La lucha contra el asesinato policial en San Francisco

Exigen justicia en el caso de Mark García

Obrero Revolucionario #967, 26 de julio, 1998

"Lo que el jefe de policía está diciendo es que la vida de Mark García vale menos que el empleo de un policía. Eso es precisamente lo que quiere decir".

Daniel García, hermano de Mark García

"Ahora la OCC ha corroborado lo que dijo la familia García 48 horas después de la muerte de Mark. ¡Basta ya!, es hora de actuar".

Bruce Kapsack, abogado
de la familia García

Hay noticias muy importantes acerca del caso de Mark García. El 30 de junio, la Oficina de Quejas Civiles de San Francisco (OCC, por sus siglas en inglés, una dependencia de la Comisión de Policía) anunció que siete chotas "actuaron indebidamente" durante el incidente del 6 de abril de 1996 que provocó la muerte de Mark García: violaron su propio reglamento para el empleo de gas pimienta y después tiraron a Mark boca abajo en la camioneta policial (se sabe que esa posición puede causar la muerte a las víctimas de gas pimienta). Además, la OCC concluyó que uno de los agentes empleó fuerza excesiva al clavar una bota en la espalda de la víctima durante siete minutos. Acusó de negligencia al teniente que estaba al mando.

Mucha gente se ha unido a la familia García en su lucha resuelta por obtener justicia para Mark. En el segundo aniversario de su muerte, centenares de personas asistieron a una misa y marcharon al lugar donde lo asesinaron. Asimismo se realizó una protesta y un piquete en la delegación de la Misión. Los sindicatos se han solidarizado con la familia; esta ha hablado en reuniones públicas contra el uso de gas pimienta y participó en el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial el 22 de octubre de 1996 y 1997.

A pesar del informe de la OCC, los siete agentes que participaron en el incidente siguen de servicio en la calle. No han recibido ningún castigo, ni siquiera una llamada de atención. Al contrario, ascendieron al teniente Suhr, quien estaba al mando de los agentes que mataron a Mark García; actualmente es capitán y está a cargo de la delegación de la Misión. D.J. García, el sobrino de Mark, señaló: "Ahorita Suhr es capitán. Lo ascendieron después del asesinato de mi tío. Para mí eso quiere decir que lo felicitaron por matarlo".

El informe de la OCC no está disponible al público, pero los siete agentes y la familia García lo recibieron. La policía puede refutar las conclusiones y pedir una revisión por la OCC.

La OCC se vio obligada a describir cómo ocurrió el asesinato de Mark García. Eso es importante, pero no implica que la policía tenga que seguir las recomendaciones. Cuando la OCC finalice el informe, le toca al departamento de policía decidir si se toma alguna medida. El jefe de policía pedirá una recomendación del MCD (el departamento de asuntos internos de la misma policía) y, en todo caso, él tiene el derecho de aceptar o anular cualquier acusación. Si acepta las acusaciones, tiene la opción de recomendar una suspensión de menos de 10 días o de mandar el caso a la Comisión de Policía. Si no las acepta, la OCC tiene el derecho de volverlas a entablar (pero sería muy inusual).

A Daniel García, el hermano de Mark, le da mucho coraje que los mismos que encubrieron el asesinato decidirán si se castiga o no a los agentes: "Ya investigaron; encubrieron el asesinato, dijeron que fue homicidio justificado. Ahora, ¿qué van a decir?.... Durante dos años nosotros, la familia, les explicamos una y otra vez qué pasó. Entablamos las acusaciones hace 15 meses. El MCD investigó y justificó todo. Es obvio que van a seguir en lo mismo pero, ¿cómo pueden encubrirlo ahora que una dependencia del gobierno, la OCC, ha dicho que ellos son los responsables?".

La crónica de un asesinato

Los hechos demuestran que es un caso de asesinato policial:

  • Mark García, de 41 años, era miembro de los Teamsters y ex adicto, y ayudaba a muchos adictos y alcohólicos. El 6 de abril de 1996, lo robaron; andaba por el bulevar César Chávez en el distrito de la Misión de San Francisco, gritando: "¡Socorro!". No cometió ningún delito.
  • Cuando llegaron los agentes, le entraron a golpes, le agarraron los testículos y le rociaron gas pimienta varias veces. Mas de 60 personas han muerto en el país por empleo de gas pimienta. Los fabricantes del gas recomiendan un máximo de dos rociadas de dos segundos y medio. A Mark le dieron por lo menos cuatro o cinco rociadas directamente en la cara.
  • Siete agentes participaron en el incidente. Le amarraron los pies y manos a la espalda, y le aventaron la cabeza contra el cemento caliente; le clavaron una bota en la espalda más de cinco minutos.
  • La policía violó sus propios reglamentos. El reglamento 5.01 dice que deben lavarle el gas pimienta al detenido lo antes posible. El incidente ocurrió en una gasolinera, así que había agua y los agentes se lavaron, pero no lavaron a Mark. Asimismo, dice: "El detenido que ha sido rociado con mace u O.C. [gas pimienta] debe sentarse en el transporte. Será acompañado por dos agentes y observado para prevenir cualquier complicación". Según declaraciones juradas de la policía, Mark no iba sentado. Lo acostaron de lado en la parte de atrás de la camioneta; ahí mismo rodó y estuvo boca abajo todo el viaje. No lo estaban observando.

