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Más sobre las metas del gobierno de Bush… y las consecuencias
Segunda parte, Forjar otro camino

Nota de la Redacción: A continuación publicamos pasajes de una versión editada de una charla que dio Bob Avakian a un grupo de simpatizantes en el otoño del año pasado. Esta es la segunda de una serie de pasajes que publicaremos. Agregamos los subtítulos y notas de pie de página.

 

Más sobre las metas del gobierno de Bush… y las consecuencias

Volviendo a las metas del gobierno de Bush, y a las acciones que ha iniciado en pos de esas metas (metas, para volver a decirlo, que fundamentalmente comparte la clase dominante en general), el hecho es que las invasiones de Afganistán y de Irak han empeorado el problema que percibían en primer lugar. Pensaban que iban a llegar, triunfar, instalar un gobierno y llamarlo "democracia". Sus planes contemplaban una combinación de elementos formales de democracia burguesa y "mercado libre". De ahí pensaban pasar a otras partes del Medio Oriente y seguir imponiendo ese mismo "modelo" social. Bueno, no resultó así y ahora tienen que lidiar con las ramificaciones e implicaciones de esa realidad.

En el curso de la guerra, y especialmente cuando se "atascaron", se ha mencionado el ejemplo o analogía de la guerra de Vietnam. Hablemos de un aspecto crucial de cómo Estados Unidos se salió de Vietnam. Para decirlo honesta y francamente, en parte fue por medio de acuerdos con China, después de que Nixon empezó a "normalizar las relaciones". Eso le causó problemas a Nixon en la clase dominante, porque muchos elementos no entendían lo que estaba haciendo: forjando relaciones con China diferentes de las que existían antes. No eran diferentes en el sentido fundamental, porque en ese entonces China y Estados Unidos representaban sistemas sociales fundamentalmente diferentes y en última instancia antagónicos, uno socialista y el otro imperialista. Pero cada gobierno, a fin de impulsar los intereses que representaba, aceptó ciertos acuerdos sobre temas de interés mutuo, en particular con respecto a la Unión Soviética, que ya era una potencia capitalista-imperialista (aunque con forma de capitalismo de estado disfrazado de "socialismo") y era el rival imperialista más poderoso de Estados Unidos y, a la vez, el principal peligro para China (amenazaba atacar a China, posiblemente con armas nucleares.

Como parte de los acuerdos con China, Nixon pudo, para decirlo metafóricamente, "contener en parte el derrame de sangre geoestratégico" que experimentaban los imperialistas estadounidenses por tener que admitir una derrota en Vietnam y retirar las tropas. Como he mencionado, por su parte China tenía sus propios objetivos, sobre todo prevenir un ataque soviético, que era un peligro concreto. La Unión Soviética, una superpotencia nuclear, tenía fuerzas militares concentradas a lo largo de la frontera china. Parece que contemplaba en serio atacar, posiblemente con armas nucleares. Desde el punto de vista de nuestro partido, y con nuestra perspectiva y objetivos comunistas, incluso en vista de la muy grande necesidad y amenaza para los comunistas chinos, podemos y debemos criticar su manera de abordar el problema, y en particular su decisión de aliarse con gobiernos instalados y apuntalados por Estados Unidos, y de ocultar su carácter reaccionario y sanguinario. Esos gobiernos eran piezas clave de la alianza imperialista encabezada por Estados Unidos, por ejemplo, tiranos brutales como el sha de Irán y Ferdinand Marcos de Filipinas.

Pero al analizar, y sí criticar, científicamente esas medidas del gobierno de China, no podemos hacer lo que muchas fuerzas tienden a hacer: pasar por alto la necesidad que confrontan distintas fuerzas y asumir que pueden hacer lo que quieran. No lo podemos hacer y debemos luchar con otros para que no lo hagan tampoco. Debemos luchar con otros sobre cómo entender el mundo, pero primero que todo tenemos que entenderlo correctamente nosotros mismos.

El "papel especial" de Israel con relación al imperialismo estadounidense

Me he enterado de que esta declaración mía ha suscitado críticas: “Desde el holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel”. Pero esa declaración capta algo muy importante, y es muy importante entender el "papel especial" de Israel con relación al imperialismo estadounidense en general, y a la estrategia del gobierno de Bush y los neoconservadores.

