créditos. Los vaivenes de la economía mundial, los precios de los productos que se compran y se venden en los mercados mundiales, las nuevas comidas y las formas nuevas de empacarlas, las rivalidades económicas y políticas entre las diferentes potencias imperialistas: todos estos factores, y otros, se filtran a toda la economía mexicana, hasta sus niveles más elementales.

A manera de ejemplo: en Chiapas, los campesinos antes sembraban maíz y frijol principalmente. Pero al pasar de los años muchos de ellos empezaron a sembrar café. La razón de este cambio fue que el gobierno mexicano dejó de darles asistencia económica para la cosecha de alimentos básicos. El frijol no deja ganancias ni se vende en el mercado mundial. No importa que el pueblo necesite sus proteínas. El gobierno mexicano ha venido promoviendo cosechas que se venden en el mercado mundial porque tiene que pagar la deuda externa. El café es una de esas cosechas. Pero en 1990, el precio del café en el mercado mundial se desplomó. Muchos campesinos de Chiapas se arruinaron por eso, y para colmo ya no tenían frijol ni maíz para comer. Vemos así cómo opera el imperialismo.

Lo que quiero decir es que la economía mexicana, vista en su conjunto, o sea, qué produce, cómo lo produce y para quién, ha sido formada, moldeada y remoldeada no para servir las necesidades de un desarrollo económico nacional independiente, ni mucho menos para servir las necesidades del pueblo, sino para servir las necesidades del imperialismo y de sus socios locales...

Los maoístas decimos que México es una semi o neocolonia de Estados Unidos. Eso quiere decir que a México lo controla indirectamente Estados Unidos. ¡Pero lo controla! Los maoístas también decimos que México es una sociedad semifeudal. Eso quiere decir que la explotación capitalista se combina con formas feudales de explotación del campesinado. Es una sociedad en la cual la tenencia de la tierra es la clave que determina quién tiene el poder económico y político en el campo... pero donde a la abrumadora mayoría de las masas rurales se les niegan tierras y recursos. Es una sociedad donde hay una agricultura capitalista moderna... pero donde también hay grandes terratenientes y donde el Estado mantiene gran cantidad de gente pobre en el campo prácticamente en una condición de servidumbre. Esto lo consiguen controlando la tierra, los créditos y otros recursos necesarios para la producción. También lo consiguen mediante el terror. El mismo Estado lleva la marca de las relaciones burocrático-feudales entre patrones (gente con influencia política) y clientes.

Hay tres razones por las cuales se debe atender esta cuestión de la semifeudalidad: primera, porque ha sido un elemento clave en el funcionamiento de la economía mexicana, aunque esto se disfraza, se niega; segunda, porque el sufrir de las masas rurales está ligado a esas condiciones semifeudales; y tercera, porque existe un volcán social listo para explotar en el campo mexicano. Los campesinos pobres y las masas del México rural representan una poderosa fuerza de cambio; ¡son la clave para una guerra popular revolucionaria potencial en México!

La cuestión agraria en México

La rebelión de Chiapas puso de relieve la realidad. Ahora se habla mucho de los campesinos, del agro, de cómo afecta el imperialismo lo que producen, lo que comen... y si comen. Normalmente, el campo y el campesino han sido el lado olvidado e invisible de la sociedad mexicana. Uno de los mitos oficiales de la clase dominante mexicana ha sido que México es una sociedad urbana en formación. Al campesino se le ve como reliquia del pasado.

Aproximadamente una tercera parte de la población de México vive en el campo. Muchos expertos y fuerzas políticas sostienen que el campo mexicano es básicamente capitalista. Afirman que el feudalismo y sus relaciones terrateniente-campesino han sido eliminados. Pero hay que hacer esta pregunta: si la reforma agraria y el desarrollo capitalista de veras han transformado completamente la economía campesina, ¿entonces por qué la lucha por la tierra sigue siendo el corazón de la lucha en el campo? México sí tiene un sector capitalista agrícola grande. Se da el cultivo capitalista de comestibles en gran escala. Hay una extensa ganadería capitalista. Además, las empresas de Estados Unidos invierten con creces en el procesamiento de comestibles y en la producción de fertilizantes y maquinaria para el agro. Pero no se han eliminado las relaciones terratenientes-campesino. Lo que pasa es que esas relaciones ahora son impactadas por las necesidades y las normas de producción del capitalismo y del imperialismo. La economía campesina también está ligada a la economía capitalista. Por eso decimos que las relaciones feudales se han vuelto relaciones semifeudales.

