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Ataques contra aspectos fundamentales de la historia de Estados Unidos

Duodécima parte, Forjar otro camino

Nota de la Redacción: A continuación publicamos pasajes de una versión editada de una charla que dio Bob Avakian a un grupo de simpatizantes en el otoño del año pasado. Esta es la parte 12 de una serie de pasajes que publicaremos. Agregamos los subtítulos y notas de pie de página.

Ataques contra aspectos fundamentales de la historia de Estados Unidos

Conjuntamente con la dimensión internacional de lo que hacen estos imperialistas, encabezados ahora por el gobierno de Bush, se está dando un ataque contra ciertos elementos fundamentales de la historia de Estados Unidos: el estado de derecho y el laicismo del derecho y el gobierno. Es importante reconocer que estos ataques, y el debilitamiento de estos elementos fundamentales, han provocado inquietud y, sí, cierta movilización, pero en sentidos contradictorios. Aquí vemos una vez más la profunda verdad de la siguiente declaración, que es uno de los puntos más importantes de la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar: “Si no nos oponemos y movilizamos para parar esto, nos obligarán a aceptarlo”.

Mao dijo que donde hay opresión hay resistencia, pero eso no se debe interpretar en un sentido lineal. Se puede capitular o se puede aceptar, o verse obligado a aceptar, aquello a lo que no nos oponemos y movilizamos para parar. Y esto ya se ve. Varias personas han dicho cosas así:

“Pensé que las fotos de Abu Ghraib bastarían, que se iba a dar una oleada masiva de indignación. Pensé que cuando se denunció lo que hicieron en Faluya, la destrucción de esa ciudad… que después de Abu Ghraib, cuando empezaron a hablar de nuevo de la tortura y de legitimarla… que cuando empezaron a hablar de prohibir no solo el aborto sino el control de la natalidad también… que se iban a dar protestas masivas”.

Bueno, eso no va a suceder espontáneamente. Habrá protestas espontáneas, pero la resistencia política del nivel y carácter masivo que se necesita —aquí no me refiero a una revolución— no va a suceder espontáneamente. Porque está en juego esa dinámica en la que demasiada gente está aprendiendo a aceptar todo eso. Una dimensión importante de esto —un aspecto importante del problema— es que cuando se trata de un ataque contra elementos fundamentales, socava las posibilidades de resistencia. Esos elementos fundamentales, por ilusorios que sean —a pesar de todos sus elementos ilusorios— son el terreno, o parte importante del terreno, con que mucha gente pensaba que podía contar para responder políticamente al mundo, por decirlo así. Y cuando ese terreno se desliza bajo los pies, es duro si uno no se mueve también —o si no hace algo para contrarrestarlo—; es muy difícil encontrar terreno firme donde pararse. Con lo que se contaba ayer ya no se puede contar mañana.

Come mencioné de pasada hace unos minutos, hay dos aspectos fundamentales de la historia de Estados Unidos y del ejercicio del gobierno burgués aquí, como democracia burguesa, que están cada vez más bajo ataque frontal. Uno es el estado de derecho, lo que se ve muy claramente y de manera concentrada en la ley que permite la tortura, la "Ley de Comisiones Militares", que además de codificar la tortura pisotea el derecho de hábeas corpus y le da nuevos poderes a la rama ejecutiva. Ese es un ataque contra la base histórica de la Constitución burguesa y el estado de derecho de la sociedad estadounidense. En otra ocasión hablamos a fondo sobre esto y es algo que debemos seguir profundizando; aquí solo quiero subrayarlo.1

Esto tiene una "sinergia" muy negativa con el ataque de los fascistas cristianos contra los cimientos laicos de la Constitución y el gobierno.

Alguien dijo, en la película Jesus Camp, creo… yo no la he visto, pero alguien que la vio dijo que un ministro fundamentalista dice: India es el país más religioso del mundo y Suecia es el país más laico, y nosotros somos una nación de indios gobernados por suecos. Ahora bien, India probablemente también tiene la mayor cantidad de maoístas del mundo [risas]. Sin duda hay demasiada religiosidad, pero decir que India es el país más "religioso" del mundo no es una caracterización correcta y completa. Sin embargo, ese comentario sobre India y Suecia indica algo: que los fundamentalistas religiosos derechistas (los fascistas cristianos, como los llamamos correctamente) quieren cambiar la situación para que haya un gobierno religioso: un derecho y un gobierno basados en una lectura textual de la Biblia, interpretada e impuesta por autoridades religiosas.

