Sami Abda, en una conversación telefónica el 3 de abril con Robert Fisk, periodista inglés,
sobre el ataque del ejército israelí a Belén

Salwa Daibis, sobre el sitio de Ramallah

Tras la invasión de Ramallah a fines de marzo, la máquina de guerra israelí lanzó su mayor ofensiva desde la invasión del Líbano de 1982 contra las ciudades y pueblos de Cisjordania, con los más modernos tanques, helicópteros y aviones caza (todos Made in U.S.A.) y miles de soldados. A fines de la primera semana de abril, se había apoderado de todas las principales ciudades, y de muchos pueblos y campos de refugiados.

Con los ojos del mundo en Palestina, las autoridades israelíes restringieron las noticias. No permitieron a los corresponsales entrar a las principales zonas de combate, y los soldados expulsaron, golpearon y abrieron fuego contra los que no obedecieron las órdenes. CNN y otras redes televisivas informaron sobre la brutal golpiza policial de palestinos (que viven en Israel) en una manifestación frente al knesset (parlamento) en Tel Aviv. Esto planteó una pregunta: Si las autoridades israelíes permiten tanto salvajismo frente a las cámaras, ¿qué harán las fuerzas de ocupación en Cisjordania?

Han salido algunos informes de las zonas palestinas ocupadas, y estos desmienten las afirmaciones israelíes de que la meta de la invasión es destruir la "infraestructura terrorista". El ejército está llevando a cabo una sangrienta campaña de castigo colectivo contra un pueblo oprimido. Está sembrando terror con esperanzas de someterlo. Además, busca debilitar o destruir la infraestructura política y civil de la sociedad palestina.

Tras varios días de sitio israelí, las agencias internacionales de socorro describen la situación en las zonas palestinas como "un desastre humanitario en potencia". Hay escasez de agua y comida, y las tiendas están cerradas o destruidas. Los heridos y enfermos no pueden llegar al hospital. La población se encuentra atrapada en la casa día y noche por un toque de queda impuesto por el ejército.

Los grupos de socorro informan que los soldados israelíes bloquean la llegada de comida y otros artículos de primera necesidad. Un empleado de un grupo humanitario le dijo al noticiero BBC: "Las Fuerzas de Defensa Israelíes no permiten que las agencias humanitarias funcionen en las zonas afectadas. Nuestra principal preocupación son los más vulnerables. En Nablus, por ejemplo, los pobres no han podido acumular reservas de comida por falta de dinero". Varios centenares de palestinos que viven en Israel y activistas antibélicos iniciaron una marcha a Ramallah para ayudar a los necesitados, pero los soldados los pararon con gas lacrimógeno y a muchos les dieron una paliza.

El ejército amenaza a los trabajadores médicos que tratan de llegar a los heridos y les ha abierto fuego. Un empleado de Médicos Sin Fronteras dijo: "Esos incidentes nos preocupan mucho. Ha habido ataques directos contra nuestras ambulancias".

El periódico israelí Ha'aretz informó: "En las estaciones de televisión árabes... se ve a los soldados israelíes apoderarse de los hospitales, destruir el equipo, destruir medicinas e impedir que los médicos llegaran a los pacientes". Hay informes de que los soldados israelíes han saqueado tiendas, y robado dinero y pertenencias en casas particulares.

En Ramallah y otras ciudades, los tanques han aplastado cañerías de agua y tumbado las torres eléctricas. El ejército destruyó una estación de bombeo que provee agua a un cuarto millón de personas en Ramallah y los pueblos cercanos. Cuando un equipo palestino fue a repararla, los soldados lo arrestaron. El director del hospital de Ramallah dijo que casi no queda agua en los tanques.

No se sabe cuántos palestinos han muerto o resultado heridos en la invasión, pero son muchos. En la morgue de Ramallah hay montones de cadáveres porque no ha sido posible enterrarlos. Los trabajadores excavaron una fosa común temporal, pero las autoridades israelíes dicen eso es una "provocación" y que los deben enterrar durante los breves períodos cuando levantan el toque de queda. Los sionistas siempre tildan de "provocación" todo acto de autodefensa o resistencia de los palestinos y lo aprovechan como pretexto para más ataques. ¡Ahora incluso enterrar a los muertos en fosas temporales es una "provocación" palestina!

Una habitante de Ramallah dijo que de vez en cuando levantan el toque de queda por un breve tiempo pero que tiene miedo de salir de la casa, a pesar de que la familia casi no tiene qué comer. Vio a un vecino de 14 años morir baleado durante uno de esos períodos. Dijo: "No quiero morir por un trozo de pan".

