Inmigrantes chinos encerrados en contenedores

Tráfico mortal de seres humanos

Obrero Revolucionario #1039, 23 de enero, 2000

A los 18 hombres los cargan en un contenedor metálico en un lugar desconocido de China. Sellan la puerta para que no se abra hasta llegar a su destino: Norteamérica. El contenedor llega a Hong Kong por camión y tras varios días una grúa lo mete en el buque de carga Cape May, junto con centenares de contenedores llenos de productos de exportación. El viaje de miles de kilómetros por las aguas del océano Pacífico dura más de dos semanas.

Tres de los inmigrantes mueren antes de que el Cape May llegue a Seattle el 11 de enero; quince sobreviven a duras penas.

Imaginemos el horror que experimentaron atrapados semanas enteras en una fría tumba de metal. El contenedor tiene una cubierta de lona y por los boquetes que le hicieron se ve que trataron de escapar; pero estaban enterrados debajo de otros contenedores en la bodega de carga. Cuando se les apagaron las linternas, pasaron días enteros en oscuridad total. Tenían verduras y galletas para comer, pero se agotaron antes de llegar a Seattle. Hacían sus necesidades en baldes.

Al ver morir a sus compañeros, seguramente se preguntaban: "¿Saldremos con vida? ¿Volveremos a ver la luz del día?"

Los inmigrantes del Cape May son parte de un tráfico en ascenso de seres humanos por el océano Pacífico. Dos días más tarde, encontraron a 19 hombres en otro buque de carga que llegó a Seattle de Hong Kong. Nada más en 1999, arrestaron a más de 200 chinos en contenedores en los puertos de la costa oeste de Estados Unidos y Canadá. No se sabe cuántos llegaron sin ser descubiertos.

El tráfico de seres humanos ha sido una característica del capitalismo desde sus comienzos. A millones de africanos los trajeron a las Américas como esclavos, y muchos de ellos murieron durante el viaje por el océano Atlántico. Como dijo Carlos Marx, el comercio de esclavos y el genocidio de los pueblos indígenas de las Américas "señalan los albores de la era de producción capitalista".

El comercio "moderno" trafica esclavos asalariados: proletarios que no tienen nada más que su capacidad de trabajo y no tienen nada que perder más que sus cadenas.

Los defensores del sistema capitalista dicen que el hecho de que tanta gente esté dispuesta a arriesgar la vida "voluntariamente" para venir comprueba lo "superior" que es Estados Unidos. Pero a la mayoría de los inmigrantes chinos, mexicanos y de otros países del tercer mundo o los arrestan y los deportan, o tienen que trabajar como bestias en maquiladoras o restaurantes por un salario de miseria.

En 1993 el Golden Venture, un barco moderno de esclavos, se varó cerca de la costa de Queens, Nueva York. Ocho chinos murieron nadando a la playa. La Migra metió a los sobrevivientes a la cárcel por muchos años.

Los inmigrantes chinos pagan miles de dólares a los coyotes para cruzar el Pacífico. Si logran entrar a Estados Unidos, pasan años prácticamente como esclavos para pagar esa deuda. La presión empuja a las mujeres a la prostitución. Los inmigrantes son parte de los sectores más oprimidos del proletariado en Estados Unidos y su explotación es un elemento importante del "boom" económico de que tanto se jacta la clase dominante.

¿Y es "voluntaria" la decisión de emigrar, cuando en China unos 100 millones de personas desplazadas del campo buscan trabajo en las ciudades? El restablecimiento del capitalismo después de la muerte de Mao Tsetung en 1976 creó grandes desplazamientos y gran pobreza. Actualmente la penetración del capital extranjero está echando a más campesinos de la tierra y a más trabajadores de su trabajo en busca de mayor "rendimiento".

También en México, millones de campesinos han perdido su tierra como consecuencia de nuevas leyes y del tratado de "libre comercio" con Estados Unidos. El programa de privatización capitalista, impuesto por los imperialistas y sus voraces instituciones financieras, empeora la pobreza. Cada año miles y miles de mexicanos se ven en la necesidad de cruzar la frontera en busca de trabajo. Debido a la militarización de la frontera, tienen que cruzar en zonas remotas y peligrosas; muchos han muerto en el desierto y las montañas, en ríos y canales, o atrapados en camiones o vagones de tren.

Por todo el mundo, la globalización imperialista alimenta el tráfico de seres humanos. Cada día centenares de inmigrantes de Asia, el Oriente Medio, Europa oriental y Africa cruzan el estrecho de Otranto entre Albania e Italia con la esperanza de encontrar trabajo en los países ricos de Europa occidental. Muchos mueren. Miles del centro y sur de Africa se cuelan por fronteras militarizadas en busca de trabajo en las industrias de Sudáfrica.

Un gran porcentaje de las divisas de Filipinas proviene de los trabajadores que emigraron al extranjero. Un tráfico global capitalista de mujeres "exporta" a miles de jovencitas al año del tercer mundo a los ricos países de Europa, Norteamérica, Japón y el Oriente Medio.

Por todo el mundo, de 75 a 90 millones de personas de los países oprimidos tienen que trabajar en el extranjero.

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El sistema imperialista y su insaciable sed de ganancias crea ese tráfico. Sin embargo, en medio de un desplazamiento humano sin precedentes espoleado por la necesidad, el sistema quiere impedir que los proletarios de diferentes países capten cuánto tienen en común.

Como dijo Carl Dix, vocero nacional del Partido Comunista Revolucionario,EU: "La globalización ha creado un mundo donde los obreros y oprimidos estamos más interconectados, porque estamos juntos en la ruina y la miseria pero, sobre todo, porque tenemos un enemigo y un futuro comunes. El capitalismo impone sus valores de competencia, pues obliga a los obreros y oprimidos a luchar entre sí para sobrevivir, y siembra chovinismo en las naciones opresoras. Hasta vamos a la guerra por ellos y matamos a obreros de otras tierras. Pero, a pesar de todo, lo que tenemos en común es mucho más fuerte que lo que nos divide. Por eso, nos anima tanto la lucha de otros pueblos contra la opresión. Los obreros y oprimidos de cualquier país tenemos más en común con nuestros hermanos y hermanas de clase de otros países que con los capitalistas del propio país".

¡SOMOS SERES HUMANOS!

¡EXIGIMOS UN MUNDO MEJOR!

¡NO ACEPTAREMOS NINGUNA FORMA DE ESCLAVITUD!


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