La verdadera historia de Black Hawk Down

O...por qué el pueblo somalí odia a los invasores yanquis

Obrero Revolucionario #1140, 24 de febrero, 2002, posted at http://rwor.org

La película Black Hawk Down aparenta ser "realista"... pero en realidad es una sarta de mentiras.

Se supone que presenta la guerra desde el "punto de vista del soldado raso": esta es la primera mentira. Más bien, presenta el punto de vista que el alto mando militar quiere que tengan los soldados rasos. Gran parte de la película son intensos combates entre miles de somalíes y las unidades de comandos Rangers y Delta Force del ejército yanqui en octubre de 1993.

Pero la mayor mentira de todas es lo que dice sobre las causas y metas de la invasión, que solo reciben una breve mención al comienzo. Pero con eso basta para torcer la realidad. Da una versión idiota de la política mundial vista por los ojos del Pentágono: los bienhechores (las fuerzas yanquis, por supuesto) vs. los malhechores.

La película nos dice que Estados Unidos intervino en Somalia para salvar al pueblo del hambre y que la causa del hambre eran los combates entre los caudillos militares que dominaban el país. Cuando llegaron, los Marines se tropezaron con uno especialmente malévolo, Mohammed Farrah Aidid, quien se robaba los cereales destinados a los hambrientos y mataba a su propio pueblo. Por eso la noble misión de llevar comida se transformó en una campaña para capturar a Aidid.

En un dos por tres los pretextos se desvanecen y el combate empieza. La película pinta a los Marines como héroes que combaten "con honor" y salvan la vida de sus compañeros "con valentía". Es una racha de mitos para justificar una guerra injusta.

La película salió justo cuando Estados Unidos acababa de enviar fuerzas armadas a Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Filipinas, Yemen, Indonesia y otros países más. Por todo el mundo, a los soldados yanquis les ponen la película Black Hawk Down para prepararlos para la próxima misión.

Pero la historia no ocurrió así.

Odio justificado

"El odio de la gente era palpable; querían matarnos".

Soldado de las Fuerzas Especiales, citado en el documental "La verdadera historia de Black Hawk Down"

"Mataron a nuestros vecinos y por eso nos indignamos. Todos peleamos contra los estadounidenses: mujeres, niños, la milicia, todos. Luchamos con armas o a mano limpia para defender nuestro territorio".

Cabdulchi Maxamed, miliciano somalí,
citado en el documental "La verdadera historia de Black Hawk Down"

"Hemos alborotado el avispero y ahora tenemos que pelear contra toda la ciudad".

El actor que tiene el papel del general William F. Garrison en la película Black Hawk Down

"¿Cómo se explica el cambio de los somalíes de un pueblo que recibía con gratitud la ayuda internacional a un ejército que peleaba contra las fuerzas estadounidenses, y con tanta rabia que no solo los mataban sino que arrastraban los cadáveres por las calles?"

Mark Bowden explica por qué escribió el libro Black Hawk Down

"Kasoobaxa guryaha oo iska celsa cadowga!" ["¡Vengan y defiendan sus casas!"]

Grito de milicianos somalíes en las calles de Mogadiscio, 3 de octubre de 1993

La primera señal de que los Marines no eran un coro de bienhechores es que el pueblo somalí los odia.

El 3 de octubre de 1993, llegó una unidad élite (Delta Force) a un barrio de Mogadiscio para capturar a los subalternos de Aidid, protegida por cuatro unidades de Rangers en helicóptero. Pero la milicia y la gente de la zona opusieron una fiera resistencia y, cuando un miliciano derribó un helicóptero Black Hawk con una granada propulsada por cohete, se volteó la tortilla. Las fuerzas yanquis se vieron atrapadas y tuvieron que pedir refuerzos. Pensaban hacer un rápido operativo y cayeron en una batalla campal de 18 horas... que terminó en derrota para Estados Unidos.

El hecho más claro de los sucesos es que la población estaba resuelta a pelear contra los invasores. Cuando la milicia de Aidid defendió su cuartel y luchó contra las fuerzas estadounidenses, miles y miles salieron a pelear. Prendían llantas para señalar dónde estaban los yanquis. Agarraban las armas de los milicianos caídos y continuaban la batalla.

Murieron 18 soldados estadounidenses y por toda la ciudad se veían pedazos de helicópteros y vehículos artillados. Todo el mundo vio la jubilación y las celebraciones en las calles de Mogadiscio: hicieron añicos los helicópteros y arrastraron los cadáveres de los soldados por las calles.

