Revolución #042, 9 de abril de 2006

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Un fresco y potente viento primaveral

La lucha de los inmigrantes: Grandes cambios y grandes lecciones

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

En el libro, ataca declaraciones como la siguiente: “Cuando inició la campaña contra Irak, el gobierno estadounidense afirmó que el gobierno iraquí tenía ‘armas de destrucción masiva’. Pero nunca lo demostró e incluso el presidente Bush, tras la captura de Bagdad, dijo: ‘Es posible que nunca encontremos tales armas’”. (p. 131)

Otra declaración “peligrosa”: “Lo que motivó la invasión de Irak no fue la autodefensa sino sueños de hegemonía: controlar el petróleo, desplegar una fuerza militar permanente que podría eliminar virtualmente toda competencia geopolítica en el Golfo, y cercar e invadir a Irán”. (p. 248-249)

La primera declaración es un hecho prácticamente irrefutable, pero Horowitz dice que su autor rebasó los límites aceptables. Cualquier universidad que prohíba la discusión de los temas de la segunda declaración sería un ambiente sumamente represivo.

¡Un fresco y potente viento primaveral recorre el país! Miles, ¡no, millones!, se han lanzado a la calle para demandar que se trate con justicia a los indocumentados. Hay que apoyar este movimiento y, más aún, hay que impulsarlo. Al acicatear la batalla, tengamos presente las lecciones que podemos sacar hasta ahora:

1) El repunte de lucha de los inmigrantes ha cambiado el terreno político. Ha inspirado a millones y ampliado los horizontes de muchos millones más. Los politiqueros del Congreso quieren redoblar la persecución y explotación de los inmigrantes sin papeles, que podrían ser entre 10 y 20 millones de personas. Pero en vez de encogerse de hombros, estos se han puesto en pie de resistencia, a pesar de enormes riesgos personales. Este heroico espíritu lo capta el artículo sobre los paros estudiantiles es algo que se debe apreciar y multiplicar.

Aquí también hay una lección para los miles y miles por todo el país que están furiosos pero paralizados al ver que el sistema, y concretamente el gobierno de Bush, les quita uno por uno sus derechos. No esperen las elecciones; sálganse de ese cajón YA. ¡De pie a luchar, contra viento y marea!

2) El proyecto de ley que ahora apoyan la mayoría de los demócratas y algunos republicanos, como McCain y Specter, es una trampa. No cumple con las demandas más fundamentales del pueblo. De hecho, pondrá a los trabajadores inmigrantes y a los inmigrantes en general en una situación mucho más precaria. (Ver el artículo sobre los proyectos de ley). Este gran repunte de lucha no se puede dejar llevar a apoyar ese engañoso y destructivo proyecto de ley; tiene que seguir exigiendo plenos derechos para los indocumentados, alto a la militarización de la frontera y alto inmediato a la persecución de los inmigrantes.

3) A los indocumentados los ha arrojado a este país el desalmado engranaje del capitalismo y el imperialismo. Tomemos a México como ejemplo: el capital estadounidense ha transformado la agricultura mexicana; desde que entró en vigencia el TLC/NAFTA en 1994, ha expulsado del campo a millón y medio de agricultores. Lo mismo está sucediendo por todo el mundo: en los países oprimidos más de 200 millones de personas han sido expulsadas del campo y se han visto en la necesidad de ir a buscar trabajo a los países imperialistas, como Estados Unidos, los países europeos o Japón. Cada año, en la frontera sur mueren centenares que tratan de cruzarla espoleados por la miseria en que los ha dejado el imperialismo. El imperialismo los expulsa de sus tierras, los persigue y mata cuando cruzan la frontera, y luego los superexplota y demoniza. ¡Al diablo este sistema!

4) ¡No hay por qué respetar la frontera México/Estados Unidos! Es el producto de una guerra sin provocación contra México en la década de 1840, una guerra cuyo fin era robarse territorio para extender el sistema de esclavitud (prohibido en México) y expandir el capitalismo estadounidense. Aceptar la idea de que "hay que defender la frontera" olvida ese robo y acata las reglas impuestas por el enemigo.

5) Los gobernantes imperialistas están impulsando estas crueles "reformas" por dos razones relacionadas: primero, la competencia mundial con otros imperialistas los lleva a explotar de modo más sistemático y a reprimir con más ferocidad a los millones de trabajadores inmigrantes que están en el país. Segundo, los grandes cambios sociales y económicos que ha experimentado la sociedad los llevan a imponer a martillazos un orden social fascista. Buscan remachar en la cabeza de millones de personas de la clase media y de la clase trabajadora que Estados Unidos tiene que ser un país blanco, cristiano y altamente militarizado, y que eso resolverá la inseguridad, angustia y abatimiento en que viven. En particular, buscan engañar a los negros para que le echen la culpa de su terrible y opresiva existencia a gente con quien comparten el hecho de ser nacionalidades oprimidas y proletarios.

Existen las condiciones para explicarle a millones "la neta", para mostrarles dónde radican sus verdaderos intereses: en la lucha contra el sistema que los oprime sin piedad y que los quiere engañar sobre la razón de su opresión. Al persistir en la acción militante y unida, y al mostrar la verdad de mil y una maneras, será posible cambiar la "polarización" política de modo que favorezca al pueblo.

6) Toda esta situación es producto del capitalismo: la expulsión de millones del campo que tienen que buscar trabajo corriendo el riesgo de morir; la manipulación de los temores de millones de personas que nacieron aquí; las divisiones que fomentan y alientan entre las nacionalidades, especialmente entre las nacionalidades oprimidas. Pero lo más importante es que una revolución socialista puede superar todo eso. Esa revolución tendría que estar bajo la dirección del proletariado, la clase que solo tiene la capacidad de trabajar y no tiene nada que perder más que sus cadenas, y tendría que culminar en la formación de un poder estatal nuevo, que se fundamenta en los logros de las revoluciones proletarias previas y va más allá, a desencadenar una sociedad socialista animada y vibrante. Los indocumentados a quienes la prensa y los politiqueros demonizan son una parte importante de la clase que podría llevar a cabo tal revolución, establecer un nuevo poder estatal y construir un futuro mucho mejor.

Ese poder estatal a su vez tendrá que estar al servicio de nuevas relaciones sociales y económicas para acabar con la explotación y todas las instituciones e ideas que refuerzan la explotación, para llegar en última instancia al comunismo: un mundo sin clases, sin opresión y, claro, sin fronteras. En este país hay un partido y un líder capaces de dirigir dicha revolución: el Partido Comunista Revolucionario y su presidente Bob Avakian. El pasaje del Borrador del Programa del PCR esboza los pasos inmediatos del proletariado al conquistar el poder para cambiar todo esto. Esto puede suceder y hay que luchar por hacerlo realidad; y la lucha de hoy tiene que enrumbarse hacia los preparativos para tal lucha.

En el libro, ataca declaraciones como la siguiente: “Cuando inició la campaña contra Irak, el gobierno estadounidense afirmó que el gobierno iraquí tenía ‘armas de destrucción masiva’. Pero nunca lo demostró e incluso el presidente Bush, tras la captura de Bagdad, dijo: ‘Es posible que nunca encontremos tales armas’”. (p. 131)

Otra declaración “peligrosa”: “Lo que motivó la invasión de Irak no fue la autodefensa sino sueños de hegemonía: controlar el petróleo, desplegar una fuerza militar permanente que podría eliminar virtualmente toda competencia geopolítica en el Golfo, y cercar e invadir a Irán”. (p. 248-249)

La primera declaración es un hecho prácticamente irrefutable, pero Horowitz dice que su autor rebasó los límites aceptables. Cualquier universidad que prohíba la discusión de los temas de la segunda declaración sería un ambiente sumamente represivo.

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Puntos sobre el socialismo y el comunismo Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad

UNA ANÁLISIS DE MATERIALISTA DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON LA BASE ECONÓMICA SUBYACENTE

Bob Avakian, presidente del PCR, EU

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

Nota de la Redacción: A continuación publicamos partes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, a un grupo de militantes y partidarios el año pasado (2005). A esta edición se le agregaron subtítulos y notas al pie de página.

Esta charla saldrá en seis entregas. Hasta la fecha han salido:

1. “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”, en el #37 (5 de marzo de 2006).

2a. “El materialismo vs. el idealismo... la contradicción fundamental del capitalismo y la resolución revolucionaria de esa contradicción, primera parte”, en el #39.

2b. “El materialismo vs. el idealismo... la contradicción fundamental del capitalismo y la resolución revolucionaria de esa contradicción, segunda parte”, en el #40.

3. “La transformación ideológica así como material que se requiere para llegar al comunismo (las “dos rupturas radicales” y las "4 todas"), y su relación con “el núcleo sólido con mucha elasticidad”, en el #41.

Toda la charla – “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”— está en la internet en inglés en revcom.us.


El estado es, en esencia, un instrumento de dominación de clase y de opresión de una clase

Primero que todo, ¿ qué es el estado? En las teorías posmodernistas, que se expresan en ciertas tendencias izquierdistas, se oye decir: “el estado tiene agencia”. Esa es una forma pomposa de decir que el estado no es un instrumento de dominación de clase sino una institución que puede ser influenciada por distintos grupos de la sociedad, dependiendo de cuánta presión ejerzan sobre él. Obviamente eso es un punto de vista reformista, no revolucionario, y lleva a un programa reformista, no revolucionario. Esta noción de que el estado se puede influenciar y llevar a actuar así o asá, de que no es algo inalterable, de que se puede llevar a tener un carácter distinto y a desempeñar un papel distinto, dependiendo de quién tenga más influencia, es la vieja visión revisionista del estado que ahora se expresa en lenguaje “posmodernista”.

Pero para hacer una revolución y transformar la sociedad, para entender cuál es problema y cuál es la solución, es esencial hacer un análisis materialista de la naturaleza y el papel del estado. Así que adentrémonos en esto: ¿qué es el estado, cuál es su carácter esencial y su papel esencial?

Engels, en El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, planteó el resumen muy conciso, con mucho materialismo histórico, de que el estado es un instrumento de dominación de clase, un instrumento de opresión de una clase a las otras clases que domina, y que surge de la división de la sociedad en clases antagónicas, en explotadores y explotados, y es una manifestación de esa división.

Por otra parte, en el libro Democracy: Can’t We Do Better Than That? (Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr), cité la afirmación de Raymond Lotta de que el estado es una manifestación de una determinada división de funciones en la sociedad. Eso le da al estado su carácter particular de clase. Mejor dicho, el estado en general tiene el carácter y el papel de ser un instrumento de opresión de una clase (o un instrumento de dictadura), pero ser una manifestación de una determinada división de funciones en la sociedad manifiesta el carácter particular de un estado dado. En un sentido fundamental y amplio, podemos decir que el estado es una manifestación de las relaciones de producción de la sociedad; las refleja y a su vez las refuerza. Con una excepción: el estado proletario, que fuera de reflejar y reforzar, busca ser un instrumento de mayor transformación de las relaciones de producción y las relaciones sociales de la sociedad. Esa es una de las cosas que da al estado proletario un carácter cualitativamente diferente a todas las formas previas de estado.

La dictadura proletaria se propone la abolición de las clases junto con las otras “4 todas”. Busca acabar (no por exterminio físico, como dice la caricatura usual, sino por la transformación de la sociedad) las clases y su base material: busca acabar la burguesía; busca acabar la pequeña burguesía; y busca acabar el mismo proletariado. Como dije en una conversación con unos camaradas, de esas tres clases a la única que no le importa eso es al proletariado. [risas]Las otras dos clases no quieren desaparecer (eso no quiere decir que la dictadura del proletariado también se ejerce sobre la pequeña burguesía; esa es otra cuestión). Lo que quiere decir es que hay que transformar las circunstancias y las personas para que dejen de existir no solo la burguesía sino también la pequeña burguesía y, es más, el proletariado. Pero el proletariado es el único que quiere hacer eso, en términos sociales amplios.

Si entendemos el papel del estado y recordamos lo que decía de por qué queremos el poder estatal, podemos entender mucho más profundamente la verdad y la realidad de que sin el poder estatal todo es ilusión, hablando de transformar la sociedad de una forma fundamental y cualitativa, hablando de eliminar la opresión y la explotación que agobia a la mayoría de la humanidad, y la pesadilla que es. Hace poco leí unos artículos del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar1, irónicamente fechados el 4 de julio de este año, dos en especial: uno sobre globalización, la reunión de los jefes de estado de los principales países industriales y la demanda de eliminación o reducción de la deuda; y otro sobre África, sobre el Congo. Si alguien no los ha leído, debe leerlos y vale la pena leerlos más de una vez porque retratan con suma claridad las terribles condiciones en que viven las masas bajo la dominación del imperialismo y de los agentes locales del imperialismo en esos países. En el Congo, en la última década, han muerto de 3 a 5 millones de personas en guerras internas en que ningún bando representa nada positivo para la liberación del pueblo. Hay toda clase de fuerzas militares, a veces pandillas organizadas por las corporaciones y consorcios capitalistas para luchar contra sus rivales por el saqueo y robo de los minerales y recursos. Me recuerda la vieja canción de Peter Tosh “Fight Against Apartheid” (Lucha contra el apartheid): “Se roban mis diamantes para financiar sus misiles balísticos”. Eso es lo que ocurre de la forma más horrible. Eso es lo que pasó en Zaire por 40 años, cuando se llamaba Zaire, cuando mataron a Lumumba y estalló una guerra civil, y los imperialistas impusieron a Mobutu. Y es lo que pasa ahora muy agudamente: millones han muerto en esta década en esa parte del mundo, no de hambre, como en Níger y otras partes de África; mueren en guerras intestinas, guerras reaccionarias, organizadas por los imperialistas e inclusive por las compañías y los consorcios que roban el país.

Si uno es marxista y ve eso, dirá: “qué urgente necesidad hay del poder estatal proletario en esos países”. La gente sufre esos horrores porque no ha hecho una revolución y no tiene el poder estatal proletario. Que critiquen el estado como institución todo lo que quieran, pero, carajo, ¡pongamos una dictadura proletaria y que la critiquen después! Como he dicho varias veces, por ejemplo en la entrevista que me hizo Michael Slate2, primordialmente hay que encomiar el estado proletario, aunque le hagamos críticas. Esa es otra unidad de contrarios: defender y encomiar el estado proletario por un lado, y criticar sus deficiencias por el otro. En esas guerras del Congo contraponen a tribu contra tribu, a que se maten. Inclusive lo que sucedió en Ruanda está relacionado con la red de relaciones imperialistas y la batalla entre los rivales imperialistas, por más que estos lloren lágrimas de cocodrilo y lo aprovechen para inclinar la opinión pública mundial a favor de sus intervenciones por todo el mundo. Ahora están haciendo eso con Nepal (a lo que volveré más adelante): “Nepal podría ser otro Ruanda, otro Camboya; la humanidad no lo puede permitir, no puede permitir que esa sociedad caiga en el caos y que se maten unos a otros”. En estos momentos están influenciando la opinión pública en esa dirección ante la perspectiva de que triunfe la revolución maoísta en Nepal. Pero en África el horrendo sufrimiento de la gente es muy vívido y real porque no hay un estado proletario.Bueno, cuando nazca un estado proletario, tiene que vérselas en el terreno militar con los imperialistas y otras fuerzas reaccionarias, pero sin el poder estatal proletario, sin poder reorganizar la sociedad y proporcionarle a ese estado una fundación material, a la vez que se transforma la sociedad y se apoyan luchas revolucionarias en otras partes del mundo, el pueblo no tiene la menor posibilidad.

