Miles de personas protestan contra la brutalidad policial

22 de octubre, tercer Día Nacional de Protesta

Obrero Revolucionario #980, 1 de noviembre, 1998

La multitud llenó la plaza frente a la alcaldía de Nueva York y escuchó intensamente. Los padres y demás familiares de las víctimas de asesinatos policiales contaron su dolor y dijeron que siguen firmes y resueltos.

Margarita Rosario dijo que su vida cambió cuando le mataron a su hijo: "Cuando mataron a Anthony Rosario me quitaron una parte de mi propia vida. Decidí dedicarme a luchar hasta la muerte.... Estamos luchando en serio. Hay que parar la brutalidad policial y si tengo que morir para hacerlo, pues moriré".

Milta Calderón describió el asesinato policial de Aníbal Carrasquillo: "Lo balearon por la espalda. No estaba armado; nada más regresaba a casa. Cada semana fui a hablar con el fiscal, Charles Hynes, porque decidí que no podía seguir llorando, que esta vez tendría que luchar. Soy la voz de mi hijo y seguiré luchando hasta conseguir justicia.... Hay que despertar a todos. Si tocan a su puerta, su vida cambiará para siempre".

Uno tras otro, miembros de una docena de familias contaron su dolor y condenaron a las autoridades.

Para poder reunirse frente a la alcaldía, tuvieron que librar una batalla contra el odiado alcalde "Adolfo" Giuliani en los medios, los tribunales y las calles. Este aspirante de dictador, que ha desencadenado una epidemia de brutalidad y hostigamiento policial, quiso callar la oposición negándole el permiso a la marcha. Pero fracasó.

El 22 de octubre, se celebró una marcha desafiante: los manifestantes partieron de la plaza Union Square por sobre la calle Broadway. Días antes, la policía había atacado la marcha fúnebre para recordar a Matthew Shepard, el estudiante gay asesinado en Wyoming. Siempre les niegan el derecho a protestar a los que se oponen al gobierno. Pero esta vez, ante una poderosa oleada de indignación por toda la ciudad, se vieron obligadas a batirse en retirada. Con el apoyo de un creciente MOVIMIENTO nacional, con la fuerza, apoyo y organización de gente de diferentes nacionalidades y sectores sociales, los familiares de las víctimas de la policía lograron decir la pura verdad frente a la alcaldía, rodeados de 3000 personas y un mar de letreros y ropa negra.

El 22 de octubre fue magnífico, un poderoso manifiesto. Fue el tercer día nacional de protesta de un importante movimiento de resistencia en crecimiento.

El 22 de octubre de 1998, el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación: Por todo el país, miles de personas se vistieron de negro y protestaron en escuelas, lugares de trabajo y, sobre todo, en las calles de más de 50 ciudades.

Al cierre de esta edición, todavía estamos recibiendo informes y con toda probabilidad nos lleguen informes de otros lugares en los próximos días.

En unas ciudades, las autoridades trataron de impedir las protestas. En Nueva York negaron el permiso. En Los Angeles, el 22 por la mañana, llevaron a cabo un enorme rastrillaje del proyecto habitacional Nickerson Gardens, en Watts, una hora antes de que tenían que ir a la protesta. Detuvieron y esposaron a varios organizadores. En el proyecto Cabrini Green de Chicago, la policía le cayó encima a los grupos de jóvenes que esperaban los buses para ir al centro; los hicieron arrodillarse, los cachearon y los insultaron casi una hora. Luego les ordenaron dispersarse, y les dijeron que es "peligroso" y que no se permite que gente como ellos se reúna. La policía atacó el concierto para recaudar fondos en Washington, D.C., el 22; los participantes salieron del Club Soda, se sentaron en la calle para protestar y leyeron del libro Vidas Robadas.

Pero las canalladas de la policía no pararon 22. Por todas partes, gente de los ghettos y proyectos habitacionales se atrevió a reunirse y decir la pura verdad. En Nueva York, el brutal ataque policial contra el memorial a Matthew Shepard, la víspera del 22, hizo que mucha gente se uniera a la protesta y forjara nuevas alianzas.

En ruedas de prensa en las costas oeste y este, el Proyecto Vidas Robadas anunció que ha documentado más de mil casos de asesinatos policiales. Por el trabajo del proyecto, ahora se conocen las historias de esas vidas robadas. En las protestas del 22 leyeron sus nombres, levantaron sus retratos y los dieron a conocer de otras formas.

Una y otra vez rompieron la censura de la prensa sobre el 22 de octubre. Por todo el país, poetas, músicos, actores y familiares de víctimas de la policía salieron en anuncios publicitarios televisados sobre el 22 y el Proyecto Vidas Robadas... estallidos de luz y verdad en territorio enemigo. En Nueva York, aparecieron a diario artículos de primera plana sobre asesinatos policiales y la represión del día de protesta. En Houston, los medios se desbocaron para atacar al 22 de octubre, lanzándose contra Travis Morales, un partidario del PCR, y diciendo que podría estallar una rebelión el 22.