    El DPSF sacó nuevas normas sobre el uso de gas pimienta debido a la ira popular por el asesinato de Aaron Williams en 1995. Al igual que Mark García, Aaron murió cuando lo rociaron con gas pimienta, le dieron una paliza, y le amarraron los pies y manos a la espalda. William Bowser, el tío de Aaron, expresó su furia contra la policía por violar su propio reglamento: "Cambiaron las normas después del asesinato de Aaron. Trabajaron seis, siete, ocho meses, un año para crearlas, para que no muriera nadie más; se prohibió esto y aquello. Pero después hicieron lo que les dio la pinche gana".

  • La policía dice que llamó una ambulancia, pero que se desvió. Sin embargo, según el abogado de los García, las transmisiones radiales comprueban que no es cierto. El teniente Suhr primero pidió un coche celular y después una ambulancia, no para Mark sino para uno de los agentes que tenía una herida leve. El hospital estaba a una distancia de tres minutos, pero demoraron diez minutos en llegar porque decidieron dar un largo rodeo mientras Mark estaba agonizando.
  • Mark sufrió un infarto rumbo al hospital. El médico forense concluyó que el gas pimienta no lo provocó. Sin embargo, los doctores Hazel y John Cooleridge, quienes han investigado el gas pimienta, dicen que el ingrediente principal, capsaicina, provoca paro cardíaco. En una rueda de prensa, la doctora Hazel Cooleridge dijo: "Es uno de los agentes químicos más dolorosos.... quema la piel y afecta los nervios del corazón, los pulmones y las vías respiratorias. Nuestros estudios demuestran que la capsaicina puede provocar un paro cardíaco de 10 segundos". El doctor John Cooleridge añadió: "La capsaicina provoca una dramática baja del pulso y de la presión arterial, lo cual puede causar la muerte".
  • "Somos la voz de Mark"

    "Cuando hablemos ante la comisión, no les voy a pedir nada; les voy a exigir que todos y cada uno de esos agentes que causaron la muerte de mi tío vaya a parar al bote, igual que nosotros si hubiéramos cometido un delito".

    D.J. García, sobrino de Mark, antes de
    la reunión de la Comisión de Policía

    El 8 de julio, más de 200 personas exigieron justicia para Mark García ante la Comisión de Policía; asistieron a la reunión jóvenes, familiares de las víctimas de asesinato policial, grupos contra la brutalidad policial (la Coalición 22 de Octubre, PoliceWatch, Movimiento Tercer Ojo, Copwatch), PUEBLO, sindicalistas, etc.

    Estaban resueltos a luchar por justicia. Tenían mucha indignación porque han pasado dos años y no han castigado a los policías. Además, los siete agentes acusados de violaciones siguen en servicio y algunos tienen puestos de alto mando.

    Docenas de personas hicieron cola para tomar el micrófono y decir la neta. Al principio, se pidió un momento de silencio por Mark; 200 personas se pararon y le rindieron homenaje, lo cual disgustó a la chota y los miembros de la junta. Ron García, hermano de Mark, dijo: "Es un trauma perder a un ser querido, pero es peor cuando no se hace justicia. La hija de Mark, de 12 años, tiene una almohada de Mark para sentirse segura. La hija mayor, de 17 años, le tiene fobia a la policía".

    Daniel García dijo: "Me duele que el jefe Lau permita que esos siete policías anden en la calle con el poder de juez, jurado y verdugo sobre todos nosotros. Me duele que la fiscalía no entable acusaciones contra los responsables de la muerte de mi hermano. Les quiero decir muy claro que este gran dolor jamás se me va a quitar a mí ni a mi familia, pero debemos prevenir que les pase a ustedes, a sus familiares y amigos". Levantó un estandarte del entierro de Mark y añadió: "Es todo lo que me queda de mi hermano. ¿Cuántos han de morir para que hagan cumplir las nuevas normas?".

    D'Andre, de la Coalición 22 de Octubre, leyó un mensaje de Iris Báez a la familia García y las demás familias que han perdido un ser querido a manos de la policía. En 1994, el agente Francis Livoti del DPNY asfixió al hijo de Iris Báez, Anthony Báez. Recién lo declararon culpable de violaciones de derechos civiles, que conllevan una posible sentencia de 10 años de cárcel.