De nuevo: Sin el poder estatal, todo es ilusión

Viendo esto como comunistas, salta a la vista cuánto sufre el pueblo porque no tiene el poder estatal proletario,porque tiene otras clases de poder estatal reaccionario y porque lo lanzan a matarse entre sí para beneficio de los que detentan otras clases de poder estatal y trabajan al servicio del imperialismo, la opresión y la explotación. Lo mismo sucede en vastas partes del mundo y en el mundo en general; y no se puede hacer nada al respecto sin el poder estatal proletario. Vaya, yo siento un respeto enorme por los que se unen a Médicos sin Fronteras (y hablaré más de esto), pero se queman muchísimo porque los problemas son inmensos y crecen de manera exponencial mientras que tratan de hacer algo…porque los pueblos no se han zafado del sistema imperialista y establecido un poder estatal proletario. Este sufrimiento continuará y empeorará hasta que eso suceda. Cuando uno ve esto y lo entiende, no refractado por un prisma burgués o revisionista, cuando se ve con un análisis comunista, salta a la vista la urgente y apremiante necesidad de la revolución proletaria y el poder estatal proletario. Sí, esta revolución tiene que pasar por distintas fases. Pero en esencia, y a fin de cuentas y fundamentalmente, nuestro objetivo tiene que ser la revolución proletaria y el poder estatal proletario, como primer salto hacia la meta final de un mundo comunista. Hemos tenido todas las otras clases de estado, y los imperialistas han usado la experiencia con todas esas clases de estado para reforzar la idea de que, después todo, su dominación e inclusive su colonialismo directo es la única opción para África y de otras partes del tercer mundo. “Miren lo que han hecho desde que se independizaron”, dicen, negando el hecho real de que esos países nunca han tenido independencia. Mobutu: ¿eso es independencia?

Si quieren entender por qué “sin poder estatal todo es ilusión”, repito: piensen en todas las cosas que detestan, que deben detestar, que los convencieron de ser comunistas porque se dieron cuenta de la enormidad de esto y de que no hay otra forma de lidiar con esto dentro de los confines de este sistema. Todas las infamias que aumentan y aumentan sin que puedan hacer nada, en sentido fundamental, porque no existe el poder estatal proletario, porque la idea de hacer algo al respecto sin el poder estatal es, en realidad, apenas una ilusión.

Después de las elecciones del 2004 y del prominente papel que desempeñaron los fundamentalistas fascistas cristianos en la “reelección” de Bush, el escritor religioso Jim Wallis se puso a decir (y recibió apoyo de sectores de la clase dominante) que la única oposición viable a ese fascismo cristiano es una oposición que tiene mucho en común con él, que tiene muchos de los mismos apuntalamientos religiosos, aunque quiera darle una apariencia un tanto distinta. Como señalé en Predicando desde un púlpito de huesos3 hace años, aunque Wallis reconozca y condene, o por lo menos lamente, el sufrimiento de las masas por todo el mundo, su labor ha sido predicar reconciliación entre opresores y oprimidos, y promover la reforma dentro del sistema y las relaciones de opresión y explotación de Estados Unidos y del mundo. Wallis sostiene que la reforma, no la revolución, es la única forma de gestar un cambio positivo; critica abiertamente el comunismo y acepta y repite las calumnias y distorsiones más crasas de la experiencia histórica de la sociedad socialista y del movimiento comunista. En The Soul of Politics,un libro que escribió la década pasada (ahora tiene otro libro: God’s Politics), da ejemplos para demostrar que la reforma, la reconciliación y el cambio pacífico son la esperanza (la única esperanza, a su parecer) de mejorar el sufrimiento de las masas. Un ejemplo que da es de Brasil; no sé si es cierto o no, pero supongamos que lo es y miremos su contenido: a unos campesinos los estaban expulsando de sus tierras y llamaron a las esposas de los senadores (miren las relaciones sociales) y, en versión moderna de Lysistrata,4 ellas presionaron a sus esposos, los senadores, para que intervinieran y no dejaran echar a esos campesinos. Wallis dice muy entusiasmado que este es un paradigma, un modelo, de cambio. Bueno, yo me puse a investigar (recuerden, hay que trabajar) [risas]lo que pasaba en Brasil en esa época y, durante el lapso de 10 a 15 años del que Wallis habla, expulsaron de sus tierras a 15 millones de campesinos. Si aceptamos que el relato de Wallis es cierto y que a esos campesinos no los expulsaron, miremos el cuadro general. Primero, esos campesinos, la mayoría, seguramente ya no están en sus tierras. Inclusive si permanecieron en ellas como un pequeño foco por un tiempo, en ese mismo período 15 millones de campesinos acabaron en pueblos y favelas. Seguramente muchos de ustedes vieron la película “Ciudad de Dios” y en general saben en qué condiciones viven los campesinos que llegan a la ciudad. Brasil tiene sus relucientes fachadas y enclaves, pero en el campo y en las favelas hay una terrible pobreza y la gente cae en conflictos, arma pandillas y se mata entre sí por un capitalismo extraoficial. Eso es lo que pasa sin un poder estatal proletario. Eso es lo que ha sucedido por décadas porque no ha habido poder estatal proletario.

Lo mismo pasa en Estados Unidos. Miremos lo que ha pasado porque no hemos tenido poder estatal proletario: el crecimiento de horribles problemas económicos y sociales; la difusión del fundamentalismo religioso entre las masas básicas; la asfixia de las masas con opresión e ignorancia deliberadamente inculcada... porque no pudimos hacer la revolución, en especial durante el gran repunte de lucha de los años 60, con su efervescencia y vientos revolucionarios. No responsabilizo principal y esencialmente a los que nos hicimos revolucionarios en esa época, pero el hecho es que debido a que, por una combinación de razones, la revolución no estalló y debido a que no tomamos el poder proletario, miren lo que ha sucedido en el mundo y en Estados Unidos por décadas. Pensar que todo eso se puede cambiar sin el poder estatal proletario y que se puede encontrar otra manera de aliviar el sufrimiento de las masas, y ni hablemos de eliminarlos, es la más absurda y dañina de las ilusiones.

Para lo que sirve la coacción

Hablando del poder estatal y de lo que se puede hacer con él, quiero hablar específicamente del elemento de coacción y de lo que se puede hacer con él. Esto se relaciona con el punto de las “restricciones” que planteó un camarada y que mencioné antes: todas las restricciones no son malas. Veamos. He citado este ejemplo, de otro camarada, sobre la película “Remember the Titans”. No es sobre la dictadura del proletariado, pero es sobre un importante cambio social en el cual el poder estatal impulsó las reformas liberales de la época. Para los que no recuerdan o que no vieron la película, es sobre una ciudad de Virginia a principios de los años 70 donde acaban la segregación de una prepa y del equipo de fútbol, y al entrenador blanco, que había ganado muchos trofeos, lo remplaza un entrenador negro, de una escuela negra. ¿Qué hubiera pasado si se les hubiera dicho a los blancos, a los padres de los estudiantes de esa prepa blanca: “Hagamos una votación democrática? ¿Cuántos quieren eliminar la segregación de la escuela; cuántos quieren que se integre el equipo de fútbol; cuántos quieren un entrenador negro?”. ¿Están locos? [risas] Pero como se planteó una necesidad que confrontar, como se ejerció esa coacción, se creó una fundación diferente para cambiar la mentalidad de esa comunidad; y también, se creó un terreno más favorable para que los elementos avanzados se destacaran, para que no los sofocaran. Los elementos del equipo de fútbol, primero, y después los elementos de la comunidad que estaban a favor pero temían decirlo, o que cambiaron de parecer, pudieron tomar la iniciativa porque ese era el terreno.

Aquí se ve el valor de la coacción. Toda la coacción no es mala. Del mismo modo que nunca habrá una sociedad sin necesidad, tampoco habrá una sociedad sin coacción, inclusive cuando no haya poder estatal ni coacción política, en ese sentido, y una parte de la sociedad no ejerza una dictadura sobre las otras. Pero aun así habrá necesidad y, de modo afín, nunca se eliminará enteramente la coacción. Todos los miembros de la sociedad no harán todo lo que quieran todo el tiempo, ni siquiera en la sociedad comunista. La diferencia es que en la sociedad comunista los individuos se someterán voluntariamente a esa situación por el bien común que entienden conscientemente, porque entienden que “esta vez no haré lo que quiera, pero en el contexto general esto es mucho mejor para todos y, por lo tanto, mucho mejor para mí”.

Veamos otro ejemplo. En estos momentos hay una gran controversia sobre la evolución. La única razón de ser de esa controversia es que un sector de la clase dominante, un sector poderoso, ha decidido que le conviene mellar la aceptación de la población general de la evolución como un hecho científico. Bueno, dejarán que unos científicos hagan su trabajo basado en la evolución. ¿Recuerdan el libro y la película Handmaid’s Tale (El cuento de la criada). La sociedad vivía bajo una moral de hierro, pero los miembros de la élite gobernante tenían clubes con prostitutas y todo lo demás. Es una analogía detestable, pero si logran imponer que en las clases de ciencias se enseñe que la evolución no es un hecho científico, dejarán que los científicos hagan el trabajo que la burguesía considera necesario y ellos se dirán entre sí: “Claro, sabemos que la evolución es verdad; no podríamos hacer nada si no lo fuera”. Pero a la población general quieren diseminarle otra ideología; no es solo replantear la evolución y si es verdad o no, sino replantear la definición de ciencia de modo que tenga elementos teístas y sobrenaturales, lo cual, por definición, acaba la ciencia. [Con una voz satírica:]“Estamos en la superficie de la Tierra por la fuerza de la gravedad o porque dios lo quiere. No sabemos cuál. Hay que enseñar las dos explicaciones en las escuelas. ¿O quieren suprimir las ideas y no dejar que todos tengan la oportunidad de decidir por su cuenta?” [risas]

Hablando con una camarada sobre la evolución, dijo: “Si en este instante me pidieran una prueba del hecho de que la Tierra gira alrededor del Sol, no podría darla. Tendría que ir a estudiar y regresar con la información, pero acepto este hecho porque la comunidad científica ha determinado por siglos que es verdad, se ha comprobado a satisfacción muchas veces y concuerda con lo que sabemos de la realidad. ¿Existe la posibilidad teórica de que se equivoque? Sí, pero no parece ser así”. Los científicos no debaten y, en este momento, la sociedad en general no debate si la Tierra es el centro del universo y si el Sol gira alrededor de ella, o si la Tierra es parte de un sistema solar y gira alrededor del Sol. Pero la camarada agregó: “Sin embargo, si a un sector de la burguesía le conviniera, podría generar ese debate (si la Tierra gira alrededor del Sol) tal como lo están haciendo con la evolución. Los científicos no lo dudarían, pero se podría crear una controversia en la sociedad por motivos políticos si un sector de la clase dominante viera que le conviene”.

Se está dando una lucha política, una lucha de clases fundamentalmente, en el campo de la epistemología; es una lucha política sobre epistemologías opuestas. Es una lucha compleja y no se da en términos de comunismo versus otras ideologías. Es básicamente la ciencia y la Ilustración contra lo que se opone a eso. Es otra de las complejidades con que tenemos que lidiar.

La única razón de que exista una polémica sobre la evolución en Estados Unidos es que un sector de la clase dominante quiere fomentar una epistemología diferente al servicio de un programa político, social y económico que es abiertamente reaccionario. Los científicos no polemizan sobre la evolución: la abrumadora mayoría de los científicos, especialmente del campo de la biología, reconocen que la evolución es una de las verdades más fundamentales de toda la ciencia. Esencialmente, los científicos no han debatido este hecho por más de cien años y la ciencia lo ha verificado. Pero se está fabricando una controversia con fines políticos. Bueno, el poder estatal y la coacción también sirven para esto: el proletariado toma el poder y en las escuelas se enseña evolución. [risas]Punto. [risas]Nada de que “florezcan ideas” sobre si la evolución es verdad o si todos somos el producto de un gran diseñador. Eso está resuelto. Ahí está. Es parte del currículo de la sociedad socialista. La evolución es un hecho que ha establecido la ciencia y se va a enseñar, punto.

Este es un ejemplo de por qué es importante tener el poder estatal y es un ejemplo de un aspecto positivo de la coacción: usar el poder estatal para dar por sentados principios que concuerdan con la realidad y que corresponden a los intereses de las masas populares y en última instancia de la humanidad. Hay que dar por sentadas ciertas cosas o no se podría hacer nada ni avanzar. ¿Quiere decir eso que no queremos que haya cuestionamiento intelectual sobre toda clase de cosas? Por supuesto que no. Y si se presentara una prueba (prueba científica, derivada de la aplicación del método científico) de que la evolución no es un hecho, habría que reconocerla. Pero todo no se puede “debatir” todo el tiempo; no se haría nada y la sociedad no funcionaría. Así será en la sociedad socialista, cuyo principio fundamental es habilitar a las masas a conocer y cambiar el mundo cada vez más conscientemente y de acuerdo a sus intereses, y avanzar al punto en que las divisiones de clases y los instrumentos de opresión de clase no obstruyan y distorsionen el proceso de que la humanidad conozca y cambie el mundo para beneficio de todos. Tiene que haber un núcleo sólido, así como mucha elasticidad, pero si se echa todo al aire en la sociedad socialista, la burguesía recuperará el poder muy rápidamente.

¿Por qué no se enseñan “dos teorías alternativas” de epilepsia en las escuelas: la que la ciencia médica ha descubierto sobre las causas materiales de la epilepsia y la que dice que la epilepsia es posesión de demonios? [risas]Vaya, hay que tener en cuenta que la sátira de hoy es la horrible realidad de mañana. En las charlas sobre religión he dado el ejemplo de la epilepsia, de que Jesús se equivocó con la epilepsia: la Biblia dice que Jesús curó la epilepsia expulsando un demonio. Bueno, si es conveniente en lo político para un sector poderoso de la clase dominante, es posible que se abra un debate [con voz sarcástica]: “Bueno, hay explicaciones alternativas de la epilepsia. Unos creen que se debe a los mecanismos eléctricos y químicos del cerebro, pero esa teoría tiene muchos puntos débiles. [risas]Otros se están dando cuenta de que quizá, después de todo, se debe a posesión demoníaca”. [risas]¿Por qué no enseñamos eso en las escuelas? No, no debemos hacerlo porque no es verdad; se ha demostrado científicamente que no es verdad. Del mismo modo, se ha demostrado científicamente que la evolución es verdad y que el diseño inteligente no es una explicación verídica del surgimiento y desarrollo de la vida (y la vida humana).

Así que la coacción tiene cierto valor; debemos entender el valor y el papel de la coacción, pero en relación dialéctica con la realidad fundamental y la orientación fundamental de que la revolución y el avance al comunismo, ahora y tanto más en la sociedad socialista, debe ser el acto liberador consciente de las mismas masas. Entender esa contradicción correctamente requiere materialismo y dialéctica (en contraposición al idealismo y la metafísica) con respecto al comunismo y a cómo llegar a él.

