Durante la semana pasada, el levantamiento estudiantil para detener el genocidio israelí de los palestinos respaldado por Estados Unidos se ha extendido y fortalecido, mientras que la represión en su contra se ha intensificado. Las protestas se han extendido a más de 100 campus universitarios en Estados Unidos y a dos docenas en otros países. La columna vertebral de este movimiento son miles de estudiantes universitarios, inclusive en las universidades de “élite”, que se están arriesgando al futuro y al cuerpo por lo que ven, con razón, como una responsabilidad moral de demandar que sus escuelas retiren los fondos del estado de Israel, y se ponga fin a su complicidad con el terror que se está infligiendo sobre el pueblo palestino.

Ha habido más de 2.300 arrestos en los campus, los estudiantes han sido objeto de gases lacrimógenos y balas de goma; se han desalojado los campamentos de solidaridad. Esto ha contado con el aval y aliento de parte de los dirigentes políticos de ambos partidos, quienes calumnian a los manifestantes por “antisemitas”, “violentos”, “agitadores externos” e incluso “terroristas”.

¿Por qué está cayendo esta represión con tanta dureza sobre los manifestantes estudiantiles que demandan un fin del genocidio? El líder revolucionario Bob Avakian lo desmenuza así:

Debido a que están en juego los intereses fundamentales del capitalismo-imperialismo estadounidense. Debido a que Israel desempeña un “papel especial” de bastión de apoyo fuertemente armado para el imperialismo estadounidense en una parte estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la perpetración de atrocidades, algo que ha contribuido a mantener el dominio opresivo del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo.

Además, esta represión está ocurriendo debido a que los representantes de la clase dominante estadounidense reconocen claramente que si los jóvenes, especialmente en las universidades de “élite”, empezaran a cuestionar con seriedad y a actuar en contra de lo que este sistema está haciendo —si el sistema “perdiera la lealtad” de grandes números de estos estudiantes—, eso podría ser un factor importante en la creación de una verdadera crisis para el sistema en su conjunto, como lo que ocurrió en los años 1960: una crisis, ahora más que nunca, que en realidad este sistema no puede darse el lujo de permitir, en un momento en que profundas divisiones ya están desgarrando al país entero, con choques agudos ahí mero entre las fuerzas gobernantes. Por lo tanto, al mismo tiempo que los poderes gobernantes en Estados Unidos están fuertemente divididos, están firmemente unidos en su determinación de castigar e intimidar especialmente a los estudiantes de las universidades de élite los que se han pasado al frente para protestar contra la masacre genocida de los palestinos. La clase dominante desesperadamente quiere impedir que una oposición a sus intereses fundamentales se extienda y active a masas de personas, de todas partes de la sociedad.

Pero los estudiantes no han retrocedido y, al contrario, han respondido con más fuerza y más determinación.

Todo esto encierra implicaciones potencialmente profundas para el surgimiento de un pueblo revolucionario —y una verdadera oportunidad para una revolución— en los días, semanas y meses por venir.

Feroz represión

Esto da una idea de lo que ha pasado en algunos de los campus clave:

• En la Universidad de Tulane en Nueva Orleáns, la policía asaltó en dos ocasiones en dos días a un campamento de tiendas de campaña: el 30 de abril, policías a caballo recorrieron el campamento, causaron algunos daños y pánico, arrestaron a algunas personas, pero no fueron capaces de expulsar a los manifestantes. Luego, el 1º de mayo, más de 100 agentes de la policía de Nueva Orleáns, policías estatales y policías universitarios lanzaron un segundo ataque — en esta ocasión utilizaron vehículos blindados y se equiparon con cascos y chalecos antibalas. Algunos habían desenfundado sus revólveres— literalmente se parecía a una zona de guerra. Los policías arrestaron a otras 14 personas, en algunos casos “llevadas a rastras”. Un video muestra a manifestantes coreando: “No vemos ningún motín aquí; ¿Por qué se llevan equipo antimotines?” mientras la policía derribaba el campamento.

• En la Universidad de Washington en St. Louis, el 24 de abril, Steve Tamari, un profesor de historia de 65 años de edad, filmaba a los policías brutalizando a algunos estudiantes. Un video muestra cómo cuatro policías corpulentos lo atacan, lo tiran al suelo, lo golpean y luego arrastran su cuerpo inerte sobre el terreno. Fue hospitalizado con nueve costillas fracturadas y una mano rota — según informes, un médico le dijo que tenía suerte de estar con vida.

