Aprobación de Proposición 21 prende ira

Obrero Revolucionario #1048, 26 de marzo, 2000

El 7 de marzo, se aprobó la Proposición 21 en las elecciones estatales de California. Esa proposición, dizque para "prevenir la violencia pandillera y el crimen juvenil", reducirá a 14 años la edad en que se puede juzgar a los chavos en tribunales para mayores y condenarlos a penales para adultos. Además, permitirá a la policía calificar de "pandillero" a una amplia gama de jóvenes, especialmente de las nacionalidades oprimidas. Ahora, los tribunales decidirán si entrará en vigor.

Antes de las elecciones, hubo protestas contra la proposición en decenas de colegios por todo el estado. Hubo arrestos en masa en Oakland y paros en el Este de Los Angeles. En San Francisco, vincularon la proposición al asqueroso veredicto de Nueva York que absolvió a los policías que asesinaron a Amadou Diallo.

Al día siguiente de los comicios, centenares de chavos hicieron un plantón en el lujoso hotel Hilton de San Francisco. (La corporación Hilton financió la proposición.) Rompieron un cordón policial y aguantaron macanazos. La protesta provocó un caos en el centro de la ciudad, pues otros manifestantes bloqueaban la calle. Los noticieros presentaron imágenes de los chavos, arrastrados del hotel con las manos esposadas. Hubo 175 arrestos. Salieron en libertad más tarde, tras una protesta que colmó las calles frente a la delegación del distrito Mission, donde estaban recluidos.

Coraje e interrogantes

En los últimos años, han estallado protestas masivas contra iniciativas como la 187 (contra los inmigrantes) y la 209 (contra la acción afirmativa). Ahora, la aprobación de otra medida reaccionaria más en California ha provocado mucho coraje. Los activistas debaten cómo oponerse a la guerra contra la juventud, y muchos están viendo las limitaciones de librar esa lucha en la esfera electoral.

Un estudiante, que participó en el plantón, dijo: "Estamos desarrollando la capacidad de defendernos contra los ataques. Aprueban iniciativas de ese tipo una y otra vez. Estamos uniéndonos, estamos formando grupos consolidados para decir que en realidad, luchar no es simplemente votar. Luchar significa que nos reunamos, que nos movilicemos, que hablemos".

Un volante que se repartió en las protestas de San Francisco y Berkeley el sábado, 11 de marzo, describe las fuerzas que engendraron las proposiciones 21 y 22 (la 22, también aprobada, prohíbe el matrimonio entre homosexuales y fortalece la discriminación contra ellos):

"Un sistema de justicia criminal que mantiene preso a dos millones de personas, que se enriquece a raíz de su labor mientras les niega el voto y silencia las voces de oposición. Un racista ejército de ocupación (la policía) que asesina y oprime a las comunidades de color, pretextando una `Guerra contra la Droga'. Una dictadura de dos partidos, corrompida por la avaricia corporativa, que promulga leyes racistas, sexistas y homofóbicas con la falsa justificación de `bajar la criminalidad' o de `proteger la santidad del matrimonio'. Un sistema universitario que falla a sus estudiantes, mientras destina recursos a la producción de armas y tecnologías de destrucción. Primarias y prepas desatendidas, sin fondos ni personal. Medios de difusión, cien por ciento controlados por esos mismos intereses corporativos, que envenenan la mente a todos".

¿Cuál es el problema? ¿Cuál es la solución?

Un poeta y activista que estuvo en la manifestación del hotel Hilton expresó su coraje y frustración: "La Proposición 21 se aprobó. ¡A la chingada, cabrones!"

¿Quiénes son los "cabrones" que fomentan la Proposición 21 y la criminalización de una generación? ¿Por qué se habla de una "dictadura de dos partidos políticos"?

Hay que agarrar la onda, ver de dónde viene ese ataque. Si no, será fácil despistarnos y desmoralizarnos, puesto que el sistema presentó la Proposición 21 como si fuera "la voluntad del pueblo". No lo fue; no beneficia a las masas populares. Porque en el fondo, las elecciones NO le permiten al pueblo determinar las políticas del gobierno; al contrario, son parte de lo que los maoístas llamamos EL ESTADO BURGUES: es decir, las instituciones al servicio de la clase capitalista (la policía, los tribunales, los medios de difusión, etc.) que IMPONEN y DAN LEGITIMIDAD a toda la mierda que el sistema le echa encima al pueblo.

El Presidente del PCR, Bob Avakian, señaló: "Para decirlo en una oración: las elecciones son controladas por la burguesía; no son de ningún modo el medio por el cual se toman las decisiones básicas; y se efectúan con el propósito primario de legitimar el sistema, la política y las acciones de la clase dominante-dándoles la fachada de un `mandato popular'-y de canalizar, confinar y controlar la actividad política de las masas populares".

Eso no es cháchara, es la realidad. Miremos lo que pasó con la Proposición 21. Muchos elementos de la proposición ya fueron aprobados por el gobierno de California. Las grandes corporaciones, al igual que las asociaciones de policías y fiscalías, gastaron más de un millón de dólares para promoverla. A los votantes-y valga decir que quedan excluidos los presos, los condenados por delitos graves, los jóvenes y los inmigrantes indocumentados-se les explicó que iban a votar "contra la violencia pandillera y la criminalidad juvenil". Desde hace años, la prensa burguesa viene pregonando el mito de que la mayor amenaza a la seguridad de la clase media es "la juventud criminal", a tal punto que no solo los racistas y los reaccionarios-sino incluso muchos sectores oprimidos-están convencidos de que se necesitan más cárceles, más policías, sentencias más largas, etc.

Al captar de dónde vienen los ataques, podemos apuntar nuestro coraje contra el verdadero problema. La aprobación de la Proposición 21 es un crimen del SISTEMA contra el PUEBLO; es otro motivo más para responder a la guerra contra el pueblo con una guerra contra el sistema.


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