El secuestro de hijos, la deportación de sus padres — el corazón sádico de un régimen fascista

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Niños retenidos debajo de un puente, El Paso, Texas, abril 2019. Foto: @IGD_news

 

Los abismos de la crueldad del régimen de Trump y Pence son ilimitados. Esta semana, un documento judicial presentado por los abogados del régimen reveló que no se han localizado los padres de 545 niños inmigrantes secuestrados y separados sistemáticamente de sus padres por el gobierno de Estados Unidos en 2017. Esto significa que muchas de estas familias posiblemente nunca se reúnan.

En 2017, el régimen fascista comenzó un “programa piloto” de separar a las familias de inmigrantes que solicitaban asilo en la frontera entre Estados Unidos y México. En 2018, esto se estatuyó como la política de “tolerancia cero” del gobierno. Separar a las familias era el punto de “tolerancia cero” —proveniente de los niveles superiores del régimen—, no era un subproducto, o algo llevado a extremos por los ejecutores de bajo nivel. Mientras la indignación y la protesta en contra de la separación y la deportación de las familias y el encierro de los niños en jaulas estallaba en todo Estados Unidos, el comandante fascista Trump bramaba: “Estados Unidos no será un campo de migrantes... no en mi mandato”.

Jeff Sessions, en ese entonces el procurador general federal, anunció: “Si coyotean a extranjeros ilegales a través de la frontera, en tal caso los procesaremos por coyotaje”. Si usted trafica con un niño [es decir, si usted es madre o padre que solicita asilo con su hijo], en tal caso ellos lo procesarán y ese niño será separado de usted como lo exige la ley”. El New York Times informó que el agente número uno de Sessions, Rod Rosenstein, “fue a mayores extremos en un segundo llamamiento una semana después”, diciendo a los fiscales que “no importaba qué tan jóvenes que fueran los niños”. Les dijo a los fiscales que el objetivo de Sessions era “crear un factor disuasorio más eficaz para que todos creyeran que tuvieran un riesgo de ser procesados”.

Más de 5.000 niños, entre ellos bebés, fueron separados de sus padres durante ambas fases de esta política del gobierno de Estados Unidos. A muchos los encerraron en jaulas y los retuvieron en celdas de congelación.

En junio de 2018, un tribunal federal ordenó que el gobierno pusiera fin a las separaciones de familias y reuniera a las familias divididas tras el anuncio de “tolerancia cero” de Sessions. En enero de 2019, un juez ordenó que el gobierno federal también buscara a los 1.556 niños separados de sus padres durante el año del “proyecto piloto”. La mayoría de estos padres habían sido deportados desde hacía mucho tiempo, y los niños fueron entregados a patrocinadores — en algunos casos, a otros familiares o amigos de los padres, algunos a hogares de acogida. Los abogados que trabajan con el grupo Justice in Motion [Justicia en Movimiento]1 comenzaron a buscar en México y en los países centroamericanos a los padres de los niños que aún se encontraban en Estados Unidos. Pero el embate del coronavirus hizo el trabajo mucho más difícil de lo que ya era. Y esta semana se supo que aún no habían reunido a 545 niños con un padre.

El dolor infligido a todos estos niños es incalculable y duradero. En un artículo de Scientific American, Alan Shapiro, profesor clínico ayudante en pediatría en el Colegio de Medicina Albert Einstein, examinó el daño psicológico y físico causado por la separación familiar. Dijo que “cuanto más joven eres cuando estás expuesto al estrés... más probable es que tengas consecuencias de salud negativas”. Estos problemas de salud pueden conducir a “cambios en la arquitectura del cerebro, lo que implica que en el futuro los niños [separados] podrían terminar con serios problemas de aprendizaje, desarrollo y salud” y “condiciones médicas crónicas de larga duración como enfermedades cardiovasculares, hipertensión, obesidad, mayores tasas de cáncer y una disminución de la longevidad”.