En las calles el 22 de octubre

En Los Angeles, 1600 personas marcharon por las calles del centro; unos se unieron al ver pasar la marcha. A la cabeza iban 30 miembros de un grupo de danza azteca, seguidos por un carro alegórico con grandes retratos de víctimas de asesinatos policiales. Desde atrás del camión se leían los nombres inscritos en el libro Vidas Robadas, y al escuchar cada nombre la multitud coreaba: "¡Presente!". Un mar de negro, un propósito común, una poderosa declaración. Nuestro corresponsal escribió: "Uno de los contingentes que se destacó fue el del Comité de Watts contra la Brutalidad Policial, que coreaba al ritmo de un cuerpo de tamboristas compuesto de casi 20 chavos de los multifamiliares, músicos del conjunto Ozomatli y otros músicos". La marcha llegó hasta las puertas del cuartel general de la policía.

En San Francisco, este año como en los dos anteriores, la marcha partió hacia el centro desde el punto donde la policía mató a Mark García. En total, más de 900 personas participaron en la marcha y diversas actividades que se llevaron a cabo en el barrio Mission y en el centro. También participaron docenas de familiares de víctimas de asesinatos policiales. Una guardia de honor de chavos ofreció ramos de flores a los familiares, que portaban retratos de sus seres queridos asesinados por la policía, y los acompañó a lo largo de la marcha.

En Chicago, 500 personas participaron en una protesta en el centro. Entre los rascacielos retumbaron sus voces y relatos, así como los tambores de un contingente de chavos.

En Houston, el 22 llegó tres días después de que un gran jurado decidió no acusar a seis policías que mataron a Pedro Oregón de nueve tiros en la espalda [vea el artículo en la p. 14]. Solo a uno de los policías lo acusaron de entrada ilegal. Esto ha hecho recordar a muchos del $1 de multa a los policías que mataron a José Campos Torres en 1979. La gente está muy brava y 500 personas acudieron a la protesta en el centro, cinco veces más que el año pasado. Muchos fueron hasta la entrada del cuartel de la policía.

En Seattle, 250 manifestantes serpentearon por las calles del centro. Mientras helicópteros policiales sobrevolaban, se escuchaba la consigna: "¡La policía mata por hora, combatir el sistema es lo que nos toca ahora!". En Filadelfia, 200 personas, casi todos jóvenes, marcharon desde el parque Love hasta el centro, interrumpieron el tráfico y llegaron hasta la oficina de la fiscal de distrito Lynn Abraham, una de las que ha encabezado la persecución del preso político Mumia Abu-Jamal. En Boston, 150 personas se reunieron en el lugar conocido como el Commons y marcharon al centro. En Cleveland, se reunieron 150 manifestantes, entre ellos Steven House, que fue con muletas debido a una paliza que la policía le dio días antes. En Waikiki, Hawai, 110 personas protestaron frente a la delegación de policía.

El 22 de octubre fue el día de la juventud: estudiantes, chavos y chavas de pandillas, punks y rapados antirracistas, los "shorties" de los multifamiliares, los militantes de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria, de Acción Antirracista y de la Red de la Juventud de ¡Rehusar & Resistir! Fue una increíble mezcla de culturas y nacionalidades; una unidad verdaderamente inspiradora. En ciudad tras ciudad, muchos pensaron (para sí mismos y a veces en voz alta): si somos capaces de hacer esto por un día, si somos capaces de unirnos en un movimiento como este contra el sistema y la chota, ¡IMAGINENSE de lo que seríamos capaces! "¡Si quieres saber cómo es una revolución, mira a tu alrededor!".

El 22 de octubre fue un día de aliados, de nuevos partidarios y de apoyo sólido; de múltiples fuerzas, grupos, religiones y facciones. El llamamiento de la coalición recibió el apoyo de artistas, presos políticos, líderes comunitarios y políticos, como Ossie Davis, Ed Asner, Cornel West, Geronimo ji Jaga, el congresista por Michigan John Conyers y Leonard Peltier. Rodney King estuvo en la protesta de Los Angeles. La organización Amnistía Internacional publicó un informe importante que condena la brutalidad policial y su encubrimiento en Estados Unidos, y sus voceros hablaron en las protestas de San Francisco y Seattle. La lucha por el permiso para la manifestación en Nueva York movilizó el apoyo de un poderoso equipo de abogados y, en un momento crucial, del ex alcalde David Dinkins.

El 22 de octubre se oyó una nueva voz de unidad política en las entrañas de la bestia. En varias ciudades se denunció y desenmascaró a la estructura del poder y sus sabuesos. El 22 de octubre pusimos en las miras a la policía, y a los grandes y poderosos a quienes "sirven y protegen".

Las masas han creado un movimiento para sacar a la luz del día las grandes injusticias, para desenmascarar los encubrimientos y tumbar el muro azul de silencio. Hoy los oprimidos tienen un nuevo punto de partida para hacerse oír. Han encontrado nuevos camaradas y nuevos aliados. Se ha dado un poderoso golpe inicial a favor de la justicia.

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En el próximo número publicaremos más informes. Chequeen la página web de la Coalición 22 de Octubre, en www.unstoppable.com/22


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