La película Black Hawk Down dice que ese odio e intensidad eran irracionales. Pinta a los enemigos de Estados Unidos como unos dementes porque no puede contestar la pregunta: "¿Por qué nos odian tanto?".

Razones y más razones

"Para explicar por qué mueren tantos africanos en la película, el Sr. Roth quería presentar a Mohammed Farrah Aidid como una figura hitleriana que masacró a miles de conciudadanos".

Wall Street Journal, 28 de noviembre de 2001

"Por supuesto la invasión generó mucho resentimiento. Imagínense que una potencia extranjera invada un barrio de Denver, Baltimore o Washington, y empiece a arrestar a los dirigentes comunitarios. En un dos por tres todo mundo empuñaría las armas y saldría a pelear. Eso es precisamente lo que pasó en Mogadiscio".

Mark Bowden, autor del libro Black Hawk Down

Una de las últimas órdenes del presidente George Bush (padre) en diciembre de 1992 fue en envío de 20.000 Marines a Somalia, como núcleo de una fuerza de la ONU que tenía soldados de Pakistán, Malasia, Bélgica, Italia, Canadá y otros países.

Al comienzo, el pueblo somalí quería ayuda internacional tras un largo período de hambre. Las principales fuerzas políticas, como las del general Aidid, habían desempeñado un papel importante en la distribución de comida, y esperaban tener un papel parecido en el futuro. Pero Estados Unidos y la ONU dijeron que no.

Por muchos años Estados Unidos armó y apoyó a Siad Barre, el dictador títere de Somalia, como contrapeso a la influencia soviética en la región. Antes de que lo nombraran secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali era funcionario del gobierno egipcio cuando este apoyaba a Barre. Pero los cargamentos de armas y comida llevaron al hambre, porque el grano extranjero arruinó la agricultura, y Barre reclutó los campesinos desposeídos. Con la conclusión de la guerra fría, los envíos de comida pararon y el pueblo no tenía qué comer. Las fuerzas armadas se dividieron en facciones e iniciaron una guerra civil, y el principal general del ejército de Barre, Aidid, lo tumbó.

Cuando las fuerzas de Estados Unidos y la ONU llegaron en 1992 cooperaron con Aidid, pero luego buscaron otros títeres más fiables. La misión de socorro se convirtió en una ocupación militar.

Varios grupos internacionales trabajaban con las milicias para distribuir comida en Somalia, y señalaron que sacarlas de la distribución provocaría una guerra. Pero los comandantes yanquis lo pasaron por alto.

El general Aidid no era un héroe popular, sino el representante de un pequeño círculo de capitalistas y comerciantes, y soñaba con ser el próximo títere en el palacio presidencial. Dada su posición de clase, no podía dirigir una auténtica resistencia popular. Todo lo contrario: manipulaba la resistencia para llegar a un acuerdo ventajoso con los imperialistas yanquis, pero estos decidieron no hacerle caso.

El pueblo somalí se dio cuenta de que la meta de la ocupación era establecer un gobierno leal a las potencias extranjeras. El "enviado especial" de la ONU, el almirante Howe, tildó de "terrorista" a Aidid. Salieron afiches de "Se busca" con una recompensa de $25.000 por capturarlo. En respuesta, los somalíes sacaron afiches de "Se busca" con la cara "del animal Howe".

Castigar al pueblo

"Los medios informan sobre las bajas de los aliados pero no de los somalíes".

New York Times, 8 de diciembre de 1993

En los primeros minutos de la película Black Hawk Down, un soldado yanqui que acaba de llegar a Somalia ve a una multitud de hambrientos masacrada por las fuerzas de Aidid el 2 de octubre. En realidad no hay constancia de tal masacre. Según la película, a los soldados yanquis les preocupaba el bienestar de las mujeres y los niños somalíes. Pero en realidad hay constancia de que cometieron muchos crímenes de guerra.

A comienzos de junio de 1993, las fuerzas de ocupación atacaron la emisora de Aidid. En respuesta, la milicia de Aidid emboscó y mató a 24 soldados pakistaníes de la ONU.

Estados Unidos respondió con un ataque desde helicópteros contra una reunión del clan de Aidid, Habr Gidr. Lanzaron 16 misiles y masacraron a más de 50 ancianos, poetas, dirigentes religiosos e intelectuales, muchos destacados partidarios de un acuerdo pacífico con la ONU. Indignados por el ataque, los somalíes mataron a cuatro periodistas occidentales. Al día siguiente, unos soldados pakistaníes abrieron fuego contra una multitud desarmada.