El régimen fascista de Trump y Pence sigue encarcelando y deportando a niños, algunos de ellos de tan sólo un año de edad, en la frontera. Los niños puestos bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, con o sin sus padres, son puestos en hoteles, donde son “supervisados” por trabajadores del transporte. Los hoteles están fuera del sistema oficial de detención y no los protegen las políticas que supuestamente impiden el abuso o requieren el acceso a teléfonos, alimentos sanos y atención médica y de salud mental. Los padres y los abogados no tienen forma de encontrar a estos niños ni de monitorear su bienestar mientras están en custodia, lo que dura hasta que pongan a los niños en un avión de vuelta a su país de origen.

Durante años los fascistas en el poder han persistido en políticas que maximizan la separación de las familias inmigrantes. Cada vez que se pone un obstáculo legal en su camino, pronto lo dejan de lado. Como Bob Avakian escribió en su serie Donald Trump — RACISTA GENOCIDA: “Mucha gente ha señalado que todo esto es el tipo de cosas que Hitler hizo para ‘satanizar’ y ‘criminalizar’ a los judíos al ponerlos en campos de concentración, y luego asesinó a 6 millones de ellos”.

 

Fuentes:

Parents of 545 Children Separated at U.S. Mexico Border Still Can’t be Found, NPR, 20 de octubre de 2020.

Officials said in 2017 that separated migrants under 12 couldn’t find parents on their own, NBC News, 9 de octubre de 2020.

How COVID-19 Has Impacted the Search for Separated Families, KQED, 21 de septiembre de 2020.

Jeff Sessions and Kirstjen Nielsen defend the Trump administration’s ‘zero tolerance’ immigration policy, CNBC, 18 de junio de 2018.

This is the Trump administration’s reasoning for separating families at the border, Business Insider, 19 de junio de 2018.

Lawyers can’t find the parents of 545 migrant children after separation by Trump, Vox, 21 de octubre de 2020.

Federal judge orders reunification of parents and children, end to most family separations at border, CNN, 27 de junio de 2018.

Separating Families May Cause Lifelong Health Damage, Scientific American, 20 de junio de 2018.

A Private Security Company Is Detaining Migrant Children at Hotels, New York Times, 16 de agosto de 2020.

 


1. El gobierno de Estados Unidos no ha hecho ningún esfuerzo por movilizar sus recursos humanos y tecnológicos para tratar de encontrar a los niños que deportó y reunirlos con sus padres. La ardua tarea de localizar concretamente a los niños deportados de los Estados Unidos a México, Guatemala, Honduras y El Salvador ha recaído principalmente en un grupo de voluntarios concienzudos y valientes de Justice in Motion, una organización sin fines de lucro integrada por voluntarios.

La CNN describió la manera en que Dora Melara, una abogada voluntaria de Justice in Motion, viaja a zonas remotas de Honduras en busca de pistas en casos que nunca imaginó que tardaran tanto tiempo en resolverse: “Hay lugares en los que prácticamente hay que trepar montañas para llegar a ellos. Y cuando llego, me dicen: ‘Ya no vive aquí’”. La tarea de Melara y otros voluntarios se ha vuelto mucho más difícil debido a la propagación del coronavirus. Pero ella dijo: “Esto es algo que todavía está afectando a muchas familias. Hasta que no se haya encontrado a cada uno de los padres de familia, pues para mí, esto no ha terminado”. Incluso cuando ella pasa días tratando de localizar a una madre o padre, a menudo en una aldea remota, sólo termina por enterarse de que la madre o padre ya no se encuentra ahí, dijo que ella y otros no se desesperan. “Pensamos en ello como que ‘ahora hemos dado el primer paso para encontrarlos’”. [volver]


McAllen, Texas, marzo 2019. Foto:  AP


Centro de detención Ursula, McAllen, Texas, junio 2018. Foto: U.S Customs and Border Patrol/PAP/EPA.

 

 

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