Contra la brutalidad policial:
Redoblar la lucha,
librar una lucha de a de veras

Obrero Revolucionario #1000, 28 de marzo, 1999

Nueva York: Se vislumbra un cambio muy importante. ¿Cuál es?

La chota no ha cejado en su campaña de asesinato y brutalidad. Las autoridades no han abandonado su programa de represión, cárcel y aniquilamiento.

Pero nosotros hemos cambiado, es decir, nuestra lucha contra la brutalidad policial y la criminalización de una generación ha cambiado, y eso a su vez está suscitando un cambio en el clima político.

Hay momentos decisivos, momentos que concentran todo, cuando un atropello del sistema choca con la nueva conciencia del pueblo; grandes sectores se despiertan, ven la realidad que viven los de abajo y todo cambia. El asesinato a sangre fría de Amadou Diallo hace dos meses en Nueva York enfocó la atención del país, y del mundo entero, en la brutalidad policial. La gente de Nueva York se echó a la calle: 1000 mujeres se manifestaron; dos días después, más de 1000 chavos se salieron de prepas y universidades en una protesta desafiante. A la semana siguiente, hubo una amplia gama de actividades: una protesta en que arrestaron a unos 100 personajes prominentes, una reunión de 150 personas que planteaba formar una milicia popular para defenderse contra la policía, etc. Paralelamente crecía el movimiento de protesta contra el asesinato policial de Tyisha Miller en Riverside, California.

La fuerza del movimiento obligó a la prensa grande a filtrar un poquito de la verdad; empezamos a oír las voces de los que viven bajo la bota. La clase media se inquietó y algunos comentaristas burgueses expresaron preocupación por el desprecio popular a la policía.

Politiqueros rivales iniciaron investigaciones; algunos inclusive apoyaron las protestas. Ahora, hasta el presidente Clinton y el alcalde de Nueva York, "Adolfo" Giuliani, se ven obligados a prometer cambios.

Todo eso indica que estamos empezando a transformar el venenoso clima político. Eso es muy importante, pero hay que tener presente que la estructura de poder no está echándose para atrás, pues ni siquiera han interrogado a los chotas que asesinaron a Amadou Diallo, ¡ni hablar de meterlos al bote como se lo merecen!

La protesta popular contra la epidemia de asesinato y brutalidad policial ha alcanzado un nivel superior; eso es lo principal y es extremadamente positivo. A medida que más fuerzas se suman a la batalla, hay mayor debate sobre qué hacer. Eso también es positivo porque sin debate, ¿cómo encontramos soluciones?

Se plantean muchas ideas creativas y positivas; sin embargo, algunas podrían desviar al movimiento. No queremos caer en la trampa de buscar un camino fácil que nos meta en un callejón sin salida.

Los intereses fundamentales del pueblo en primer plano

Esto nos plantea un reto: ¿cómo aseguramos que el movimiento siga creciendo pero que no traicione los intereses fundamentales de las bases? Para examinar este problema, veamos el discurso radial del 13 de marzo del presidente Clinton: es importante porque demuestra que la clase dominante se sentía obligada a reconocer que existe un problema y a proponer soluciones. Sin embargo, al analizarlo, queda claro que pretende desviar al movimiento.

Para empezar, es necesario plantear el problema claramente, pero Clinton dice que se trata de "mala conducta policial" debida a "insensibilidad". ¿A poco dispararon 41 tiros a Amadou Diallo por "insensibilidad"? Si eso es mala conducta, ¿qué será un asesinato a sangre fría? Hay que hablar sin pelos en la lengua: el problema es el asesinato y brutalidad policial, la represión y la criminalización de una generación de negros, latinos y otros oprimidos. Si uno no se atreve a plantear el problema, ¿cómo lo va a solucionar?

En segundo lugar, dado que ese es el problema, nuestro movimiento debe dedicarse 100% a parar ese programa de asesinato y brutalidad policial lo antes posible. Esa tiene que ser nuestra primera prioridad, pero Clinton tiene otra meta. Dijo: "Debemos fortalecer la confianza entre la policía y la comunidad". ¿Acaso tal confianza va a prevenir el asesinato a sangre fría de gente que llama al 911? Así le pasó a Tyisha Miller en enero y a docenas más, como se documenta en el Proyecto Vidas Robadas. Quizás salvaría unas cuantas vidas tener menos confianza.

Además, Clinton propone "una revolución en la integración de la policía a la comunidad" (¡pide $1,3 billones!) y mayor "colaboración entre la policía y la comunidad". "Colaborar", ¿para qué? ¿A poco una red multimillionaria de soplones ayudará a las comunidades a disminuir la delincuencia? Para eso necesitamos vivienda y trabajos dignos, educación que motive a la juventud. Esos soplones y "policías más sensibles" vigilarán nuestras luchas y a nuestros dirigentes. Pero sí es cierto que debemos "colaborar", pues debemos trabajar juntos para forjar un movimiento que le infunda pavor a esos perros, que los haga recular a ellos y a sus amos. Sí, necesitamos una "revolución"... pero ¡NO "en la integración de la policía a la comunidad"!

