Vidas Robadas

Documentación de la epidemia de brutalidad policial

Obrero Revolucionario #1026, 17 de octubre, 1999

"Abrir la nueva edición del libro Vidas robadas es como abrir una fosa común. Con este libro decimos: ¡BASTA YA!, ¡NO MORE!".

Carl Dix, vocero nacional del PCR,
miembro del Comité Coordinador de
la Coalición 22 de Octubre

Tomas en las manos este libro y lo primero que percibes es el peso; pesa mucho. Tiene más de 300 páginas. La portada tiene fotos; casi todas son de jóvenes, sonriendo, pues muchas son fotos de grado o del anuario, llenas de vida y promesa. Por entre las fotos se ven esposas ensangrentadas.

Lo hojeas y de repente sientes el peso de otra manera: página tras página de nombres, fotos y relatos de cientos y cientos de personas que la policía ha matado desde 1990.

Esta segunda edición es un grito que clama justicia. En conferencias de prensa por todo el país los familiares de las víctimas de la policía están anunciando su publicación y movilizando para el cuarto Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación el 22 de octubre próximo.

Un grito desde las bases

"La información que contiene el libro es el fruto del trabajo de la Coalición 22 de Octubre, la Fundación Anthony Báez y el Gremio Nacional de Abogados. Ninguna dependencia del gobierno, ni departamento de policía federal, estatal o municipal aportó ni un grano de información, a nuestro parecer porque no quieren que se sepa lo grave que es el problema".

Carl Dix, cuando presentaba Vidas robadas,
Washington, D.C., 6 de octubre

"Para conmemorar el primer aniversario de la muerte de mi hijo y de todos los jóvenes que la policía de Tulsa y del resto del país ha maltratado y matado, aporté mis conocimientos de periodismo para corregir la segunda edición de Stolen Lives: Killed by Law Enforcement.... Para los que no sufren a diario la brutalidad policial, el libro enseña que no se trata de `un puñado de agentes malos' ni de `incidentes aislados', como nos dice la policía. Como madre, cuyo hijo menor ahora está entre los espíritus de esas víctimas, reviví la injusta muerte de Justin cuando corregía la historia de cada joven".

J. Andree Smith, Daily Challenge, Nueva York,
donde trabaja de editora asociada

"Para ninguno de nosotros ha sido fácil conseguir los nombres que hemos conseguido. Para todos los que hicieron ese trabajo, aunque no fueran familiares, fue doloroso, porque había que buscar en periódicos, informes de TV e ir a las comunidades donde los mataron. Fuimos a la morgue, y rogamos y suplicamos que nos dieran información. Yo personalmente pasé cuatro meses reuniendo nombres, y fue difícil porque cada nombre era una persona, una vida destruida, hecha añicos".

Arnetta Grable, cuyo hijo Lamar Wayne Grable fue
asesinado por la policía, en la conferencia de
prensa de Washington, D.C., 6 de octubre

Con esmero y durante años, los investigadores y voluntarios del Proyecto Vidas Robadas han recopilado los nombres de víctimas de la policía, la Patrulla Fronteriza y guardias de prisión. Como las autoridades se han negado sistemáticamente a recabar y divulgar datos sobre la gente que han matado, el pueblo mismo tuvo que reunir esa información. Los voluntarios del Proyecto Vidas Robadas tomaron nota de lo que les contaron familiares y testigos. Han desmentido las "versiones oficiales" y, más que nada, han documentado en un solo lugar la epidemia asesina que ronda por las calles y comunidades de Estados Unidos.

La primera edición del libro salió en 1997, con nombres de más de 500 personas asesinadas por las autoridades desde 1990. Ahora, dos años después, la nueva edición documenta más de 2000 casos desde 1990.

En la introducción a la nueva edición, la investigadora Karen Saari describe lo que uno encontrará en sus páginas: "Los asesinatos policiales son una epidemia y no han responsabilizado a nadie. Matan con poca o ninguna provocación. Matan con llaves estranguladoras, gas pimienta, golpes y persecuciones a alta velocidad; en la calle, en la casa, en la frontera, en las cárceles. Con el pretexto de proteger a la ciudadanía del crimen (cuando el índice oficial de crimen es el más bajo en décadas), hostigan, maltratan y matan a muchos, especialmente a jóvenes negros y latinos, como documenta este libro".

A partir de una extensa documentación, Karen Saari describe quiénes son las víctimas de asesinatos policiales:

• "La policía ataca principalmente a negros y latinos.... De las nacionalidades que pudimos determinar, tres cuartos son personas de color. Muchas de las víctimas son jóvenes y la mayoría son hombres. En la frontera y las calles de Houston y otras ciudades y pueblos, la policía y la Patrulla Fronteriza matan los inmigrantes por el simple hecho de estar aquí.

• "Si bien la mayoría de las víctimas son jóvenes de color, la brutalidad policial también afecta cada vez más a otros sectores, por ejemplo: blancos, mujeres, enfermos mentales, discapacitados y ancianos, incluso de 80 años.

