México:
¿Cómo se liberarán los campesinos?

Bush y Fox en México: Una reunión de buitres

Obrero Revolucionario #1092, 25 de febrero, 2001, en rwor.org

El 16 de febrero, George W. Bush hizo su primer viaje presidencial al extranjero; fue a México a reunirse con el presidente Vicente Fox. El 25 de febrero, llegarán a Cancún capitalistas y funcionarios de gobiernos de todo el mundo al Foro Económico Mundial, en el que también participarán Fox y su gabinete. Ese mismo día, una delegación de 24 miembros de la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) iniciará una marcha por once estados que terminará en marzo en ciudad de México. Simpatizantes de los zapatistas, de México y otros países, se unirán a la marcha.

Todo esto ha puesto de relieve las relaciones de México y Estados Unidos, y la situación del país oprimido que tiene una frontera de 3200 km. con la principal superpotencia del mundo.

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Esta es la primera reunión de los dos presidentes desde que tomaron las riendas: Bush (ex gobernador de Texas conocido por sus muchas ejecuciones) en enero y Fox (ex ejecutivo de Coca-Cola en México y líder del PAN, un partido derechista) en diciembre.

La prensa bromeó afectuosamente que era un encuentro de "cowboys" que se llevan muy bien. Y en efecto, el Gran Verdugo del Norte y el Presidente Coca-Cola son una pareja ideal. Cuando Bush dijo: "Miro hacia el sur y veo oportunidades y potencial", quería decir que ve "oportunidades y potencial" para redoblar la explotación de México. Por su parte, Fox dijo que quiere que México se integre más a las economías imperialistas de Estados Unidos y Canadá.

Fue una reunión de buitres para ver cómo picotear más a los oprimidos de México.

En enero de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC/ NAFTA), que abrió de lleno las puertas de México a la penetración de capitalistas extranjeros y lo subyugó más a la dominación yanqui. El TLC puso a millones de campesinos y agricultores mexicanos a competir directamente con el agro estadounidense y, como consecuencia, los expulsó del campo.

En julio del año pasado, el PRI (el partido de gobierno que firmó el TLC) perdió la presidencia después de un reinado de 71 años. Para muchos mexicanos, el PRI y su corrupción concentraban todos los problemas de México. El tema de la campaña electoral de Fox fue "cambio": prometió que su presidencia sería diferente a la del PRI y que pondría fin a la corrupción.

¿Pero significa eso que ahora millones de mexicanos no tendrán que arriesgarse cruzando la frontera para subsistir o que no desplazarán a los campesinos de la tierra o que el gobierno responderá a la justa demanda popular de educación pública gratis? ¿Llevará la derrota del PRI a romper las cadenas que atan a la mujer y a acabar las injusticias y la opresión que sufren los pueblos indígenas? ¿El gobierno del PAN liberará a México del sofocante yugo de la dominación estadounidense?

Nel. En lo fundamental, Fox y el PAN no tienen diferencias con la dinastía del PRI; los dos partidos son representantes de la clase dominante de México, que tiene estrechos vínculos con el imperialismo yanqui. Bush dijo que su reunión con Fox inauguró un "nuevo día" en las relaciones de los dos países. Pero en realidad, la "sociedad" Bush-Fox es otro paso más hacia el "capitalismo de mercado libre" que desató el TLC.

Fox declaró que quiere atraer más inversiones extranjeras para promover el "desarrollo". Pero la principal industria "en desarrollo" hoy en México son las maquiladoras de extranjeros ubicadas en la frontera. Ahí los trabajadores reciben un pequeño porcentaje de lo que reciben los trabajadores en Estados Unidos, y trabajan y viven en la miseria. El concepto de "desarrollo" que propone Fox es abrir maquiladoras en todo el país.

Uno de los principales temas de la reunión fue la inmigración. Para las clases dominantes de ambos lados, los millones de mexicanos que trabajan en Estados Unidos son un tema sumamente importante. El dinero que envían a sus familiares es la tercera fuente de divisas de México, después del petróleo y el turismo. Además, desempeñan un papel crucial en la agricultura, la costura y otros sectores de la economía estadounidense. Los dos gobiernos quieren estabilizar y regular la migración para seguir explotándolos, sin riesgos de resistencia u otras consecuencias desestabilizadoras.

