8 de marzo de 2024

Han pasado cuarenta y cinco años desde la rebelión contra el decreto obligatorio del hiyab de Jomeini. Esta fue una declaración de guerra contra las mujeres por parte de esta República teocrática fascista de Irán — una guerra que aún arde. Durante estos 45 años, la resistencia de las mujeres tuvo momentos destacados, como el levantamiento “Mujer, Vida, Libertad”, pero la resistencia no ha podido pasar a una revolución para derrocar al régimen islámico. La pregunta es: ¿hasta cuándo nos vamos a rebelar simplemente contra las condiciones de esclavización? Como sabemos, lo máximo que pueden lograr estas rebeliones es sacudir las cadenas de los esclavos, no romperlas. ¡La necesidad de una revolución clama a gritos! ¿Cómo debemos actuar para prepararnos para la revolución y hacerla realidad? ¿Permitiremos que otro régimen reaccionario ocupe el lugar de este régimen reaccionario opresivo, como ocurrió hace 45 años? ¿Vamos a permitir que se produzca otra catástrofe? Si no, ¿qué papel desempeñará el poder de las mujeres como fuerza impulsora de la revolución? ¿Cómo nos preparamos ahora para una revolución y una guerra contra este régimen?

Con el derrocamiento del régimen del Sha y el ascenso al poder de la República Islámica, la opresión de las mujeres adoptó formas aún más terribles. La República Islámica creó una combinación peculiar de relaciones sociales islámicas y parecidas a la esclavitud y relaciones capitalista-imperialistas que redoblaron las cadenas de la esclavización de las mujeres. 45 años de gobierno teocrático en Irán han demostrado que dondequiera que esté en el poder el fundamentalismo religioso, reinarán el patriarcado supremacista masculino y la misoginia violenta.

La opresión de las mujeres y las relaciones sociales supremacistas masculinas y patriarcales están haciendo metástasis e intensificándose en todo el mundo. De hecho, ésta es una característica universal del sistema capitalista y forma parte de su funcionamiento normal. Pero en las últimas décadas ha habido cambios importantes en el contexto del sistema capitalista global que han llevado a las mujeres a la esfera económica de una manera sin precedentes, lo que ha transformado y “feminizado” la fuerza laboral y “feminizado” la pobreza. Este es un fenómeno global que incluye también a Irán. Estos cambios han sacudido las estructuras de las relaciones supremacistas masculinas y patriarcales y, en respuesta, las clases dominantes de los países del “Norte global” y del “Sur global” han buscado cada vez más fortalecer la familia y los valores tradicionales. Esto ha incluido la reafirmación de los privilegios masculinos, azuzando una cultura de odio contra las mujeres independientes, asesinatos y torturas gubernamentales para imponer el uso obligatorio del hiyab, y en Estados Unidos, se ha abolido el derecho al aborto a fin de imponer el parto y maternidad.

La falla sísmica de la opresión de las mujeres se ha convertido en el ejemplo más evidente de qué tan completamente podrido y anticuado está el sistema capitalista en realidad. Esta falla sísmica, y su movimiento y desarrollo, genera constantemente fuerzas sociales masivas a escala mundial, cuya emancipación depende del desarraigo revolucionario de las relaciones de propiedad tradicionales y las formas de pensar tradicionales — una falla sísmica que puede sacudir el sistema capitalista global con grandes explosiones, y aumentar la posibilidad de derrocarlo.

Las mismas fuerzas impulsoras y movimientos del capitalismo que han [intensificado] la opresión de las mujeres y la han convertido en una falla sísmica fuerte para el sistema capitalista han colocado a la humanidad en una encrucijada, como lo señala [el líder revolucionario] Bob Avakian en su análisis notable y brillante, la coyuntura de “un futuro terrible, o verdaderamente liberador”. Las propias dinámicas del sistema capitalista imperialista que engendran cambios implacables en el mundo ponen al sistema mismo a gran riesgo. La compulsión del imperialismo estadounidense y su guarnición militar en el Medio Oriente (Israel) a llevar a cabo el genocidio en Gaza, y la guerra de sustitutos entre los imperialistas rusos y la OTAN en Ucrania, son señales de que es necesario que el mundo imperialista se reordene nuevamente. Pero el resultado de este reordenamiento nunca debe dejarse en manos de los imperialistas ni de estados reaccionarios como Irán, Israel, Pakistán, Turquía, Afganistán, etc., que son clientes de tal o cual potencia imperialista y sirvientes del sistema capitalista global. La creación de un mundo nuevo la tiene que hacer la gente del mundo mediante revoluciones comunistas. De lo contrario, la situación actual conducirá a un futuro verdaderamente “terrible”.

Las guerras destructivas, los genocidios y los levantamientos de la gente en varias partes del mundo son ejemplos de la manera en que los cambios continuos en el mundo están socavando los marcos de los estados imperialistas, causando fracasos que los hacen maduros para el derrocamiento.

Pero el camino hacia la revolución todavía está bloqueado. El funcionamiento normal del capitalismo y las políticas de los poderes gobernantes han convertido a la mitad [femenina] de la humanidad en el objetivo de su brutal ataque, que va más allá de las diferencias de clases que existen en este mismo grupo objetivo. Desafortunadamente, la gran mayoría de esta fuerza social que necesita con mucha urgencia una revolución no sabe nada sobre la revolución y la manera de erradicar la opresión de las mujeres, sobre cómo crear una sociedad en la que la gente ya no esté dividida en clases, en “mujeres” y “hombres”, en diferentes razas y naciones.