• "La mayoría de los casos que documentamos son de personas que no estaban armadas ni estaban cometiendo ningún delito, en situaciones que se podían resolverse sin fuerza mortal.

• "Muchos murieron por una llamada al 911.... Madres y padres jamás se imaginaron que al llamar al 911 para pedir ayuda para un hijo angustiado o suicida terminarían matándolo.

• "Muchos no sabían que las personas que se metieron en su casa o comunidad a la fuerza eran policías vestidos de civil o detectives.

• "Han matado a sordos o personas que no sabían inglés porque no entendieron las órdenes de los policías".

Karen Saari señala que "cuando la policía llega, tiende a agravar la situación en vez de tranquilizarla. Con más frecuencia están usando unidades paramilitares... en casos de violencia doméstica.... En casos de enfermos mentales o personas angustiadas, mandan a policías en vez de trabajadores sociales o psicólogos.... Muchos de los asesinatos policiales ocurren en cuestión de minutos o segundos cuando llegan".

El consentimiento del sistema

"Casi nunca acusan, enjuician o castigan a los policías responsables.... Solo conocemos un puñado de casos en que los han acusado, condenado y sentenciado a prisión.... Cuando la prensa informa sobre casos de brutalidad policial por lo general se basa en informes policiales. La policía casi siempre dice que `tuvo que disparar'. Muchos familiares dicen que a sus seres queridos los matan dos veces: primero los mata la policía y después la prensa. Por lo general la prensa no entrevista a testigos ni a familiares para oír su versión.... Hasta hoy no he visto un relato de un testigo que corrobore la versión de la policía".

Karen Saari, investigadora del Proyecto Vidas Robadas,
de la introducción a la segunda edición

El peso de las pruebas refuta la excusa de que los asesinatos policiales son "incidentes aislados" cometidos por "malos policías". En todo el país las autoridades aprueban sistemáticamente los asesinatos policiales de inocentes: son "homicidios justificados". Ignoran el testimonio de testigos y la prensa difunde la versión policial como si fuera la verdad.

Cuando la segunda edición del libro estaba a punto de salir, en Los Angeles Rafael Pérez, un policía de la unidad CRASH (antipandillas), confesó haber balaceado a dos inmigrantes desarmados. Pérez admitió los delitos de él y sus compinches, y le dijo al Los Angeles Times que lo hacen para "complacer a los comandantes".

Sin duda alguna, las autoridades han puesto a la policía en pie de guerra. Declararon "guerra contra el crimen" y "guerra contra la droga". Ahora este libro patentiza las consecuencias de esas guerras, que son una guerra contra el pueblo: la criminalización de la juventud, ataques contra los pobres, contra la gente de color, contra los sin techo y los enfermos mentales.

Después de leer el libro, se desvanece la cortina de humo de que la policía está para "proteger y servir", y se puede ver lo que verdaderamente es: una fuerza armada hostil que defiende a este sistema capitalista y sus relaciones de propiedad, que siembra terror en las comunidades que le mandan a controlar, reprimir y encarcelar. Queda claro que desempeña el papel de juez, jurado y verdugo por órdenes superiores de defender a este sistema injusto. También queda claro que el gobierno, a todos los niveles, la protege y avala.

Carl Dix dice que las historias que contiene el libro lo estremecieron y conmovieron, a pesar de que ha luchado toda la vida por desenmascarar la violencia policial. Dijo: "Este libro contiene 2000 razones más para ser y seguir siendo revolucionario".

Romper el silencio

"Los asesinados por la policía no pueden hablar, pero nosotros sí".

Vidas robadas, segunda edición

"Estoy aquí en solidaridad con estas familias. Haremos protestas y manifestaciones, nos lanzaremos a la calle, a las carreteras y a los suburbios hasta que se haga justicia. El 22 de octubre uniremos a las masas de esta ciudad, de ciudades cercanas y de todo el estado para hacer una protesta nacional contra la brutalidad policial...".

Bernell Butler, tío de Tyisha Miller,
quien fue baleada cuando estaba inconsciente en su carro

"El libro es fruto de muchos años de trabajo de gente que se ha dedicado a destapar los crímenes de los matones del sistema. Esto nos enseña que tenemos que luchar por nuestra cuenta para lograr justicia".

Carl Dix

La publicación de la segunda edición coincide con los preparativos del cuarto Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación. Es un arma del movimiento para organizar e impulsar la lucha.

El libro da la alarma sobre la clase de sociedad en que vivimos; exige que cada uno de nosotros responda a lo que sucede en las calles y vecindarios de este país. No es un libro de historia; los horrores que describe ocurren a diario. El libro apenas salió hace un par de semanas y ya hay nuevos nombres, vidas robadas, que tendremos que agregar a una futura edición. Una vez que uno haya abierto este libro, jamás podrá decir: "No sabía". Y sabiendo, ¿qué somos si no tomamos una posición?


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