Los dos presidentes anunciaron que han formado grupos de alto nivel para discutir la política migratoria. Del lado de Estados Unidos participarán Colin Powell, el secretario de Estado, y John Ashcroft, el secretario de Justicia. Estudiarán un programa de "trabajadores invitados" que propone dar permiso oficial a centenares de miles de mexicanos de trabajar en la agricultura varios meses al año. Esto trae a la mente el programa Bracero de 1940 a 1965, que trajo campesinos mexicanos a trabajar como bestias en el campo por un salario de miseria. Cuando se vencía el contrato (escrito en inglés), los regresaban corriendo.

Bush también le pidió ayuda a Fox para resolver los problemas de la energía. Desde hace mucho los capitalistas estadounidenses se quejan de que PEMEX, la compañía petrolera paraestatal, sea del gobierno. Fox es partidario de privatizarla y venderla a extranjeros.

El "nuevo día" de estos explotadores representa más miseria y opresión para el pueblo mexicano.

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El 1º de enero de 1994, el mismo día que entró en vigor el TLC, centenares de campesinos armados se rebelaron en el estado de Chiapas. La osadía de ese levantamiento, dirigido por el EZLN, les ganó el apoyo de muchos campesinos y sacudió todo el país; los revolucionarios y progresistas de todo el mundo respondieron con entusiasmo.

La rebelión armada puso de relieve la opresión de los indígenas de Chiapas y otras partes del país. Fue una expresión de los profundos sentimientos revolucionarios del pueblo mexicano y una señal de lo que se necesita: revolución agraria para acabar la opresión semifeudal en el campo; derrocamiento de la clase de capitalistas burocráticos que gobierna el país con los grandes terratenientes, al servicio del imperialismo estadounidense; y liberación de la dominación yanqui.

El gobierno mexicano, con el apoyo de sus amos yanquis, respondió con una táctica contrarrevolucionaria doble: por un lado reprimió con saña al pueblo, y por el otro ofreció reformas y negociaciones. Desde el levantamiento, las fuerzas armadas han ocupado enormes zonas de los estados sureños, donde viven grandes poblaciones indígenas; nada más en Chiapas, hay 70.000 soldados federales. Desde 1994 la cantidad de personal militar y policial se ha duplicado en México, con armas y asesoría yanqui.

Desde el principio, el EZLN declaró que no se proponía librar una guerra revolucionaria para tumbar el sistema. Su meta es conseguir garantías de los derechos de los indígenas y otras reformas. Si bien no ha depuesto las armas y defiende la selva lacandona de Chiapas, desde 1994 no ha librado lucha armada contra las fuerzas del gobierno.

Cuando tomó las riendas, Fox prometió llevar "la paz" a Chiapas por medio de negociaciones con el EZLN. El EZLN presentó tres condiciones para reanudar las negociaciones (que suspendió el PRI): el retiro y cierre de siete puestos militares (de un total de 259) en Chiapas; la libertad de los zapatistas presos en cárceles de Chiapas y otros estados; y el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura indígenas.

En una entrevista que le hizo el periódico New York Times, el subcomandante Marcos comentó: "Queremos dejar de ser lo que somos... Queremos mostrar la cara. Queremos deponer las armas, pero seguir luchando en aras de nuestras creencias como la gente de todos los demás países... Soy optimista. Creo que vamos a tener un diálogo positivo con el gobierno, que la guerra terminará y que podremos dedicarnos a un nuevo trabajo" (traducción del OR).

Parece que la marcha del EZLN obedece a la perspectiva de pasar de ser un movimiento armado a un movimiento político sin armas. Los delegados del EZLN tendrán pasamontañas, el símbolo del movimiento, pero no armas. En ciudad de México, dialogarán con diputados y senadores para buscar la aprobación de la iniciativa de ley de la Cocopa. que protege los derechos indígenas.

Estos sucesos plantean varias preguntas importantes: ¿Cuáles son los problemas más urgentes del pueblo de México? ¿Cuál es el camino a la liberación para los oprimidos? ¿Puede México liberarse sin una guerra revolucionaria?

Los siguientes artículos del Obrero Revolucionario y la revista internacionalista Un Mundo Que Ganar examinan estas preguntas. En particular destacan lo importante que es la cuestión agraria: la lucha de los campesinos por la tierra y contra la opresión semifeudal.

La verdad sobre la dominación estadounidense de México

Esperando la tierra

El maoísmo y la tierra


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