¡Rehusar y resistir! Estado policial en Estados Unidos

C. Clark Kissinger

Obrero Revolucionario, 30 de marzo, 2003, posted at http://rwor.org

Clark C. Kissinger presentó esta ponencia en la conferencia Socialist Scholars el 16 de marzo, poco antes de que empezara la guerra contra Irak. Kissinger es miembro de ¡Rehusar & Resistir! y colaborador de nuestro periódico.

El documento Estrategia de Seguridad Nacional que dio a conocer el gobierno en septiembre, así como sus acciones, delinean una nueva estrategia global.

Primero: el compromiso de establecer de modo permanente su superioridad militar y económica por encima de todo posible rival. De ahora en adelante no se permitirá que una potencia rival adquiera los medios para desafiar a Estados Unidos.

Segundo: ataques militares preventivos para imponer su nuevo orden mundial y primer uso de armas nucleares.

Tercero: operaciones militares globales y ocupación militar directa a largo plazo para llevar estabilidad y "normas civilizadoras" a "estados fracasados", en vista de la inestabilidad de los gobiernos neocoloniales del tercer mundo.

Cuarto: zafarse de las limitaciones del derecho internacional y los tratados internacionales.

El ataque a Irak no es el final, sino el comienzo. Pero también es un paso que desencadenará fuerzas que se les podrían salir de las manos.

Viendo el impacto de todo esto en el país, hay que recalcar que la meta de alcanzar poder global no se puede lograr sin hacer trizas el pacto social nacional ni los principios básicos del gobierno de derecho y las libertades civiles.

Hemos visto la inscripción y la deportación en masa de inmigrantes de países musulmanes; la detención militar de ciudadanos pisoteando la jurisdicción de los tribunales civiles; la institución de vigilancia en gran escala; el despliegue de las fuerzas armadas dentro del país; el programa SEVIS que ordena a las universidades dar información sobre todos los estudiantes extranjeros. Ahora el Departamento de Justicia salió con un proyecto de ley (Ley de Ampliación de la Seguridad Interna de 2003) que autoriza al gobierno a quitarle la ciudadanía a cualquiera.

Por otra parte, los organismos de policía a nivel municipal, estatal y federal se están pasando información como nunca antes. La Ley Patriota borró la separación tradicional entre espionaje en el país y en el extranjero, entre labores policiales y represión política. Nuestros e-mails, los videos de la vida diaria, el testimonio a jurados de acusación (que era secreto), etc., ahora están disponibles al policía de la esquina y a la CIA por igual.

Dos cosas deben estar claras:

Primera: los ataques a las libertades civiles y al derecho de disentir en este país se desprenden del afán de poder global: la guerra de Bush contra el mundo.

Segunda: están instituyendo la arquitectura y los mecanismos de un estado policial de guerra. Están cambiando radicalmente las normas de la sociedad, y la puerta para todo eso son los ataques a los inmigrantes.

Por eso la Declaración de Conciencia No en Nuestro Nombre desde el comienzo ha tratado la rebatiña de poder global y el nuevo orden interno como una ofensiva integrada.

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El año pasado terminé mi intervención con el famoso epigrama de Martin Niemoller*. Dije que contiene tres lecciones: 1) Un estado policial no aparece de golpe; se monta paso a paso, atacando a grupo por grupo. 2) Por eso todos tenemos que acudir a la defensa de las primeras víctimas de un estado policial. 3) Si no lo hacemos, llegaremos a un punto en que será demasiado tarde.

Hoy existe una necesidad urgente de elevar la resistencia a un nuevo nivel concomitante con la emergencia de derechos civiles que vivimos. Miremos concretamente cómo puede ser esa resistencia de toda la sociedad.

Primero, tenemos la enorme tarea de dar la alarma. La ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles), el Centro pro Derechos Constitucionales, el gremio de abogados de defensa y los grupos de derechos de inmigrantes han preparado excelentes materiales. Pero cuando ustedes y yo vamos a hablar a una universidad o a una comunidad, la gente se consterna al oír lo que está pasando. La mayoría no sabe qué dicen las nuevas leyes. No conoce el alcance de la vigilancia, las órdenes de detención secretas, las redadas y las detenciones. Todo esto tiene que conocerse y discutirse mucho más en toda la sociedad.

Segundo, nuestro objetivo debe ser una resistencia en toda la sociedad para parar las redadas y las deportaciones, para rechazar nuevas leyes infames, para promover la desobediencia en masa a las órdenes de inscripción de inmigrantes, para negarse a ser soplones o recaudadores de información para el gobierno y para defender a los individuos atacados, ya sean inmigrantes anónimos, José Padilla, Lynne Stewart, estudiantes de prepa castigados por un paro de protesta, etc. Tenemos que aprender y aplicar la lección de Niemoller de acudir a la defensa de las primeras víctimas.