El comando yanqui atacó los barrios del sur de Mogadiscio donde vivían los Habr Gidr con aviones AC-130, que disparan al azar ametralladoras de alto calibre y misiles. El 19 de septiembre, masacraron a 100 personas desarmadas de una multitud. Varias veces los misiles y la artillería dieron en el hospital Digfer, y muchos pacientes y trabajadores médicos resultaron heridos.

Tiempo después dos altos comandantes yanquis admitieron que murieron de 6000 a 10.000 somalíes en los combates del verano de 1993, o sea, antes del levantamiento de octubre que se ve en la película. Según Robert B. Oakley, el "enviado especial" del presidente Clinton a Somalia, y el general Anthony C. Zinni, comandante en jefe de las operaciones en Somalia, dos veces más somalíes resultaron heridos, y dos tercios de ellos eran civiles (y muchos niños). Durante la invasión esos hechos no se mencionaron y tampoco se oyen en la película.

Desde 1993 ha habido una serie de divulgaciones en Canadá, Italia y Bélgica de los soldados de la fuerza de ocupación sobre los crímenes de sus unidades, especialmente de tortura. Los gobiernos de esos países han llevado a cabo investigaciones y juicios, y Amnistía Internacional ha sacado varios informes.

Un soldado italiano describió la destrucción a propósito de aldeas y la muerte de civiles por tortura durante interrogatorios dirigidos por oficiales de alto rango: choques eléctricos, quemaduras con cigarrillos, cortes con alambre de navaja. Unos paracaidistas italianos tomaron fotos, así que podían documentar las torturas. Una foto muestra la violación múltiple de una somalí. Dos generales italianos tuvieron que renunciar a raíz del escándalo.

En Bélgica, juzgaron a dos soldados por quemar vivo a un niño en una fogata. Otros soldados belgas le embutieron a un niño puerco y agua salada como tortura; otro niño murió deshidratado porque lo encerraron en un contenedor metálico en el calor. En una foto presentada en un juicio, un soldado belga está orinando en la cara de un somalí herido. Los belgas también ataban a los somalíes a vehículos militares y los arrastraban por las calles hasta que morían.

El ejército canadiense tuvo que desmantelar una unidad que participó en la invasión por las acusaciones de tortura y asesinato.

La mayoría de las muertes las cometieron los soldados estadounidenses, pero Estados Unidos no ha investigado ni un solo incidente. Además, los medios han tapado los escándalos en Canadá, Italia y Bélgica.

En octubre, cuando derribaron los helicópteros Black Hawk, los somalíes tenían un montón de razones para luchar contra los invasores.

La verdadera historia de los Rangers

"Hoo-ah!"

Grito de guerra de los Rangers

"Los Rangers no fueron a Mogadiscio para dar de comer a los hambrientos".

Mark Bowden en el libro Black Hawk Down

 

En 1993 Clinton mandó entrenar una unidad especial de Rangers y de asesinos de la Delta Force en el fuerte Bragg para una operación clandestina, y en agosto la despachó a Somalia. En la película, son unos soldados comunes y corrientes, unos muchachos inocentes que van a salvar a los somalíes del hambre. Pero incluso en la película se ve el odio racista que tienen por los somalíes, a quienes llaman "los esmirriados". A los barrios de Mogadiscio los llaman "Injun territory" (territorio de los indios), un claro preludio al genocidio. Es la mentalidad de soldados entrenados a deshumanizar y matar a cualquier "enemigo" que les pongan en frente.

Los Rangers y la Delta Force eran la élite del Pentágono, fuerzas entrenadas en "guerra urbana, redadas nocturnas y patrullas de reconocimiento de largo alcance". Su misión era conquistar el país y a la población, empezando con la milicia de Aidid.

Los Rangers sembraron terror en la ciudad: lanzaban ataques relámpago y destruían todo lo que les bloqueaba el paso. Día y noche los helicópteros Black Hawk sobrevolaban los mercados, calles y barrios, y las ráfagas de viento que producían destruían casas, mezquitas, quioscos y paredes. En una redada los Rangers esposaron a una señora porque gritaba sin parar. Más tarde un traductor explicó que gritaba porque la ráfaga de viento de los helicópteros se llevó a su bebé.

