La Operación Guerrero Urbano llega a Oakland

Obrero Revolucionario #1002, 18 de abril, 1999

Recibimos este informe desde el Area de la Bahía de San Francisco.

Normalmente, la bahía de San Francisco es tranquila: las barcas de pasaje transportan a empleados y turistas; en el cielo se ve uno que otro helicóptero de tráfico y aviones comerciales. Pero el lunes 15 de marzo, a partir de las 8 a.m., salieron enormes helicópteros militares en formación de portaaviones atracados en la bahía y aterrizaron en el aeropuerto naval al noroeste de Oakland; transportaban a infantes de Marina con equipo de combate. Después atracaron media docena de buques anfibios de 88 toneladas dotados de tanques y unidades blindadas.

Así arrancó la invasión de Oakland por los Marines en un simulacro de guerra llamado Guerrero Urbano. Durante una semana practicaron tácticas de represión contra los pueblos del mundo... y fueron testigos de varios estallidos de protesta popular, por ejemplo, manifestaciones en Oakland y Monterey (una ciudad al sur de San Francisco, donde se realizó un operativo similar llamado "Dragón del Mar"). Fue una semana bien interesante, con grandes debates por todos lados y en la prensa, además de un plantón en la alcaldía con confrontación con la policía.

Guerra urbana

Los Marines repitieron hasta el cansancio que estaban adiestrando a su personal para la entrega de ayuda humanitaria; hasta invitaron a la prensa a visitar sus instalaciones en el Hospital Naval de Oak Knoll para comprobarlo. Así que aprovechamos la ocasión de ver de cerca Guerrero Urbano. Al llegar, oímos disparos y vimos tanques e infantes de Marina, armados con rifles M-16, corriendo por la calle. Parecía una zona de guerra, no un operativo de ayuda humanitaria.

Estaban haciendo un simulacro de guerra llamado "tres niveles y tres dimensiones". Los tres niveles denotan la escalada de una situación de "ayuda humanitaria" a represión y a combate urbano. Las "tres dimensiones" urbanas son grandes edificios, la calle y túneles subterráneos. Se contrató a gente de la zona para desempeñar el papel de damnificados, ciudadanos airados, policías e inclusive periodistas.

Se suponía que los Marines participaban en una misión de "ayuda humanitaria" a damnificados de un desastre natural, pero trataban a las masas como el enemigo. Los subieron a un autobús y les dijeron: "Manos arriba, agachen la cabeza", pues no querían que vieran por donde pasaban, por si acaso eran guerrilleros. Establecieron retenes parecidos a los de Sur Centro en Los Angeles o Sudáfrica bajo el sistema de apartheid para checar identificación y registrar a los damnificados.

Después los llevaron a un local de la Marina, donde los interrogaron con el fin de recopilar información sobre la situación de la zona y de ver si alguno era funcionario del gobierno o lo que fuera. Pasaron todo a computadora y lo enviaron al comando central, un buque en la bahía. De ahí los llevaron a un albergue, donde volvieron a registrarlos a todos.

En este simulacro estalló un motín frente al local de la Marina; los damnificados lanzaron objetos y gritaron: "¡Que nos den comida ya!"; y los Marines tuvieron que "controlar" la situación. En eso un grupo de guerrilleros llegó y tiró una granada, lo cual causó una baja. Los Marines regresaron el fuego y pidieron refuerzos para controlar a los damnificados. Asimismo, separaron a los grupos étnicos dizque para evitar riñas.

En Monterey, unos damnificados vestían ropa tradicional árabe, otros tenían sudaderas y jeans wangos, y otros más eran "coreanos". Mucha gente del Area de la Bahía se indignó al enterarse de que estereotiparan a los oprimidos de tal forma.

Por otra parte, hubo un ejercicio conjunto de Marines ingleses y yanquis para "situaciones de rehenes". Allanaron un multifamiliar para "eliminar" a los "terroristas" que tenían rehenes con el objetivo de hacer una "operación de inteligencia y aniquilamiento que no perjudicara a fuerzas amistosas". Seguramente sirvió de modelo la represión del pueblo irlandés y los operativos contra el Ejército Republicano de Irlanda.

Los Marines estaban dotados de la más avanzada tecnología, como un tanque blindado con cámaras y sensores que detectan disparos y regresan el fuego en cuestión de dos segundos, además de un vehículo que pueden bajar desde un helicóptero para hacer espionaje en zonas de combate.

