FTAA/TLCA: La maquila-ción del continente americano

Obrero Revolucionario #1097, 8 de abril, 2001, en rwor.org

Del 20 al 22 de abril, se celebrará en la ciudad de Quebec, Canadá, la Cumbre de las Américas, que reunirá a los jefes de gobierno de todos los 34 países de las Américas y el Caribe (salvo Cuba). Protegidos por cercas metálicas y el mayor despliegue policial de la historia de Canadá, le pondrán los últimos toques al Tratado de Libre Comercio de las Américas (FTAA/TLCA), que aumentará la privatización y desregulación, y allanará el camino para mayor explotación imperialista de las Américas y el Caribe.

El FTAA/TLCA causará grandes cambios para millones de personas, pero lo han fraguado funcionarios de gobierno y representantes de las grandes corporaciones e instituciones financieras en secreto y casi sin discusión. ¿Por qué? Por temor a que sea el blanco de protestas del creciente movimiento mundial contra la globalización.

A pesar de la cortina de silencio, se ha desenterrado mucha información sobre el tratado y se está movilizando resistencia. Activistas de las batallas contra la globalización en Seattle, Washington, D.C., Windsor y Praga se unirán con estudiantes, ambientalistas, sindicalistas, antiimperialistas, anarquistas, activistas contra el SIDA, comunistas revolucionarios y otras fuerzas de ambos lados de la frontera para protestar en Quebec. También habrá acciones en las fronteras de Estados Unidos/Canadá y Estados Unidos/México, y en varias ciudades de Estados Unidos y Sudamérica.

El saqueo de las Américas

En 1994, entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC/NAFTA), que creó una zona comercial unificada de Estados Unidos, México y Canadá. Poco después el presidente Clinton anunció que Estados Unidos quería extender ese tratado a todo el contiennte. Ese mismo año se propuso el FTAA/TLCA en la Cumbre de las Américas en Miami, Florida; las negociaciones empezaron en la cumbre de 1998 en Santiago, Chile. En Quebec se presentará un borrador del tratado y entrará en vigor antes de 2005 (Estados Unidos quiere iniciarlo en 2003).

El FTAA/TLCA es un elemento del plan del imperialismo yanqui para integrar las Américas y el Caribe al mercado global.

El tratado aumentará la pobreza, explotación y destrucción ambiental de las naciones oprimidas del continente, forrará los bolsillos de las grandes corporaciones capitalistas, y reforzará la penetración y dominación yanqui de los países pobres de Centro y Sudamérica.

En Latinoamérica ya se han impuesto programas de austeridad, privatización y devaluación de la moneda, y el 45% de la población padece gran pobreza. Las medidas de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (dos instituciones financieras dominadas por Estados Unidos) han devastado las selvas y las tierras de los pueblos indígenas. En Colombia y Perú, guerras de contrainsurgencia Made in USA han causado muerte, desplazamiento y tortura. Con el FTAA/TLCA, todo eso empeorará.

FTAA/TLCA: Mito y realidad

El mito: según Clinton, el tratado "creará una asociación de prosperidad en que la libertad, el comercio y las oportunidades económicas serán propiedad común de todos los pueblos de las Américas". La realidad: este es un acuerdo entre Estados Unidos (la potencia imperialista dominante del mundo), Canadá (su subalterno capitalista) y 32 países oprimidos. Estados Unidos controla el 75% de los bienes y servicios producidos en el continente y Canadá controla gran parte del resto. Así que unos "socios" son mucho más "iguales" que otros.

Como señaló hace poco la revista Un Mundo Que Ganar: "El `libre comercio' mismo es hoy una consigna hueca: esta es la época imperialista, en la cual los grandes monopolios dominan el mundo y cada esfera importante de la vida económica. Las 500 trasnacionales más importantes, en su mayoría con sede norteamericana, controlan el 70% de todo el comercio transfronterizo y el 60% del comercio en productos agrícolas lo controla la agroindustria yanqui. En la práctica, la expansión del comercio fortalece la capacidad de los que puedan aprovechar las redes de producción y comercialización mundiales, eliminando los mecanismos establecidos de diversos países para proteger la industria y la agricultura nacionales. Poner las pequeñas empresas, sobre todo las del tercer mundo, en una rivalidad directa y despiadada con las gigantes con sede en el occidente garantiza que las empresas más grandes se traguen las más pequeñas y extiendan su penetración y dominación de los países oprimidos". (Véase UMQG No. 26, "Libre comercio: ¿motor de crecimiento o saqueo?").

El crecimiento comercial ha aumentado la polarización entre ricos y pobres, tanto dentro de cada país como entre países. En 1800, el nivel de vida en los países más ricos del mundo era tres veces mayor que en los pobres; en 1900 era seis veces mayor y en 2000 era 20 veces mayor. En el período de mayor crecimiento comercial, de 1980 a 1996, el Producto Nacional Bruto anual de 59 países disminuyó.

