Día Nacional de Protesta de 2000

Es justo rebelarse contra la brutalidad policial

Las voces y las caras de la resistencia

Obrero Revolucionario #1077, 6 de noviembre, 2000, en rwor.org

Buenas tardes. Yo soy la mamá de Julio Castillo. Ya han pasado 22 meses del asesinato de mi hijo Julio que solo tenía 16 años de edad. Mi hijo fue asesinado por los asquerosos, racistas y corruptos sheriffs. Que yo aquí este domingo tengo tanto dolor en mi corazón y mi alma. Por eso le digo a todo ellos, ¡Malditos! ¡Malditos bastardos! Yo les digo bastardos porque esa noche que mataron a mi hijo, yo les supliqué que no lo mataran. Que ya no siguieron disparando más a mi hijo. Se los pedí por piedad, por su madre, se los pedí por su padre, por sus hijos. Pero ellos no me escucharon, me evitaron como si yo apestara. Me aventaron con sus manos y me quitaban como si yo fuera un animal.... Yo les pido justicia para mi hijo Julio. Yo pido justicia para nuestros seres queridos que los han matado sin piedad y sin sentimientos. Yo pido la pena máxima. Y que se pudran sus almas en el infierno. ¡Cobardes asesinos! ¡Asesinos de sueldo!

Gloria Santos, madre de Julio Castillo

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Yo vi el cuerpo acribillado de Tyisha Miller, mi sobrina. Las balas le perforaron el cuello, un ojo, la espalda... todas las balas entraron por atrás. Hace dos años dije que me dedicaría a luchar hasta que se hiciera justicia. Por eso decidí ir a la escuela dominical de la Broadway, y hoy es domingo. En la iglesia dije que iba a ir a la escuela dominical pero que no sería en Riverside sino en la calle, en el centro de Los Angeles.

Burnell Butler, tío de Tyisha Miller y vocero de la familia

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¡YA BASTA! Estamos cansados y no permitiremos más sus acciones terroristas, parecidos a un escuadrón de la muerte contra los jóvenes de nuestra comunidad, y siempre están libres y siguen impunes. Nosotros los padres deseamos que nuestros hijos tengan un futuro mejor, pero ustedes se han dedicado a robarles ese futuro, matándolos, encerrándolos con cargos fabricados.... Estamos levantando este mensaje directo y de frente: la genteÊdeÊPico-Union y todo lo que está debajo la bota de Rampart empezaremos a levantar nuestra voz para que estos crímenes no sean olvidados. Nosotros la comunidad de Pico-Union donde las vidas han sido robadas, han sido arruinadas, ¡JAMAS OLVIDAREMOS Y JAMAS PERDONAREMOS!

Declaración de la comunidad de Pico-Union

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Un día, cuando tenía 17 años, estaba en la esquina con unos amigos; éramos cuatro y uno estaba en silla de ruedas. De repente, quién sabe por qué, se asomó un radiopatrulla. Sin decir nada y armados para motín los policías se bajaron con las armas apuntadas directamente a nosotros. Yo levanté las manos; al cuate que estaba en la silla de ruedas le pegaron. Luego me arrodillaron, pensé que me iban a ejecutar.... Esta es la segunda vez que vengo al 22 de octubre. La primera vez vi la protesta por casualidad y me quedé; esta vez traje amigos. ¡Esto es una maravilla! ¡Tiene fuerza! Es el pueblo, muchas razas hablando con una sola voz. Muchos se están dando cuenta de cómo nos trata la policía, especialmente de la delegación Rampart. Esto es una maravilla, poderoso.

Joven de 22 años en la protesta
del 22 de octubre, Los Angeles

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Son nuestros hermanos y hermanas, y los vamos a apoyar. La policía nos quiere dividir, pero no le vamos a dar el gusto. Son los mismos que traen la Migra para atacar y deportar a México a estos compañeros. Pero ni ellos ni nosotros nos vamos a ir de aquí, vamos a estar juntos, son nuestra gente. La policía nos quiere correr de aquí. Son como vampiros en la noche, cuando pelan los colmillos y se puede ver su esencia. ¡No nos van a parar, no nos van a mover de aquí!