Por otra parte, Guerrero Urbano puso a prueba nuevos sistemas de comunicación: las tropas tenían pequeñas computadoras que se comunican a través de un satélite. Un coronel explicó que dicho sistema "despeja la confusión de la guerra" porque permite que tanto los soldados como los comandantes posicionados en buques o aviones tengan información precisa y puedan coordinar sus acciones.

Es innegable que el armamento de alta tecnología representa un reto para los pueblos que luchan contra la agresión yanqui; sin embargo, nos hizo reflexionar sobre la vulnerabilidad de los imperialistas. Estados Unidos le tiene pavor a una guerra prolongada que podría traer derrotas y/o suscitar oposición política. Por eso han inventado tantas tecnologías con el fin de limitar las bajas y evitar el despliegue masivo de tropas.

La visión imperialista de la máquina de guerra yanqui

Los simulacros de Guerrero Urbano son parte de la estrategia yanqui para reprimir y controlar a los pueblos del mundo en el terreno difícil y complejo de las grandes ciudades. (Véase "Los Marines invaden Oakland" en el OR, No. 999.) El general de división Scales explica: "El centro urbano del futuro tendrá una población mixta, con una élite y pobres y desposeídos.... Estos vivirán al borde de la catástrofe; debido a su situación tan difícil, cualquier circunstancia desfavorable podrá desencadenar hambre, enfermedad, descontento social o cultural, u otras formas de violencia urbana" (artículo de la revista Armed Forces Journal International).

El propósito de la intervención militar no es eliminar los horrores del hambre y las enfermedades sino mantener y expandir la dominación y hegemonía yanqui. En palabras de los Marines, se tomarán los centros de energía, transporte y distribución para "controlar el medio urbano".

Un coronel nos dijo que los simulacros no pueden adaptarse a Estados Unidos porque en ellos se violan las garantías constitucionales, pero su jefe, el comandante general C.C. Krulack, escribió: "La movilización [de la Infantería de Marina] en defensa de nuestras propias ciudades podría suscitarse ante la eventualidad de atentados terroristas". Asimismo, presenciamos la militarización de las fuerzas policiales y su colaboración con las militares cuando la policía de Oakland defendió las maniobras de Guerrero Urbano ante protestas populares, y los Marines invitaron a la policía y los bomberos a observar los simulacros e intercambiar información.

La guerra de la opinión pública

Además de simulacros de guerra, los Marines hicieron una gran campaña en los medios de comunicación masiva; sus voceros, vestidos de uniforme, recalcaron lo "humanitario" de los tanques, helicópteros y rifles M-16. Integraron los operativos castrenses a su campaña publicitaria, por ejemplo, enseñaron su nueva tecnología a los reporteros que visitaron las instalaciones de Oak Knoll. Para nosotros fue muy interesante porque los periodistas burgueses preguntaron mucho sobre los aspectos técnicos de los equipos, pero ni uno preguntó de la política de Guerrero Urbano, las consecuencias para las masas ni la clase de conflictos y guerras que se vislumbran.

Los Marines hicieron un gran show de ser totalmente abiertos y transparentes, pero nos pareció que habían infiltrado al grupo de periodistas; al parecer, Marines vestidos de civil fingían ser reporteros, observaron la respuesta de la prensa e hicieron preguntas que convenían a los Marines. A lo mejor estaban observando y evaluando cómo responden a preguntas los Marines y su propia campaña publicitaria.

Protestas, lucha y debate

Si bien la máquina de guerra corrió a todo dar esa semana de marzo, el pueblo no estaba desprevenido. Se organizaron debates y protestas diarias con la participación de fuerzas muy diversas: activistas de larga trayectoria, chavos de prepa, etc.

Tanto en Monterey como en Oakland hubo protestas de 100 personas cuando los Marines desembarcaron. La Coalición contra Guerrero Urbano de Oakland organizó una semana de protestas con la participación de grupos de veteranos opuestos a la guerra, grupos religiosos, el sindicato Federación Americana de Maestros, American Friends Service Committee, Grey Panthers, Alianza pro Niños del Oriente Medio, Partido de Paz y Libertad, Physicians for Social Responsibility y la Unión de Inquilinos de Oakland. Se unieron distintas tendencias: antiimperialistas, revolucionarios, los que se oponen a Guerrero Urbano porque "malgasta los impuestos", etc.

La coalición de Monterey constaba de Veteranos pro Paz, la Liga Internacional de Mujeres pro Paz y Libertad, el Partido Verde, estudiantes, un grupo de ciclistas y gente del Centro de No Violencia de Santa Cruz.

