Las deportaciones del 1º de mayo

Obrero Revolucionario #1111, 22 de julio, 2001, en rwor.org

Long Beach está al sur del condado de Los Ángeles; es una ciudad industrial, con producción de petróleo y un puerto. En los últimos veinte años, el centro ha cambiado completamente. Hoy cuenta con un centro para las artes y el famoso Acuario del Pacífico. Aquí, en la avenida Ocean, en el sector conocido como Promenade, hubo una manifestación del 1º de Mayo de este año.

La policía atacó y arrestó a 100 de los 150 manifestantes. Muchos fueron heridos por balas de goma, bolsas de perdigones y otros proyectiles "no letales", cuando ya estaban rodeados.

Casi todos se declararon culpables, los sentenciaron a "trabajo comunitario" y los soltaron en libertad condicional. Unos pocos han pedido juicio. Dos han sido deportados, uno a la semana de ser arrestado. El otro deportado se llama Javier Pérez y escribió una carta desde Tijuana que dice: "Yo soy uno de los manifestantes pacíficos que fue arrestado el 1º de Mayo de 2001 en Long Beach. En la escuela me enteré de la protesta del Día Internacional del Trabajador. Debido a que apoyo los derechos humanos, de los animales y del ambiente, pensé que era una buena oportunidad para participar en una manifestación".

Después de estar preso casi un mes le hicieron una "oferta": declárate culpable de dos delitos menores y no tendrás que estar preso más tiempo. Fue una trampa; lo mandaron con la Migra. Tenía seis años batallando para poner en orden sus papeles, y así y todo lo deportaron. En el Centro de Detención le hicieron firmar un documento de "deportación voluntaria" y lo dejaron en Tijuana.

"Es como si me hubieran sentenciado a muerte. Llegué a Estados Unidos cuando tenía 3 meses y ahora tengo 22 años. No tengo familia en México, me crié en Estados Unidos. Claro que me siento orgulloso de mi cultura, pero no conozco México. No entiendo cómo me pudieron hacer esto en Estados Unidos. Me han arruinado la vida". Javier compartía buena parte de sus ingresos con su mamá y hermana menor; ahora la situación es difícil para ellas.

El ataque policial fue violento y feroz. Un volante de la Coalición de Long Beach del 1º de Mayo llamaba a celebrar "El 1º de Mayo: Carnaval contra el Capitalismo", en un lugar por anunciarse. El 1º, la página web de la coalición decía que la protesta sería en el centro.

Apenas llegaron los manifestantes se dieron cuenta de que había cantidades de policías. Además de las balas de goma, bolsas de perdigones, uniformes tipo Darth Vader, cachiporras y pistolas, tenían un portatropas blindado.

A carros repletos de chavos los detuvieron antes de llegar a la protesta. Casi todos los manifestantes eran jóvenes, miembros de un grupo anarquista. Los grupos anarquistas han estado en las primeras filas de las protestas de la Convención Nacional del Partido Demócrata en agosto. También estaban el Bloque Orange, del condado Orange, con paliacates y banderas naranjas.

Como a las 3:30 de la tarde el Carnaval contra el Capitalismo se lanzó a la calle First, que la policía tenía bloqueada al tráfico. A la cabeza iba una enorme manta que proclamaba: "El capitalismo me robó la vida".

Cuando los policías les cerraron el camino, dieron la vuelta para salir por la avenida Ocean, donde les volvieron a cerrar el camino más de 150 policías. Los tenían completamente rodeados, a ellos, a la prensa independiente y a los peatones.

"Tras unos tres o cuatro minutos tensos de dar la vuelta sobre la Ocean, un tiras de camisa violeta agarró a un manifestante, lo tiró contra el cordón policial y lo remató contra el suelo. En eso lo atacaron otros dos policías, que lo levantaron y tiraron en un radiopatrulla", informó un reportero de Los Angeles Indymedia Center (IMC).

Cuando otros manifestantes se acercaron a ver qué pasaba, los policías atacaron con ferocidad, dando cachiporrazos, y disparando balas de goma y bolsas de perdigones. Al replegarse, los manifestantes se dividieron en dos columnas. A la una, la más pequeña, la rodearon y le dispararon a quemarropa balas de goma; también les dispararon a los que corrían. A los que estaban tirados en el suelo les dieron una paliza. A un señor que salía de un edificio le pegaron en la cara con una bolsa de perdigones.

El grupo más numeroso estaba atrapado frente a un edificio. Los policías intentaron correr a los peatones que estaban observando, pero a unos los empujaron a las filas de los manifestantes. Luego, cuando los manifestantes levantaron las manos haciendo el símbolo de la paz para rendirse, los chotas abrieron fuego por un par de minutos con balas de goma.

La página web de LAIMC estaba repleta de quejas de manifestantes que tenían ocho y nueve heridas de proyectiles. Sangraban y escupían sangre; uno pasó una semana en la cárcel con una herida en el muslo que no dejaba de sangrar.

De los 100 arrestados, 25 eran menores de 18 años. El ataque y hostigamiento continuó cuando los manifestantes se iban de la protesta.

En la cárcel interrogaron a una joven cinco horas. A muchos los acusaron de delitos mayores, que después les rebajaron. Ni siquiera los dejaron presenciar la lectura de los cargos, y no permitieron protestas frente al tribunal.

La prensa grande informó bastante sobre el ataque policial, y fue un tema constante de la prensa independiente. En Los Ángeles y Long Beach hubo apoyo judicial y político para los manifestantes. Los que lograron escapar del ataque fueron a una protesta de los inmigrantes en Pico-Union de Los Ángeles donde, ante 3000 manifestantes, denunciaron el ataque policial de Long Beach.

Inmediatamente se hizo una vigilia frente a la cárcel. A las audiencias han ido a apoyarlos. Por medio de reuniones comunitarias se ha ido informando de la lucha judicial. Se han hecho llamadas al alcalde de Long Beach y a otros funcionarios para denunciar el ataque. En una protesta del 4 de julio en Long Beach contra la crisis de energía de California, docenas de manifestantes se pusieron brazaletes negros para solidarizarse con los detenidos el 1º de Mayo.

Se han realizado varios eventos para recaudar fondos para los trámites judiciales. En mayo, la policía suspendió un evento a los 20 minutos, con el pretexto de que era peligroso si hubiera un incendio, y filmó a todos los que salían de la sala.

La policía tiene su propia versión de lo que sucedió el 1º de Mayo. Dijo que los manifestantes lanzaron piedras, aunque su propio video lo desmiente. También dijo que los manifestantes llevaban bolsas de orina, cuando en realidad eran bolsas de vinagre para contrarrestar los efectos del gas lacrimógeno. La alcaldía ha anunciado que le cobrará $93.000 a los arrestados, o sea que les quiere cobrar por darles una paliza.

La página web de Indymedia ha recibido muchos mensajes con promesas de intensificar la lucha. El mensaje de una joven herida por una bala de goma dice: "Ahora que me tuvieron presa dos días injustamente veo las cosas con más claridad. No tengo por qué hacerles caso a las autoridades. Yo no hice nada malo. No 'aprendí mi lección'; lo que sí aprendí es que ¡el sistema está más JODIDO de lo que me imaginaba!".


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