¡La hora es tarde! Preparémonos a nosotros mismos y a la gente para acontecimientos trascendentales

De manera urgente, debemos realizar intervenciones revolucionarias (en todos los levantamientos grandes y pequeños) de mujeres y ganarlas para un movimiento cuyo objetivo es prepararse para una revolución comunista basada en el Nuevo Comunismo: ¡Un movimiento para la revolución!

Esta es una necesidad urgente para la liberación de toda la humanidad. Con la sangrienta supresión del levantamiento de Jina y su posterior reflujo, muchos cayeron en un mar de desmoralización y desesperanza. Si tuvieran una comprensión científica de la situación y del camino hacia la única solución (es decir, la revolución ), habrían experimentado menos desesperanza. Por lo tanto, hay que dejar de lado la pasividad política. La situación en Irán y en el mundo cambiará constantemente. En todo el mundo se avecinan gran tumulto y caos. Sin entender por qué esto está sucediendo y cómo está conectado con la opresión y explotación desenfrenadas contra decenas de millones de personas en Irán, y los crímenes de la República Islámica contra las mujeres, nunca se entenderá la verdadera solución y la manera de alcanzarla.

Las masas de personas sienten profundamente la necesidad de un cambio radical. Para que vean que existe una verdadera manera de obtener ese cambio, tenemos que luchar contra las concepciones del mundo y perspectivas políticas equivocadas que prevalecen entre las masas. Ésas tienen que comprender, con la ciencia, que no es posible obtener nada positivo alineándose con la República Islámica de Irán o con el imperialismo estadounidense. Cualquiera que odie al imperialismo estadounidense debe odiar también a la República Islámica y quien odie a la República Islámica debe odiar al imperialismo estadounidense. Esta es una parte integral de la plataforma política para la emancipación en Irán y es decisiva para forjar un “movimiento para la revolución”. Debemos reventar la jaula de las perspectivas nacionalistas entre los activistas políticos y las masas de personas, para que puedan liberarse de sus limitaciones intelectuales.

Cuando sean capaces de examinar la realidad del mundo con precisión y profundidad científica, verán, por un lado, cómo la República Islámica e Israel y las potencias imperialistas de “Occidente” y “Oriente” están completamente entrelazados y, por otro lado, qué tan entrelazados lo están los varios miles de millones de personas oprimidas y explotadas del mundo. Y sentirán de todo corazón el verdadero significado de “El género humano es la Internacional”, y nunca abandonarán este sentimiento que tiene su base en la realidad material. 

También debemos descartar la política de la identidad y la política relativista y todas las formas de actividad que hacen perder el tiempo. Aquellas mujeres con ilusiones democráticas burguesas, que esperan que los poderes gobernantes y los organismos “internacionales” le echen más que un vistazo superficial a los “derechos de las mujeres”, son, en el mejor de los casos, personas ingenuas que se han acostumbrado a su esclavización y están invitando a otros a acostumbrarse a ella también. Estas tendencias intentan sacar del escenario la verdadera alternativa de la revolución y expulsar a los comunistas revolucionarios de los escenarios de lucha. Conciliarse con movidas tan reaccionarias sólo sirve para fortalecer las cadenas de la esclavitud.

Nada excepto el Nuevo Comunismo puede proporcionar una comprensión científica de la realidad a las masas de personas, y a aquellos que genuinamente buscan comprender “cuál es el problema y cuál es la solución”. Cualquiera que quiera ser un luchador por la emancipación humana nunca debería desperdiciar la vida en movimientos cuyo objetivo no es la transformación radical de la sociedad, que carecen de una estrategia bien desarrollada y una organización bien planificada para luchar hasta el final por semejante transformación. Estos otros caminos condenarán a la gente al marco del status quo y el resultado será realmente terrible.

El levantamiento de Jina asestó audazmente un golpe a la torre y los baluartes de la esclavización patriarcal/supremacista masculina en Irán, brindando una muestra de la enorme capacidad de las mujeres para ser una fuerza emancipadora para la humanidad, que puede convertirse en el ariete de una revolución para erradicar toda la opresión y explotación que nos envuelve. El Medio Oriente, Irán y el mundo entero están preñados de acontecimientos enormes e impredecibles. En todos estos acontecimientos, el programa y las fuerzas organizadas de la revolución comunista deben estar en escena, aunque los comunistas revolucionarios sean [actualmente] una fuerza pequeña. Deberían estar presentes y ayudar a la gente a ir contra la corriente y a apreciar las oportunidades revolucionarias escondidas en el corazón de esta situación. La noticia de que “¡La revolución es la única solución!” y el hecho de que la humanidad en este preciso momento pueda abrir el camino hacia adelante a esta solución con el Nuevo Comunismo, debe conectarse con los rebeldes —de los levantamientos de Jina y de las muchas otras rebeliones que se vislumbran en el horizonte— para poder activar a nuevos tribunos proponiendo una línea verdaderamente revolucionaria en cada rincón de la sociedad.

Partido Comunista de Irán (mlm) 
marzo 2024