El "Plan de acción" de la Cumbre de las Américas está repleto de mentiras publicitarias para tapar las verdaderas metas del FTAA/TLCA. Dice que va a "preservar y fortalecer la comunidad de democracias de las Américas", "promover la prosperidad por medio de la integración económica y el libre comercio", "erradicar la pobreza y discriminación en todo el continente" y "garantizar el desarrollo sustentable y conservar nuestro ambiente natural para las generaciones futuras". Pero la realidad es todo lo contrario.

El FTAA/TLCA es una extensión del TLC/NAFTA y de los tratados de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Afectará la agricultura, servicios, inversiones, resolución de disputas, derechos de propiedad intelectual, subvenciones e inundación de mercados, competencia, compras gubernamentales y acceso a mercados.

Esencialmente aumentará la libertad del capital de cruzar fronteras sin obstáculos en busca de las mayores ganancias a corto plazo. Minará o eliminará las leyes y reglas que protegen la salud, seguridad y derechos de los trabajadores y el ambiente. Permitirá a las corporaciones demandar a los gobiernos si las leyes nacionales (por ejemplo, de control de desechos tóxicos) les impiden sacar ganancias.

El FTAA/TLCA permitirá que las corporaciones trasladen operaciones a todo el continente. Aumentará la competencia salarial entre países y, como consecuencia, los salarios disminuirán en todas partes. Se privatizarán los servicios de salud pública, educación y agua potable, o sea, las corporaciones los comprarán y los venderán para sacar ganancias. Aumentarán los derechos de patente de las corporaciones sobre las semillas, la agricultura e incluso los genes de los pueblos indígenas, que pasarán a ser mercancías capitalistas.

Veamos unos ejemplos de las maravillas de la "liberalización" imperialista que ofrece el FTAA/TLCA a Latinoamérica y el Caribe:

• La privatización de los servicios públicos, ya impuesta en muchos países por el FMI. En Bolivia, la privatización de los servicios de agua potable aumentó 200% el precio y ahora mucha gente no puede comprar agua. El FTAA/TLCA aumentará esa privatización; docenas de compañías estadounidenses y canadienses (de seguros, cárceles, correos, etc.) están listas para invadir los mercados nacionales.

• Con la institucionalización de los "derechos de propiedad intelectual" por todo el continente, Brasil y otros países que actualmente producen drogas genéricas para combatir el SIDA no lo podrán hacer porque será una violación de los derechos de las compañías farmacéuticas (principalmente estadounidenses). Brasil está distribuyendo esas drogas a bajo costo y ha reducido a la mitad la cantidad de personas que tienen el SIDA. Las nuevas reglas del FTAA/TLCA aumentarán el precio y la muerte por SIDA.

• El tratado eliminará los aranceles sobre los productos madereros y minará las leyes ambientales. The American Lands Alliance (un grupo ambiental de Washington, D.C.) informó que "devastará más los bosques que ya están en peligro, y llevará a la deforestación global y a la pérdida de biodiversidad". El TLC/NAFTA, por su parte, eliminó el derecho de los campesinos a las tierras comunales y las restricciones a la compra de esas tierras por compañías extranjeras, y permitió que 15 compañías madereras estadounidenses establecieran operaciones en México, donde están talando los pocos bosques vírgenes que quedan en Norteamérica.

• La compañía estadounidense Metalclad Corp. demandó al gobierno de un estado mexicano porque prohibió la construcción de un depósito de desechos tóxicos que contaminaría el agua. Metalclad dice que la decisión violó sus "derechos de propiedad".

Tribunales secretos

"Se reúnen en secreto, los miembros no son conocidos y no tienen que anunciar públicamente las decisiones. Pero la manera en que ese pequeño grupo de tribunales internacionales resuelve disputas entre inversionistas y gobiernos ha llevado a revocar leyes, fallos judiciales y reglas ambientales. Y lo hace a nombre de proteger los derechos de los inversionistas extranjeros que ampara el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica".

De "El potente secreto del TLC:
Los tribunales que resuelven disputas",
New York Times, 11 de marzo de 2001

El TLC/NAFTA creó tribunales internacionales con amplios poderes para resolver disputas entre gobiernos y corporaciones. Esos tribunales, que se reúnen en secreto, ya han tenido graves repercusiones. El New York Times informa:

• El gobierno canadiense tuvo que levantar la prohibición contra un aditivo nocivo a la gasolina porque una compañía estadounidense afirmó que la prohibición la perjudicó.

• Un tribunal le ordenó al gobierno mexicano pagar $16,7 millones a una compañía estadounidense porque las leyes que prohibieron la construcción de una planta para el procesamiento de desechos tóxicos violan sus "derechos de propiedad".

• La compañía de paquetería United Parcel Service demandó al servicio de correos público de Canadá por competencia injusta.

El FTAA/TLCA creará tribunales parecidos.

La pesadilla del TLC/NAFTA

Los defensores del TLC/NAFTA decían que aumentaría los salarios en México y permitiría desarrollar una economía más diversificada y autosuficiente, que crearía trabajos en Estados Unidos y que limpiaría la zona fronteriza. Pero en realidad ha causado más pobreza y sufrimiento, condiciones de trabajo más peligrosas y más destrucción ambiental. El FTAA/TLCA hará lo mismo a una escala mucho peor. Varios informes han documentado las consecuencias nocivas del TLC/NAFTA, como: "NAFTA at Five: School of Real Life Results", de los grupos Public Citizen y Global Trade Watch, y "Seven Years Under NAFTA", de Sarah Anderson del Institute for Policy Studies.

