Cartas de un lector, tercera parte:
No existe ningún Santa Claus, y no es posible apoyarse en los demócratas para sacar a Trump

Su juego tiene por objeto salvar al sistema, y no derrotar al fascismo

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5 de diciembre de 2019. La carta de ayer exploró el hecho de que, si bien los demócratas y los republicanos representan a fuerzas de explotadores y proponentes de guerra capitalista-imperialistas que se compiten entre sí, Trump representa una amenaza inmediata y extremadamente peligrosa a la humanidad en su conjunto y hay que expulsarlo. Pusimos al descubierto que los demócratas están desarrollando esta lucha según los términos sumamente estrechos de los “intereses nacionales” del imperio estadounidense. Pero es más que eso: parece que los demócratas que están a la cabeza del proceso de destitución —Puercalosi y los demás— en este momento no están tratando de desbancar a Trump, ni siquiera bajo esos términos tan estrechos.

Tomemos un ejemplo: Hace dos semanas, el embajador Gordon Sondland, nombrado por Trump, dijo que “todos estaban al tanto” de los esfuerzos por chantajear a Ucrania para que entregara, o creara, porquerías sobre Joe Biden. Sondland no sólo nombró a Trump, sino también al vicepresidente y fascista cristiano Pence, al secretario de Estado Pompeo, al ex asesor de seguridad nacional maniáticamente agresivo Bolton (ahora en desacuerdo con Trump) y a otros. Otros testigos han implicado de manera similar a personas de alto nivel del régimen. Trump ha violado completamente la Constitución al prohibir que estas personas den testimonio ante el Congreso. El testimonio de estos sujetos haría que esto fuera aún más innegable y quizá podría sacar a la luz más de sus repugnantes porquerías.

Sin embargo, los demócratas se niegan a llevar a estas personas ante el Congreso. Dicen que les preocupa que los tribunales retrasen esto. Si les preocupa una demora, ¿por qué no están convocando a las masas a las calles para demandar que salga la historia completa? ¿Por qué no están llevando a legiones de abogados a los tribunales? En una palabra, ¿por qué no están haciendo todo a su alcance para que todo salga a la luz a fin de ganar?

¿Y por qué están admitiendo virtualmente que después de que se presente el pliego de acusaciones, perderán en el juicio en el Senado? ¿Qué clase de pelea lo es cuando se concede por adelantado que va a perder?

Los tres temores de los demócratas

Los demócratas quieren poner frenos a Trump. Quieren impedir que él traiga a unas potencias imperialistas que se compiten entre sí para ayudarles en su elección. Más en general, están preocupados de que si él se sale con la suya con esto, irá a mayores extremos en la violación de la Constitución y del estado de derecho en sí. Y además, les preocupa que si no hacen nada, perderán legitimidad en una gran parte de aquellos a los que están a cargo de acorralar y controlar.

Esto nos lleva de vuelta a los “tres temores” que Bob Avakian describe en “El individualismo, la BEB y la ilusión del ‘camino indoloro’”. Los demócratas temen tanto a los golpeadores fascistas en el poder como al pueblo. Les preocupa que si ganaran, en tal caso Trump de plano no acataría los veredictos jurídicos o del juicio de destitución. Y en tal caso, los demócratas harían… ¿qué? ¿Despachar al ejército contra Trump y arriesgarse a una escisión en las fuerzas armadas? ¿Declarar ilegítimos los tribunales (llenos de fascistas)? ¿Y luego qué?

Junto con esto y de más importancia, los demócratas no quieren arriesgarse a la agitación que implicaría al desencadenar a las masas, o contra las escandalosas maniobras que están en marcha en este momento para bloquear el proceso de destitución o cualesquiera maniobras aún más escandalosas que podrían surgir posteriormente. En el citado escrito sobre la BEB, BA escribe:

Temen a las personas que están enojadas por lo que representan Trump y Pence. No quieren que esas personas salgan a las calles, a menos que estén contenidas dentro de los límites estrechos de lo que el Partido Demócrata, y el sistema al que sirve, pueden permitir. ... Esa es una de las peores pesadillas de Puercalosi y Compañía, no solo debido al potencial de un enfrentamiento combativo con los fascistas, sino porque las personas podrían salir completamente del control del Partido Demócrata, y de todo el sistema del cual los demócratas son representantes, funcionarios y ejecutores.

¿Qué es lo que nosotros deberíamos hacer?

Aquellos que sí ven la necesidad de expulsar al régimen de Trump y Pence deberían tomar nota de esto. El fantasma de las masas en las calles es la pesadilla de ellos. Pero para la humanidad en todo el mundo, la visión de millones de personas que protesten en las calles de Estados Unidos contra este régimen, al tiempo que hagan y debatan preguntas sobre qué tipo de sistema engendra un régimen tan monstruoso, sería una visión realmente bienvenida. Y esto es lo que NOSOTROS debemos hacer.

El futuro está por escribirse. Si millones de personas inundaran las calles, incluso un proceso de destitución fuertemente limitado podría desempañar un papel en proporcionar una mayor oportunidad para esa lucha. Pero sin que las masas actúen desde abajo, eso no serviría de nada. Peor aún, podría dejar a los fascistas heridos, con la necesidad de contraatacar, y con la iniciativa de hacerlo. Y dejará a aquellos que resultaran golpeados por ellos en una posición de pasividad y/o colaboración.

A esa luz, las Perturbaciones Decembrinas convocadas por Rechazar el Fascismo representan la dirección que necesitamos con urgencia.

La anterior, Segunda parte: La estrategia de los demócratas para el proceso de destitución: ¿al servicio de los intereses de quién?

La siguiente, Cuarta parte: Gallagher, Graham y Barr: Cómo los fascistas se proponen luchar hasta el final.

 

 

 

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