Tercero, el movimiento debe dar a conocer la realidad diaria de la gente que vive bajo la bota de los matones de azul. Clinton dice que el problema es "unos cuantos policías malos [que socavan] el progreso y la confianza que centenares de miles de agentes han ganado con su dedicación profesional". Más basura; todos son perros rabiosos entrenados a matar con impunidad en todas las ciudades y estados del país; tienen el respaldo de los demás chotas, así como de los alcaldes, los tribunales y ¡hasta del mismo Clinton!. Desde 1990, han ocurrido miles de asesinatos policiales y han justificado la gran mayoría. No son anomalías ni "tragedias lamentables" ni se trata de "unos cuantos policías malos"; son VIDAS ROBADAS y nosotros decimos ¡ya basta!

En su discurso, Clinton dijo que su gobierno ha ofrecido "más actividades positivas a la juventud"; ¿acaso se refiere al medio millón de chavos zampados al bote durante su gobierno, la mayoría por delitos de droga no violentos? ¿Estará pensando en los recortes a becas y la construcción de nuevas prisiones federales? ¿Será ese su concepto de "ofrecer más actividades positivas"?

Hay que tener todo eso muy presente porque, conforme vaya creciendo nuestro movimiento, gente como Clinton buscará engañarnos y propondrá soluciones falsas que no ayudan en nada. Al lobo no le cuesta nada disfrazarse de oveja de vez en cuando, pero confiar en él siempre produce el mismo resultado.

La batalla de hoy y
la lucha por el futuro

Lo principal es que hay que redoblar la lucha, apoyarnos en el pueblo y defender sus intereses fundamentales. Debemos arrastrar la epidemia de brutalidad policial a la luz del día y avisar al sistema que no la permitiremos. Hay que demostrar que nuestra causa es justa; dar a conocer las víctimas del asesinato policial; y crear un foro nacional para que sus amigos y familiares cuenten la verdad. Tenemos que unir a chavos combativos y otras fuerzas en una resistencia poderosa; ligar las batallas locales contra la brutalidad policial; darles publicidad en el marco nacional; y unir a todos los que se pueda unir para parar la brutalidad policial, la represión y la criminalización de una generación. Esa ha sido la orientación de la Coalición 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial y de otras fuerzas. Así podemos alcanzar a millones de personas y librar una lucha de a de veras.

Luchar a nuestra manera quiere decir transformar nuestras comunidades y escuelas en bases de lucha contra el sistema y sus matones; quiere decir organizar al pueblo a plantárseles para que no cabalguen sobre las masas. Necesitamos soluciones colectivas revolucionarias a problemas sociales, soluciones que se apoyen en el pueblo y no en la policía; no queremos que se meta en todo aspecto de la vida del pueblo al modelo fascista.

En la lucha de hoy se plantearán grandes interrogantes sobre la clase de sociedad en que vivimos. ¿Por qué la vida de jóvenes como Amadou Diallo, Tyisha Miller y Anthony Báez no les importa un comino al sistema y sus matones? ¿Por qué la cantidad y porcentaje de negros presos aumentan cada año, a la vez que destripan la acción afirmativa y recortan el presupuesto de las escuelas? ¿Por qué negros y latinos corren el riesgo de hostigamiento, golpizas y hasta muerte a manos de la policía simplemente por manejar en una comunidad blanca o en la carretera de Nueva Jersey? ¿Por qué los inmigrantes de Latinoamérica, Asia y Africa vienen a este país a ganarse la vida y terminan asesinados, maltratados o deportados por la policía y la Migra? ¿Por qué el pabellón de los condenados a muerte es, en las palabras del preso político Mumia Abu-Jamal, el proyecto de vivienda pública de mayor crecimiento en Estados Unidos?

El partido tiene respuestas a esos interrogantes: esos problemas no provienen del pueblo. Los asesinatos policiales no se dan porque la gente no estudia ni porque contesta mal cuando la policía la detiene, etc. Si fuera simplemente un problema individual, ¿por qué hay casi dos millones de presos y 1600 entran a la cárcel cada semana? Si fuera una cuestión de educación, ¿por qué el sistema gasta $10 millones al día en la construcción de prisiones en vez de escuelas? Si fuera cosa de "portarse bien con la policía", ¿por qué matan a gente que nada más está en la entrada de su casa o jugando fútbol al frente? El pueblo no es el problema; el problema es el SISTEMA, que es una chingadera para el pueblo.

Buscar la manera de adaptarse al sistema o de reformarlo jamás resolverá el problema. El sistema nació gracias al genocidio y la esclavitud, y se nutre de la explotación a escala mundial. ¿Cómo reformar ESO? Ha tenido muchas oportunidades para hacer reformas, pero no ha hecho más que maquillarse, tratando de disfrazar su terrible cara. La solución no es mejor maquillaje sino una REVOLUCION para tumbarlo, una REVOLUCION que desencadene a los explotados y oprimidos, y que acabará con la explotación, que es el pilar del sistema, y con toda la opresión e injusticia que se desprenden de ella.

Si esto te late, si te cae lo que estamos haciendo, conéctate con el partido y su grupo juvenil, la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria; lee nuestra prensa, el Obrero Revolucionario; y éntrale a la revolución.


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