A partir de todo esto, debe quedar claro que el proletariado (expresado de una forma concentrada en el papel de su partido de vanguardia) debe tomar el poder y debe ser el elemento decisivo y determinante del estado, y que no comparte el poder estatal con ninguna otra clase (no puede hacerlo de modo esencial), aunque aplica la orientación estratégica de forjar el más amplio frente único, bajo su dirección, durante el avance hacia el comunismo. Más adelante voy a hablar más a fondo de la aplicación del frente único bajo dirección proletaria durante toda la etapa de transición al comunismo porque es otra contradicción muy importante. Pero aquí quiero hacer hincapié en que el proletariado (expresado de una forma concentrada en el papel de su partido de vanguardia) debe dirigir el estado y el ejercicio del poder estatal. Eso es algo en movimiento, es algo que cambia, porque a medida que se avanza hacia el comunismo como parte de la revolución mundial, el papel del partido debe ser remplazado más y más por otros medios del ejercicio del poder de las masas. Pero el papel del partido, y su necesidad, no se eliminará completamente hasta que lleguemos al comunismo y tampoco haya necesidad de estado. Esa es otra contradicción que vamos a tener que manejar correctamente y, sí, mejor que antes, inclusive con todos los grandes logros, especialmente por medio de la Gran Revolución Cultural Proletaria bajo la dirección de Mao.

La lucha implacable contra la espontaneidad

Otra cosa que tenemos que tener claro es que existe la necesidad de una lucha resuelta y continua en contra de la influencia de la espontaneidad. Una de las cosas que continúo comprendiendo más profundamente es lo que dice Lenin cuando habla sobre las luchas de las masas y se refiere a su “tendencia espontánea a cobijarse bajo el ala de la burguesía”. Esta es una formulación muy importante porque no dice: “Bueno, estas luchas tienden a irse naturalmente hacia una dirección donde la burguesía puede dominarlas”. Más bien dice: Hay una “tendencia espontánea a cobijarse bajo el ala de la burguesía”. De hecho, esto es lo que repetidamente se ve en la lucha para sacar a las masas de los confines mortales del marco político dominante en Estados Unidos, en relación con El Mundo No Puede Esperar. Vemos esa tendencia repetida y continuamente a cobijarse bajo el ala de la burguesía o de un sector de ella (representado generalmente por los dirigentes del Partido Demócrata). Y esa espontaneidad, incluso esa tendencia natural a regresar bajo el ala de la burguesía (si no directa y organizativamente, sí políticamente) también existirá en el socialismo. Esa tendencia a mantener las cosas dentro de (o a regresarlas a) los confines de las relaciones burguesas y su reflejo en la superestructura (los confines del derecho burgués, para abreviar), persistirá incluso en una sociedad socialista debido a razones ideológicas y materiales y a la constante interpretación entre factores materiales e ideológicos. Esto tiene que ver con el hecho de que las clases y las disparidades sociales continúan en la sociedad socialista; tiene que ver con condiciones y presiones materiales, así como con el hecho de que los estados socialistas seguramente existirán, por un largo período de tiempo, rodeados por estados imperialistas y reaccionarios.

Por eso existe la necesidad de una lucha constante e implacable, en un sentido real, en contra de la espontaneidad y de desviarla hacia un camino revolucionario. Esto se aplica tanto a la sociedad capitalista y al movimiento para tomar el poder y establecer un estado socialista nuevo, como a una sociedad socialista para seguir avanzando hacia el comunismo.

Más reflexiones sobre el estado socialista como una nueva clase de estado

Quiero hablar más sobre el tema de la democracia y la dictadura en una sociedad socialista, y sobre el estado socialista, la dictadura del proletariado, como una clase de estado radicalmente distinta. La democracia proletaria (democracia para las masas en una sociedad socialista) debe contener algunas características secundarias y “externas”, si así se quiere, en común con la democracia burguesa, como estipulaciones constitucionales para proteger los derechos de las masas y de los individuos. Pero es una clase de democracia radicalmente distinta en esencia, fundamentalmente porque es una manifestación de un tipo de dominación de clase radicalmente distinto,regido por el proletariado, guiado por su vanguardia, que ejerce abiertamente una dictadura sobre la burguesía derrotada y otros elementos contrarrevolucionarios comprobados, y tiene objetivos radicalmente distintos, sobre todo el avance al comunismo y la “extinción” del estado y de la democracia.

A continuación un pasaje muy importante de Engels, de El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, que dice: [En la sociedad comunal primitiva] “no existe aún ‘derecho’ en el sentido jurídico de la palabra… [en la tribu] no existe aún diferencia entre derechos y deberes”.

“No hay diferencia entre derechos y deberes”: vale la pena reflexionarlo y discutirlo profundamente. Podemos continuar y decir, en un sentido fundamental, que lo que era cierto en una sociedad comunal primitiva será cierto de nuevo, pero de una forma distinta (con una base material e ideológica distinta y en un contexto mundial distinto) en una sociedad comunista: donde no existen antagonismos de clases, no hay separación, fundamentalmente, entre derechos y deberes. Otra forma de decirlo es que no existe la separación entre derechos y deberes característica de la sociedad de clases. Todos los derechos y deberes serán ofrecidos y asumidos de una forma consciente y voluntaria, y no habrá necesidad de instituciones que hagan cumplir los deberes y protejan los derechos. No habrá necesidad de un estado ni de las estructuras formales de la democracia. Por supuesto esto no significa que en una sociedad comunista no existirá la necesidad de un gobierno para la administración y la toma de decisiones. Esa necesidad persistirá, y entenderlo es una parte crucial de entender la diferencia entre una visión científica y una visión utópica del comunismo, así como de la lucha para llegar al comunismo (hablaré más sobre esto, conforme avancemos). Pero el estado no es la misma cosa, no es idéntico al gobierno; el estado, insisto, es un órgano, un instrumento de opresión de una clase por otra y de dictadura, y su existencia es siempre una manifestación de la existencia de antagonismos de clase.Ahora, por otra parte, el carácter del estado proletario y la manera en que el poder se ejerce bajo la dictadura del proletariado también debe ser radicalmente distinta de cualquier clase de estado anterior (de acuerdo a los objetivos de la revolución comunista y para avanzar hacia ella).

Para adentrarnos en esto, y como base, quiero parafrasear y repasar tres oraciones sobre la democracia que he formulado para condensar algunos puntos fundamentales. Primero: en un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, no tiene caso hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia. Segundo: en tal situación, no puede haber democracia para todos o “democracia pura”: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna impondrá las formas de gobierno y de democracia que concuerden con sus intereses y metas. Por eso, la conclusión de esto es la tercera oración: debemos preguntar si la dominación de esa clase y sus correspondientes formas de democracia sirven para reforzar las divisiones y desigualdades de clase, las relaciones fundamentales de explotación y opresión, o si llevan a extirparlas y en última instancia a abolirlas.

Como dije en otro contexto, podría enseñar todo un curso universitario sobre esto, mencionando los tres puntos y diciendo el resto del semestre: “discutan”. Y no bromeaba. Bueno, tomemos esto como punto de partida para discutir algunos temas relacionados.

Quiero hablar del estado (las fuerzas armadas y los otros órganos de la dictadura) en relación a las instituciones y a las funciones del gobierno en una sociedad socialista, como los organismos de toma de decisiones, asambleas legislativas de algún tipo e instituciones centralizadas que pueden poner en práctica las decisiones, o un poder ejecutivo de algún tipo. También hablaré de una Constitución, del “estado de derecho” y de los tribunales.

Hace poco comenté que una de las cosas clave que he estado sopesando es cómo sintetizar lo que dice la polémica en contra de K. Venu5 con un principio que recalca John Stuart Mill. Un punto central y esencial de la polémica en contra de K. Venu es que, una vez derrotado el capitalismo y abolida la dictadura de la burguesía, el proletariado debe establecer y mantener su dominio político de la sociedad (la dictadura del proletariado), y seguir la revolución para transformar la sociedad hacia la meta del comunismo y la abolición de las diferencias de clase y de todas las relaciones sociales opresivas, y con eso, la abolición del estado, de cualquier tipo de dictadura; y que para hacer eso el proletariado debe tener la dirección de su partido comunista de vanguardia durante la transición al comunismo. Bregando con estas preguntas fundamentales, me he convencido de que el principio que propone Mill (que es necesario escuchar argumentos presentados no solo por la oposición, sino presentados por fervientes partidarios de esas posiciones) es algo que tiene que incorporarse y manifestarse en el ejercicio de la dictadura del proletariado. Este es un elemento, no todo, pero sí un elemento, de lo que he estado formulando y sopesando con respecto a una nueva síntesis. Y de acuerdo a eso, aunque el proletariado debe mantener control firme sobre el estado (especialmente en las primeras etapas del socialismo y por un tiempo, lo cual se concreta con la dirección del partido de vanguardia del proletariado); aunque los órganos e instrumentos clave del estado tienen que ser responsables ante el partido (hablaré de esto y otros aspectos en breve); también hay que ver cómo las masas pueden participar cada vez más no solo en el ejercicio del poder del estado, sino además en otras formas, otros aspectos de la administración y el gobierno de la sociedad, y la creación de leyes; y cómo el proceso político de una sociedad socialista (con el control firme del proletariado sobre el estado concentrado por medio de la dirección de su partido) puede llevar o contribuir a la clase de efervescencia de que he estado hablando como un elemento esencial de lo que tiene que existir en una sociedad socialista, incluido el énfasis en la importancia de la disidencia.

Aquí es donde “el principio de John Stuart Mill” viene al caso, dentro del marco del gobierno del proletariado y sin elevarlo a una categoría absoluta y por encima de la relación de clases y el carácter de clase del estado. No tengo tiempo de entrar en una discusión profunda sobre Mill pero en el libro Democracy: Can’t We Do Better Than That? (Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?), explico que Mill no insistió en aplicar la tesis de libertad sin restricción en un sentido universal y absoluto. Mill no pensó que se aplicaba a los trabajadores en huelga, no pensó que se aplicaba a las personas de los “países atrasados”, quienes, a su modo de ver, no estaban listas para gobernarse a sí mismas, lo cual demostró al ser un funcionario de la Compañía de Indias, un instrumento importante del robo y destrucción colonial en Asia y otros lugares. No obstante, dejando todas estas contradicciones al lado, Mill dice que es importante oír los argumentos de boca de sus fervientes partidarios. Una forma de que se manifieste esto en el gobierno de una sociedad socialista (en el contexto de que el estado está controlado firmemente por el proletariado y que haya consultas entre el partido y las masas y se implementen mecanismos tales como los que se crearon a lo largo de la Revolución Cultural de China, que combinan a la gente común del pueblo con personas de puestos técnicos o administrativos, profesionales de educación o artistas o profesionales, etc., en el proceso de la toma de decisiones y deberes administrativos en todas las esferas de la sociedad), con esa fundación, es que haya elecciones dentro del marco de la Constitución que tuviera la sociedad socialista en ese momento. Y una de las razones por las cuales debe de ser así es que ayudaría a implementar lo positivo del principio de John Stuart Mill: escuchar las posiciones no solo de boca de la oposición sino de boca de los fervientes partidarios de esas posiciones. Lo positivo de esto en relación con nuestros objetivos estratégicos (la continuación de la revolución socialista rumbo al comunismo como meta) es que la implementación de este principio contribuirá a la efervescencia política e intelectual en la sociedad socialista, así como al brote de pensamiento crítico y creativo, y sí, de la disidencia. Eso hará de ella una sociedad más vibrante en la que se fortalecerán la voluntad y la determinación consciente de las masas, incluidos los intelectuales, de mantener y defender su sociedad y, es más, de continuar revolucionando la sociedad hacia la meta del comunismo, junto con la lucha revolucionaria del mundo.

Una de las cosas que se debe entender acerca de lo que hemos llamado la nueva síntesis es que supone una sociedad mucho más alborotada, en el sentido político, de lo que ha existido hasta la fecha. Bueno, durante la Revolución Cultural de China hubo gran alboroto. Pero yo lo visualizo en un sentido diferente, como algo más constante: donde hay un núcleo sólido, y la elasticidad da pie a toda clase de discusiones partiendo del núcleo sólido y dentro del marco en que el proletariado a) tiene firme control del estado y b) dirige y, en ese sentido, está en control del aparato político general, incluso las partes que en rigor no son el estado, que no son órganos de dictadura política y opresión, como las fuerzas armadas, donde la dirección del partido, y con ella la dominación del proletariado, tiene que ser muy clara y firme.

El principio de Mill es la razón por la cual estoy bregando con la idea de que haya elecciones para, en parte, seleccionar individuos a las asambleas legislativas (mejor dicho, que la selección de parte de las personas, no todas, de las asambleas legislativas a nivel local e incluso a nivel nacional esté abierta a contienda). Tiene que ver con el principio (que he explicado en otras ocasiones) de que inclusive los reaccionarios deben poder publicar algunos libros en la sociedad socialista. Todo esto es poco ortodoxo [risas] y, por decirlo suavemente, polémico, especialmente en el movimiento comunista internacional. Pero creo que para las masas gobiernen y transformen la sociedad, y para que entiendan cada vez con mayor profundidad lo que implica transformar el mundo, necesitan esa clase de discusión, y que esto tiene que ir más allá de garantizar los derechos de libertad de expresión, de reunión, de disentir, de protestar y demás, que deben tener, dentro del marco de la dictadura del proletariado. Ese es un elemento que estoy sopesando.

Junto con eso, como en las sociedades socialistas previas, tiene que haber una Constitución. Sin embargo, hay que entender que la Constitución, al igual que el derecho, es algo dinámico y en movimiento.En cualquier momento dado tiene identidad relativa. No se puede decir que es completamente relativa o que es esencialmente relativa en cualquier momento dado, o no tendría ningún significado; sería lo que cada quien quisiera que fuera, y eso no es una Constitución. Una Constitución define las reglas del juego para que todos puedan, por un lado, un lado importante, sentirse tranquilos y, por el otro lado, para que puedan contribuir de lleno a la lucha para transformar la sociedad sabiendo cuáles son las reglas. Pero es algo en movimiento en el sentido de que cambia a medida que se avance hacia el socialismo. Una Constitución es un reflejo en la superestructura de dónde se está en la transformación general de la sociedad, incluida la base económica, al igual que el derecho (como dijo Marx) es esencialmente un reflejo de las relaciones de propiedad de la sociedad (y de las relaciones de producción que son la base de esas relaciones de propiedad) en un momento dado. Será necesario, como en China, que la Constitución cambie en las distintas etapas de este proceso. Será necesario romper la vieja Constitución y escribirla de nuevo cuando se avanza, especialmente a saltos, de una etapa a otra. Pero en un momento dado, la Constitución desempeña un papel importante, creo (o debe desempeñarlo) en la sociedad socialista. Por ejemplo, creo firmemente que el ejército, y también en un sentido fundamental los tribunales, especialmente los que tienen impacto en la sociedad, y los organismos administrativos esenciales, deben ser especialmente responsables ante el partido de vanguardia en la sociedad socialista. Pero aquí viene una contradicción: también creo que deben ser responsables ante la Constitución.Mejor dicho, para decirlo directo, no se debe movilizar al ejército contra la Constitución, aunque lo dirija el partido. Ahí se ve el potencial de una gran tensión. Pero si el partido puede dirigir al ejército a saltar por encima de la Constitución, entonces la Constitución carece de sentido. Y entonces hay un gobierno arbitrario en que solo el partido y lo que el partido decida en un momento dado son las reglas, y eso es lo que se impone.

