Estados Unidos en el Medio Oriente

Emperadores mentirosos y misiones siniestras

Obrero Revolucionario #1146, 14 de abril, 2002, posted at http://rwor.org

El emperador habló el 4 de abril. Regañó, decretó y dictó lo que espera que hagan los demás países.

Los loros de la prensa anotaron sus palabras. Los emisarios salieron para todos los rincones del imperio. Se espera que los aliados asientan, que los enemigos se pongan nerviosos y que todos los lados del conflicto lo respeten.

"Debe haber resultados", declaró el emperador George W. Bush. El New York Times observó que él mismo escribió esa oración del discurso.

Para todos los que se indignan cuando un dictador global le da órdenes a los pueblos y gobiernos del mundo, los medios de comunicación ofrecieron una explicación: la Casa Blanca no quería intervenir, pero "el mundo lo exigió". Solo la intervención de una superpotencia, continuaron, puede "romper el ciclo de violencia".

Estados Unidos (nos dicen) se está entrometiendo para "llevar la paz" y (por supuesto) "combatir el terrorismo", el nuevo lema para todo uso del imperio.

Es un chingo de mentiras para tapar una misión siniestra.

La superpotencia vuelve a entrar en la refriega

Un preso está atado a una silla. El capitán de policía lo manda rendirse. "Nunca", responde.

El capitán se va y los detectives le dan una brutal paliza. Le apuntan pistolas a la cabeza. No le permiten tomar agua ni dormir.

El preso se resiste como puede.

De repente, regresa el capitán, fresco e impaciente. "Parece que me toca a mí poner fin a este ciclo de violencia", dice. Indica a los detectives que se vayan por el momento y vuelve a preguntar: "¿No ha llegado la hora de que te rindas?"

Es ridículo e hipócrita que ahora Washington diga que "va a meterse de nuevo" en el conflicto en el Medio Oriente. Nunca se ha ido, ni siquiera por un segundo.

La "guerra contra el terrorismo" ha desenvuelto una ofensiva del imperialismo estadounidense para reestructurar las relaciones de poder en esa región rica en petróleo. La marina patrulla el golfo Pérsico, la fuerza aérea sobrevuela Irak y los satélites espían en todas partes. Hay tropas yanquis en Sudán, Somalia, Bahrain, Arabia Saudita, Turquía y Egipto. Los buques de guerra han parado más de mil barcos en el este del Mediterráneo en el último año, supuestamente "en busca de terroristas".

Las armas nucleares yanquis amenazan las ciudades árabes e iraníes. Sus armas y asesores apuntalan odiados lacayos y déspotas, como Hosni Mubarak de Egipto, los monarcas de Arabia Saudita, los militares de Turquía y el servil rey de Jordania.

La presencia y dominación estadounidense es un hecho constante que define la vida y el sufrimiento de los pueblos de la región, incluidos los palestinos. Y día y noche bombean petróleo para reforzar el control de un imperio global.

¿Ha habido siquiera un momento en los últimos 50 años en que Estados Unidos no haya estado metido en Palestina? Israel está armado hasta los dientes por Washington. Tiene los más modernos tanques, fusiles, aviones caza, cachiporras, gas lacrimógeno; tiene la más alta tecnología y recibe billones de dólares de "ayuda" al año. Durante los 10 años del "proceso de paz de Oslo", Estados Unidos ha buscado imponer un "acuerdo de paz" a los palestinos que los deja en un "miniestado" desarmado, neutralizado y dependiente económicamente. Exige una "solución" que le dé a Israel "fronteras seguras" pero deja a los palestinos en ghettos rodeados por los tanques israelíes.

Así que, ¿qué quiere decir que Bush va a volver a meterse en el conflicto en Palestina?

Que por un año y medio se ha hecho el de la vista gorda, abandonado las "negociaciones" y permitido que el gobierno de Ariel Sharon ataque con saña a los palestinos. Los israelíes han destruido olivares de siglos, han aplastado pueblos como "castigo colectivo", han asesinado a activistas, y demás.

La campaña israelí ha llegado a tal punto que en Cisjordania los soldados se están metiendo de casa en casa y arrestando a centenares de palestinos. Y ahora, en medio de todo esto, el emperador "regresa" a ejercer su derecho imperial de dictar la próxima etapa.

Lo que exige Estados Unidos

La esencia del discurso de Bush es la misma demanda de siempre: que "Arafat haga más". Pero ahora, dicen, es "su última oportunidad".

Eso quiere decir que a cambio de ejercer el poder en Cisjordania y Gaza, Arafat y la Autoridad Palestina tienen que demostrar que pueden desempeñar el papel de carceleros del pueblo palestino. Le dicen que tienen que parar la resistencia armada contra la ocupación israelí, contra los asentamientos de colonos y las intervenciones.