• En el Colegio Dartmouth en New Hampshire, los estudiantes montaron un campamento al aire libre. Dos horas más tarde, la rectoría ordenó un ataque policial que detuvo hasta 90 personas. Una de ellas fue la Dra. Annelise Orleck, de 65 años de edad, que ha dado clases ahí durante décadas. Orleck filmaba a los policías cuando la derribaron, la ataron con cintas y se la llevaron a la cárcel. La Dra. Orleck comentó que llevaba 34 años en Dartmouth y: “Ha habido muchas protestas, pero nunca, jamás, he visto a la policía antidisturbios en los terrenos”.

• En la Universidad de California-Los Ángeles [UCLA], policías y agentes de seguridad privada que rodeaban al campamento permanecieron al margen por cinco horas el 30 de abril mientras una turba pro Israel atacaba violentamente a los manifestantes no violentos. Estos golpeadores lanzaron fuegos artificiales, utilizaron gas pimienta y acorralaron a personas aisladas, golpeándolas con palos y tablas. Al menos 15 resultaron heridos; un hombre tenía una herida en la cabeza la que para cerrarse, requirió 14 grapas, pero el ataque no logró abrumar al campamento. Sin desanimarse, el 1º de mayo, cientos de manifestantes reconstruían el campamento, pero fueron atacados por otro ejército de golpeadores — el Departamento de Policía de Los Ángeles [LAPD]. El jueves, cientos de puercos policías tomaron por asalto el campamento, mientras helicópteros sobrevolaban, lanzaban granadas aturdidoras y disparaban balas de goma. Los manifestantes corearon “¡No nos vamos, no tenemos miedo!” Después de arrestar a 210 personas, la policía desmanteló el campamento. (Para obtener un informe detallado sobre los acontecimientos en la UCLA, consulte el episodio de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! que se estrenó el 2 de mayo).

• En la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, ahora ha salido a la luz que además de las granadas de choque, al menos un policía desenfundó su revólver y disparó. Afortunadamente, nadie resultó herido ni muerto, pero ¿qué significa que policías antidisturbios armados se acerquen a un grupo de manifestantes —cuyo único acto de “violencia” había sido romper una ventana— como si fueran a declarar la guerra a un cartel de la droga? ¿Y que, en una versión tras otra, esto es lo que ha pasado en decenas de universidades alrededor de Estados Unidos?

Todo esto es tan sólo una pequeña muestra de las medidas terroristas de estado policial que se están desatando contra el movimiento anti-genocidio. Estos ataques no guardan ninguna relación con las acusaciones falsas y escandalosas de que estos movimientos son “violentos” o “antisemitas”, y menos aún con la ridícula afirmación hecha por muchos rectores universitarios de que “estamos 100% a favor del derecho a protestar, pero tenemos una regla estricta contra las tiendas de campaña en el campus”.

La realidad es que las demandas de estas protestas, y el desenmascaramiento por parte de los manifestantes a la naturaleza criminal de la guerra israelí-estadounidense contra Gaza, asestan un golpe al mero corazón de los intereses del sistema capitalista-imperialista gobernante. Una discusión con seriedad sobre estas demandas para colmo está fuera de consideración, por la razón básica de que tener que defender en público crímenes de guerra masivos, limpieza étnica y genocidio también perjudicaría gravemente los intereses del imperialismo estadounidense. Así que lo único que les queda es una combinación de viles calumnias y represión violenta... y al parecer ellos no tienen “límites” a ninguna de éstas.

Manifestantes valientes siguen volviendo, más a fondo y además más ampliamente

Sin embargo, lo que es aún más llamativo que estos asaltos, y el total desprecio por sus tan alardeadas “libertades”, es que el efecto hasta ahora ha sido de fortalecer al movimiento y generar nuevo apoyo.

• Después de que 108 personas fueran arrestadas en el campamento de Columbia el 18 de abril, se establecieron otras docenas de campamentos en todo Estados Unidos. Los estudiantes de Columbia iniciaron un nuevo campamento el mismo día de los arrestos y lo mantuvieron en las narices de constantes amenazas. El día después de que Columbia fuera “despejada” de manifestantes en una redada aún más violenta y militarizada el 30 de abril, los manifestantes celebraron una conferencia de prensa masiva en la calle fuera de las rejas, 100 profesores y personal realizaron una manifestación en apoyo a los manifestantes, y el capítulo de Columbia de la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios (AAUP) convocó a un voto de censura contra la presidenta de Columbia, mientras que la AAUP de Barnard College (parte de Columbia) votó unánimemente por censurar a su presidente.

• También un día después de la redada del 30 de abril en Columbia —y de una redada esa misma noche en el City College de Nueva York (CCNY) con arrestos masivos de estudiantes ahí—, los estudiantes de la Universidad de Fordham en Manhattan montaron un campamento ahí, diciendo cosas como: “Conocedores de lo que vivieron los estudiantes de Columbia, es inspirador”. El DPNY [Departamento de Policía de Nueva York] inmediatamente emprendió una embestida en su contra esa misma noche — en esta ocasión sumaron drones a su arsenal de armamento y arrestaron a “múltiples manifestantes”, y la universidad también suspendió a un número no revelado de estudiantes. ¡Los manifestantes se tomaron las calles gritando que ser suspendido era “nada menos que un honor”!