Ahora, esto es muy difícil si pensamos en las revoluciones culturales en la sociedad socialista. ¿Qué pasa ahí? Bueno[risas], las revoluciones son revoluciones; se suspenden muchas cosas, pero hay que reconstituirlas. E inclusive en eso tiene que haber un núcleo dirigente y reglas. Para eso eran las Circulares que sacó la dirección del partido en la Gran Revolución Cultural Proletaria, por ejemplo. Pero día a día, no se puede manejar la sociedad de tal forma que quien tenga el control del partido en un momento defina e imponga las reglas conforme a sus propias ideas. Si eso sucede, las masas no se sentirán tranquilas y, de hecho, es abrir las puertas mucho más a la restauración del capitalismo y a una dictadura burguesa, una dictadura de explotadores y opresores de las masas. Así que existe una tensión y se puede concentrar en esa formulación: que el ejército debe ser responsable ante el partido y ser dirigido por el partido, pero que también debe ser responsable ante la Constitución; y si las masas se unen contra el partido, por ejemplo, en disentimiento masivo, el partido no debe poder movilizar al ejército a reprimir a las masas o a reprimir su derecho de disentir contra el partido. Esto, repito, encierra una aguda tensión, o el potencial de una aguda tensión. Pero estoy convencido de que esos principios, y la institucionalización de esos principios, son necesarios en la sociedad socialista para que las masas realmente lleguen a ser los amos de la sociedad.

Esto plantea lo que llamo “la cuestión de la República Islámica de Irán”. Alguien dirá: “Bueno, eso suena bien; derechos constitucionales, el ejército no puede violar la Constitución; elecciones; ¿Pero va a ser diferente de Irán, donde el Consejo Supremo Islámico tiene el derecho de veto y poder final? ¿En realidad no van a ser diferente de eso, verdad?”. Bueno, y no. No vamos a ser diferentes en el sentido de que no vamos a poner el poder estatal en bandeja para que se lo lleve quienquiera. De hecho, una Constitución tiene que encarnar el carácter del poder estatal: no solo por ejemplo cuál es el papel del ejército con relación al partido, sino cuál es el carácter de las relaciones de producción, además de tener la dimensión de los derechos del pueblo y, sí, de los individuos.

¿Por qué se necesita una Constitución? Porque como Mao señaló (esto es algo importante de Mao), en la sociedad socialista persiste una contradicción entre el pueblo y el gobierno o el pueblo y el estado. Esto no se entendía bien antes de Mao; él lo explicó, si mal no recuerdo, en “El tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo”. La Constitución, las estipulaciones, las protecciones y los derechos constitucionales se necesitan como reconocimiento de esa realidad: que inclusive cuando el estado está en manos del proletariado y es un estado positivo, es un buen estado, es un estado que mantiene la dominación del proletariado y respalda la revolucionarización de la sociedad y apoya la revolución mundial, inclusive en ese caso, tiene que haber protección para que no se pisotee a los individuos o a sectores de la sociedad con el pretexto del bien social y mundial, y ni siquiera en la legítima búsqueda de esos objetivos.

De modo que esta es una contradicción importante y por eso es que se necesita una Constitución.

Y en mi opinión por eso también es que se necesita “el estado de derecho”. Esto se relaciona con la critica que planteé en las “Dos grandes cuestas”6 (una charla que di en 1997) sobre la formulación de Lenin de que la dictadura es un poder ilimitado, al margen de toda ley. Bueno, para ser justos con Lenin, lo dijo en las primeras etapas de la República Soviética, cuando no se había acumulado mucha experiencia sobre la naturaleza de la dictadura del proletariado y estaban en circunstancias sumamente apremiantes. Y Lenin no lo dijo como conclusión general del carácter del gobierno a lo largo de toda la transición al comunismo. Ni siquiera entendía del todo cómo sería esa transición. Pero reflexionándolo con perspectiva histórica, esa no es una declaración correcta de lo que es o debe ser una dictadura. Es necesario que haya leyes y es necesario que opere “el estado de derecho”, o si no, no habrá leyes. Quiero decir que la ley se tiene que aplicar conforme al carácter de la sociedad y de lo que estipulan la Constitución y las mismas leyes; se tiene que aplicar del mismo modo a todos y a todo. Bueno, parte del derecho, una parte esencial del derecho, tiene que ser una manifestación de la dictadura sobre la burguesía y la represión de contrarrevolucionarios. Pero no declarar sencillamente a una persona contrarrevolucionaria y quitarle sus derechos sin el proceso judicial, pues en ese caso se abren las compuertas a un gobierno arbitrario y a la restauración de la dictadura burguesa. Esa es otra contradicción intensa.

¿Y un sistema judicial independiente? En mi opinión, el sistema judicial debe y no debe ser independiente. En un sentido concreto debe ser independiente: en el sentido en que no debe simplemente seguir de modo directo, inmediato, los dictados del partido. Debe haber leyes y debe actuar conforme a las leyes. Por otra parte, y en un sentido general, y especialmente si hablamos de un tribunal cuyas decisiones tienen una influencia a gran escala, y especialmente si afectan a toda la sociedad, esto también tiene que estar bajo la dirección del partido y someterse al partido y también a la Constitución. Nuevamente, una contradicción intensa.

Estas son algunas cosas con las que estoy bregando y aquí vuelve a surgir la “cuestión de la República Islámica de Irán”. Hay diferencias fundamentales entre nosotros y la República Islámica de Irán (como encarnación de una cierta clase de gobierno). Primero que todo, ¡nosotros no somos fundamentalistas teócratas! Esa no es una declaración vacía; hay una profunda diferencia: nuestra concepción del mundo, nuestros objetivos políticos, son profundamente diferentes. Pero por verdadero e importante que eso sea, no es suficiente; hay más que considerar en el sentido de que el partido no puede simple y arbitrariamente “saltarse las reglas” para anular lo que pase en la sociedad, según las “reglas” de la sociedad en determinado momento; no puede movilizar el ejército u otros órganos del estado para hacer eso. Si los revolucionarios del partido o el partido colectivamente piensan que la sociedad va camino al capitalismo, y no hay más forma de prevenirlo que por medio de un levantamiento como el que Mao desató con la Revolución Cultural, pues eso es lo que el partido tendrá que desatar; en ese caso, cambia todo, todo se lanza al aire. Pero en mi opinión, si se permite que el partido decida arbitrariamente cuáles son las reglas, qué es el derecho, cómo debe operar el sistema judicial, si se deben aplicar estipulaciones constitucionales o eliminar derechos sin el proceso legal establecido; si se permite todo eso, se aumenta el potencial y se fortalece la base para que suba al poder una camarilla burguesa y para la restauración del capitalismo.

Así que todos estos son temas que tenemos que examinar más a fondo. Pero las contradicciones que hemos explorado aquí tienen que ver con el carácter del socialismo como período de transición al comunismo, y no la sociedad comunista en sí, y con la necesidad de atraer a las masas más de lleno a la dirección y al proceso de transformar la sociedad; y segundo, tienen que ver con toda la nueva síntesis y, en particular, la dimensión epistemológica de esto y cómo se relaciona con la dimensión política. Es decir, para expresarlo de manera concentrada, cómo las masas van a conocer al mundo tan cabalmente como sea posible a fin de transformarlo; cómo van a entender más cabalmente la complejidad de la situación, lo que es correcto y lo que es incorrecto, lo que es verdad y lo que es falso, a fin de ser más plenamente amos de la sociedad y transformarla hacia la meta del comunismo. Los temas que estoy explorando y examinando parten de ese marco. Pero es un hecho insoslayable que hay una cosa que NO PODEMOS hacer:el proletariado no puede, en un sentido fundamental, compartir el poder con otras clases —es decir, en la sociedad socialista el estado no puede estar al servicio de diferentes clases—, porque aunque el proletariado tiene que aplicar la orientación estratégica de construir un frente único bajo su dirección hasta llegar al comunismo, solo el proletariado, como clase, tiene un interés fundamental en abolir todas las diferencias de clase y todo lo relacionado con las divisiones de clase, tanto en la base económica como en la superestructura política e ideológica de la sociedad. Lo que existe y se concreta en el derecho, en una Constitución y en la naturaleza del estado, tiene que reflejar la dominación del proletariado y, además, los objetivos del proletariado: abolir todas las diferencias de clase y las “4 todas”7 y por lo tanto la necesidad del estado. Esto tiene que manifestarse de formas concretas, que se plasman en una serie de Constituciones. Pero esto, a pesar de lo importante que es, en otro nivel no es más que la expresión externa en la superestructura de las transformaciones necesarias de las “4 todas”: seguir transformando la base económica, revolucionando la cosmovisión del pueblo, dentro del partido y en la sociedad en general, y transformando las instituciones políticas para incorporar a más masas y para restringir y, a fin de cuentas, eliminar la diferencia entre el partido y las masas en la dirección del estado y la determinación del rumbo de la sociedad.

De modo que el estado proletario tiene que estar firmemente en manos del proletariado; pero de conformidad con los intereses del proletariado, tiene que ser diferente de todo estado previo: además de reforzar la base económica y la superestructura existentes, tiene que transformarlas, al compás del avance de la revolución mundial hacia la meta del comunismo. Esto tiene que reflejarse en todas las instituciones que he mencionado: el estado y el gobierno, el derecho y la Constitución. Y eso entraña contradicciones muy agudas. Como he señalado muchas veces, es muy fácil promulgar, concebir teóricamente y popularizar la idea de dar rienda suelta a la elasticidad, que es otra manera de decir a la democracia burguesa, porque eso es lo que surgirá y en lo que se transformará. Otra lección de la historia es que es fácil concentrarlo todo en el núcleo sólido y en una concepción lineal de cómo avanzar hacia el comunismo, cómo llevar a cabo la transición socialista (lineal en el sentido de que todo se desenvuelve como extensión del partido, o sea, el partido dirige a las masas a hacer esto o aquello). Sí, en un sentido general, el partido tiene que dirigir a las masas, hasta que deje de ser necesario tener un partido de vanguardia. Pero creo que tenemos que concebir, y la nueva síntesis concibe, un proceso muy complejo y contradictorio, de desencadenar mucho tumulto, agitación, debate y disentimiento entre las masas y junto con las masas, para que a partir de todo eso las masas sinteticen cada vez más lo que es cierto y lo que es revolucionario. Y a partir de eso, habrá que suprimir lo que haya que suprimir e impulsar lo que haya que impulsar, y manejar de manera correcta en cualquier momento dado los dos tipos de contradicciones sociales (contradicciones entre nosotros y el enemigo, y contradicciones en el seno del pueblo). Esta es una manera diferente y no tan lineal de tratar el problema. No es como pescar y tirar el sedal [risas]. Mejor dicho es como “tirar” un proceso con muchos lados y trabajar con las masas para sintetizarlo, sin abandonar el núcleo de todo. Y esto es lo más difícil: hacerlo sin abandonar el núcleo de todo.

El reto es continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado,levantar el suelo (material e ideológicamente, en la base económica y en la superestructura) que hay que sacar y abolir para avanzar al comunismo y realizar las “4 todas”, en relación (y esto sin duda alguna tiene contradicciones) con dar plena expresión continuamente a los aspectos del estado socialista que son radicalmente distintos de todos los estados anteriores para avanzar hacia la meta final de la abolición de sí mismo. Y aquí está otra contradicción: esa abolición requerirá todo un proceso, toda una época histórico-mundial, en que se crearán las condiciones materiales e ideológicas necesarias para el comunismo, no en un país sino en todo el mundo.

Creo que a partir de la experiencia de la dictadura del proletariado hasta la fecha —al pasar por el tamiz y hacer un balance de la primera etapa de la revolución proletaria y la sociedad socialista y al proyectarlo hacia el futuro—, hemos aprendido más a fondo la complejidad de ese proceso; que es un proceso prolongado que requiere toda una época histórica, a diferencia incluso de lo que pensaba Lenin cuando murió en 1924 y por supuesto a diferencia del punto de visto algo ingenuo, como diríamos con la perspectiva histórica de hoy, de Marx y Engels en cuanto a la “extinción” del estado. Marx y Engels pensaban que una vez que el proletariado socializa la propiedad de los medios de producción (y pensaban que iba a pasar primero en una sociedad capitalista desarrollada), no se requerirá un largo período, ni una lucha profunda ni compleja, para poner la administración de la sociedad en las manos de más y más personas y para que se extinguiera el estado. Hemos aprendido que ese es un punto de vista bastante ingenuo, como es de esperarse. [Con una voz de sarcasmo exagerado:]“Dijo que Marx y Engels eran ingenuos”. [risas] Sí, eso es lo que dije. Porque somos materialistas históricos y no religiosos ni idealistas; en ese aspecto las ideas de Marx y Engels no estaban muy desarrolladas, como es lógico. Hemos aprendido mucho por medio de la revolución soviética (después de la experiencia pasajera y limitada de la Comuna de París) y luego de la revolución china y la Revolución Cultural de China (y de examinar la dimensión internacional de esto mucho más profundamente en relación dialéctica con los avances en un país socialista dado) sobre lo complejo que será ese proceso, que las contradicciones que lo impulsan se manifestarán con intensidad y que habrá que dar otro salto para conservar el dominio del proletariado y, es más, para seguir avanzando, para llevar a cabo más transformaciones de la base y la superestructura, a la vez que apoyamos las luchas revolucionarias por todo el mundo.

En ese contexto quiero regresar y hablar más directamente del núcleo sólido con mucha elasticidad… y elasticidad que parte de la base de ese núcleo sólido necesario. En otras charlas, como “Elecciones y democracia, resistencia y revolución”,8 hablé de cuatro objetivos en relación con el núcleo sólido y el poder estatal. Se puede caracterizar, y así lo he caracterizado, en la formulación “aferrarse al poder estatal y garantizar que ese poder estatal sea algo a lo que vale la pena aferrarse”. Por supuesto que esa es una concentración básica de un fenómeno y proceso mucho más complejo. Pero esos cuatro objetivos son: 1) aferrarse al poder; 2) garantizar que el núcleo sólido se extienda al máximo grado posible, que no sea estático sino que se extienda continuamente al máximo grado posible; 3) esforzarse sistemáticamente por llegar al punto en que ese núcleo sólido no sea necesario y no haya distinción entre el núcleo sólido y el resto de la sociedad; y 4) desatar la mayor elasticidad posible en cada momento dado partiendo de la base de ese núcleo sólido.

La interacción dialéctica de esos factores es otra manera de expresar lo que he descrito como un proceso no lineal de seguir ejerciendo la dictadura del proletariado, por un lado, y por el otro (en medio de un proceso tumultuoso y desgarrador, y de una sucesión de saltos) aferrarse al poder y, es más, transformar el carácter de ese poder, al compás de la transformación de la base económica y la superestructura, en relación dialéctica el uno con el otro y con el avance de la revolución mundial hacia la meta del comunismo a nivel mundial.

Notas

1. El Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar se publica bajo la dirección del Movimiento Revolucionario Internacionalista. La información para suscribirse a este servicio está en la internet en http://es.groups.yahoo.com/group/ServicioNoticioso_UMQG/

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2. La grabación de la entrevista del corresponsal revolucionario Michael Slate a Bob Avakian está en la internet (en inglés) en BobAvakian.net. El tema mencionado aquí se encuentra en la parte titulada “March 29, 2005: Michael Slate interviews Bob Avakian on China, the Cultural Revolution, and Dissent” (29 de marzo de 2005: Michael Slate entrevista a Bob Avakian sobre China, la Revolución Cultural y el disentimiento).

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3. Predicando desde un púlpito de huesos: Necesitamos la moral, pero no la moral tradicional (Insight Press, 1999).