El TLC/NAFTA obligó a México a levantar las barreras a las inversiones y la exportación de ganancias, y a suspender los aranceles. Eso hace más rentable las inversiones. La inversión extranjera en México aumentó de $4,4 billones en 1993 (antes del TLC/NAFTA) a $10,2 billones en 1998. Gran parte de esas inversiones se destinó a la construcción de más maquiladoras, que fabrican y ensamblan productos de exportación en condiciones peligrosas para los trabajadores. El empleo en las maquiladoras ha aumentado 250% desde que entró en vigor el TLC/NAFTA, pero el promedio de salarios de los trabajadores de manufactura cayó el 9,5%: de $2,10 por hora a $1,90 por hora en 1999.

La pobreza ha aumentado también, del 47% de la población al 51%. Hoy México tiene la mayor brecha entre ricos y pobres de todo Latinoamérica. El Banco Mundial calcula que 65 millones de mexicanos subsisten con menos de $2 al día y 15 millones con menos de $1. El TLC/NAFTA también está arruinando los negocios pequeños y medianos: 100.000 han quebrado desde 1994.

En Estados Unidos y Canadá, muchas compañías han trasladado operaciones y despedido a centenares de miles de trabajadores. Los nuevos trabajos que encuentran pagan un promedio del 23% menos. Además, la amenaza de trasladar operaciones a otro país se usa contra los trabajadores que tratan de formar sindicatos. Así que el TLC/NAFTA ha aumentado la explotación en México y perjudicado a los proletarios en los países imperialistas.

Las reglas del TLC/NAFTA sobre importaciones han permitido que el maíz, el arroz y los frijoles (que reciben grandes subvenciones gubernamentales en Estados Unidos) inunden el mercado mexicano. Por su parte, el gobierno mexicano ha eliminado gran parte del crédito y las subvenciones para los campesinos y agricultores mexicanos. Docenas de miles de campesinos han tenido que abandonar sus tierras porque no pueden competir con los productos importados, y las grandes compañías extranjeras del agro y otras industrias las han comprado a precios de ganga. Ahora grandes compañías gringas como Monsanto y Cargill controlan la distribución de harina, maíz y arroz en México.

Otra consecuencia del TLC/NAFTA que ha recibido poca publicidad afecta la salud pública y el ambiente de la zona fronteriza. Las maquiladoras han crecido sin el desarrollo paralelo de infraestructura para tratar los desechos tóxicos. Los informes sobre el TLC/NAFTA dicen que rutinariamente los tiran ilegalmente. En Ciudad Juárez, la población ha crecido enormemente (a 1,3 millones de personas) a consecuencia de un aumento del 54% del empleo en las maquiladoras. Pero la ciudad no tiene planta para el tratamiento de aguas negras. Las inspecciones ambientales han disminuido en el lado mexicano. La falta de leyes para proteger la salud, los trabajadores y el ambiente es un atractivo de la región para las compañías extranjeras.

El EPA (la dependencia del gobierno estadounidense encargada de la protección del ambiente) informa que el aumento de maquiladoras expone a los habitantes de la zona fronteriza a una peligrosa contaminación del aire. Esto se debe en gran parte al enorme aumento de camiones que trasladan los productos de exportación a Estados Unidos. En varios condados fronterizos de Texas, la enfermedad hepatitis A ha aumentado dramáticamente por la contaminación del río Grande/Bravo. Además, varios condados han experimentado un aumento de anormalidades neurológicas infantiles.

En resumen, el TLC/NAFTA ha dado al imperialismo yanqui más control de los negocios, la tierra, los recursos naturales y toda la economía de México. El pueblo mexicano está experimentando más explotación y miseria; el país es más dependiente que nunca del capital extranjero; la deuda externa aumentó unos $20 billones de 1994 a 1998; y hoy los imperialistas y los capitalistas mexicanos quieren expandir las zonas de maquiladoras a todo el país. El FTAA/TLCA propone extender esa pesadilla de muerte y destrucción a todo el continente.

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Pero la globalización de la miseria capitalista ha suscitado más resistencia y posibilidades revolucionarias por todo el mundo. Dondequiera que van las instituciones del capital, tropiezan con un resuelto movimiento de protesta. Las medidas del imperialismo yanqui contra los pueblos de Sur y Centroamérica han suscitado mucha oposición. En Cancún, México, miles de jóvenes lucharon contra el Foro Económico Mundial a pesar de una brutal represión. En Ecuador, los campesinos han bloqueado carreteras para protestar contra la privatización y recortes de servicios de salud. En Colombia, los indígenas u'wa siguen oponiéndose al robo de sus tierras y la destrucción de su cultura y recursos. Hay resistencia tanto en grandes ciudades como en las zonas más remotas de la selva. Ahora miles de manifestantes planean llenar las calles de Quebec para condenar al FTAA/TLCA.


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