Por otra parte, la oposición a Guerrero Urbano se hizo muy presente en la prensa: lo criticaron articulistas del San Francisco Chronicle y del Oakland Tribune, el San Francisco Bay Guardian, un semanario independiente, sacó un reportaje desenmascarando su fondo contrainsurgente, además de editoriales de crítica; y entrevistaron a participantes de la coalición en varias oportunidades.

Hubo un debate de una hora en la emisora KPFA (red de Pacífica) de Berkeley entre un coronel y opositores de Guerrero Urbano; uno de ellos fue el corresponsal del OR Larry Everest. Los que participaron en el debate, al igual que los radioescuchas, condenaron la agresión del imperialismo yanqui, el sangriento operativo de los Marines en Somalia, la militarización de la frontera con México y el asesinato de Esequiel Hernández por los Marines en Texas.

La participación de los chavos

El 16 de marzo un grupo de chavos, llamado Coalición pro Justicia, se tomó la alcaldía, lo cual causó un escándalo y armó mucho debate. Ese día hubo una protesta de 100 personas frente al palacio municipal de Oakland y 25 chavos se dirigieron a la alcaldía. Una vez allí pidieron reunirse con el alcalde, Jerry Brown, pero les dijeron que no estaba y que tenían que pedir cita. Hicieron un plantón y exigieron reunirse con él o que hiciera una declaración contra Guerrero Urbano.

Brown triunfó en las urnas el año pasado con una campaña que prometió abrir "espacios políticos" y "mejorar" la situación del pueblo. Sin embargo, cuando San Francisco no quiso patrocinar a Guerrero Urbano, Jerry Brown le dio la bienvenida; dijo que traería millones de dólares a Oakland. Mucha gente se indignó, pues tenía la esperanza de que Brown no hiciera lo mismo que otros politiqueros. Una participante de la Coalición pro Justicia le dijo al OR: "Brown dice que Guerrero Urbano traerá $4,5 millones a Oakland, ¿para qué? Ese dinero lo necesitan para capacitación de maestros, no para los Marines. La policía y los Marines piensan que los chavos somos `el enemigo'".

Cuando se tomaron la alcaldía, un funcionario quiso llamar a la policía y se sacó de onda cuando los chavos le dijeron que no; se encerró en un clóset con su teléfono celular. Los manifestantes desconectaron los teléfonos y computadoras, y los pusieron a un lado para evitar cualquier daño; después bloquearon la puerta con un escritorio y otros muebles.

Empleados de la alcaldía y otros testigos informaron que la policía no quiso negociar con los manifestantes. Abrió la puerta con una palanca y empezó a rociar mace. El despacho se llenó de gas y los chavos fueron al fondo, se agarraron de los brazos y se sentaron en el suelo en una protesta no violenta. Entonces la policía tumbó la puerta, los golpeó y arrestó. A una chava herida le negaron atención médica.

Arrestaron a 22 manifestantes y los acusaron de agresión, robo, secuestro y entrada en propiedad ajena. Fijaron una fianza de $16.000 para dos dirigentes, quienes pasaron varios días en la cárcel hasta que la bajaron.

La alcaldía calumnió la protesta; afirmó que los manifestantes agarraron el mace de la policía y lo rociaron por todas partes; y el funcionario que se encerró en el clóset dijo que lo tomaron de "rehén". Para colmo, el presidente de la Asociación de Policías de Oakland declaró: "El grupo se convirtió en `chusma'; optó por la violencia para lograr sus metas a través de métodos violentos"; ni cuenta se daba de la gran ironía, pues la protesta pacífica de los chavos era contra el adiestramiento de los Marines en tácticas represivas y violentas.

La posición de la alcaldía indigó a los opositores de Guerrero Urbano y a muchos sectores de Oakland. La Coalición pro Justicia inició una huelga de hambre y exigió la libertad de los dos dirigentes, y por la tarde 60 personas protestaron en la reunión del Consejo Municipal. Hasta los consejales criticaron a la policía, por ejemplo, una consejal dijo: "Por lo general, la policía inicia la violencia, es decir, se desmanda; generalmente no es por los manifestantes. Ellos protestaron contra Jerry, porque no iba a asistir a la reunión de hoy. Tienen todo el derecho de protestar". Por poco se aprueba una resolución contra Guerrero Urbano; el voto del Consejo quedó empatado cuatro contra cuatro.