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4. En Lysistrata,una obra de teatro de Aristófanes de la antigua Grecia, las mujeres se niegan a tener relaciones sexuales con sus esposos hasta que acaben la guerra que están librando.

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5. Esta polémica, titulada "Democracia: Más que nunca podemos y debemos lograr algo mejor", salió en el número 17 (1992) de la revista Un Mundo que Ganar. (Está en revcom.us).

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6. El Obrero Revolucionario (ahora Revolución)publicó pasajes de esta charla, que se titula “Vencer las dos grandes cuestas - Más acerca de conquistar el mundo”. Están en revcom.us. La serie “Sobre la democracia proletaria y la dictadura del proletariado - Un punto de vista radicalmente diferente sobre cómo dirigir la sociedad” salió en el OR #1214 al 1226 (del 5 de octubre de 2003 al 25 de enero de 2004). La serie “Cómo vencer la cuesta” salió en el OR #927, 930, 932 y 936-940 (12 de octubre, 2 de noviembre, 16 de noviembre y del 14 de diciembre de 1997 al 18 de enero de 1998). Otros dos pasajes son “Materialismo y romanticismo: ¿Podemos prescindir de los mitos?” en el OR #1211 (24 de agosto de 2003) y “Otro vistazo a George Jackson” en el OR #968 (9 de agosto de 1998). Todos los artículos están en la internet en revcom.us.

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7. Las “4 todas” se refiere a una declaración de Marx en La lucha de clases en Francia, 1848-50de que la dictadura del proletariado representa la transición necesaria hacia la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que estas descansan, de todas las relaciones sociales que acompañan esas relaciones de producción, y la revolucionarización de todas las ideas que surgen de esas relaciones sociales.

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8. Una charla que dio Bob Avakian antes de las elecciones de 2004. Se puede escuchar y descargar en la internet (en inglés) en BobAvakian.net.

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Los profesores…

David Horowitz y los nuevos camisas pardas

Alan Goodman

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

El libro The Professors: The 101 Most Dangerous Academics in America (Los profesores: Los 101 académicos más peligrosos de Estados Unidos) de David Horowitz es la base ideológica de un ataque general y frontal contra el pensamiento crítico en las universidades y más allá.

No es una discusión abstracta de lo que se debe enseñar, estudiar o debatir. Busca reforzar un aparato represivo altamente integrado y extenso que ya está en movimiento, cuya meta es prohibir la discusión, el debate y el pensamiento crítico dentro o fuera de los salones de clase sobre los temas más importantes del día.

Horowitz ya ha presentado en 16 estados y en la Cámara de Representantes un proyecto de ley de una “Carta de derechos académicos” o ley de “Derechos estudiantiles” (según su portal frontpagemag.com) para imponer su concepción de ideas “peligrosas” con la fuerza del derecho.

Horowitz fundó el grupo “Estudiantes pro libertad académica”. Dichos estudiantes están grabando clases, delatando a sus profesores y pidiendo que los juzguen en tribunales por sus ideas y por lo que enseñan.

Poderosas fuerzas, como el fascista cristiano Pat Robertson, promueven el libro y azuzan a su público a un frenesí de indignación.

Redes de camisas pardas y una ley de censura

En la universidad Santa Rosa College de California, los estudiantes republicanos que le hacen propaganda a la “Carta de derechos académicos” de Horowitz colgaron estrellas rojas y copias de una ley estatal contra el “adoctrinamiento” comunista en la puerta de diez profesores. Prepararon una declaración de prensa que dice: “Creemos que ciertos profesores han violado las leyes de California”. Un profesor de la lista dijo que “nunca he enseñado nada sobre Marx y nunca he leído nada de Lenin”, pero que a un estudiante le molestó lo que dijo sobre la guerra de Irak. (periódico Santa Rosa Oak Leaf,2 de marzo de 2005)

En la Universidad de California en Los Ángeles, un grupo estudiantil fundado por un socio de Horowitz, Andrew Jones, ofreció una recompensa de $100 a los estudiantes que espíen a los profesores progresistas y graben sus conferencias. Ante la indignación popular, Jones retiró la recompensa pero siguió grabando a los profesores. Pidió a los estudiantes que delataran a cualquier maestro “que no se cansa de hablar del presidente Bush, la guerra de Irak, el Partido Republicano u otro tema ideológico que no tiene nada que ver con la clase. Puede ser de una clase anterior o actual. Si nos ayudas a destapar a ese profesor, te pagaremos". Horowitz se distanció de Jones, pero solo porque su campaña contra los profesores no era un buen ejemplo de "cómo montar una campaña de libertad académica". Nótese la descripción totalmente errónea de que es una campaña de libertad académica. (“Universidad de California: Inquisición a profesores”, Revolución #33, en revcom.us)

Cuando un estudiante grabó una clase y acusó a una profesora navajo de ciencia política de Colorado de “atacar a los republicanos”, ella se vio obligada a grabar todas sus clases para protegerse. No es difícil imaginar el impacto negativo que tiene eso en las discusiones. La profesora recibió amenazas de muerte (“matemos a la puta comunista”) cuando un estudiante y ex infante de marina publicó un artículo contra ella en la revista de Horowitz. A raíz de las amenazas, sus estudiantes la tienen que acompañar al carro después de la clase ("A Liberal Professor Fights a Label", Jennifer Jacobson, The Chronicle of Higher Education,26 de noviembre de 2004)

El espionaje y las inquisiciones que “inspiró” Horowitz en las preparatorias llevaron a la suspensión de un maestro que dijo en clase: “Se parece mucho a lo que decía Adolfo Hitler… Nosotros siempre tenemos la razón, todos los demás son unos retrógrados y es nuestro deber conquistar el mundo”. También les dijo que Estados Unidos es “el país más violento del planeta” y que no tenían que estar de acuerdo con él. En un excelente ejemplo de resistencia, 150 estudiantes protestaron contra la suspensión del maestro con un paro. Uno dijo: “Es uno de los mejores maestros. Es honesto y eso es lo que hace falta”.

En una carta para recaudar fondos, Horowitz acusó al maestro de “abuso de menores” y dijo que es un buen ejemplo de por qué se necesita la “Carta de derechos académicos”. En el programa de televisión 700 Club de Pat Robertson, Horowitz respondió así al regreso de ese valiente maestro al salón de clase: “Tengo una carta de derechos académicos y tenemos proyectos de ley en una docena de estados. Habrá audiencias en Pensilvania sobre la libertad académica. Acabo de regresar de Kansas, donde también celebrarán audiencias. La idea es arrojar luz sobre lo que está pasando. Lo que hacen ustedes en el 700 Club es un elemento muy importante del proceso. Si nos dedicamos a contraatacar, podemos cambiar la situación muy rápidamente porque, aunque se requiere mucho tiempo para cambiar el profesorado, podemos obligarlos a portarse mejor. No se debe permitir que un maestro de preparatoria diga cosas así sobre la política. Desgraciadamente el distrito escolar no respondió como es debido. El maestro ha regresado al salón de clase a pesar de que demostró que no entiende la responsabilidad que tiene un maestro”.

En su programa, Robertson le hace publicidad a Los profesores…Repitió las barbaridades de la portada: “¡Son racistas, homicidas, pervertidos sexuales y partidarios de Al Qaeda! ¡Y ahora son los profesores de sus hijos universitarios!”. Agregó: “Son comunistas de hueso colorado. Son puros comunistas. Unos son homicidas”. Advirtió a sus televidentes: “¡Que no le laven el cerebro a sus hijos y además les den una paliza! ¡Les dan palizas! ¡Los amilanan!”. (El video del programa está en el website de People for the American Way. Las citas de Horowitz son de CBN.com).

No es cuestión de “equilibrio” ni de libertad de palabra

Horowitz dice que solo está atacando a los profesores que “aprovechan su autoridad para obligar a los estudiantes a adoptar su política”, pero el libro no se limita a lo que pasa en el salón de clase. Por ejemplo, la sección sobre el profesor Noam Chomsky menciona que enseña idiomas modernos y lingüística. Pero las cuatro páginas de ataques contra él mencionan sus actividades y escritos fuera de la clase y no dicen nada sobre lo que hace en la clase. Lo mismo sucede con casi todos los profesores de la lista.

El libro tampoco respeta el supuesto principio de Horowitz de que “no nos importa si el profesor es liberal o conservador. Lo que nos importa es que se porte de manera profesional; que no adoctrine a sus estudiantes sino que los eduque”. (carta del website del grupo de Horowitz studentsforacademicfreedom.org)

No hay ni un solo profesor conservador, reaccionario o fascista en Los profesores… Los 101 profesores representan una amplia gama de perspectivas y campos académicos. Hacen investigaciones y contribuyen ideas desde perspectivas políticas distintas sobre la “guerra contra el terror”, la represión interna, la supremacía blanca, el fundamentalismo cristiano y la opresión de la mujer y de los gays. El libro acusa de terrorismo a los expertos que estudian y escriben sobre el Medio Oriente desde varias perspectivas. Otros profesores “peligrosos”, según el libro, critican el capitalismo, la avaricia y la globalización, y hablan a favor de explorar e investigar las alternativas. ¡En pocas palabras, es un ataque contra el pensamiento crítico, el debate y la búsqueda de la verdad acerca de los temas más importantes que encaran los estudiantes y la sociedad!

Un programa de supremacía blanca

En la lista de profesores “peligrosos” figuran académicos afroamericanos prominentes de una variedad de perspectivas y campos de estudio: Derrick Bell, profesor de derecho; Mary Frances Berry, ex miembro del gabinete de Clinton; Kathleen Cleaver; Michael Eric Dyson, escritor; Amiri Baraka, poeta; bell hooks; Manning Marable; y muchos más. También hay ataques contra otros académicos negros prominentes que no figuran en la lista, como Cornel West.

Los profesores… ataca a los que han contribuido al estudio de la esclavitud, la aparcería y la discriminación actual contra los afroamericanos. Eric Foner, que ha documentado las promesas y la traición del período de la Reconstrucción, figura en la lista. También están muchos profesores latinos. Demos un vistazo a los hechos que Horowitz asocia con esos profesores “peligrosos”:

“Las acciones de Colón iniciaron la era de colonialismo moderno, violación, saqueo, genocidio, destrucción cultural, esclavitud y devastación económica y ambiental”. (p. 51)

“La esclavitud es un ejemplo de lo que ha hecho la América blanca y un recuerdo constante de lo que podría volver a hacer”. (p. 60)

Sin la acción afirmativa “una cantidad desproporcionada de estudiantes latinos no tendrá la oportunidad de estudiar en las universidades”. (p. 153)

Imagínense una universidad donde no se permita mencionar esas verdades dentro o fuera de los salones de clase, y entenderán una parte importante del plan de Horowitz. Otra parte se puede ver en su obsesión por atacar la demanda de indemnizaciones por la esclavitud de los negros y su idea de que ellos “están endeudados a América”. En una total distorsión de la historia de la esclavitud, el terror del Ku Klux Klan, la discriminación y la criminalización, sacó una serie de desplegados en periódicos universitarios diciendo: "¿Por qué los negros y sus líderes no dan las gracias por esos beneficios?”.

Acusa de “terrorismo” a los que se oponen a la guerra

En el ambiente amistoso del 700 Club, Horowitz explicó un tema principal del libro: los que se oponen a la guerra de Irak apoyan el terrorismo: “Calculo que hay de 50,000 a 60,000 profesores radicales que quieren que los terroristas ganen y nosotros perdamos la guerra contra el terror. Piensan que los terroristas son luchadores de libertad y que América es una potencia imperialista que oprime a los pueblos del tercer mundo, y que somos la causa de los ataques”.

En el libro, ataca declaraciones como la siguiente: “¿Qué mayor abdicación de responsabilidad hay, como ciudadano y profesor, que quedarse callado ante lo que está pasando en Guantánamo, Abu Ghraib y Faluya?” (p. 76) Y: “Levantemos el velo del discurso oficial de llevar libertad y democracia al mundo, y se verá el sufrimiento de los pueblos que tienen que vivir con la realidad de la política exterior de Washington”. (p. 239)

Otra declaración “peligrosa”: “Lo que motivó la invasión de Irak no fue la autodefensa sino sueños de hegemonía: controlar el petróleo, desplegar una fuerza militar permanente que podría eliminar virtualmente toda competencia geopolítica en el Golfo, y cercar e invadir a Irán”. (p. 248-249)

Cualquier universidad que prohíba la discusión de esos temas sería un ambiente escandalosamente represivo.

Prohibido: Cuestionar la represión, la globalización, la avaricia o el capitalismo

Los profesores…ataca una amplia gama de estudios o críticas del capitalismo, como:

“Los cambios estructurales como resultado de la globalización han llevado a mayores disparidades económicas entre ricos y pobres. Como consecuencia, las mayores concentraciones de pobreza se encuentran entre los alumnos de las escuelas públicas urbanas y los grupos raciales oprimidos”. (p. 63)

Y:

“Tenemos que aclarar los lazos entre el capitalismo estadounidense, la conquista global y las visiones imperiales…”.

Prohibir tal discusión es prohibir la exploración de temas fundamentales. De hecho, Horowitz ataca casi toda investigación seria de la situación mundial, como la siguiente tesis sobre la represión en Estados Unidos y el peligro de que empeore: “Con un secretario de Justicia como John Ashcroft, los planes globales estadounidenses conducen a una mentalidad protofascista dispuesta a recurrir a métodos extremos para lograr sus metas. Sin ser paranoicos, esa es la mentalidad que puede concebir un incidente como la quema del Reichstag como pretexto para aumentar el control estatal de presuntas islas de resistencia”. (p. 161; la quema del Reichstag fue el pretexto con que Hitler aplastó la oposición a su gobierno)

Se necesita mucho más pensamiento crítico en las universidades

Las perspectivas, verdades y preguntas que Horowitz quiere prohibir demuestran lo reaccionario que es su programa. No es una campaña a favor de “libertad de expresión”, “libertad académica” o una “carta de derechos para los estudiantes”; es un elemento muy peligroso del programa general de guerra y represión del sistema.

El ataque de Horowitz ocurre en un contexto de profundo cuestionamiento sobre el rumbo de esta sociedad. El gobierno está aumentando la intervención telefónica y electrónica, espiando lo que se lee en las bibliotecas y encarcelando solo porque lo manda el presidente. En ese contexto, la meta de Horowitz no es plantear y debatir tales sucesos sino todo lo contrario: aplastar el pensamiento crítico en las universidades y más allá. Los temas que busca prohibir tienen que ser el centro de discusión, debate, lucha y, a fin de cuentas, acción, de costa a costa.

Horowitz sobre la inteligencia de la mujer


En el último capítulo de Los profesores…, Horowitz defiende la declaración del ex presidente de la Universidad Harvard, Lawrence Summers, de que las mujeres están excluidas de altas posiciones en el campo científico debido a “diferencias de aptitud”. Dice que “las declaraciones de Summers representan las conclusiones de un gran conjunto de pruebas y opinión neurocientíficas”. Lo documenta con una nota de pie de página que parece citar un estudio fidedigno, pero en realidad es de un debate entre dos psicólogos de Harvard sobre los comentarios de Summers.