Señora negra de Los Angeles,
después del ataque policial

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Viví en Pico-Union, he visto la brutalidad, cómo tratan a los muchachos. Yo he mirado que esposados los golpean. Así como a nosotros por protestar y reclamar nuestros derechos nos han golpeado también. He sido arrestada por protestar para hacer desobediencia civil y no me han golpeado, pero han golpeado a otros compañeros, pero la forma como me agarran, como me ponen las esposas yo siento que es una brutalidad. Soy una janitor. En 1990 estuve en Century City cuando golpearon a nuestros compañeros y es más un compañero de la golpiza que le dio la policía murió y Ana Veliz, otra compañera, abortó de la golpiza que le dieron. A mí no me golpearon, pero golpearon a otros compañeros y nosotros decimos, un daño contra uno es un daño contra todos.

Miembro de Janitors for Justice

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Antes de todo quisiera darles el pésame a los familiares reunidos hoy que han perdido un ser querido a la violencia policial. Conozco el dolor de perder un ser querido y que ese dolor se agrava cuando no se reconoce la pérdida ni la injusticia de lo que ocurrió, y no se la compensa. Les envío un fuerte abrazo, muchas fuerzas y todo mi apoyo. A veces la única forma de conquistar ese dolor es reemplazarlo con la determinación de cambiar la situación que lo provocó. Les animo a continuar su lucha por parar la violencia policial, pues sus voces son decisivas. Sus experiencias enseñarán a mucha gente y tocarán su corazón; superarán las barreras de clase, nacionalidad e ideología política. Tienen el poder de unir la sociedad a luchar para parar el maltrato y la violencia policial.... Quisiera agradecer a la Coalición 22 de Octubre por su trabajo tan importante. Los apoyo en su lucha, y aplaudo su dedicación a crear una sociedad donde podremos vivir sin temor y donde la justicia será una realidad para todas las comunidades. Gracias.

Leonard Peltier

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La brutalidad policial que vemos aquí se ve también en el resto del país, y gente como nosotros se está movilizando para pararla. Muchos le piden al gobierno federal que haga algo por nosotros, yo también lo hice. Pero en el 99 el gobierno federal decidió clausurar muchos casos, incluso el mío. Ya no le pido más ayuda al gobierno federal, ni que supervise a la policía. Ahora le pido al pueblo, les pido a ustedes que hagan eso. Porque eso es algo que nosotros tenemos que hacer, algo por lo que nosotros tenemos que luchar, protestar y seguir movilizando y organizando.

Nicholas Heyward, Sr., padre de Nicholas Heyward, Jr., muerto por un policía de vivienda
cuando jugaba con una pistola de juguete

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Hace poco el gobierno publicó la conclusión de un estudio: que la policía de Nueva York discrimina. Eso no fue nada nuevo para nosotros, desde hace mucho lo sabemos. Los hechos y las circunstancias en las que murió mi hijo lo demuestran, como lo demuestran también las palizas, torturas y cantidad de víctimas y asesinatos, como el de Patrick Dorismond, para mencionar un ejemplo.... Es mi deseo y ruego que algún día recordemos la fecha del asesinato de Amadou como un día de paz, de unidad y de justicia para todos.

Saikou Amadou Diallo, padre de Amadou Diallo,
que recibió 41 balazos de la policía

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Tenemos que hacerle saber al alcalde Giuliani que cuando dijo que la muerte de mi hijo y otros asesinatos son casos aislados, nosotros investigamos y sacamos el libro Vidas Robadas; miren cuántos casos aislados hay.

Iris Báez, madre de Anthony Báez, muerto por la policía

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Me arrepiento de que en 1993 voté por Rudolph Giuliani para la alcaldía. Pensé que iba a mejorar la ciudad, que iba a acabar con la droga. Tengo tres hijos y el problema de la droga me preocupa. Un año después, el 12 de enero de 1995, los policías Patrick Brosman y James Crowe de la delegación 46 del Bronx, que fueron guardaespaldas del alcalde Giuliani, mataron a sangre fría a mi hijo Anthony Rosario y a mi sobrino Hilton Vega.... A mi hijo le dispararon 14 veces por la espalda y a Hilton ocho veces. Qué ira me da que esos policías que mataron a mi hijo y a mi sobrino puedan seguir viviendo con la familia sin pagar por sus crímenes.