Con respecto a esto, es importante tener presente que, aunque es cierto que Estados Unidos es un país muy religioso, en el sentido de que una gran cantidad de gente profesa alguna religión, no es cierto que sea un país religioso en el sentido que dicen los fascistas cristianos fundamentalistas. Ellos afirman que además de la población, que en su gran mayoría es religiosa, desde su fundación el gobierno y el derecho se basaban en la religión, y en particular en los principios bíblicos (y, por supuesto, en la interpretación textual de esos principios). Eso no es cierto. Es otra falsificación de la historia. La Constitución y las leyes de este país siempre han sido explícitamente laicas. Al momento de fundar el país, rechazaron expresa y explícitamente la idea de basar la Constitución y el derecho en los preceptos religiosos, y específicamente los preceptos cristianos. Repito, este es un ataque contra otro aspecto fundamental de la sociedad burguesa y el gobierno constitucional burgués de Estados Unidos, realizado abierta y agresivamente por el movimiento de fascistas cristianos fundamentalistas. Es importante tener presente que no son un puñado de fanáticos aislados sino una fuerza poderosa que tiene lazos e influencia en la cúpula del gobierno.

Otro aspecto que hay que considerar es que ese punto de vista y programa fascista cristiano fundamentalista se interconecta con el gran plan imperial del gobierno de Bush, está al servicio de tal plan y le da una justificación adicional. Esto lo abordé en las 7 Charlas, en “Por qué estamos en esta situación… y qué hacer al respecto: Un sistema totalmente podrido y la necesidad de la revolución” y la charla sobre la religión: “El comunismo y la religión: Levantarse y liberarse, hacer la revolución para cambiar el mundo, y no poner las esperanzas en ‘lo oculto’”. No voy a profundizarlo ahora, pero quiero mencionar un par de nuevos libros interesantes sobre este tema. Uno es The Theocons--Secular America Under Siege, de Damon Linker, que trabajó con los fascistas cristianos católicos, a quienes llama “teocons”. El otro, curiosamente, es —y tengo que decir que por fin lo compré— Kingdom Coming: The Rise of Christian Nationalism, de Michelle Goldberg. (Sí, la misma Michelle Goldberg que nos atacó inescrupulosamente por la convocatoria de No en Nuestro Nombre2 y el impulso de un movimiento de oposición al gobierno de Bush tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001. El libro es muy interesante y vale la pena leerlo).

Estos ataques frontales contra elementos fundamentales de la democracia burguesa constitucional en Estados Unidos, ligados a la campaña internacional de la que he hablado, están planteando muchos interrogantes profundos e inquietando de muchas maneras a mucha gente. Pero repito, los efectos son muy contradictorios, sumamente contradictorios. Esto vuelve a recalcar la importancia de romper con el pensamiento lineal, la idea de que cuanto más ataquen las cosas que la gente valora, tanto más opondrá resistencia. No… la situación es mucho más contradictoria. Esa idea tiene un aspecto de verdad, y ese es un aspecto de la situación, pero hay elementos que jalan en la dirección opuesta, a lo que me referí antes al hablar del terreno sobre el que uno está parado y de que se está deslizando. La síntesis que se necesita no va a surgir de la lógica con que ha operado la sociedad, con las creencias y espejismos acerca de esos elementos fundamentales.

Esto se relaciona con algo muy importante del libro Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?, que habla de la contradicción entre lo que los imperialistas profesan sobre la democracia, por un lado, y lo que eso en realidad significa. Ahora bien —y esto es muy, muy importante—, esta es, a la vez, una inagotable fuente de denuncia del sistema y una inagotable fuente de falsas ilusiones sobre la “perfectibilidad” de esta democracia y este sistema que llaman democracia. Así que vamos a tener que aprender a manejar mejor esa contradicción, de tal manera que impulse la situación y a la gente en una dirección positiva: en un sentido fundamental hacia la revolución, pero también, en un sentido más inmediato, hacia la clase de resistencia masiva que se necesita con urgencia, con la participación de cada vez más personas con una diversidad de puntos de vista políticos e ideológicos.