En realidad, las opiniones de Summers no representan el conjunto de pruebas científicas, y ni siquiera una idea “alternativa” verosímil.En una declaración sobre Summers, el Consejo de la Asociación Estadounidense de Sociología decía: “Los patrones más convincentes de investigación demuestran que las aptitudes humanas, medidas por el éxito en el trabajo, son moldeadas por influencias sociales e interactúan con ellas”. Los presidentes de las universidades Stanford, Massachusetts Institute of Technology y Princeton (dos de ellos científicas) dijeron que la afirmación de Summers es un “mito”. Muchos estudios académicos —con “las metodologías y normas profesionales aceptadas” que supuestamente defiende Horowitz, menos cuando no concuerdan con su política e ideología reaccionarias— también la refutan.



Debate: Horowitz vs. Churchill


Al cierre de esta edición el website del grupo estudiantil de Horowitz ha anunciado un debate entre Ward Churchill, profesor de la Universidad de Colorado, y Horowitz el 6 de abril a las 8 p.m. en el auditorio Jack Morton de la Universidad George Washington en Washington, D.C.

Churchill surgió como una figura importante de la batalla sobre el pensamiento crítico en las universidades cuando poderosas fuerzas reaccionarias (del gobernador de Colorado al telepresentador Bill O’Reilly) pidieron que lo despidieran por un comentario que hizo después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El website de Horowitz escribió que “Churchill es típico de la izquierda académica que odia a América: una quinta columna que representa una amenaza a nuestra supervivencia tan grave como Osama bin Laden y Al Qaeda. Los alborotadores de los años 60 son los profesores de hoy. Han moldeado universidades que le hacen eco a su mentalidad. Las facultades de estudios de la mujer, estudios afroamericanos, estudios hispanos, estudios étnicos, estudios gay y lesbiana son pretextos de adoctrinamiento neomarxista (donde la raza, el género o la sexualidad sirve de sustituto para las “clases”)…”.

Emma Pérez, la nueva presidenta de la facultad de Estudios étnicos que remplazó a Churchill cuando lo despidieron, dijo lo siguiente sobre los ataques a Churchill en un comentario en Counterpunch: “Tiene que quedar muy claro lo que está en juego. Va mucho, mucho más allá de un ataque individual contra Ward Churchill. Es una estrategia nacional cuidadosamente preparada de antemano que lleva tiempo buscando un caso para sentar un precedente. Han encontrado una situación muy favorable en el caso de Ward y en el clima post 11 de septiembre. Igual que en otros campos, quieren desmantelar los puntos de apoyo estructurales (libertad académica, titularidad, estudios étnicos) que los movimientos sociales ganaron para la gente de color y los intelectuales liberales y progresistas en las universidades en los años 60 y 70… Esta es una lucha para hacer historia”.

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Carta abierta a los estudiantes y jóvenes del Dr. Juan Gómez Quiñones, historiador y escritor, UCLA

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us


En el portal de Insight Press, insight-press.com, están esta carta e información sobre la autobiografía de Bob Avakian.

Amigos:

El invierno nos hace pensar en el verano.

Lo bueno de los malos tiempos es que, si nos podemos imaginar un tiempo mejor, podemos remar al lado opuesto de la historia, hacia un mundo distinto y mejor. Ustedes los estudiantes, en vez de soñar solamente, exijan un mapa para empezar a remar.

Puedo darles tres ejemplos de mapas para que los estudiantes de hoy lleguen a mañana. Los diarios de motocicleta (el libro y la película) relata el viaje de dos jóvenes por un continente de dolor y sufrimiento. Hace poco, durante las guerras y turbulencias de los 60, un ex prisionero compartió sus malos tiempos y sus buenas esperanzas con todos nosotros: La autobiografía de Malcolm X. Hoy los estudiantes leen el libro y ven la película con ojos llenos de esperanza.

En un viaje más cercano, Bob Avakian hace un recorrido de un ayer conocido a un mañana posible en From Ike to Mao and Beyond. Este diario de esperanzas y de lecciones es una crónica de días de inquietud, acciones de desafío y sueños compartidos. Bob Avakian se imagina y sabe que no es el único, y está dispuesto a compartir sueños, los suyos y los nuestros. Sus recuerdos son lúcidos y claros, y las lecciones que ha aprendido son persuasivas como mapas para los que quieren un mundo mejor. Las experiencias que comparte con toda honestidad y generosa calidez son sus respetos para los que tienen el corazón fuerte y la mente clara, los que quieren hacer la labor de llegar al otro lado de la historia.

Por eso, compañeros, les aconsejo que se preparen en la primavera para un verano abundante, que pongan a un lado el tedioso invierno… y conviertan lo malo en lo bueno por medio de nuestras acciones.

Dr. Juan Gómez Quiñones
historiador y escritor, UCLA

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Análisis de los proyectos de ley de inmigración: Ataques directos… y trampas peligrosas

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

El proyecto de ley Sensenbrenner (HR 4437), que aprobó la Cámara de Representantes en diciembre y que apoyan el congresista fascista Tom Tancredo y otros, propone criminalizar a millones de indocumentados y a los que los ayuden. También busca militarizar la frontera y construir un muro de 1125 km, y rechaza toda posibilidad de legalización.

Al cierre de esta edición, el Senado está debatiendo sus propios proyectos de ley de inmigración. La discusión del Senado se concentra sobre todo en el proyecto de ley propuesto por el senador republicano Arlen Specter, que incorpora muchos elementos del proyecto de ley Kennedy-McCain. La propuesta de Specter tiene varias diferencias con la HR 4437; por ejemplo, tiene un programa de “trabajadores invitados” y parece ofrecer la posibilidad de conseguir la ciudadanía a algunos indocumentados. Pero en realidad es una trampa peligrosa.

Tancredo y sus amigotes fascistoides condenaron el proyecto de ley de Specter porque ofrece “amnistía” a los indocumentados. Pero el presidente de la Cámara anunció que considerará un programa de “trabajadores invitados” (que rechaza Tancredo, pero no Bush). Bill Frist, líder republicano del Senado, tiene su propio proyecto de ley muy parecido a la HR 4437. El proyecto de ley que apruebe el Senado se tendrá que “conciliar” con el de la Cámara; eso quiere decir que la ley final probablemente tendrá elementos de la HR 4437.

La situación está cambiando continuamente y no se sabe cuál proyecto de ley aprobarán. La reforma migratoria ha causado divisiones y riñas en la cúpula de la clase dominante imperialista, a veces muy fuertes: un congresista republicano dijo que el proyecto de ley de Specter “huele hediondo” (y no quiso comentar cuando le preguntaron si diría lo mismo de Bush). Pero esas son riñas de los imperialistas para ver cuál es la mejor forma de defender los intereses de su clase; no tienen nada que ver con ayudar a los inmigrantes o los demás trabajadores u oprimidos.

Examinemos más a fondo el proyecto de ley de Specter, que dicen que es un “término medio” o incluso “pro inmigrante”, que ofrece esperanza a los indocumentados y que no tiene las medidas más draconianas de la HR 4437.

Todos los proyectos de ley aumentarán la represión

La primera cosa que hay que decir sobre el proyecto de ley de Specter es que empieza con más medidas represivas contra los inmigrantes y de “seguridad” fronteriza, y les dedica muchas páginas. El Gremio Nacional de Abogados comentó que “contiene muchas de las mismas medidas policiales que el proyecto aprobado por la Cámara [la HR 4437]”.

En vez de un muro de 1125 km, el proyecto de ley de Specter propone construir una “cerca virtual” a lo largo de toda la frontera con equipo policial y militar de alta tecnología, y más agentes de la Patrulla Fronteriza. Manda hacer un estudio sobre la construcción de un “sistema de barreras físicas”. La militarización de la frontera ha causado la muerte de miles de inmigrantes en la última década y las medidas que propone Specter matarán a muchos más.

También manda construir otros 20 centros de detención de inmigrantes con cupo para 10,000 personas (en varias bases militares abandonadas). Le permite al Departamento de Seguridad de la Patria renovar la detención de ciertos inmigrantes cada seis meses sin límite, o sea, aprueba las detenciones indefinidas. Al igual que la HR 4437, manda a los departamentos de policía a desempeñar el papel de agentes de la Migra y entregar a los indocumentados al Departamento de Seguridad de la Patria.

Esas medidas proponen una fuerte intensificación de la represión en la frontera y por todo el país.

Falsas promesas y engaños del proyecto de ley de Specter

El proyecto de ley de Specter ofrece un camino a la “legalización”… si se cumplen ciertos requisitos. Los indocumentados que entraron al país antes de enero de 2004 podrán conseguir una visa temporal si se inscriben con el gobierno; si demuestran que no tienen antecedentes penales; si pasan exámenes de salud y de inglés; y si pagan multas e impuestos. Tras seis años de status temporal (y si no tienen problemas con la policía ni largos períodos sin empleo) podrán pedir la tarjeta verde (residencia permanente) y quizá podrán obtener la ciudadanía varios años después.

Pero como señala el Gremio Nacional de Abogados: “Estas medidas extremas [del proyecto de ley de Specter] de hecho les quitarán a millones de personas la posibilidad de legalizarse”. Aarti Shahani, de Familias por la Libertad, explicó en el programa radial Democracy Now (29 de marzo) que “el proyecto de ley tiene estipulaciones sobre el fraude, por ejemplo, que dicen que un trabajador indocumentado… que admite que ha cometido ciertos tipos de fraude para conseguir trabajo, no puede legalizarse”. Muchos indocumentados se ven obligados a usar documentos falsos para conseguir trabajo. Shahani continuó: “Técnicamente, el proyecto de ley dice que esa clase de actividad… prohibirá legalizarse”.

El plan de “trabajadores invitados” de Specter le dará visas temporales a 1.5 millones de trabajadores agrícolas y otros trabajadores en el extranjero por tres años. Las visas se podrán renovar una vez. Eso institucionalizará un sistema de castas que relegará a millones de inmigrantes a una vida “provisional”, bajo los ojos del gobierno, que los deportará si “dan un paso en falso”. Requerirá que les paguen “el salario imperante”, pero no tendrán protecciones si participan en la organización de un sindicato o protestan contra condiciones de trabajo peligrosas. Si un patrón despide a un trabajador, este tendrá 45 días para encontrar otro trabajo o irse del país. Si lo arrestan, lo deportarán y no podrá volver a entrar al país. Estas no son todas las estipulaciones peligrosas de este proyecto de ley.

La HR 4437 propone eliminar toda posibilidad de que los indocumentados se legalicen, e incluso cancelar las visas para trabajos temporales. Busca empujar a millones de inmigrantes más abajo, a vivir vulnerables y con miedo, con amenazas de deportaciones y violencia paramilitar. En contraste, el argumento de Specter (al resto de la clase dominante) es que es necesario ofrecer una débil y a fin de cuentas falsa esperanza de legalización. Busca estabilizar la situación de ese sector de la población para permitir que los capitalistas lo opriman y lo exploten más y que el estado les siga la pista mejor. (Hasta requerirá que los patrones comprueben que todos los solicitantes de empleo, tanto inmigrantes como no inmigrantes, tienen permiso para trabajar).

Por un lado, los quieren cazar y criminalizar; por el otro, los quieren relegar a una situación subordinada, vigilar y deportar por la más mínima resistencia. ¡Esto NO es lo que buscan los millones de personas que han llenado las calles por todo el país ni la gran mayoría de la población!

Lo que hace falta es una demanda masiva y resuelta desde abajo de alto inmediato a la persecución de los inmigrantes (por el gobierno y por los grupos paramilitares como los Minutemen), alto a la brutal militarización de la frontera y plenos derechos para todos los inmigrantes.

Del Borrador del Programa del PCR, EU

El socialismo abolirá la discriminación a los inmigrantes

El siguiente pasaje del Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario, EU, esboza cómo el socialismo, el gobierno del proletariado, transformará radicalmente la situación de los inmigrantes:

En Estados Unidos hay gran cantidad de inmigrantes de México y el resto de Latinoamérica, Asia y las islas del Pacífico, el Medio Oriente, el Caribe y otras partes del mundo saqueadas por el imperialismo yanqui. Para la burguesía, muchos de esos inmigrantes (en algunos de los cuales late un fuerte odio contra el sistema que despoja su país) son una fuente potencial de inestabilidad y trastornos. Por su parte, el proletariado les da la bienvenida pues fortalecen el carácter internacionalista de la revolución aquí.

Millones de indocumentados viven en las sombras de la sociedad sin derechos básicos, siempre expuestos a que los arresten, los deporten y los separen de la familia. Cada año centenares mueren tratando de cruzar la frontera sur. A grandes grupos, como por ejemplo los árabes, los demonizan, y los inmigrantes que no son de Europa tropiezan con racismo.

El estado proletario abolirá todas las formas de discriminación a los inmigrantes en el trabajo, la vivienda, los servicios de salud, la educación, etc. Jamás se dirá que un ser humano es “ilegal”, y se enterrarán las etiquetas que los imperialistas inventan para degradar y superexplotar. Asimismo, se aplastará el aparato de terror destacado hoy contra los inmigrantes: la Migra, la policía, las patrullas militares de la frontera y los paramilitares.

A los inmigrantes los cobijará la orientación general del estado proletario de luchar por la igualdad de idiomas, de culturas, etc., y se alentará y valorará su plena participación en todos los aspectos del desarrollo de la nueva sociedad socialista.

(Se puede leer y descargar el Borrador del Programa del PCR, EU, en línea en http://www.revcom.us/margorp/progtoc-s)



Si crees que expulsar a los inmigrantes te ayudará a conseguir un buen trabajo, lee esto:

Dana Rohrbacher, congresista republicano de California, tiene su propio plan para responder a la escasez de mano de obra si deportan a los inmigrantes. El 31 de marzo le dijo al New York Times:

“Que los presos recojan la fruta. No necesitamos millones de extranjeros”.

Esta no es la primera vez que se propone este plan. Después de la guerra de Secesión, a muchos negros del Sur los arrestaron, los condenaron de delitos como “vagabundear” y los pusieron a trabajar, muchas veces en las mismas plantaciones donde trabajaban como esclavos antes de la guerra. Con dos millones de presos en la actualidad (la gran mayoría negros y de otras nacionalidades oprimidas), no es inconcebible que estas sanguijuelas hagan lo mismo.

De plano, están anunciando que lo van a hacer.

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Por todo el país

Paros de docenas de miles de estudiantes contra la HR 4437

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

La marea de resistencia inmigrante se ha seguido extendiendo a lo ancho y largo de Estados Unidos: más de 300,000 en Chicago, hasta un millón en Los Ángeles y docenas de miles en Milwaukee, Phoenix, Atlanta y otras ciudades. Un aspecto especial de esta lucha ha sido el paro de decenas de miles de estudiantes de preparatorias de Los Ángeles y otras partes de California, Arizona, Texas, Nevada, Georgia, Nueva York y Virginia, donde caminaron juntos negros y latinos. En algunas partes la policía arrestó estudiantes y ejerció severa represión. A continuación presentamos un reporte de los paros de Los Ángeles.

Más de 40,000 estudiantes se manifestaron en contra del proyecto de ley HR 3347 el lunes 27 de marzo. Los estudiantes que salieron a las calles eran de preparatorias y secundarias de toda la zona metropolitana de Los Ángeles (del centro, sur, Watts, West L.A, East L.A. y el valle de San Fernando), así como de los condados Orange, Riverside y Ventura.