    D'Andre pidió que todos los familiares de víctimas del asesinato policial se pusieran de pie, y muchos se pararon. Así se dio testimonio a la epidemia de asesinato policial en nuestras comunidades. Estaban presentes los familiares de: Luke y Raphael Grinnage, baleados por la policía de Oakland; Baraka Hull, baleado por la policía de Oakland; Jerrold Hall, muerto a manos de BART (policía de tránsito); Aaron Williams, asesinado por el DPSF; Arthur Díaz, quien murió en San José; Michael Nunn, quien murió en Nueva York al ser perseguido por el DPNY; y Sheila Amaya, baleada por la chota de Union City apenas hace cuatro meses. Asimismo, estaban presentes los familiares de víctimas de la brutalidad policial del condado de Sonoma: Kevin Saunders, Dale Robbins, Damon Lansing y Drue Harris.

    El mensaje de Iris Báez decía: "Aunque no estoy presente físicamente, estoy con ustedes; su dolor es mi dolor, nuestra victoria es su victoria. Si nos unimos, podemos triunfar. Dios está de nuestro lado porque siempre está del lado de la verdad. Va a desenmascarar la maldad y la corrupción. La lucha es difícil, pero tenemos que ser firmes y Dios nos está ayudando. Mando un abrazo a la familia García y a todas las familias. Que Dios los bendiga a todos y cada uno. Mark García ha muerto, pero nosotros somos su voz. Hay que unirnos a su familia para obtener justicia. Estamos despertando a la comunidad y vamos a seguir adelante sin cesar hasta que logremos frenar el asesinato y brutalidad policial contra nosotros y nuestros hijos".

    Se exigió que el jefe y la comisión de policía respetara el informe de la OCC. Un joven latino le preguntó a un miembro de la comisión si había ido a hablar con la gente de la Misión para abordar el problema de la brutalidad policial. Un activista de PoliceWatch preguntó por qué ni siquiera han retirado de la calle a los chotas que asesinaron a Mark. La respuesta: Hay que tener paciencia; "Si se merece un castigo, lo recibirá. El sistema funciona". Eso prendió mucha indignación.

    El presidente de la comisión exigió que el público mostrara "respeto", pues quería que se dejara de protestar contra el encubrimiento. Una chava negra contestó: "Venimos a su junta de la misma forma que ustedes van a nuestros barrios". Entonces el presidente levantó la sesión. A mucha gente--familiares de Mark García y de las demás víctimas--no les dieron la oportunidad de hablar ante la comisión.

    Salieron coreando: "Volveremos" y "Mark, vamos a seguir luchando por ti". Se realizó una protesta en las escalinatas del palacio de justicia, donde los familiares de las víctimas brindaron su testimonio. Una joven del Movimiento Tercer Ojo presentó un poema titulado "Baleé al sheriff".

    Que los castiguen

    Al día siguiente el OR habló con Daniel García. Tenía muchísimo coraje: "El jefe de policía no reconoce las acusaciones de la OCC contra los agentes; eso se vio muy claramente anoche cuando levantaron la sesión. Me da mucha rabia. Una y otra vez se niegan a suspender a esos policías; a mi familia nos están escupiendo en la cara".

    Platicó con el OR acerca de la participación de su familia en el movimiento sindical y del apoyo que el caso de Mark ha recibido: "Mi familia lleva 64 años en el movimiento sindical. Mi abuelo participó en el `Jueves Sangriento'. [En 1934, la policía y la Guardia Nacional dispararon contra una huelga general de 130.000 obreros en San Francisco--OR.] Mi padre fue miembro de los Teamsters por 40 años; mis hermanos por 18 años; y yo llevo 15 años con los Teamsters. El Local 85 y el Consejo 7 se han solidarizado con nosotros, así como el Local 510 del sindicato de pintores de letreros. La próxima semana hablaré ante el Local 287 de los Teamsters. El 5 de julio, hablé en el aniversario del Jueves Sangriento. Fui al Local 10 de los estibadores; estoy en espera de su decisión acerca de solidarizarse.

    "Alguna gente es muy conservadora. No piensa que fue un asesinato. Quiere que se diga no más que la policía mató a mi hermano. Sin embargo, nuestra petición dice que lo asesinó. Mucha gente no la firma porque no está de acuerdo con eso. Pero es la verdad: lo asesinó".

    Daniel habló de la importancia de unidad con muchos sectores en esta lucha, y del gran valor de los jóvenes y los familiares de las víctimas. Además, señaló que sería muy bueno si los dirigentes sindicales participaran plenamente en las protestas.

    Dijo: "Soy partidario de América, de la democracia; pero cada día hay más atropellos. No debe ser así, pero así es porque los políticos y los funcionarios públicos lo permiten. Hay que acusar a esos agentes para que la policía de San Francisco vea que no puede ser juez, jurado y verdugo; y para que en todo el país, en cada delegación, la policía sepa que los estamos vigilando. No es cuestión de dinero. Mucha gente me dice: `Hay que hacer una demanda, recibir una lana. ¡Ni modo! ¿Cuánto tiempo llevamos con la misma mierda? Carajo, dan dinero a cada rato, pero no acusan a nadie. No los meten al bote. Eso es lo que necesitamos".


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