¿Por qué es el gobierno de Bush el partidario más firme e incondicional de Israel? Ahora bien, mucha gente (incluso gente bien intencionada pero confundida, tanto como otros cuyas intenciones y objetivos no son buenos) dice que el gobierno estadounidense en general y el gobierno de Bush en particular apoyan a Israel sin vacilar debido a la influencia del grupo de presión israelí o del sionismo. Superficialmente, podría parecer que la posición de los neoconservadores confirma esa teoría. Es cierto que hay un grupo de intelectuales judíos que eran liberales durante la guerra fría y ahora son ideólogos derechistas acérrimos. Pero esa no es la esencia del asunto. No sé cómo ven los neoconservadores, como individuos, la relación entre los intereses de Israel y los intereses generales del imperialismo estadounidense. De todos modos, como fenómeno general, los neoconservadores son fervientes partidarios de Israel y de la estrategia de dominación imperial del Medio Oriente (y del mundo) con que se les identifica. Fundamentalmente, su posición de apoyo incondicional a Israel concuerda con la estrategia imperialista de dominación del Medio Oriente y del mundo entero, y está al servicio de tal estrategia; por eso la posición de los neoconservadores tiene tanta influencia. Si no fuera así, si su posición se opusiera a los intereses generales del imperialismo estadounidense, tal como los percibe el núcleo actual de la clase dominante, entonces independientemente de los motivos o inclinaciones de ciertos individuos, no tendrían la influencia que tienen.

En términos básicos, Israel es un estado de colonos impuesto en la región del Medio Oriente que ha causado enorme sufrimiento al pueblo palestino (y a los demás pueblos de la región). Israel no hubiera podido nacer sin el apoyo del imperialismo. Además de actuar en aras de sus propios intereses, también es una plaza fuerte e instrumento del imperialismo estadounidense, el cual le proporciona miles de millones de dólares anuales de ayuda, especialmente ayuda militar. Pero además de la naturaleza y el papel generales de Israel y su relación con el imperialismo estadounidense, si consideramos la orientación estratégica que ha guiado al gobierno de Bush (basada en la evaluación de que el imperialismo estadounidense hoy tiene cierta libertad y una urgente necesidad de reconfigurar los gobiernos y las sociedades en un arco de países centrado en el Medio Oriente), se puede ver lo crucial que es el apoyo incondicional a Israel. No se puede permitir ninguna vacilación y ni siquiera la apariencia de “imparcialidad” en las relaciones con Israel y con los palestinos (y otros de la región). Hay que tener todo en orden. Hay que tener claras prioridades y no vacilar. Hay que tener un gobierno de plena confianza en Israel, en el centro del plan regional.

Si examinamos a los demás gobiernos de la región, están Arabia Saudita y Egipto, que son fuertes aliados de Estados Unidos. Pero en Arabia Saudita y Egipto hay mucha inestabilidad y potencial volatilidad: debajo del trono, por así decirlo, hay muchos temblores y el potencial de "terremotos sociales" que podrían tumbar a esos gobiernos. Eso no sucede en Israel. A medida que la situación se desarrolle, ojalá haya más que un "movimiento leal de oposición y paz" en la población israelí y surja un poderoso movimiento mucho más progresista y mucho más radical. Esto es algo que la gente progresista de Israel, y la gente progresista con vínculos a Israel, debe fomentar. Pero por ahora no existe un movimiento positivo y genuinamente radical de ese tipo en Israel, y la dinámica actual no es que cuanto más el gobierno israelí luche por sus intereses, más entra en conflicto con la población. A corto plazo, la dinámica es lo contrario, desafortunadamente.

La guerra del año pasado en Líbano (y en particular el enorme ataque israelí) es un ejemplo de la dinámica actual: cuanto más grandes y asesinos fueron los ataques israelíes, tanto más apoyaba al gobierno la gran mayoría de la población. En parte eso se debió a los misiles que Hezbolá lanzaba hacia Israel, que causaron muerte y destrucción en partes del país; pero en realidad esos ataques fueron muy pequeños en comparación con la muerte y destrucción que causó Israel a propósito y como política, con su arsenal de poderosas armas de precisión, contra la población civil de Líbano. Israel devastó grandes extensiones del país, mató a muchas veces más civiles en comparación con los que murieron en Israel, y desplazó a gran parte de la población. ¿Se vio una fuerte oposición a esto de la población israelí?

