Rage y Sting:
Contra la policía de los conciertos

Ala Roja

Obrero Revolucionario #1030, 14 de noviembre, 1999

Ed McClellan, presidente de la Orden Fraternal de Policía (OFP) de Chester, Pensilvania, justificó así el último ejemplo de censura del arte por la policía: "Sting metió la pata". Las palabras me dieron en la cara como el sonido de las tropas de asalto nazis: una cacofonía de brutalidad y estupidez. Una vez más la OFP amenaza con boicotear y trastornar conciertos, esta vez de Sting y Rage Against the Machine en Filadelfia, porque se han opuesto públicamente a la ejecución del periodista revolucionario Mumia Abu-Jamal.

Sting se opone a la pena de muerte y en 1995 firmó un desplegado a favor de un nuevo juicio para Mumia en el New York Times; también lo firmó una larga lista de actores, escritores y músicos. Como saben nuestros lectores, Rage Against the Machine dio un concierto de apoyo a Mumia en enero, que el locutor reaccionario Howard Stern y la policía estatal de New Jersey trataron de cancelar. A comienzos de noviembre, Rage salió en el programa de televisión de David Letterman y en MTV, y millones oyeron el grito de justicia para Mumia. Su nuevo CD, "The Battle of Los Angeles" (La batalla de Los Angeles), tiene una canción sobre Mumia titulada "La voz de los que no tienen voz".

Ahora, porque han condenado la injusticia, estos valientes artistas se han ganado la enemistad concreta de los guaruras oficiales del sistema.

El montón de artículos de la prensa de Filadelfia que tengo en mi escritorio parece algo de la Alemania nazi. Como recordarán los lectores, en agosto la oficina nacional de la OFP anunció que boicoteará a más de 300 personas que defienden a Mumia, como Sting, Gloria Steinem, Michael Stipe de R.E.M., Alice Walker, Joyce Carol Oates, Norman Mailer, Paul Newman, Danny Glover, Alec Baldwin, el ex congresista Ronald V. Dellums, el congresista Charles Rangel, el crítico de cine Roger Ebert, el historiador Henry Louis Gates y Ben Cohen (de la compañía de helados Ben & Jerry's).

Ahora, tres capítulos de la OFP de Filadelfia dicen que van a protestar frente al concierto de Sting el 14 de noviembre en el teatro Tower en Upper Darby y han invitado a policías de toda la región. Además, Richard Costello, presidente del capítulo 5 de la OFP de Filadelfia, amenazó con boicotear al estadio First Union Center si Rage toca ahí el 6 de diciembre. Dijo: "Vamos a protestar contra todos los que utilizan el First Union Center, como los Flyers y Sixers [equipos deportivos] y hasta el banco que lo construyó". Costello agregó que no confrontarán directamente a los fans de Rage, pero la OFP del condado Delaware anunció que va a movilizar a centenares de agentes fuera de servicio y simpatizantes para trastornar el concierto. Costello dijo: "Nos gustaría embotellar el tráfico para que la gente no llegue". Cuando el Daily News le preguntó al presidente de la OFP del condado Delaware, Joseph Fitzgerald, quién mantendría el orden público durante una protesta policial, Fitzgerald respondió: "Pues, nosotros mismos nos patrullaríamos".

Veo la realidad de esa declaración en los ojos de fotos de víctimas de la policía que saqué del libro Vidas robadas y pegué en la pared. También recuerdo un comentario de la revista George sobre Rage Against the Machine: "No se trata de un matapolicías sino de policías que matan", dijo Tom Morello. En el clavo.

¿La censura policial del arte? ¿Castigo policial para los oponentes de la pena de muerte? ¿Ataques policiales contra conciertos? ¿En la presunta tierra de la presunta "libertad de expresión"?

Como escribió el Presidente del PCR, Bob Avakian: "La presunta libertad de expresión en los `países democráticos' es una farsa-por dos razones básicas-porque la clase dominante tiene un monopolio de los medios para moldear la opinión pública y porque con su monopolio de la fuerza armada puede suprimir, lo violentamente que sea necesario, cualquier expresión de ideas y cualquier acción que rete seriamente el orden establecido". Las acciones de la OFP realzan y confirman esta declaración.

Desde hace tiempo la policía de Filadelfia ha molestado a los clubs y auditorios que presentan conciertos pro Mumia. En Nueva York en 1995, la policía protestó en la acera del teatro donde Giancarlo Esposito protagonizó a Mumia Abu-Jamal, y armó problemas con el cuento de que recibió una amenaza de bomba en el teatro. En enero de 1999, se aceleró la censura policial: Carl Williams, jefe de la Policía Estatal de New Jersey, publicó una carta abierta contra un concierto para recaudar fondos para Mumia. (Más tarde, Williams fue noticia cuando defendió el descarado racismo de la policía de caminos que detiene a conductores por ser negros o latinos.) Hace unos meses, la policía se negó a patrullar la filmación de una película de la actriz Whoopi Goldberg porque ella firmó un desplegado.

Con su boicot nacional, la OFP quiere imponer esa intimidación por todo el país. Al final de un artículo sobre los conciertos de Sting y Rage, el Philadelphia Inquirer informó que la policía de Topeka, Kansas, paró un concierto de Harry Belafonte el 27 de septiembre porque él firmó un desplegado contra la ejecución en 1998.

Como escribimos en agosto: "Desde luego, la teoría revolucionaria deja en claro que la policía es el brazo armado de la clase capitalista monopolista y su estructura de poder; sin embargo, las leyes y constitución burguesas supuestamente amparan el derecho del individuo a tener creencias políticas. La campaña represiva de la OFP viola esos derechos políticos del pueblo. ¡Hay que oponerse!"

Bueno, si la OFP quiere armar lío... ¡muy bien! El pueblo no puede permitir que la policía reprima a los que se oponen a las ejecuciones, los juicios injustos y la represión política.


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