Margarita Rosario, madre de Anthony Rosario

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Esto seguirá ocurriendo si no seguimos luchando, gritando y haciendo todo lo que sea necesario para que dejen de golpear y matar a nuestros hijos.

Lucy Turull, madre de Jován González, muerto a golpes por una pandilla vinculada a la policía de Nueva York

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Yo no me trago el cuento de que iba a sacar una pistola, porque no encontraron ninguna pistola. Es un cuento que se inventaron para protegerse. Pero nosotros sufrimos. Todos nosotros, hombres y mujeres, sufrimos. A mí me duele no poder ver más a mi hermano en la esquina, no verlo llegar a casa, no verlo mirando la tele, no poder ir a un club juntos o no pasar un rato juntos. Perdí mi propia sangre. A la nueva generación le digo: júntense a nosotros, porque la cosa está que arde y se va a poner mejor.

James Ferguson, hermano de Malcolm Ferguson,
muerto por la policía de Nueva York

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El policía le disparó a mi hermano en la nuca a boca de jarro. Apenas tenía 16 años. La fiscalía de Brooklyn no hizo nada contra el policía, sigue trabajando como si nada. Recordemos que muchos jóvenes no están aquí porque la policía los mató. Estamos desarrollando un movimiento contra la brutalidad policial. Llevo cinco años luchando por la justicia y hasta hoy no hemos obtenido nada. Pero no vamos a dejar de luchar hasta que se haya hecho justicia para todas las víctimas de asesinatos policiales.

Qinglang Huang, hermana de Yong Xin Huang,
muerto por la policía de Nueva York
porque jugaba con una pistola de juguete

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Es un ataque y una táctica patente para dividir a los revolucionarios y al pueblo, pero no nos vamos a dejar. Eso no nos asusta. Nuestro Presidente, Bob Avakian, dice "no temas nada, mantente firme hasta el fin", y eso es lo que vamos a hacer.

Comentarios de Sonya, BJCR, sobre el allanamiento
en el South Bronx tres días antes del 22 de octubre,
y el arresto de seis brigadistas y cinco personas del barrio

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El policía es de los que disparan por nada y mató a mi hijo. No le dio la menor oportunidad. Mi hijo tenía las manos arriba y se entregó. Se quitó la camiseta para que vieran que no tenía armas, pero los policías y la prensa voltearon todo patas arriba. Dicen que tenía un cuchillo. ¿Cómo iba a tener un cuchillo si se quitó la camiseta? No tenía nada y se entregó. Pero de nada sirvió. Mi hijo no cometió ningún delito; estaba enfermo y necesitaba socorro, y por eso llamamos al 911. La policía tiene que pagar por el delito que cometió. Todos nosotros, mi hija, mi hijo y mi sobrino, vamos a ver que haya justicia.

Jenny García, madre de Danny García,
muerto por la policía de San José

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Nos arrebataron a Alberto de la manera más cobarde, y dicen que fue un accidente. Por favor, sigan con las protestas. Desafortunadamente no podemos acompañarlos hoy porque mi esposo tiene prohibido salir del condado, pero esperamos estar con ustedes en la próxima protesta. Tenemos que alzar todas nuestras voces como una sola para que la policía deje de herir y matar a nuestros hijos en su propia casa. La familia Sepúlveda aprecia su apoyo y pide que sigan adelante. No teman. Ellos son los locos, no nosotros.

Carta de la familia Sepúlveda leída en la protesta
de San Francisco. El 17 de diciembre la policía allanó
la casa y le disparó por la espalda a Alberto, de 11 años.

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Por todo el país hay comunidades asoladas por la epidemia de brutalidad y asesinato policial. Huesos fracturados y familias devastadas porque la policía les ha robado la vida de sus seres queridos. Muchachos inocentes parados contra la pared, con las piernas y los brazos abiertos, y presos. Pero el sistema no castiga a esos brutales capataces. ¡El profundo dolor nos da una rabia más profunda! ¡Una rabia que seguro estallará y nos llevará a buscar una solución!

Danny García, hermano de Mark García,
muerto por la policía de San Francisco

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¿Cómo parará? Cada día, al levantarse, uno tiene que decir "¡No me voy a rajar!" Y cuando la situación se pone difícil, cuando uno quiere meterse debajo de las cobijas y quedarse ahí, hay que salir a pelear. Mi mamá me enseñó que uno lucha hasta el último suspiro y me dijo: "Cuando uno está en el suelo dando el último suspiro, hay que mirarlos a los ojos y escupirles en la cara".