• En Portland, Oregón, los manifestantes de la Universidad Estatal de Portland (UEP) habían establecido un campamento al aire libre durante una semana y habían ocupado una biblioteca durante tres días. El 2 de mayo, policías municipales y estatales incursionaron en ambos campamentos. Consiguieron detener a unas 30 personas, pero luego se encontraron con cientos de estudiantes de la UEP que bloqueaban sus furgonetas. Los policías respondieron con fuerza, inclusive con gas pimienta, y pudieron llevarse a algunas personas. Pero, “después de que la policía se fue, los manifestantes rápidamente reemplazaron las barricadas y carteles, y restablecieron su presencia en el campus”.

• Después de que la policía municipal de Atlanta y los policías del Estado de Georgia atacaran a un campamento en la Universidad Emory, accionando pistolas eléctricas Táser, rociando con gas pimienta y/o arrestando a varias docenas de personas, y después de que el gobernador de Georgia declarara que “los campus universitarios… nunca serán un refugio seguro para aquellos que promueven el terrorismo y el extremismo”, 200 profesores de Emory realizaron una huelga el último día de clases y llamaron a la dimisión del rector de la universidad. Un profesor afirmó: “Rectoría fue despiadada. El uso de la violencia contra los estudiantes y los profesores que ejercían el derecho a la libre expresión de forma no violenta es atroz. Es una traición a lo que es una universidad”. Dos días después hubo otra protesta de masas en el campus, y el vídeo del arresto de la jefe de la Facultad de Filosofía se viralizó, con 20 millones de visitas.

• En la Universidad de Princeton en Nueva Jersey: 15 estudiantes iniciaron una huelga de hambre y declararon: “Millones de habitantes de Gaza continúan sufriendo debido al asedio actual por parte del estado de Israel. Dos millones de habitantes se enfrentan ahora a una hambruna hecha por el hombre” y “se niegan a ser cómplices del genocidio”.

• Y a pesar de la suspensión de miles de estudiantes y su exclusión de las ceremonias de graduación, estallaron protestas vibrantes en varias ceremonias, como en la Universidad de Michigan y la Universidad de Indiana . Una joven que participó en un plantón dijo: “Creo que a veces da miedo hacer lo correcto. Estaba asustada. Pero la gente se está muriendo y es imposible que yo no pueda hacer algo al respecto”.

La valentía de estos estudiantes está obligando a otros —en los campus y por toda la sociedad— a tomar posición. Un estudiante arrestado en la Universidad de Texas dijo: “Ni siquiera sabía que había una protesta hoy, pero una vez que recibí tres mensajes de texto de parte de la policía diciendo que todos en el jardín sur debían dispersarse o ser arrestados, me sentí compelido a ir y ofrecer algo de apoyo”.

Los propios estudiantes han expresado su determinación de no detenerse hasta que termine el genocidio del pueblo palestino.

Después de un arresto en masa en la UCLA, un periodista le preguntó a un estudiante que estaba en una fila de arrestados a la espera de ser procesado por la policía: “¿Es este el fin de las protestas?” Su respuesta fue: “No, para nada… La gente volverá. La gente volverá. No es el final… hasta que termine el genocidio, y la financiación, hasta que termine el genocidio, los miles de millones de dólares gastados”.

Después del ataque proisraelí (sionista) a los manifestantes de la UCLA, un grupo de estudiantes emitió un comunicado que decía: “Los ataques sionistas, su uso de armas químicas, su odio, su destrucción, no son más que un microcosmos del genocidio en Gaza. La universidad preferiría vernos muertos antes que desinvertir... Llame a la UCLA, proteja a sus compañeros de estudios y exija lo que necesitamos: una desinversión de los sistemas de muerte que lucran con los bombardeos indiscriminados y un llamado a poner fin al genocidio en Gaza y a la ocupación de Palestina”. Otra declaración señaló: “Hoy es el día 207 de la campaña genocida de Israel contra Gaza y 76 años desde la ocupación israelí de Palestina”, y terminó así:

Reviviríamos esta semana una y otra vez si eso significara la liberación de Palestina y siguiéramos comprometidos con nuestra justa causa, tal como deberían hacerlo todos ustedes. No nos cesaremos, no nos dejaremos.

