Medidas represivas en el juicio de Al-Amin

Obrero Revolucionario #1136, 27 de enero, 2002, en rwor.org

"Bien puede afirmar su inocencia ante el tribunal, pero no en la prensa".

La jueza Stephanie Manis
Corte superior del condado de Fulton
7 de enero

"żAcaso se tiene conocimiento de otro acusado a quien le hayan prohibido afirmar su inocencia? Es una prueba más de la permanente persecución política de la cual soy objeto; no es ni más ni menos que eso".

Jamil Al-Amin en una entrevista
telefónica desde la cárcel
del condado de Fulton, Georgia

"Muchas de las medidas que nos ha tocado implantar serán permanentes en la vida estadounidense. Para mí se trata de una nueva normalidad".

El vicepresidente, Dick Cheney,
25 de octubre de 2001

Desde el 11 de septiembre, la Casa Blanca ha argumentado que los tribunales militares secretos son necesarios para que los juicios no sean foros para manifestar opiniones contra el gobierno y el país. Ahora estamos viendo un ejemplo escalofriante de esa lógica.

En Atlanta, Georgia, se inicia el juicio del conocido activista negro y sacerdote musulmán Jamil Abdullah Al-Amin, acusado de balear a dos policías (uno de los cuales murió más tarde) en un tiroteo el 16 de marzo de 2000. Al-Amin está luchando por su vida, y ahora la jueza le ha impuesto un aislamiento total por el simple hecho de afirmar que es inocente y sostener que sufre una persecución política. Aparentemente, afirmar la inocencia se ha vuelto un delito en Estados Unidos hoy.

Medidas represivas para silenciar a Al-Amin

En diciembre, Al-Amin escribió en una carta a su mezquita: "Me han acusado injustamente de balear e herir a un sheriff y quitarle la vida a otro", y dio una entrevista telefónica al New York Times.

El 7 de enero, cuando se inició la selección del jurado, la jueza dijo que Al-Amin violó la orden de silencio que le impuso anteriormente. Jack Martin, uno de los abogados de Al-Amin, respondió que él no mencionó nada sobre la noche del tiroteo sino que simplemente afirmó que es inocente. Pero según la jueza, Al-Amin no tiene ese derecho y, por eso, le impuso restricciones muy duras: no mandar cartas, hacer llamadas ni reunirse con nadie fuera de sus abogados.

El arresto de Al-Amin hizo titulares en el mundo entero y los medios han repetido las acusaciones, distorsiones e insinuaciones racistas de la policía. La prensa de Atlanta informa diariamente sobre las absurdas medidas de seguridad para "proteger" al jurado y la corte. Obviamente, la intención es pintar de asesino peligroso a Al-Amin. Esto, encima del temor y los prejuicios provocados por los sucesos del 11 de septiembre, lo perjudica mucho. Pero a pesar de la desenfrenada e infundada propaganda policial, la jueza sostiene que la simple afirmación de inocencia por parte de Al-Amin es un siniestro intento de "corromper al jurado". Eso hace patente que el sistema judicial respalda las injustas acusaciones contra Al-Amin y pretende quitarle los medios básicos de movilizar apoyo y fondos para su defensa.

La versión de los hechos que da la policía es sumamente dudosa. Por ejemplo, los dos policías heridos en el tiroteo dijeron que balearon a su atacante y que dejó un rastro de sangre. Sin embargo, cuando arrestaron a Al-Amin unos días después, no estaba herido.

Carl Dix, el vocero nacional del PCR, EU, dijo poco después del arresto de Al-Amin en abril de 2000: "No sabemos exactamente qué pasó en el incidente de Atlanta que llevó a la muerte de un policía... [Al-Amin] ha dicho que es inocente, pero como lo tienen en sus mazmorras, no puede refutar sus mentiras ni explicar lo que pasó. Es esencial que no nos traguemos las mentiras ni el truco de condenarlo por medio de la máquina propagandística capitalista".

Tomar partido

"O están con nosotros o están en contra".

El presidente George W. Bush

"En mi expediente el FBI tiene 44.000 documentos, pero antes de este incidente esas investigaciones no dieron ningún resultado: no encontraron nada de qué acusarme. Tarde o temprano, tenían que hacer algo para justificar todas las investigaciones y el montón de dinero que gastaron".

Jamil Abdullah Al-Amin, en la entrevista
del New York Times, enero del presente

"Los que gobiernan este sistema son completamente inmisericordes".