El 3 de octubre los Rangers cayeron sobre un mercado para capturar a unos subalternos de Aidid. La Cruz Roja calculó que mataron a 200 somalíes e hirieron a 700. Antes de esa fecha, los somalíes se veían como víctimas de una fuerza superior. Pero cuando lograron derribar unos Black Hawks, ¿es difícil captar por qué celebraron?

El mito de las
buenas intenciones

"Casi hemos apagado el incendio, pero siguen ardiendo unas pocas ascuas. Si no las extinguimos, arderán de nuevo y habrá más muertos".

El presidente Clinton, en defensa de los Rangers

"Sabemos que las armas estadounidenses nunca están al servicio del humanitarismo. Digan lo que digan, la realidad es que llevan sufrimiento, muerte, destrucción y opresión".

Veteranos de Vietnam Contra la Guerra Antiimperialistas

Estados Unidos supuestamente intervino en Somalia para ayudar al pueblo. Pero para entender sus verdaderas metas es necesario examinar la situación mundial general de esa época.

A comienzos de la década pasada, el presidente Bush (padre) y la clase dominante buscaba la manera de aprovechar el colapso de la Unión Soviética, el principal rival desde hace décadas. La Casa Blanca anunció un "Nuevo Orden Mundial", con Estados Unidos como única superpotencia y "policía del mundo". Esperaba que las demás potencias imperialistas (Alemania, Japón, Francia, Inglaterra y Rusia) aceptaran su liderato.

El primer paso fue el ataque contra Irak, que llevó fuerzas yanquis por primera vez a bases en el golfo Pérsico. Al terminar la guerra, Estados Unidos:

• Despachó tropas a Somalia (diciembre de 1992).

• Lanzó un ataque con misiles cruceros contra Irak (enero de 1993). En junio, atacó el centro de Bagdad.

• Despachó 300 soldados a Macedonia, en los Balcanes (julio), en la primera fase de una invasión que llevaría al bombardeo de Serbia y la ocupación de Kosovo.

• Calificó a Corea del Norte de "estado criminal".

• Despachó fuerzas a Haití (septiembre) como parte de una misión de la ONU para imponer un nuevo gobierno.

La revista Newsweek comentó que Somalia era "un laboratorio casi ideal" para una intervención. Time dio una típica explicación colonialista: "El presidente afirmó que una vez que un país pierde la capacidad de gobernarse a sí mismo, también pierde su derecho a la soberanía y debe caer bajo la protección de la ONU". Añadió que "esa clase de intervención militar" podría ser "el patrón aceptado por la comunidad internacional".

En medio de la matanza de somalíes, la revista Foreign Policy comentó: "La fundación de la estrategia del nuevo orden mundial es la idea de que Estados Unidos debe dominar militarmente ciertas regiones económicamente críticas para garantizar que ningún trastorno ponga en peligro el comercio y las relaciones financieras". Como ha dicho Bob Avakian, presidente del PCR: "La guerra imperialista es precisamente la extensión de la económica y la política imperialistas".

Diferentes puntos de vista

"[Jerry Bruckheimer, el productor de Black Hawk Down] vino a mi oficina y me dijo: `General, voy a hacer una película de la que el ejército estará orgulloso'. Lo hizo y se lo agradecemos".

El general del ejército John M. Keane

"El Pentágono tiene la fiebre de Black Hawk Down. Todos los solados tienen que leer el libro, escrito por el corresponsal Mark Bowden de Filadelfia, y la película se está presentando en todas las bases".

Geoffrey Gray, "`Black Hawk' Damned", Village Voice

La máquina de guerra yanqui adoró la película Black Hawk Down de comienzo a fin. Prestó soldados y helicópteros Black Hawk para la producción en Marruecos. "El ejército nos dio las mejores unidades", dijo el director Ridley Scott. Dos comandantes de la invasión de Somalia ofrecieron asesoría técnica. El Pentágono felicitó a los productores por sacar la película diez semanas antes de la fecha programada, para moldear la opinión pública a favor de agresiones militares tras los sucesos del 11 de septiembre.

La Asociación de Películas de América invitó a una presentación privada a altos mandos del gobierno: el vicepresidente Dick Cheney, altos asesores de la Casa Blanca, altos oficiales del Pentágono, el notorio criminal de guerra Oliver North y oficiales de los Rangers. El secretario de Defensa Donald Rumsfeld dijo que era "impactante".

En Mogadiscio, centenares de somalíes vieron la película pirateada. Miraron en silencio durante las masacres de la población, pero aplaudieron cuando los Black Hawks y los invasores cayeron.


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