En Belén, los soldados israelíes mataron a Samir Salman, un empleado palestino desde hace muchos años de la conocida Iglesia de la Natividad. Un sacerdote dijo que Salman era retardado y no entendía el peligro que corría caminando en la calle. Al cierre de esta edición, el ejército tiene la iglesia rodeada desde hace varios días y dice que unos "pistoleros" palestinos tienen a los sacerdotes de rehenes. Pero estos dicen que no es cierto. Un sacerdote dijo que los palestinos, varios de ellos combatientes heridos, fueron a la iglesia en busca de un santuario.

Se han recibio algunas noticias sobre lo que pasa en Cisjordania de un grupo de activistas estadounidenses y europeos que fueron a Palestina para ser "escudos humanos" y se encontraron bajo ataque al lado de los palestinos. Una neoyorquina describió la situación en el campo de refugiados Al-Azzeh, cerca de Belén: "Los palestinos viven en una situación inimaginable. Nada más para cruzar la calle hay que esquivar balas. Así es la vida. No funcionan las escuelas, nadie va al trabajo y solo nos queda comida para dos o tres días. Israel está atacando sin cesar y pone a los palestinos en una situación humillante de rogar por los derechos humanos más básicos". (del website de WorkingforChange)

Adam Shapiro, de Brooklyn (Nueva York), fue a Ramallah para trabajar con una agencia de socorro. Con un grupo de activistas de muchos países, logró pasar con medicinas por el cordón de soldados israelíes que tiene sitiado a Yasser Arafat en los edificios de la Autoridad Palestina. Shapiro le dijo a CNN: "El gobierno de Sharon... no pide disculpas por la violación de las ciudades ni muchas otras acciones terroristas: realizar redadas de casa en casa como hicieron los nazis en la II Guerra Mundial, tumbar muros, golpear a los habitantes, matarlos, asesinarlos". En Brooklyn, la familia de Shapiro ha recibido amenazas de muerte de partidarios de Israel.

Por toda Cisjordania, el ejército israelí reunió a los adolescentes y hombres para "interrogarlos". A unos los puso en libertad tras varios días de maltrato y golpizas. Muchos otros han desaparecido. El 6 de abril se informó que había 1200 detenidos y que el ejército está construyendo un nuevo penal en el desierto del Negev.

En el campo de refugiados Dheisheh de Belén también han arrestado a jovencitas porque muchas participan en la resistencia armada.

Israel ha ejecutado a sangre fría. Los medios de comunicación internacionales informaron sobre la muerte de cinco miembros de las Fuerzas de Seguridad Nacional Palestinas, ejecutados a quemarropa. Según varios informes, los ejecutaron tras quitarles las armas. Uno era el director de la orquesta de la Autoridad Palestina.

El ejército israelí ha atacado varias instituciones y fuerzas políticas, además de Arafat. El 3 de abril, lanzó un ataque con helicópteros contra el centro de mando de Jibril Rajoub, el jefe de seguridad de la Autoridad Palestina en Cisjordania. El New York Times informó que Rajoub era un "hijo predilecto de la CIA", o sea, una persona con que contaba para desempeñar un papel "positivo" en el "proceso de paz". El 5 de abril, invadió un pueblo del norte de Cisjordania y asesinó a varios dirigentes de Hamas, el grupo islámico fundamentalista.

En Ramallah, atacó las oficinas de la televisión educativa Al Quds, una estación independiente que a veces ha criticado a la Autoridad Palestina y su estación televisiva oficial. Daoud Kuttab, director del instituto de medios de comunicación de la Universidad Al Quds, que dirige la estación, escribió: "Los soldados israelíes entraron al edificio de la facultad de Medicina, donde está nuestro estudio, y destruyeron todo lo que hemos construido. Entraron a todas las oficinas y destruyeron el equipo. Arrestaron a los dos empleados que estaban en el estudio por cuatro horas. Vieron a los soldados tirar nuestras cámaras e invaluables archivos de video por una ventana del cuarto piso".

Los gobernantes sionistas de Israel dicen que disparar dentro de casas, cortar luz, agua y comida, atacar ambulancias y trabajadores de salud, desaparecer centenares y destruir una estación de televisión educativa es "atacar la infraestructura terrorista". En Palestina y por todo el mundo, sabemos que son los crímenes de una fuerza de ocupación y sus padrinos imperialistas.

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