Glen Hull, padre de un joven asesinado por
la espalda por la policía de Oakland en 1993

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La policía mato a mi sobrina, Sheila Detoy, hace un par de años, cuando tenía 17 años. Todavía sentimos dolor por esa pérdida porque era una joven muy buena.... Me cuesta trabajo hablarles por el dolor que siento, así que solo quiero darles las gracias. El sindicato de estibadores apoya el proyecto Vidas Robadas y condena la brutalidad policial. El padre de Sheila era estibador, igual que yo, y somos partidarios de los derechos humanos.

Bob Karcey, tío de Sheila Detoy

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La policía de Oakland destruyó una tercera parte de mi familia en 20 minutos, y todo por un perro. Dicen que mi hijo no quiso entregarles el perro.... No pasó la "prueba de actitud". Muchos miembros de mi familia no pasan esa prueba. Mejor dicho, tenemos dignidad y derechos; eso lleva a fracasar en la prueba de actitud. Eso es motivo para que nos hieran y nos maten, mientras este sistema sea como es.

Rashidah Grinage

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La policía de la pequeña reserva donde vivimos mató a nuestro compañero Acorn Peters. Así que estoy aquí en primer lugar en memoria de Acorn. En segundo lugar, estoy harta de la brutalidad policial. La policía nos trata a los indígenas como si no fuéramos seres humanos, nos trata como perros. Lo sé por experiencia.

Cora Lee Simmons, Round Valley Indians for Justice

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No son solo unos policías dañados; son todos. No les importa encanar a la gente por nada. A uno lo pueden meter a la cárcel de por vida por robarse una tajada de pizza. Además nos matan, pero siempre se salen con la suya. ¿Por qué? Porque la brutalidad policial es una parte fundamental de este sistema para imponer la dictadura de clase. Así que si queremos acabar con el salvajismo de la policía y con todas las demás injusticias sociales, tenemos que acabar con este sistema capitalista, imperialista. Y para eso se necesita una revolución proletaria.

Roberto, BJCR, en la protesta de San Francisco

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Somos chavos patinadores, hip-hop, estudiantes, negros y latinos, y a todos nos afecta la brutalidad policial. Nos han dado duro más de una vez. Requisas ilegales, nos paran porque les da la gana, cosas así. Nos acusan de robar, de vandalismo. Chido estar aquí, sobretodo sabiendo que es un día nacional en que se protesta en todo el país, así que ojalá tenga efecto.

Universitario negro de Berkeley

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Ojalá que oigan nuestra voz, que la policía vea que los ciudadanos, la juventud y todo mundo está harto de sus porquerías: corrupción, golpes, racismo. Que vea que todos los movimientos contra la brutalidad policial se han unido en esta marcha para que la alcaldía y la policía nos oigan. Aquí estamos luchando.

Chavo de 17 años en la protesta de Chicago

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Mi esposo y mi hijo estaban conversando con un amigo. Yo fui a recogerlos para que fueran a cenar y en eso llegó la policía y se puso a corretear a mi esposo. Le dijeron que parara y él alzó los brazos. Cuando dio la vuelta, le dispararon a menos de un metro de distancia. La policía dice que tenía una pistola, pero era un encendedor.

Nancy Figueroa, esposa de John Figueroa,
balaceado por la policía hace 11 años en Chicago

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Soy profesora de historia afroamericana y concretamente de resistencia afroamericana, así que estudio pruebas. ¡Permítanme decirles que este libro es una PRUEBA!

Ella Forbes, madre de un joven asesinado
por la policía de Lower Merion, Pensilvania,
sobre el libro Vidas Robadas

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Este sistema enseña a los policías a matar, a herir, y eso es lo que hacen. Después, el sistema judicial los protege.

Raúl Miranda, tío de Robert Wayne Guy Jr.,
muerto en 1997 por los guardias de
la cárcel del condado King, en Seattle

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Si me matan luchando por la justicia, no me importa. De todos modos voy a morir luchando por la justicia. Matan a mucha gente; eso está mal y cada vez que abro la boca digo la verdad.

Ophelia Ealy, madre de Michael Ealy,
muerto por la policía de Seattle en 1998


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