El peligro de una guerra contra Irán

En una escala mayor, como Seymour Hersh ha señalado, para varios personajes poderosos del núcleo de la clase dominante estadounidense (entre ellos Dick Cheney), el ataque israelí contra Líbano fue un ensayo para un ataque contra Irán. No les fue tan bien como les hubiera gustado, pero eso no impedirá que ataquen a Irán; lo que harán es sacar las lecciones y, desde su perspectiva sanguinaria, "mejorar” en el futuro.

Una vez más, en todo esto a los que detentan el poder los motivan no solo la libertad que perciben sino también una necesidad verdadera y percibida. Y como no han logrado sus objetivos, tanto más ha crecido esa necesidad (para ellos y para otros también). Esa necesidad afecta e incide a diferentes sectores sociales por todo el mundo, y ¿para dónde va?

Volviendo a la situación de Irak y sus implicaciones, haga lo que haga Estados Unidos (ya sea, para usar la expresión gastada, "aguanta hasta el final" o busca otra salida de la ocupación y busca cumplir sus objetivos por medios diferentes), no hay una solución fácil para ellos. Lo que han hecho ya ha intensificado las contradicciones por toda la región y más allá. Esto continuará y se seguirán intensificando, aunque no en línea recta, sino por medio de vueltas y revueltas y en oleadas (con puntos altos y bajos).

¿Y cuál ha sido la respuesta de un importante sector de la clase dominante, entre ellos líderes prominentes del Partido Demócrata, así como un grupo de neoconservadores del Partido Republicano? ¿Qué respuesta han dado ellos ante esta situación, ante este verdadero lío que han creado en Irak para ellos mismos y otros? Pues para ellos esto ha confirmado la necesidad de perseverar por ese rumbo, de seguir adelante y en particular de atacar a Irán. Por eso el comentarista derechista Glen Beck y otros de esa calaña dicen que lo que está pasando en el Medio Oriente, inclusive la guerra de Irak, está apuntado a Irán, que no se puede y no se debe evitar una guerra con Irán, y así sucesivamente. Están preparando el terreno para una guerra contra Irán. Están movilizando a la opinión pública. Por eso vemos una reinterpretación de la situación. Ahora dicen que todo el problema es Irán.

Hay un sector de la clase dominante que dice que hay que negociar con Irán. Dice, en esencia, que en cuanto a Irak y el Medio Oriente en general, es necesario hacer con Irán, Siria y otros lo que Nixon hizo con China durante la guerra de Vietnam: buscar una salida de una guerra que se ha vuelto un "atolladero" negociando con otras fuerzas regionales algún acuerdo que no sea una debacle y desastre total, desde el punto de vista de los imperialistas. No lo dice así precisamente, pero eso es lo que en realidad busca una parte de la clase dominante. Pero no será nada fácil, porque hay muchos otros factores imponderables; por ejemplo, hay otras fuerzas fundamentalistas islámicas, fundamentalistas sunitas, etc., que no obedecen a Irán y de hecho tienen contradicciones agudas con lo que Irán representa.

Por otro lado, otros sectores de la clase dominante, y en particular muchos neoconservadores (gente como el comentarista y estratega derechista William Kristol) básicamente están presionando a Bush y tildándolo de “pelele” porque no ataca a Irán ya. ¿Qué está esperando? Además de Kristol, hay otros neoconservadores que dicen: "El problema es que no sabemos manejar la defensiva; lo que dominamos es la ofensiva. Por eso no se debe restringir la guerra del Medio Oriente a Irak, porque ahí estamos a la defensiva. Tenemos que pasar a la ofensiva y extender la batalla a Irán y otros lugares".