Los ataques contra elementos fundamentales de que hablo no son ataques contra la dictadura del proletariado, por supuesto, ya que, desafortunadamente, esta no existe en ninguna parte del mundo en este momento. No, son ataques contra la forma en que se ha ejercido históricamente la dictadura de la burguesía en Estados Unidos, la forma de la democracia burguesa. Si no entendemos y manejamos correctamente estas contradicciones, no vamos a poder ir adonde tenemos que ir. Requerirá mucho trabajo y mucha lucha, y habrá que bregar tenazmente para que cada vez más gente vaya desechando las falsas ilusiones y, en cualquier momento dado, tendremos que forjar unidad —por necesidad— con muchas personas motivadas, en buena medida, por esas mismas falsas ilusiones. Es sumamente importante manejar bien esta contradicción.

Lo que dijo el portal de El Mundo no Puede Esperar, justo después de las movilizaciones del 5 de octubre de 2006, es correcto y tiene aplicación con respecto a los objetivos de esa organización y en un sentido global: todavía queda tiempo, pero no mucho tiempo. Todavía queda tiempo, pero no mucho tiempo, para llegar con grandes esfuerzos adonde necesitamos estar, antes de que sea sumamente difícil darle marcha atrás a esa dinámica o transformarla en algo más favorable. Hablando en nombre de nuestro partido (y estoy seguro de que, desde su propia perspectiva, esta también es la posición de mucha gente de El Mundo no Puede Esperar), no vamos a parar, nunca nos vamos a darnos por vencidos, mientras podamos hacer algo. Pero el problema de desde dónde vamos a luchar —desde qué posición, con qué fuerzas políticas y sociales, con qué conciencia popular a la iniciativa, etc.-- se plantea muy fuertemente hoy. Tendrá ramificaciones e implicaciones con respecto a todo, hasta los aspectos más fundamentales de la dirección de la sociedad y el mundo; el impacto de lo que está pasando hoy mismo, el resultado de esto, se hará sentir por décadas.

Son muchas las cosas —hasta la posibilidad de una crisis de legitimidad y, sí, la posibilidad de una crisis revolucionaria— que podrían surgir de todo esto, sin especificar un momento ni intentar identificar la dinámica específica que podría conducir a eso. En cierto sentido, se ve que el problema de una crisis de legitimidad podría perfilarse en términos más profundos que si las elecciones fueron fraudulentas o robadas, o cosas por el estilo. ¡Según me han dicho, en los círculos liberales y progresistas hay quienes dicen que tal vez un golpe militar no sería tan malo! Consideran a tipos como Wesley Clark y Colin Powell, a individuos que tienen cierta influencia en la estructura de poder. Eso se debe en parte a que están convencidos —en parte debido al trabajo que nosotros y otros hemos hecho, pero fundamentalmente debido a que la realidad los ha persuadido— de que los demócratas no van a hacer nada, o nada importante, para cambiar el curso en el que estamos encaminados. Pero si siguen atrapados —si la manera de pensar sigue confinada— dentro del marco político dominante establecido, ¿adónde van a ir? ¿A la revolución? No. Por lo menos no inmediatamente. Eso es lo que lleva a unos a pensar: “¿¡Qué tal un golpe militar!?”.

Especialmente las capas intermedias, pero no solo ellas, están buscando alguna resolución de todo esto que restaure sus falsas ilusiones —y que restaure aquello en que se basan esas falsas ilusiones— sin que se desborde todo. Mucha gente de las capas medias —miren, seamos francos y veamos la realidad tal como es— teme al gobierno de Bush, teme los trastornos y teme a las masas básicas. Tenemos que ser científicos, no guiarnos por las emociones ni la venganza. Tenemos que abordar y resolver esas contradicciones.

Esa es la importancia de los emancipadores de la humanidad : de forjar un sector del proletariado, y otros que adopten la posición del proletariado, que no abordan esto desde un punto de vista mezquino. Es cierto, insulta y enfurece lo que sucede todo el tiempo --por ejemplo la concepción del mundo de muchos de las capas intermedias y su actitud hacia las masas básicas—, pero en un sentido fundamental, eso lo produce el sistema. Todo esto se debe al funcionamiento del sistema, y eso es lo que tenemos que ayudarlos a captar. De hecho, todas las cosas que las masas terminan haciendo y el daño mutuo que se hacen, así como la forma de ver eso la gente de las capas intermedias y su actitud hacia las masas básicas, todo eso lo produce el sistema. Tenemos que forjar un sector que busca superar y zafarse completamente de esta etapa de la historia, y lograr el derrocamiento revolucionario del dominio capitalista-imperialista por millones y millones de personas que dirijan a amplios sectores de la población a barrer este sistema y, en un sentido profundo, construir algo mucho mejor.