Hay un mar de campesinos pobres en el campo mexicano. Principalmente tienen que trabajar de jornaleros. Hay trabajadores asalariados en el campo cuyas familias sobreviven cultivando terrenitos. Millones de pobres del campo están atados a la tierra. La deuda y la usura los aplastan. Los obligan a trabajar para el terrateniente o en proyectos de construcción. Los azotan los caciques y sus bandas de pistoleros. En algunas zonas de México, por ejemplo Chiapas, al campesino lo explotan brutalmente en las plantaciones y rancherías de los ricos terratenientes. Pero el pilar principal del semifeudalismo es el sistema ejidal, el sistema de tierras comunales trabajadas por los campesinos. En el ejido, en realidad el terrateniente es el Estado que domina al campesino a través de los bancos rurales, el control del suministro de semillas y fertilizantes, y a través de sus caciques políticos y las armas. Los politiqueros y terratenientes locales también pueden explotar y estafar al campesino a través del sistema ejidal.

Los sectores pobres y atrasados de la economía mexicana no representan rasgos aislados de la sociedad: son precisamente el otro lado de la moneda de la modernización de México. Esa es una de las lecciones de Chiapas. El gobierno mexicano invirtió grandes cantidades de dinero dizque para el desarrollo en Chiapas (para buscar petróleo y expandir y modernizar la producción agrícola para la exportación). Pero la mano de obra venía de comunidades indígenas y campesinas pobres y altamente oprimidas.

¿Cómo se beneficia el imperialismo del semifeudalismo? Ya hablamos de los bajos salarios que pagan a los obreros industriales en México las empresas de Estados Unidos. Una razón por la cual los salarios se han mantenido tan bajos ha sido que el gobierno se ha encargado de garantizar la producción de comestibles para las ciudades a precios relativamente bajos. La economía campesina ha sido la mayor fuente de esa comida barata, especialmente desde fines de los años 40 hasta comienzos de los 70. La economía campesina también ha servido de fuente de mano de obra barata para el capitalismo. Los campesinos, empujados por la pobreza, han emigrado a buscar trabajo a otros lugares del campo, a las ciudades y también a los campos y fábricas de Estados Unidos.

La economía agropecuaria mexicana ha sufrido grandes daños por la creciente integración en el mercado mundial. Durante los últimos 30 años, la tierra y los recursos han dejado de producir granos básicos, tales como maíz y frijol, y se dedican a productos para vender en el mercado mundial. Los productos que antes se cultivaban y se consumían en el campo ahora se envían a las ciudades, donde las grandes empresas de Estados Unidos los procesan. Además, hay más producción de comestibles para el consumo de los más adinerados. El gobierno mexicano ha invertido muchísimo en el riego de los bajíos del norte, donde se siembran tomates y fresas. ¿Para quién? Pues para los consumidores de Estados Unidos. La ganadería también ha experimentado gran expansión para surtir carne a las clases medias y altas en las ciudades, y becerros para la industria ganadera en Estados Unidos. La ganadería y la siembra de forrajes también ha acaparado tierras que antes se dedicaban al cultivo de alimentos. ¿Así que a dónde han llevado la modernización y la nueva tecnología? México producía suficientes alimentos para la población. Ahora está entre los cuatro mayores importadores de granos del mundo. La producción y el consumo de comestibles por persona disminuyó a lo largo de la década pasada. Un sector creciente de la población rural carece de tierras.

Quisiera terminar esta parte de mi charla con el siguiente punto: la distorsión más fundamental causada por el imperialismo en México es precisamente en el campo mexicano. La cuestión agraria y la justa lucha de los campesinos por la tierra es central para la revolución en México.


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