Además, hay peces gordos del Partido Demócrata, como Barack Obama, que se han unido al coro de que no se puede permitir que Irán adquiera armas nucleares, y que por problemático que sea atacar a Irán, sería peor dejar que las consiga. Por eso empezamos a llamarlo "Barack Obaminación" o "Barack O-bomba-una-nación". Asimismo, Hillary Clinton dice que "no podemos permitir que Irán tenga armas nucleares". Hace poco la revista dominical del New York Times1 publicó un artículo que supuestamente analiza el punto de vista islámico sobre la violencia. El artículo presenta una larga serie de exposiciones teóricas sobre el tema (disertaciones teológicas sobre el punto de vista islámico sobre la violencia justificada e injustificada) y termina concluyendo (como se veía venir): "nosotros" no podemos permitir que Irán tenga un arma nuclear, hay que impedir eso, por medio de negociaciones si es posible o, si no, de la guerra.

Esto no quiere decir que, en este momento, la guerra contra Irán sea inevitable. Debemos evitar las tendencias a ver la situación en términos simplistas; no debemos repetir las tendencias erróneas que existen desde hace tiempo en el movimiento comunista, inclusive en ocasiones en nuestro partido, al pensamiento mecanicista y determinista, como si el hecho de que haya dinámicas y tendencias orientadas en cierta dirección y hacia ciertos sucesos quiera decir que esos sucesos son inevitables. En el pasado hemos cometido tales errores y es muy importante no repetirlos.2 Hay muchas contradicciones en juego y nada está escrito. Pero hay cierta lógica y cierta dinámica que impulsa la situación en la dirección de extender la guerra y atacar a Irán.

Una vez más, no debemos ver la situación de manera simplista y no debemos simplificarla excesivamente para los demás. Hay una diferencia entre ir a la esencia de la situación y simplificarla exageradamente. A los imperialistas estadounidenses les causará problemas que Irán tenga una o dos armas nucleares. No es que Irán podría bombardear Nueva York, Chicago u otra ciudad. Pero cambiará en cierta medida la ecuación del Medio Oriente, o podría hacerlo, de una manera que no corresponde a los intereses del imperialismo estadounidense. Un aspecto clave de esto es que, aunque Israel tiene centenares de armas nucleares, si Irán logra producir aunque sea un par de armas nucleares, muy por debajo de Israel, de todos modos podría limitar la amenaza de Israel a los demás estados y pueblos de la región, y en sí esto cambiaría la "correlación de fuerzas" regional de una manera inaceptable para Israel y la potencia imperialista que lo apuntala, Estados Unidos. Para repetir, no es que con una o unas pocas armas nucleares Irán represente una amenaza para Israel (o Estados Unidos) que estos no podrían contrarrestar (la correlación de fuerzas y el "equilibrio de la amenaza de aniquilamiento" seguiría favoreciendo a Israel y Estados Unidos), pero le daría a Irán más "palanca" y quizás le permitiría ser una fuerza más poderosa en esa región vital. Eso no es aceptable para Israel y, de ningún modo, para la clase dominante imperialista de Estados Unidos.3

Esta es otra ilustración de que, desde el punto de vista de los imperialistas, opera una necesidad concreta, y no debemos decirles a los demás, ni pensar nosotros mismos, que hay una resolución fácil a esta situación. Repito, debemos aprender de nuestros errores metodológicos previos y no caer en análisis o métodos simplistas o lineales, pero podemos decir que la situación no se va a resolver fácilmente.

Notas

1. "Islam, Terror and the Second Nuclear Age", Noah Feldman, New York Times Magazine, 29 de octubre de 2006. [Regresa]

2. Aquí, junto con el punto metodológico básico (y como ejemplo de esto), Bob Avakian se refiere al análisis del PCR de comienzos de los años 80 de que las crecientes contradicciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética llevarían a la guerra total entre ellos y sus bloques, a menos que la impidieran revoluciones en zonas lo suficientemente grandes y/o estratégicas del mundo. En "Notas sobre economía política", el PCR habla de esto y critica ciertos errores metodológicos (Chicago: RCP Publications, 2000, en la internet en: revcom.us/a/special_postings/poleco_e.htm). [Regresa]

3. Para leer más sobre estos temas (Irán, Israel y Estados Unidos y las armas nucleares) recomendamos los siguientes artículos del periódico Revolución (revcom.us): “Mentiras descaradas y pretextos falsos, Bush amenaza a Irán con guerra” (#79); “Planes ocultos para atacar a Irán: Peligro inminente… y apuestas estratégicas” (#59); "El gobierno de Bush en el Medio Oriente: Ambiciones globales, lógica asesina y el peligro de una guerra regional” (#56). [Regresa]