La imagen de Jerry Brown, víctima de Guerrero Urbano

Jerry Brown tenía una reputación de ser "distinto", "un político nuevo" que se oponía al enorme presupuesto militar y la agresión yanqui contra los pueblos del mundo. Pero su respuesta a Guerrero Urbano ha empañado esa imagen. En primer lugar, evitó cualquier discusión del tema, se ausentó del Consejo Municipal y no quiso reunirse con los opositores de Guerrero Urbano. Posteriormente, defendió el ataque policial al plantón, recalcó su respaldo a los Marines y repitió las mentiras de la policía; declaró que los chavos "aprovecharon el adiestramiento para sus propios fines publicitarios y su muy equivocado sentido teatral del gesto dramático". Añadió: "Los derechos civiles no se extienden a la toma de dependencias del gobierno". Además, dijo que los opositores de Guerrero Urbano proponen que los Marines se adiestren en otros países, pero no en Estados Unidos, lo cual es falso y ridículo.

Los argumentos de Brown a favor de Guerrero Urbano se dan en el marco del sistema imperialista. Dice los que se oponen al adiestramiento castrense sufren de "miopía": "Corresponde al presidente y al Congreso definir nuestra política militar, como por ejemplo, la Guerra de las Galaxias o la política exterior para Centroamérica. Los que tengan la posición tan radical de oponerse al adiestramiento castrense en sí no serán tomados en cuenta para decisiones clave".

Otras maniobras de Brown que se proponen apretar las clavijas en Oakland fueron cambiar al jefe de la policía y destituir al supervisor de las escuelas públicas. Ahora circulan una serie de apodos para Brown como "Oaklander Uber Alles", que hace alusión a la Alemania nazi, y otro que lo compara a Mussolini.

Contra el festival de los Marines

La semana de simulacro de guerra terminó con un festival en la plaza Jack London de Oakland, un lugar muy concurrido los fines de semana; pero allí también hubo protesta y debate.

El domingo 21 de marzo, los Marines invitaron al público a conocer el nuevo portaaviones Bonhomme Richard. En el fondo había una figura de siete metros de alto: un infante de la Marina con grotescos bíceps; colgaban globos rojos, blancos y azules; tocaba un grupo de rock vestido de uniforme naval; y repartieron afiches y calcomanías. En una mesa hacían reclutamiento y por otro lado había una exposición de ejercicio.

En Alameda Point, invitaron a ver el buque de guerra USS Hornet, y una exposición de 60 tecnologías y armas militares, además de maniobras aéreas, cuadrillas navales y de la Marina. Los manifestantes lo llamaron "un zoológico de armamento".

No faltaron las protestas; unas 75 personas se manifestaron contra los Marines. La policía quiso aislarlas de las multitudes de transeúntes y turistas en un "corral de protesta", pero se salieron y marcharon por la calle con un gran monigote de las "dos caras de Jerry Brown". La policía maniobró para mantener la protesta a distancia de la plaza central, pero por otra parte, tres buques de "Paz Naval" pasaban por la exposición en el Bonhomme Richard con letreros que decían "¡No a la diplomacia cañonera!".

El OR/RW estaba presente y se vendía en las actividades de protesta de la semana. Una chava de 15 años nos dijo que platicaron de Guerrero Urbano todo el día en la prepa Castlemont: "Temen que el pueblo alce la voz, que se levante y proteste contra todo esto". Dijo que veía una conexión entre Guerrero Urbano, los ataques a la educación bilingüe y la brutalidad policial.

Un joven le dijo al OR que la clase dominante se espanta por lo que hace la juventud, "nuestra forma de vestir, de pensar, lo que hacemos". Un señor comentó: "Necesitamos una revolución o un cambio radical, y el sistema se opone a eso". Su compañero añadió: "Vivimos en el país más racista del mundo; este adiestramiento militar es para perpetuar esa situación".

Por otra parte, el OR habló con varios Marines que estaban de descanso y estaban checando la protesta contra Guerrero Urbano. Al principio, compraron el periódico por curiosidad o en broma, pero encontraron que era de interés. Nos platicaron de los problemas que tienen con la vacuna contra el ántrax. Además, conocían el caso de Mumia Abu-Jamal y varios expresaron apoyo.

Un propósito clave de Guerrero Urbano era crear opinión pública a favor de los Marines; sin embargo, los manifestantes provocaron un gran debate sobre el papel de las fuerzas armadas, inclusive en el seno de los Marines. No era el resultado que esperaban los Marines y las autoridades del Area de la Bahía.


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