El presidente del PCR, Bob Avakian

En la época de los 60, Al-Amin recibió el nombre de H. Rap Brown por sus discursos intrépidos contra la opresión de los negros. Carl Dix señaló: "A finales de los años 60, los departamentos de policía de varias ciudades querían fregarlo por el crimen de criticar a América, este opresor violento, y de exhortar al pueblo a levantarse y oponer una justa resistencia a esa opresión. Cuando los negros se rebelaron por todo el país, H. Rap Brown tomó partido con ellos sin vacilación. Cuando los opresores intentaron aplastar las rebeliones, con la ayuda de leales paniaguados negros, Rap exhortó: 'Burn, Baby, Burn!' (ĦQue arda!). Antes, Rap movilizó a los negros de los estados sureños a luchar contra las leyes racistas conocidas como Jim Crow y la violencia del Ku Klux Klan y sus amigos los sheriffs".

En 1976, Al-Amin fue a vivir a Atlanta en el barrio negro pobre de West End Park, donde abrió una tienda, dirigió una congregación musulmana y trató de mejorar la vida de la comunidad. En la década pasada, aunque abrazó el Islam y se alejó de la política revolucionaria, el gobierno lo hostigó repetidamente, lo arrestó injustamente y lo atacó.

Cointelpro... en el pasado y ahora

Tras los sucesos del 11 de septiembre, el secretario de Justicia, John Ashcroft, y el director del FBI, Robert S. Mueller III, recomiendan eliminar las restricciones que han existido por mucho tiempo a la vigilancia, intervención telefónica e infiltración de grupos políticos y religiosos; recomiendan abolir el requisito de tener "causa razonable" --es decir, una sospecha razonable de que se haya violado una ley-- para iniciar un operativo de espionaje contra un grupo.

Mejor dicho, pretenden regresar a los días de Cointelpro (el programa de contrainteligencia del FBI de la época de los 60), que con el pretexto de la seguridad nacional realizó bárbaros operativos clandestinos de hostigamiento, vigilancia y asesinato político, y sembró conflictos intestinos en las organizaciones progresistas y revolucionarias. Al-Amin vivió todo eso en carne propia. A principios de la lucha por los derechos civiles, el FBI hostigó a los luchadores de la organización Student Nonviolent Coordinating Committee (SNCC), como Rap Brown; sus agentes al interior del Ku Klux Klan coordinaron salvajes ataques contra ellos. El director del FBI, J. Edgar Hoover, mandó a los agentes de Cointelpro a atacar la lucha de liberación negra y a revolucionarios como Rap Brown con campañas de desinformación y arrestos injustos. Un memorando del FBI recomendó preparar cartas anónimas para crear enemistades entre Rap Brown y otro líder de SNCC, Stokeley Carmichael. El FBI también propuso crear enemistades entre SNCC (en el Sur) y el Partido Pantera Negra de California; fomentó divisiones, desconfianza y hasta violencia. Rap, que era partidario de la unidad de las fuerzas revolucionarias negras, aceptó ser miembro honorario del Partido Pantera Negra por un tiempo en 1968, pero esos esfuerzos para unificar al movimiento fracasaron debido a la intensa campaña clandestina del FBI.

A raíz de la rebelión de 1967 en Cambridge, Maryland, acusaron a Rap Brown de incitar un motín e incendios. Cuando Martin Luther King, Jr. murió asesinado en abril de 1968, estalló una gran ola de rebeliones negras sin precedentes en la historia moderna y el Congreso instituyó la "Enmienda Rap Brown" para impedir que los organizadores viajaran a otros estados e "incitaran" al pueblo a luchar contra el racismo.

A 30 años de esos acontecimientos, acusan nuevamente a ese mismo compañero, y las autoridades federales imponen controles y vigilancia a los viajeros que ni J. Edgar Hoover tuvo el descaro de imponer en 1968. Es preciso que preguntemos: żAcaso es bueno que los agentes del FBI puedan seguirle la pista a cualquier organizador que viaje por avión en este país? żAcaso es bueno que cámaras de video registren quiénes lo recogen, las placas del carro, etc.? żA quiénes beneficiará y a quiénes perjudicará que el amante de la Confederación sureña John Ashcroft autorice al FBI a reanudar los operativos Cointelpro de espionaje y contrainsurgencia política?

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Al cierre de esta edición, 1500 candidatos para el jurado acudirán a Atlanta para contestar un cuestionario altamente político de 18 páginas que pide opiniones acerca de SNCC, el Partido Pantera Negra, el Islam y la policía. Se piensa que el proceso de seleccionar el jurado durará seis semanas y todo ese tiempo Al-Amin debe permanecer aislado: le prohíben todo contacto, con excepción de su equipo de defensa.

"Este compañero tiene una larga y respetada historia de lucha hombro a hombro con el pueblo contra la opresión, y por eso las autoridades tienen un montón de razones para castigarlo. De igual manera, el pueblo tiene muchas razones para defenderlo".

Carl Dix, vocero nacional del PCR


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