Es una demanda sumamente injusta, dado que el estado sionista se ha expandido a punta de fusil (y con la ayuda del Occidente), se ha apoderado de grandes extensiones de Palestina, ha expulsado a millones de palestinos por medio de una campaña de limpieza étnica, y lleva a cabo una brutal ocupación de Cisjordania, Gaza y Golán.

Bush dice una y otra vez: "Entiendo completamente que Israel tiene que defenderse". Dice que la resistencia palestina es "terrorismo". Un corresponsal contó que Bush mencionó "terror" 50 veces en el discurso (de 10 minutos) pero mencionó "ocupación" una sola vez.

Qué flexible es la palabra "terror"; significa lo que Bush quiera que signifique. Si Israel asesina a dirigentes palestinos con misiles u ocupa ciudades enteras con tanques, lo llama "autodefensa". Pero si una generación de chavos lucha contra la ocupación, lo llama "terror".

Washington se puso iracundo y amenazó a Irán cuando descubrió un cargamento de morteros y fusiles destinado a las zonas palestinas, donde había una fuerza policial y una milicia reconocidas por todas las partes. Finge horror cuando los chavos utilizan las armas que tienen a su alcance.

Un proverbio chino dice: "El emperador puede quemar aldeas enteras, pero al pueblo le está prohibido encender una vela".

Las demandas de que Arafat "haga más" son ridículas, y tanto Israel como Estados Unidos lo saben.

Arafat no puede parar la resistencia palestino, quiéralo a no, especialmente hoy, cuando los israelíes han desmantelado sistemáticamente la "Autoridad Palestina", quemado los cuarteles policiales, arrestado o matado a sus tenientes, y lo tienen como preso con unas velas y un teléfono celular.

Es una demanda tan ridícula que insta a preguntar: ¿Qué quiere realmente Estados Unidos?

Preparativos de guerra en nombre de la paz

"Cuando el presidente Bush anunció esta mañana que su administración hará todo lo posible para alcanzar una solución diplomática en el Medio Oriente, hizo un análisis enérgico pero sutil de un conflicto que se ha salido de control a pesar de sus esfuerzos para evitarlo".

New York Times, 5 de abril

Tras el 11 de septiembre, el gobierno estadounidense lanzó una ofensiva de gran envergadura para reestructurar las relaciones de poder en gran parte del mundo, sobre todo las zonas ricas de petróleo del Medio Oriente y Asia Central.

Desde el comienzo, a Washington le ha preocupado contener la indignación y el resentimiento de las masas árabes ("la calle árabe"). Bombardea a Afganistán, persigue a los fundamentalistas islámicos y amenaza a Irak, pero dice que está llevando a cabo una "guerra contra el terrorismo" y no una cruzada contra el mundo musulmán. Exige apoyo de los gobiernos de la región musulmana, en particular de Egipto, Libia, Arabia Saudita y Pakistán.

Lleva meses jactándose de sus éxitos. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha repetido varias veces que las protestas y la resistencia del mundo árabe han sido mucho menos de lo que temían.

Pero eso se desvaneció cuando Israel invadió Ramallah. Estallaron protestas por todo el mundo árabe, y los gobiernos pro Estados Unidos de Egipto y Jordania se pusieron a temblar. En esta situación es mucho más difícil que endosen una guerra contra Irak este año.

Así que ahora los imperialistas yanquis han optado por volver a "meterse en el asunto". Hablan de que la situación podría "salirse de control", debilitar a los gobiernos amigos o llevar a una guerra en la frontera norte de Israel. Pero lo que más les preocupa es que esta explosiva situación cause problemas más graves en la región justo cuando se están preparando para atacar a Irak.

Washington le dio al ejército de Sharon tiempo para atacar brutalmente a los palestinos, desmantelar la Autoridad Palestina (con el pretexto de "destruir la infraestructura de terror"), y arrestar o matar a los dirigentes que quiera. La Casa Blanca defiende esas acciones y pinta a los palestinos de "terroristas". El emperador les dice a los israelíes: Váyanse de Cisjordania... ahora que han terminado las operaciones. Y les dice a los palestinos: Esta es la última oportunidad para rendirse.

Tal vez Washington organice unas "negociaciones" cosméticas entre Sharon y su preso, Arafat, para apaciguar las tensiones, mientras el Pentágono se reaprovisiona con bombas "inteligentes" y la Casa Blanca forja una alianza para atacar a Irak.

En breve, la cháchara de "paz en el Medio Oriente" es una maniobra para crear una mejor situación para lanzar la próxima guerra.

Los preparativos de guerra vienen disfrazados de proceso de paz.

De hecho, el aspecto más esperanzador de toda esta situación es precisamente lo que Estados Unidos teme y quiere parar: la heroica y resuelta resistencia del pueblo palestino y la oposición al imperialismo que engendra por todo el mundo árabe y musulmán.


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