Pero para avanzar hacia eso y contribuir a eso, tenemos que entender el terreno, el terreno político. Tenemos que entender —y a eso es a lo que Lenin se refiere en ¿Qué hacer?— las características de las diferentes clases y capas, sin verlas de una manera estática, lineal y no dialéctica, sino captar sus respuestas contradictorias a la situación. Sin ser materialistas crasos, deterministas o pragmatistas, y reconociendo que no es un fenómeno uniforme, podemos decir que los proletarios y otras masas básicas responden a los importantes sucesos sociales y mundiales en general de diferente modo que las capas intermedias. Claro, dentro de las capas intermedias, hablando ampliamente, hay diferentes respuestas. Los intelectuales y las capas cultas por lo general tienden a responder de una manera diferente que los tenderos, aunque Marx tenía razón al decir que el intelectual demócrata no va más allá en su pensamiento que el tendero en su vida cotidiana, que los dos se quedan dentro del marco de lo que Marx llamaba “el estrecho horizonte del derecho burgués”.

Tenemos que captar esa complejidad para dirigir todo esto adonde tiene que ir. Y hay mucho “en ciernes”. Cuando se habla, en susurros, de golpes militares, es porque se están “contemplando” crisis de legitimidad. Repito, esto no se va a dar de manera lineal y no debemos abordarlo de manera lineal. Será mucho más complejo y contradictorio, y vamos a tener que trabajar y bregar a nuestra manera ante esto, y abordar todas estas contradicciones y todos los diferentes niveles en que se expresan, y seguir impulsando todo esto hacia donde tiene que ir.

Esta es otra expresión del punto de “ser descuartizado”.3 Si uno piensa que solo es cuestión de alzar una bandera y marchar adelante venciendo un obstáculo tras otro con cada vez más gente, entonces se va a desmoralizar y desorientar, si no ha tropezado ya con esto muchas veces. Así que, para repetir una metáfora que he usado antes, hay que tener una visión elevada y amplia, y brazos grandes para circundar todo eso, y a través de todo el tira y afloje, de los flujos y reflujos, seguir avanzando adonde tenemos que ir y, en última instancia, llegar a una situación revolucionaria cuando sea que se presente. Es posible que ese proceso comprenda situaciones en las que se den crisis de legitimidad que no desembocan en situaciones revolucionarias, sino que se resuelven antes, de una u otra manera, y habrá que luchar por la mejor resolución que concuerde con los objetivos revolucionarios máximos y fundamentales.

Estos son puntos fundamentales de metodología, y son sumamente importantes en todo lo que abordemos y con lo que breguemos.


Footnotes

1. Ver los artículos de Revolución sobre la Ley de Comisiones Militares en revcom.us: "La ley de la tortura: Transigir hasta llegar al fascismo" (#63); "Puntos de la Ley de Comisiones Militares (Ley de tortura)" (#64); "Entrevista a Bill Goodman, del Centro pro Derechos Constitucionales: La nueva Ley de Comisiones Militares: 'Es un momento peligroso para todos'” (#65). [back]

2. La Declaración de conciencia de No en Nuestro Nombre, firmada por mucha gente prominente de una amplia variedad de campos y miles más, salió en un desplegado el 19 de septiembre de 2002 en el New York Times. El portal nion.us tiene esta declaración y la nueva declaración de oposición al programa nacional e internacional del gobierno de Bush. [back]

3. En varias obras, como el libro Observations on Art and Culture, Science and Philosophy (Insight Press, 2005), Bob Avakian habla del concepto de "ser descuartizado", o "ir al borde de ser descuartizado", en el desarrollo y la dirección de un movimiento revolucionario y en la nueva sociedad socialista que se forjará por medio de la revolución. Está vinculado al concepto del "núcleo sólido con mucha elasticidad", que Bob Avakian presenta como principio rector básico de la lucha revolucionaria y la sociedad socialista, y para quienes dirigen este proceso. Además de Observations (en inglés), ver: "Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo" (Obrero Revolucionario #1262, 19 de diciembre, 2004, en revcom.us) y "Embriagado con la verdad" (Revolución #9, 24 de julio de 2005, en revcom.us). [back]