Tercero, tenemos que acercarnos a la gran cantidad y variedad de gente que está sumamente inquieta por la pérdida de derechos fundamentales que consideran la esencia de este país. Entre nosotros podemos diferir sobre la esencia de este país, pero reflexionemos que dos de los programas más entrometidos de espionaje (TIPS y Office of Total Information Awareness) los han recortado por resistencia de la derecha.

Cuarto, tenemos que apoyar a los gobiernos municipales que están sacando declaraciones de oposición a la Ley Patriota por todo el país. Esto alienta a la gente a desobedecerla y le resta legitimidad al gobierno federal a los ojos de la ciudadanía.

Quinto, tenemos que organizar la anulación en los tribunales de nuevas medidas represivas. Este es uno de los mecanismos que permite traducir en leyes las victorias que se obtienen en las luchas sociales, como sucedió en el movimiento de derechos civiles. Hay que hacerlo con capacidad y vigor, en vez de dejarlo a un lado porque los tribunales federales son una lacra. Es cierto que se pueden sentar malos precedentes, pero el peor precedente es consentir.

Sexto, tenemos que popularizar y aplicar nuevas normas de conducta de los movimientos populares para obstruir a los soplones, los espías y la represión. Muchos individuos y organizaciones aceptan el absurdo planteamiento del gobierno de que si no hacemos todo en público es porque tenemos algo que esconder. Hay que darle la vuelta a eso. En ESTA sociedad, con ESTOS lunáticos en el poder, es una locura invitar al gobierno a espiar. Hay que emular a las organizaciones que practican buenas medidas de seguridad, en vez de pensar que son sospechosas.

Debo comentar que ha habido ciertos ataques bajos y sin principios contra fuerzas del movimiento antibélico. Tildar de comunista, burlarse de las celebridades y hacer listas negras nunca ha tenido un propósito progresista, y no tiene cabida en nuestros movimientos.

Hay que prestar mucha atención a los derechos del movimiento antibélico. No presagia nada bueno que Nueva York fue la única ciudad del mundo donde se prohibieron las marchas de protesta el 15 de febrero, y que la Corte de Apelaciones lo respaldara. La policía golpeó a los manifestantes. Pero ese día el sistema sufrió un gran revés, pues la represión no dio resultado y atizó más resistencia, como suele suceder.

Por último, tenemos que fomentar un clima, una cultura y una comunidad de resistencia en que la única forma honorable de vivir sea oponiéndose a la orgía patriotera y a todo intento de arrebatarnos libertades. ¡Que sirva de ejemplo Toni Smith, la basquetbolista de Manhattanville que da la espalda a la bandera cuando tocan el himno nacional al comienzo de cada partido! Tuve el honor de ser uno de los organizadores de la velada de poesía en el Lincoln Center de Nueva York (Poemas no aptos para la Casa Blanca), donde oímos las críticas y reflexiones de magníficos poetas. Hasta los círculos de lectura y ver una película con amigos en casa sirven para estimular resistencia.

Los puntos de resistencia que he esbozado son el programa de ¡Rehusar & Resistir!, pero no son su propiedad. Son un programa común de resistencia que todos debemos adoptar. A lo largo del último año, esta emergencia nacional de libertades civiles ha forjado lazos más firmes entre las organizaciones de resistencia, y es necesario que sigamos uniendo ideas y esfuerzos.

Lo positivo es que el gobierno no es invencible. Hay una cábala de hombres muy malvados al mando en Washington, y la gente lo capta. No quiere vivir en la nueva Roma. El gobierno es vulnerable porque su programa no concuerda con los intereses de los pueblos del mundo ni del 90% de este país. Su desmedido plan, su desmedido orgullo, lo hace vulnerable. Aunque también es muy peligroso a corto plazo y piensa responder a la oposición con la fuerza.

A principios del año pasado, Bob Avakian sacó lo que muchos consideran un ensayo casi profético titulado "La nueva situación y los grandes desafíos", que explica cómo han aprovechado los gobernantes del país el 11 de septiembre para instituir grandes cambios aquí y en el mundo. En el horizonte se veía (y se ve) un panorama terrible, pero Avakian señaló que eso mismo revuelve un caldero de contradicciones y que si hay resistencia popular surge la posibilidad de crear un mundo mucho mejor... pero SOLO si hay resistencia popular.

Me parece que eso es profundamente cierto. En el curso del año pasado hemos visto crímenes terribles, y se preparan más. Pero también hemos visto retoños de resistencia. Tenemos por delante grandes desafíos, y el futuro no está escrito.
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Notas: 

*Martin Niemoller, un pastor alemán, dijo lo siguiente sobre el ascenso de Hitler y la Alemania nazi: "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie a quien decir nada".

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