Rápidamente se corrió la voz de que una gran cantidad de estudiantes marchaba en las calles. Los manifestantes pasaron por bulevares y barrios de toda la ciudad, y la gente salía de sus casas y les ofrecía agua y alimentos. Había caravanas de carros llenos de gente que blandía banderas de México, El Salvador, Guatemala y otros países de Centroamérica. A estas caravanas se les unía más gente que iba caminando y se tomaron las calles durante muchas cuadras, como la calle Broadway del distrito de la costura en el centro. El tráfico de las autopistas Hollywood 101 y Harbor 110 se paralizó cuando cientos de estudiantes obstruyeron tres carriles.

A lo largo del día grupos de miles de estudiantes caminaron hacia la alcaldía en el centro de Los Ángeles, inspirados por protestas similares de los años 60. Cuando el alcalde, Antonio Villaraigosa, les dijo “regresen a sus escuelas” y que su voz se había “oído”, cantaron: “¡Aquí estamos! ¡Aquí nos quedamos! ¡No nos vamos!” y “ Hell no, we won’t go!”. Algunos estudiantes acamparon en el jardín de la alcaldía hasta ya entrada la noche.

Durante la semana muchas escuelas cerraron las puertas para que los estudiantes no salieran y hubo más policía por toda la ciudad, especialmente en los alrededores de las preparatorias. La policía atacó con gas pimienta, perdigones y macanas a estudiantes que participaron en los paros, y esposó y arrestó a varios de ellos.

Una estudiante de Texas que ha participado en las protestas dijo: “Quiero ayudar a mi gente a salir de las ciudades inmundas donde vivimos. Mira qué pobre somos. Nos tienen viviendo en estos edificios multifamiliares. Con esta ley quieren criminalizarnos y meternos a la cárcel. Yo nací en México, pero crecí aquí. Si me deportan, regresaré a un lugar que no conozco y donde nunca he vivido. Nos llaman parásitos, pero nosotros hacemos todo. Somos seres humanos.

“Yo tenía tres meses cuando mi madre cruzó el río conmigo. Me pasó al otro lado de un alambre de púas que estaba en la frontera, se lastimó todas las piernas con el alambre de púas. Me llena de alegría ver aquí a toda esta gente. Quiero que se inspiren. Tenemos que cambiar este mundo: las cosas no pueden seguir así”.

Durante el paro del lunes y en paros de toda la semana un número cada vez mayor de estudiantes negros salió a las calles para protestar contra los ataques a los inmigrantes. Un estudiante negro de preparatoria dijo: “Estoy aquí para apoyar a la gente con la que he vivido. A mí me criaron latinos prácticamente. Salvadoreños, mexicanos, guatemaltecos, ecuatorianos, cubanos y todos los demás: todos son mi gente. Odio que siempre estén queriendo separar a los negros y a los latinos. No debería haber divisiones…

“Estoy aquí como negro para demostrar mi apoyo a los latinos porque somos hermanos. Vivimos juntos y tenemos que luchar por la misma causa… Necesitamos libertad”.

Incluso frente a la represión y las medidas de la policía, los estudiantes de Los Ángeles continuaron sus desafiantes paros durante la semana. Sarah, estudiante de la preparatoria Montebello, le dijo a Revolución:“Da miedo pensar en lo que [los fascistas] quieren hacer en este país. Pero los paros estudiantiles son algo para el pueblo y por el pueblo. Están tratando de sembrar el miedo. Imagínense si todos nosotros tuviéramos miedo… este mundo sería más corrupto, más horrible y habría más odio y avaricia de lo que hay. No podemos temerle a esta mierda”.

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La “seguridad nacional” y los inmigrantes: Mentiras y realidad

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

Tanto los demócratas como los republicanos dicen que las fronteras nacionales “están agujereadas” y que son una amenaza a la “seguridad nacional”. El proyecto de ley de Ted Kennedy, demócrata liberal, se llama “Ley de seguridad e inmigración ordenada”. Los políticos más extremistas, como el fanático odiainmigrante y congresista republicano Tom Tancredo, azuzan los miedos del público con declaraciones como la siguiente: “Hay que encontrar [a los inmigrantes indocumentados] antes de que sea demasiado tarde. Han venido a matarle a Uds., a mí y a mis nietos”. (Boston Globe, 12/6/05)

A partir del 11 de septiembre de 2001, el gobierno ha puesto en vigor medidas fascistas como la intervención telefónica y electrónica y las detenciones sin acusación con el pretexto de proteger “nuestra seguridad”. Con el mismo pretexto está militarizando más la frontera sur y atacando a los inmigrantes. Esas medidas tienen graves consecuencias en la vida de muchos miles de seres humanos. En la última década miles han muerto cruzando la frontera en los desiertos, montañas y ríos adonde los han empujado.

La cúpula de la estructura de poder tiene conflictos sobre cómo proteger la “seguridad nacional”. Pero los pisoteados por este sistema –y todos los que se oponen a la injusticia— no pueden dejarse embaucar por la lógica ni el marco de “proteger la seguridad nacional”. Para captar por qué, hay que examinar lo que los de arriba —de Kennedy a Tancredo— quieren decir cuando hablan de “seguridad nacional”. No están hablando de la seguridad de la ciudadanía de este país. La clase dominante imperialista tiene un imperio global que explota y oprime a los pueblos de todo el mundo y dentro de sus propias fronteras también. Cuando estos opresores hablan de “nuestra seguridad nacional”, hablan de la fuerza militar que fortalece y expande ese sistema mundial de matanza y saqueo.

Los imperialistas dominan, explotan y arruinan a países enteros, así que millones de campesinos de México y Centroamérica, por ejemplo, no pueden subsistir trabajando la tierra. Cuando llegan a Estados Unidos, los obligan a hacer los trabajos más agotadores con los peores salarios. Y luego los sanguijuelas que se benefician de esa miseria les echan la culpa por los problemas que ha creado el sistema capitalista… con el fin de sembrar divisiones entre los inmigrantes y los que han nacido aquí.

Pero como ha señalado Bob Avakian: “Los imperialistas ven en estos inmigrantes una fuente de inestabilidad y sublevación, una fuerza que debilita la cohesión interna del país y tiene el potencial de socavar el poder de Estados Unidos como terrateniente internacional”. En este sentido, los inmigrantes son una amenaza potencial a la “seguridad nacional” de los imperialistas, porque estos necesitan una “patria” estable para defender y ampliar su imperio. Como parte de su programa, están poniendo en vigor más medidas represivas contra los inmigrantes. Todo el rollo de “fronteras agujereada” tiene la meta de azuzar los miedos de los ciudadanos para que apoyen esas medidas fascistas. (Además, fomentan movimientos paramilitares racistas promoviendo la identidad blanca, europea y de habla inglesa de la nación americana). Las masas de este país –tanto inmigrantes como no inmigrantes, de todas las nacionalidades— no tienen ningún interés en defender la “seguridad nacional”.

Desde la perspectiva del proletariado, los inmigrantes y su lucha son una gran fuente de fuerza, y potencialmente una fuerza vital de la lucha revolucionaria para derrocar al imperialismo estadounidense y quitárselo de encima a los pueblos del mundo.

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Decir lo indecible: ¿Es el gobierno de Bush culpable de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad?

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

La gira de la Comisión de Crímenes de Guerra de Bush dio inicio en la Universidad de California en Berkeley el 23 de marzo. Trescientas personas escucharon el programa Decir lo indecible: ¿Es el gobierno de Bush culpable de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad?con la participación del analista jubilado de la CIA Ray McGovern, la activista internacionalmente conocida Cindy Sheehan, y el escritor y corresponsal de Revolución Larry Everest.

En octubre del 2005 y enero del 2006, la Comisión Internacional Investigadora sobre Crímenes contra la Humanidad hizo acusaciones y escuchó testimonios sobre cinco temas: la guerra ilegal, tortura y detención, destrucción del medio ambiente, las agresiones a la salud mundial y la conducta del gobierno ante el huracán Katrina. La Comisión declaró culpable al gobierno de Bush de crímenes en contra de la humanidad basada en investigaciones y criterios rigurosos: crímenes de tal magnitud y alcance que sacuden la conciencia.

La gira se basa en la Carta de la Comisión, que pide "fijar y atizar una discusión que se que urgencia se necesita que se de en Estados Unidos: ¿Es el gobierno de Bush culpable de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad?". Llevar a las universidades el veredicto histórico y la evidencia precisa de la Comisión ayudará a cambiar el terreno político y los puntos de debate. La gira exhortará a los estudiantes y profesores a captar la enormidad de los crímenes que está cometiendo el gobierno de Bush y a responder al desafío moral y político que esto nos plantea.

Taigen Dan Leighton, profesor del Graduate Theological Union, quien ha organizado una vigilia semanal en Berkeley contra la tortura, dio comienzo al programa con una cita de Craig Murray, ex embajador de Gran Bretaña a Usbekistán, quien le dijo a la Comisión: "Preferiría morir a que torturaran a alguien para salvarme la vida".

El maestro de ceremonias fue un universitario que milita con El Mundo No Puede Esperar. Habló de la importancia crucial del tema y citó a Michael Ratner, presidente del Centro Pro Derechos Constitucionales, quien le dijo a la Comisión: "Nuestro país y el mundo se resbalan hacia la guerra permanente, hacia la eliminación de los derechos humanos, y hacia la ruina y muerte de millones de personas. Todavía se puede impedir esto, tenemos la oportunidad de hacerlo, de no caer en el caos, pero depende de nosotros. No debemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que ser tan radicales como la situación. Los testigos que oirán en los próximos días dirán la verdad; son testigos de la matanza que este país y este gobierno han perpetrado. Esta verdad nos insta a todos a la acción".

Después del programa muchos comentaron que la velada les abrió los ojos. Tras oír de los crímenes que está cometiendo el gobierno, les tocó preguntarse qué van a hacer. Después del programa mucha gente se quedó a platicar con los panelistas y con el resto del público.

Esta semana vamos a publicar pasajes del programa de Berkeley.


La importancia de decir lo indecible

Larry Everest es periodista y es el autor del libro Oil, Power, and Empire: Iraq and the U.S. Global Agenda. Ha informado sobre el Medio Oriente y Asia Central por más de 20 años para este periódico y otras publicaciones. En el programa hizo un esbozo de las cinco acusaciones que presentó la Comisión contra el gobierno de Bush.

El programa de esta noche se titula “Decir lo indecible” y creo que eso es precisamente lo que tenemos que hacer: decir lo indecible con voz alta, clara y persistente porque es verdad. Este gobierno es culpable de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad. La Comisión Internacional Investigadora sobre Crímenes contra la Humanidad se propuso documentar esto. Recibimos pruebas, oímos testimonios de 44 destacados testigos, expertos y víctimas, y la evidencia es irrefutable.

El punto de partida de la Comisión fue la premisa moral de que cuando tales actos existen, a tal nivel de horror, los ciudadanos, afiliados con el gobierno o no, tenemos el deber de investigar esos actos y determinar si caen en la categoría de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Ese es el deber que los ciudadanos de este país, en especial, tenemos para con los pueblos del mundo…

No es una exageración decir que esta gente amenaza el futuro de la humanidad en muchos frentes: tienen armas nucleares; están afectando el clima global; amenazan lanzar guerra sin fin; están haciendo estragos a poblaciones vulnerables a enfermedades; y están resueltos a seguir este curso catastrófico.

Esto nos da a todos nosotros una enorme responsabilidad. Hoy hay mucho más cuestionamiento, desconfianza y furia contra el gobierno de Bush, pero la discusión es muy débil, muy condicional, muy blanda, muy diplomática, y no capta la profundidad del problema. Me encanta el artículo de Cindy que dice que tenemos que salirnos de nuestra “zona de confort” y decir la verdad con toda claridad.

Seguramente todos han oído los comentarios de la prensa sobre el tercer aniversario de la invasión a Irak. Me parece urgente que hablemos no de si George Bush es incompetente, no de si es un imbécil, no de si está a sueldo de Halliburton, no de si tiene una estrategia para la victoria, sino de si él y su gobierno han cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

¿Vieron el San Francisco Chronicle el domingo? Salió una foto de Abu Ghraib que decía: “La guerra de Irak recibe una C en ética”. Me parece que esa “C” quiere decir crímenes de guerra contra la humanidad, pero eso no es lo que el periódico quería decir. Por eso es que este debate tiene que cambiar.

“Las manzanas podridas están encima”

Ray McGovern es un analista jubilado de la CIA. En marzo del 2003 formó la organización Veteran Intelligence Professionals for Sanity. El 3 de marzo de este año se puso un overol anaranjado como los de los presos de Guantánamo y recorrió el edificio Rayburn de la Cámara de Representantes como “detenido fantasma”. Trece colegas hicieron lo mismo en otros edificios de oficinas de la Cámara y el Senado. Como acto simbólico para rechazar la tortura, McGovern fue a ver al presidente del Comité sobre Inteligencia de la Cámara y devolvió la medalla que recibió por 27 años al servicio de la CIA.

El tema aquí es la tortura y no tiene que ver con las manzanas podridas del fondo del barril. Las manzanas podridas están encima; ¿cómo lo sabemos? El mismo 11 de septiembre, después de que habló por televisión, el presidente se reunió con Ronald Rumsfeld y con Richard Clarke (lo sabemos por el libro de Clarke), y cuando surgió el tema del derecho internacional, el presidente dijo: “No me importa lo que digan los abogados internacionales; vamos a darles en la madre”.

Después Rumsfeld mandó al teniente general Geoffrey Miller a Guantánamo y dijo que los interrogadores eran muy blandos con los presos. “Tienen que tratarlos como perros y, cuando ellos se den cuenta de que son unos perros, pueden empezar a sacarles información”. Miller explicó que los malos tratos eran necesarios para “preparar las condiciones para interrogatorios fructíferos”, un eufemismo que se ha usado una y otra vez. Ahí fue cuando empezaron los malos tratos, los golpes y demás que han documentado el FBI y la CIA. Todo mundo sabía lo que pasaba. Después mandaron a Jeffrey Miller a Abu Ghraib para aplicar las mismas normas de Guantánamo. ¿Cómo lo sabemos? Porque Janis Karpinski [la comandante de Abu Ghraib] nos lo dijo a la Comisión. Así que no fue algo accidental. La Comisión del Pentágono dirigida por el republicano James Schlessinger utilizó otro eufemismo para describir lo que pasó: que el maltrato simplemente “migró” a Abu Ghraib.

Cuando vi a Porter Goss, el jefe de la CIA, arrastrarse al Senado con el vicepresidente de tortura Dick Cheney a ver a John McCain para pedirle que eximiera a la CIA de su enmienda contra la tortura, me enfurecí. Antes ha habido torturas, pero nunca en mi experiencia había visto a un director de la CIA pedir descaradamente permiso para torturar, aun si el presidente firmaba la enmienda McCain.

Dicho sea, McCain rechazó la petición de Cheney y Goss. Pero todo eso son cortinas de humo. La enmienda de McCain no tiene exenciones, pero el presidente le agregó esto al firmarla:

“La rama ejecutiva interpretará [la enmienda] de una manera que concuerde con la autoridad constitucional del presidente… como comandante en jefe…”.

Traducción: Acataré la ley cuando me convenga. Puedo autorizar torturas y esta enmienda no me va a parar. Y las torturas continúan.

El costo humano de la guerra

Cindy Sheehan es una activista que perdió a su hijo en la guerra de Irak. Es la fundadora de Gold Star Families for Peace.

Hay gente que se molesta conmigo porque les hablo del costo humano de esta guerra… en dos semanas se cumplirán dos años. Cuando mataron a mi hijo Casey, me dijeron que el tiempo lo sana todo, pero eso es mentira. Solo me lo dicen los que no han perdido un hijo. El dolor es constante, no se aleja, pero uno aprende a vivir con él. Esa es la parte indecible.