Se concentran los golpeadores fascistas tipo Estados Unidos Ante Todo y MAGA [Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza]

Las protestas estudiantiles no sólo se han topado con una despiadada represión estatal, sino que han venido aumentando los casos de la unión de golpeadores sionistas violentos con turbas fascistas tipo MAGA y pro cerdos policías, incluidos grandes cantidades de chicos racistas de las fraternidades para defender a Estados Unidos y su perro de ataque Israel.

En la UCLA, se dio una manifestación pro-sionista de cientos de personas envueltas en las banderas estadounidense e israelí. Luego, tan sólo dos noches después, una turba de violentos golpeadores sionistas atacó al Campamento de Solidaridad con Gaza (vea arriba). Después de horas del ataque sionista, cuando la policía por fin sí entró marchando al campus para intervenir, los sionistas comenzaron a corear “Estados Unidos, Estados Unidos”. La presencia de la policía sí provocó que los sionistas abandonaran el campus, pero no hubo arrestos de los individuos que empuñaban barras de metal, tablas, spray para osos y otras cosas para golpear a los estudiantes.

La bandera estadounidense, como símbolo del chovinismo y el dominio estadounidense en el mundo, se ha convertido en una concentración de esta lucha.

El 30 de abril, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, tuvo un berrinche porque los manifestantes en la CCNY habían quitado la bandera estadounidense e izado una palestina. Adams farfulló: “Pues, esa es nuestra bandera nacional… Es despreciable que las escuelas permitan que la bandera de otro país ondee en nuestro país. Así que cúlpenme por estar orgulloso de ser estadounidense”.

El 1º de mayo, se produjo una batalla alrededor del asta de la bandera en la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Chapel Hill. Poco después de ser expulsados de su campamento en el cuadrángulo del campus, un grupo de manifestantes anti-genocidio regresaron, arriaron la bandera estadounidense e izaron la bandera palestina y bailaron alegremente alrededor de ella. El canciller interino hizo un gran espectáculo al marchar hasta el asta de la bandera con un batallón de policías para volver a izar la bandera estadounidense mientras una multitud pro estadounidense y pro israelí aplaudía y coreaba “Estados Unidos, Estados Unidos”. Un grupo de chicos de fraternidad detuvo un segundo intento de quitar la bandera estadounidense y se produjo un enfrentamiento. Al final, los funcionarios decidieron, por razones que no están claras, quitar la bandera estadounidense, dejando el asta vacía, por ahora.

A raíz de esto, los “chicos de fraternidad” se convirtieron en celebridades reaccionarias, con más de 500.000 dólares recaudados para darles una “pachanga”. Republi-fascistas como Trump y el senador por Carolina del Norte Lindsey Graham los elogiaron como “héroes”.

El 3 de mayo, un pequeño —pero valiente y decidido— plantón por Palestina en la Universidad Estatal de Luisiana se encontró con una creciente turba de contramanifestantes fascistas, a la que más tarde se le unió un senador fascista, que coreaban Estados Unidos, Estados Unidos, y agitaban la bandera estadounidense.

Y en la Universidad de Misisipí, en un incidente extremadamente feo que demostró que la mentalidad de linchadores sigue siendo poderosa y, de hecho, está regresando envuelta en sombreros MAGA y banderas estadounidenses, una turba aullante de lunáticos rodeó y se burló de una mujer negra que defendía a Palestina. Lea aquí en inglés una historia más completa.

Lo que tiene que darse ahora

Como dice la declaración del Cuerpo Revcom Por la Emancipación de la Humanidad:

Ahora mismo, tienen que darse tres cosas:

[1] ¡Que se amplíe la resistencia al genocidio en Gaza — en las universidades y en toda la sociedad!

[2] ¡Que se defienda a TODOS los estudiantes y manifestantes anti-genocidio! ¡NO se permita que ellos dividan y satanicen a un movimiento con la razón de nuestro lado!

[3] Todo aquel que se angustie con seriedad por el futuro y quiere ver un mundo sin la brutalidad injusta que estamos presenciando en Gaza y en esta represión ilegítima tiene que investigar con seriedad la fuente de todo esto: el sistema del capitalismo-imperialismo. Y examinar a fondo la solución: una revolución real. El Cuerpo Revcom Por la Emancipación de la Humanidad te invita e insta a hacerlo leyendo este comunicado, conversando más a fondo con nosotros, y sumándosele. Entérate de la estrategia, visión, plan y dirección para esta revolución. ¡Lleva el espíritu de desafío y tu deseo de llegar a un mundo donde este tipo de crímenes nunca le vuelvan a pasar a nadie! Con todo este sistema en crisis y el desgarramiento de la sociedad, la revolución que se necesita para derrocar este sistema podría ocurrir no sólo en algún lugar y momento lejanos, sino aquí mismo y justo en este momento en el que vivimos.