Pero los criminales andan sueltos, duermen bien por la noche, disfrutan de su cena y se van de vacaciones. No tienen que dar cuentas de lo que han hecho, de lo que me han hecho a mí, a mi familia y al mundo.

Después de que salí de la cárcel de Nueva York la última vez, escribí que hay criminales y CRIMINALES con mayúsculas…Estuve en una celda con 16 mujeres que tratan de subsistir en el mundo de Bush, mientras que los especuladores de la guerra se roban el dinero de nuestras comunidades. Estaban presas porque infringir la ley fue su último recurso; hicieron hurtos pequeños, delitos menores. ¡Los que gobiernan este país son una bola de asesinos! Son asesinos en serie que creen que el estado aprueba lo que hacen.

Cuando la subsecretaria de Estado Karen Hughes fue a Indonesia, un universitario le dijo que Bush era terrorista. ¿Saben qué contestó? “No puede ser terrorista porque fue elegido”. Eso es otra mentira. George Bush dice que un terrorista es aquel que mata hombres, mujeres y niños inocentes. Bueno, según su propia definición él es un terrorista…

Yo no quiero que otras madres, padres, hermanas, hermanos ni abuelos sufran lo que mi familia ha sufrido por nada, por mentiras. Por eso hago lo que hago. Y todos tenemos que saber que esto no me afecta solo a mí, a mi familia, a los soldados o a las familias que sufren con esta guerra. Cada minuto que permitimos que esto continúe es una mancha en nuestra alma. Es una mancha para Estados Unidos. Así que tenemos que hacer todo lo que sea humanamente posible para pararlo.

“Ahí fue cuando entendí cómo se escribieron las órdenes para mandar vagones de ganado a Auschwitz…”

Para concluir, Ray McGovern dijo:

Quiero leer una cita de Craig Murray, el embajador británico a Uzbekistán, una persona increíblemente valiente a quien le dimos el premio de integridad Sam Adams. Esto es lo que dijo al aceptarlo:

“Quisiera hablar sobre el avance de la maldad, de lo fácilmente que avanza. En realidad yo en ningún momento pensé que estaba haciendo algo heroico o excepcional. Cuando me enteré de casos de personas que cocinaban vivas, de jóvenes que violaban en frente de sus padres, de tortura de niños, y de que estábamos recibiendo información de esas sesiones de tortura, me pareció axiomático que cualquiera que haya sido educado en Estados Unidos o en el Reino Unido pensaría que su deber era pararlo. Con un poco de ingenuidad, cuando traté de pararlo internamente, pensé que debía ser obra de renegados de los niveles inferiores y que tan pronto como se supiera en los altos niveles lo pararían. Pero me llevé una rápida decepción. Descubrí que esto era parte de una norma internacional de tortura de la guerra contra el terror. Para mí fue un momento terrible. Descubrí que el sistema y el país al que dediqué mis servicios toda la vida no respetaban sus principios. Fui a reuniones con colegas, gente que conocía desde hace 20 años, personas decentes que estaban escribiendo estrategias para circunvenir los convenios de las Naciones Unidas contra la tortura. Yo los miraba y pensaba: ‘yo te conozco, yo te conozco; hemos bebido juntos; hemos jugado golf juntos. Ahora estás justificando la tortura. ¿Cómo se llego a esto?’.

“Puede que esto parezca exagerado pero no lo es. Ahí fue cuando entendí cómo un empleado público escribió las órdenes para mandar vagones de ganado a Auschwitz y pensó que ‘nada mas estaba haciendo su trabajo’. Damas y caballeros, eso es lo que tenemos por delante: la carrera hacia el fascismo”.



La guerra de Irak es ilegal, injusta e inmoral; es un crimen contra la humanidad. El gobierno de Bush considera que la conquista de Irak es un paso clave de su programa global: intimidar al mundo con poderío militar, reforzar el control del Medio Oriente, convertir a Irak en una plataforma militar y política desde la cual lanzar más agresiones, apretar el control de las fuentes internacionales de energéticos, controlar y transformar el arco de países de África del Norte a Asia Central, y fortalecer su posición contra rivales presentes y futuros. Bush justificó la guerra con mentiras calculadas acerca de armas de destrucción masiva y vínculos al 11 de septiembre. Ahora han salido a flote nuevos memorandos sobre las discusiones entre Bush y el primer ministro inglés, Tony Blair, que documentan que Washington estaba resuelto a atacar a Irak incluso si no encontraba las armas de destrucción masiva. Desde la invasión los crímenes de guerra continúan sin parar: la tortura, violación y asesinato de presos iraquíes en Abu Ghraib y otros penales; el uso de armas químicas ilegales, como el fósforo blanco que funde la piel; la destrucción de barrios enteros; la muerte de más de 100,000 iraquíes…

Para ayudar en la gira o llevarla a tu universidad, ponte en contacto con la Comisión de Crímenes de Guerra de Bush en el 212.941.8086 o en commission@nion.us. Las siguientes personas van a participar en la gira: Janis Karpinski, ex brigadier general y ex comandante de la cárcel Abu Ghraib; Craig Murray, ex embajador británico; Scott Ritter, ex inspector de armas de la ONU; Ray McGovern, ex analista de la CIA; Ann Wright, ex embajadora; Michael Ratner, presidente del Centro pro Derechos Constitucionales, y muchas otras personas que hablarán sobre las cinco acusaciones de la Comisión (guerra, tortura, calentamiento global, salud mundial y negligencia ante el huracán Katrina).

El testimonio de la Comisión Internacional Investigadora sobre Crímenes contra la Humanidad del Gobierno de Bush está en la internet en bushcommission.org.

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El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor

Parte 13: La Revolución Cultural, Lucha compleja y liberadora

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

Cada vez más personas se preocupan por el estado del mundo y la suerte del planeta. ¿Tiene que ser así el mundo? No; hay una alternativa mundial concreta: el socialismo y el comunismo. Pero constantemente nos remachan que el socialismo fracasó y que el capitalismo es lo máximo. Toda una generación no ha oído más que el socialismo es una pesadilla. Esa "revisión de la historia" también ha afectado a muchos intelectuales progresistas. El proyecto Pongamos las cosas en claro se propone convertir este ataque ideológico contra el comunismo en un debate enérgico en las universidades sobre el pasado del comunismo y el futuro del comunismo. El economista político maoísta Raymond Lotta está dando una serie de conferencias por todo el país con ese fin. La conferencia "El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor" confronta las mentiras sobre el socialismo, analiza la experiencia y los logros de la revolución bolchevique de 1917 a 1956 y de la revolución china de 1949 a 1976, y plantea la nueva visión de Bob Avakian sobre el proyecto comunista. Revolución está publicando por entregas la conferencia:

Primera parte: Introducción
Segunda parte: Comunismo y socialismo
Tercera parte: La revolución bolchevique estremece al mundo
Cuarta parte: El experimento soviético: El poder proletario abre paso a la revolución social
Quinta parte: El experimento soviético: Se establece la primera economía socialista
Sexta parte: La II Guerra Mundial y sus secuelas
Séptima parte: El gran avance de Mao:La revolución conquista el poder
Octava parte: El avance de Mao: Romper con el modelo soviético
Novena parte: El Gran Salto Adelante
Décima parte: La Gran Revolución Cultural Proletaria en China
Parte 11: Mao sobre las contradicciones en la sociedad socialista
Parte 12: La Revolución Cultural en China, Una irrupción sísmica

Una de las distorsiones más repetidas sobre la Revolución Cultural es que Mao lo manejaba y manipulaba todo, y que fue responsable de todo acto y lucha que ocurrió. Lo responsabilizan de todo caso de violencia. Persiste la noción de que todo salía de un solo centro de autoridad y mando: Mao.

La realidad es que la Revolución Cultural fue una lucha complicada sobre quién dominaría la sociedad: las masas o una nueva clase burguesa. Participaron diferentes clases y fuerzas sociales: maoístas auténticos del partido y las organizaciones de masas; agrupaciones antimaoístas del partido que organizaban a estudiantes, trabajadores y campesinos; fuerzas militares conservadoras; grupos de ultraizquierda; organizaciones populares que se dividieron en campos rebeldes y conservadores; elementos criminales y más. Estaban en juego distintos intereses sociales y motivos. Algunos aprovecharon la Revolución Cultural para resolver sus disputas personales. Frecuentemente los enemigos de Mao dentro del partido, ante ataques políticos, fingían apoyar a Mao e incitaban enfrentamientos y violencia en nombre de la Revolución Cultural, con el fin de desviar el ataque de sí mismos y de desacreditar el movimiento revolucionario.

Sin embargo, durante el transcurso de esta lucha, Mao y la dirección revolucionaria lograron encaminarla en cierta dirección: concentrar la lucha política en los seguidores del camino capitalista más importantes, revolucionar cada vez más la sociedad y hacer que las masas la dominaran cada vez más.

Pensemos en lo que estaba pasando. Mao estaba desencadenando a cientos de millones de personas a luchar y debatir sobre la dirección de la sociedad, y a responsabilizarse del futuro. Nunca había ocurrido nada semejante en toda la historia. En Estados Unidos y otras democracias burguesas, se define la vida política por el voto. Cada cuatro años uno participa en un rito que lo mantiene pasivo y refuerza el statu quo. Pero en la China revolucionaria, brotaron una efervescencia y una agitación social increíbles, lo que es excelente para la sociedad. Y en esa situación no estaba todo bajo control. Algunos Guardias Rojos se pasaron de entusiasmo por eliminar la influencia burguesa en la sociedad y cometieron excesos. En esa atmósfera, Mao y los líderes revolucionarios tenían que guiar a las masas a analizar correctamente la situación, sacar lecciones y conclusiones sobre los métodos de lucha, y consolidar los logros.

La lucha de clases en la sociedad –sobre el camino que seguiría, el socialista o el de vuelta al capitalismo– se concentraba en la cúpula del partido y del estado. Mao no estaba tratando de monopolizar el poder, como nos han dicho tantas veces. Pudo mandar a arrestar a todos sus adversarios pero, como mencioné, no lo hizo, porque eso no hubiera resuelto el problema de impedir que la revolución retrocediera. Mao estaba dispuesto a poner todo en juego, a poner su confianza en las masas y a movilizarlas políticamente a bregar con las cuestiones candentes de la sociedad. Afirmó que la Revolución Cultural era una lucha para derrocar a los seguidores del camino capitalista, pero que, en lo más profundo, buscaba cambiar la concepción del mundo: llevar a las masas a conocer y cambiar conscientemente el mundo y a sí mismas.

Un movimiento revolucionario popular sin precedentes

La Revolución Cultural causó gran debate y cuestionamiento. Hubo manifestaciones políticas, protestas, marchas y reuniones políticas masivas. Se publicaron montones de periódicos: nada más en Pekín salían más de 900 periódicos. Se distribuían incontables volantes mimeografiados. Las materiales y lugares para todas esas actividades se proporcionaban gratis, como papel, tinta, brochas, prensas, salones para mítines y sistemas de sonido.

Los Guardias Rojos ayudaron a extender el movimiento al proletariado. Cuando la Revolución Cultural entró a la clase obrera, dio un viraje. En 1967-68, 40 millones de trabajadores participaron en luchas populares intensas y complejas y levantamientos para reconquistar el poder de las autoridades conservadoras atrincheradas en las organizaciones del partido en municipalidades y alcaldías. Por medio de experimentación, debate y evaluación, y con dirección maoísta, las masas forjaron nuevos órganos de poder político proletario.

El alcance y la intensidad de la Revolución Cultural no tienen paralelo en la historia de la humanidad. La rutina de todos los días se hizo añicos. Gente de todo entorno social participaba en el debate popular.

Los campesinos discutían los valores confucionistas que aún influenciaban su vida. Los obreros de las fábricas de Shanghai experimentaban con nuevas formas de administración participativa.

Nada ni nadie estaba por encima de la crítica. Se pidieron cuentas a las autoridades políticas, administrativas y pedagógicas que se alejaron del pueblo. Los funcionarios ya no podían encerrarse en el despacho a gritar órdenes; tenían que convivir con las masas y conocer su situación.

La Revolución Cultural provocó un profundo cuestionamiento ideológico. Mao dijo que si la revolución no transformaba las costumbres, hábitos y modos de pensar, no era tal. La revolución tiene que dar a luz nuevos valores y una nueva manera de relacionarse. “Servir al pueblo” fue la consigna que Revolución Cultural popularizó. No tiene nada que ver con la idea burguesa de que los ricos hagan actos caritativos para los pobres. Al contrario, se trata de servir las necesidades de la gran mayoría de la sociedad y la causa del comunismo internacional, de poner patas arriba la mentalidad capitalista de “yo primero”.

Lo que Mao enfatizaba es que aunque exista una economía socialista, la propiedad socialista solo será una fachada si no se promueve el espíritu de trabajar por el bien común.

Impacto internacional

No es posible exagerar el impacto que tuvo la Revolución Cultural en otros países. Era una época de auge radical y revolucionario por todo el mundo. La Unión Soviética era totalmente opuesta a la revolución proletaria, pero Mao presentaba la visión de la revolución comunista comprometida hasta el fin.

Les puedo constatar personalmente lo mucho que me impactaron los Guardias Rojos cuando era un joven rebelde en la prepa y la universidad. Yo quería ser como ellos. También me acuerdo de lo emocionante que fue la famosa carta de Mao de apoyo a los negros que se levantaron en Estados Unidos en abril de 1968, tras el asesinato de Martin Luther King. La China maoísta apoyaba la revolución por todo el mundo y hacía la revolución de nuevo dentro de su misma sociedad. Para mí, era increíble. Y lo sigue siendo....

LA PRÓXIMA SEMANA: Lo que logró la Revolución Cultural en la educación y la cultura

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Hay que ver

Revolución #042, 9 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us



De vez en cuando, Revolución publicará recomendaciones de nuestros corresponsales y lectores sobre películas, libros, exposiciones de arte, obras de teatro u otros tipo de eventos culturales. Estas recomendaciones no buscan obtener la aprobación del público, sino contribuir a ampliar la visión de nuestros lectores acerca de lo que ocurre en la actualidad.

De una lectora:

En vista de las luchas de los inmigrantes, quiero recomendar dos películas de hace un para de años que están en DVD.

La primera es Life and Debt de Stephanie Black, que salió en el 2001. Es un documental que retrata con toda claridad los efectos de la globalización y el imperialismo en Jamaica. Con un estilo muy creativo, muestra lado a lado escenas de turistas y de la realidad de las Zonas de Libre Comercio y otros ajustes estructurales impuestos a Jamaica. La película documenta cómo un país imperialista como Estados Unidos, con sus bancos e instituciones financieras, arruina a países como Jamaica.

La segunda película es Dirty Pretty Things,dirigida por Stephen Frears, que salió en el 2002. Se desarrolla en Londres y cuenta la historia de un grupo de inmigrantes “ilegales” de varios países cuyas vidas se cruzan. Muestra adónde tienen que llegar para subsistir. Los principales personajes son

Okwe (Chiwetel Ejiofor), un médico nigeriano que trabaja de taxista de día y de recepcionista de un hotel de noche, y Senay (Audrey Tatou), una joven de Turquía que trabaja en un taller de costura. Es una película conmovedora y perturbadora sobre la realidad que sufren los inmigrantes.

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